Haftarat Shoftim

Yshayahu 51:12-52:12

La haftará para Parashat Shoftim continúa la serie de haftarot de consolación que se leen después de Tisha beav y hasta Rosh Hashana. Cuando examinamos los primeros versos, encontramos una similitud sorprendente, que se expresa en muchos paralelos, entre la esta semana para Shoftim y la hartará de Nachamu que leímos para el parashá de Vaetjanan.

Nuestra hartará está precedida por versos edificantes que anuncian lírica y alegremente una visión de redención:

“¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; que hizo de las profundidades del mar un camino para que pasaran los rescatados? Por tanto, los redimidos de D´s volverán, y vendrán con cantos a Sion , y gozo perpetuo será sobre su cabeza; obtendrán alegría y gozo; y huirán la tristeza y el gemido.”( 51:10-11 )

Este versículo, por supuesto, recuerda los famosos versículos al final del capítulo 35:

“No habrá allí león, ni bestia feroz subirá por él, no se hallarán allí; mas los redimidos andarán por allí. Y los redimidos de D´s volverán, y vendrán a Sion con cánticos y gozo perpetuo sobre sus cabezas; obtendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.” (35:9-10)

Aparte de que el capítulo 35 nos habla, de una ruta terrestre por donde pasarán los redimidos, mientras que el capítulo 51 profetiza de una ruta por mar, estamos ante Idénticos versículos y con la misma noticia. Cada uno de los dos pasajes concluye una unidad profética con una profecía de redención, y los versículos que siguen abren nuevas unidades. Cuando nuestro profeta en Cap 35 hace alusión a la tierra se está refiriendo a las posesiones materiales y al sustento. Pero volviendo a la Hartará de esta semana veamos que podemos encontrar en el agua.

El gran hito de la Torá con respecto al agua es sin lugar a duda el que nos trae el parashá de Noaj con respecto al diluvio. Y nuestros maestros jasídicos nos enseñan el concepto de Maim Rabim (aguas tempestuosas)

En Torá Or (Sh.Z de Liadi) hay una exposición más detallada del tema, y allí se señala que la misma idea se aplica a las preocupa¬ciones y dificultades en lo que respecta a la obtención del sustento, simbólicamente llamadas máim rabím : Estas en¬juagan los elementos indeseables del hombre y por lo tanto generan un estado de naijá derujá Cuando el judío sale airoso de la “tormenta” de sus pensamientos.

En la temática del consuelo que identifican a estas haftarot, Yshayahu nos propone dos ideas que se complementas y se potencian. Por un lado, el concepto del agua que purifica y limpia todos los vestigios de suciedad y por otro lado, el concepto de la teshuvá que redime y consigue el perdón divino.

Es por eso mis queridos amigos que en esta semana de Shoftim y ya dentro del mes de Elul preparándonos para terminar un año y comenzar otro de la mejor manera posible, nuestro profeta nos invita a que intentemos una purificación completa para nuestra alma. Para los que alguna vez pasaron por una mikve sabrán de esa hermosa experiencia, y para los que nunca fueron le sugiero que lo intenten y verán que es una costumbre muy reparadora. Por eso pasemos por la mikve y quitemos todas aquellas cosas que nos incomodan y preparemos un año nuevo completamente renovado, en el sentido más amplio.

Shabat Shalom, ve Gmar jatima tova
Ari A. Alster

Parashat Shoftim

Dvarim 16:18-21:9

Podríamos decir, una vez más, qué actualidad la de nuestra Torá!
Cada día que nos sumergimos en sus palabras pareciera que nos está hablando de lo que hoy mismo nos sucede.

“No tuerzas el juicio, no seas parcial y no tomes soborno, pues el soborno ciega los ojos de los sabios y pervierte la palabra de los justos”. (Dvarim 16,19 )

Nuestros sabios nos han enseñado que el soborno tiene un poder transformador en las personas.

Moshé Rabenu en Devarim 10,17 nos dice:
“El Eterno, nuestro D’s es el D’s de los dioses y el Señor de los señores: que no es parcial y no toma soborno”.

Cuando comencemos a transcurrir el último mes del año escucharemos el llamado del shofar para prepararnos para nuestras festividades.
Este sonido nos dice que se acerca el momento del Juicio.
Se nos ha enseñado que la Tshuvá, la Tfilá y la Tzedaká atemperan el juicio.

¿Es esta una forma de sobornar al Juez Supremo?
D’s no acepta sobornos…las tres T nos dicen que el destino del hombre nunca está cerrado, que cada vida es infinitamente valiosa.
Que podemos hacer cambios que fundamenten una diferencia.
Justamente esto es lo que nos diferencia de nuestros enemigos en la Tierra de Israel, tal como decía Golda Meir, una vida es cara. Una vida es una vida.

¿Por qué en nuestra Parashá la guerra sucede a la justicia?
Nos dice Rashi: “ Si haces justicia, de seguro vencerás al salir a la batalla”

Y la batalla es aquella que se nos presenta cada día, y cada día como seres humanos, como judíos, debemos tratar de hacer justicia en cada uno de nuestros actos.
Debemos defender las causas justas de manera justa.
En nuestro ser conviven todos los sentimientos y muchas veces la lucha dentro nuestro entre Iaacov y Esav es muy encarnizada
¿Cómo convertirnos en Israel cada día?
Saber perseguir Tzedek a cada paso nos invita a convertirnos en reyes de nuestra propia existencia, dejar la soberbia de lado, dominar nuestros impulsos de poder.
Hacer como le estaba estipulado al rey, leer cada día de nuestro libro sagrado, estudiarlo, discutirlo y practicarlo.

Nos encontramos mundialmente ante una situación muy especial.
El mundo sale de una pandemia y se encuentra en guerra una vez más.
La lucha por la vida, por la justicia, contra el hambre, siempre está presente.
Sabemos que nuestro poder es limitado, ahora más que nunca.
Estamos todos comprometidos como dirigentes o como pueblo.
Debemos ayudarnos unos a otros y permanecer unidos.

Pedimos humildad e inspiración.

VeTaher Libenu LeOvdejá BeEmet
Purifica nuestros corazones para servirte con sinceridad, devoción y modestia.

 Shabat Shalom uMeboraj!
Norma Dembo

Haftarat Ree

Isaias 54:11 – 55: 5

Después del 9 de Av, empezamos a leer los textos de consuelo. Isaias profetizo sobre la destrucción de Jerusalem que era inminente, pero también sobre su reconstrucción que demoró 2000 años en los que vivimos en el exilio.

El foco de esta Haftará está en el consuelo de saber que, después de la destrucción, va a venir la reconstrucción, y es nuestra tarea llevarla a cabo.

“Pobre Afligida, atormentada y desconsolada Jerusalén, Yo hare tu piso de gemas y tus cimientos de zafiros, hare tus ventanales de rubies, tus portales de piedras brillantes y todo tu territorio de piedras preciosas”

Leemos estos estos textos cuando estamos entrando en el mes de Elul, cuando hacemos un “Jeshbon a Nefesh” (balance del alma) y evaluamos el año que paso y nos invitan a pensar que podemos hacer diferente en el nuevo año.

La Parashá y la Haftará nos dicen que nos van a pasar cosas pero está en nosotros decidir como afrontarlas.

La Parashá nos relata un ritual que tendrían que hacer cuando ingresen a la tierra que era separarse en 2 grupos, un grupo subido al monte Grizim y otro grupo al monte Eibal. Alli deberían proclamar bendiciones y las maldiciones. Las bendiciones los que estaban en el monte Grizim y las Maldiciones los que estaban en el monte Eibal.

Estos dos montes existen hoy en Israel y están enfrentados uno al lado del otro, los dos reciben las mismas lluvias y el mismo sol, pero tienen una particularidad: El monte Grizim esta verde, lleno de vida y de vegetación, mientras que el monte Eibal está seco. No se si Di-s eligió estos montes por estas características o los montes quedaron asi después de recibir tantas maldiciones y bendiciones sobre ellos durante tantos años.

Imaginando el ritual pude visualizar a la mitad del pueblo recitando las bendiciones, pero mirando el monte seco que tenían enfrente y la otra mitad recitando las maldiciones, pero disfrutando la vista de un monte verde y lleno de vida. A cada tribu le correspondía un lugar específico y no podían elegir en que monte pararse. La vida tiene de las dos cosas y a veces no entendemos bien cual es cual.

Para mi esta es una Parashá especial ya que fue la que leyó mi hijo en su Bar Mitzva y toda la familia tuvo que aprenderla. No solo a leerla sino que la estudiamos, le buscamos significados y escribimos sobre ella. Los montes Grizim y Eibal entraron a nuestro corazón y se metieron en nuestras vidas de diferentes maneras. Desde ese momento nos pasaron muchas cosas y aprendimos que a pesar de que son dos montes diferentes, los dos nos hablan de lo mismo; el pueblo no se separó en dos, sino que todo junto escuchó las maldiciones y las bendiciones. Los dos montes representan la vida, en algunos momentos nos tocan bendiciones y en otros no, y no siempre podemos elegir a que monte subir.

Nuestra vida transcurre en el medio del valle, a veces toca subir al monte Grizim y otras al monte Eibal. Es lindo cuando nos toca estar en el monte Grizim. Pero cuando nos toca estar en el monte Eibal, es nuestra decisión donde poner nuestro foco y nuestra atención. Parados en la misma situación podemos mirar para abajo y ser “el que le toco el monte Eibal” o podemos decidir levantar la cabeza y ser “el que mira el monte Grizim”. Estemos donde estemos, es nuestra decisión a que monte mirar.

Shabat Shalom
Fabian David Holcman

Parashat Ree

Esta semana leemos la parashá “Ree”, un equilibrio entre reflexión y desafío. Está escrito en Devarim 15:8: “…Pues abrir habrás de abrir tu mano a él, y prestar le prestarás; lo suficiente para su carencia: lo que le faltara a él…”.

“Lo que le faltará a él”, qué gran desafío que cita este texto, el acercarnos a otra persona para darle lo que él o ella necesita, no para lo que yo creo que le falta. Creo que para eso tenemos que acercarnos y darle el lugar al otro, diferente a mí, pero tan valioso como yo.

El texto nos invita a preguntarnos qué damos cuando el otro nos necesita, ¿cómo damos? ¿damos lo que podemos?, ¿damos lo que nos sobra?, ¿cuán dispuestos estamos a salir de nosotros mismos para darle lugar a su necesidad?, ¿hay chances de poder ser menos “yo” y un poco más ese otro/a?
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Shabat Shalom, Gente!
Wally Liebhaber

Parashat Ekev

“Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra, Adon-i tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.”
Dvarim 7:12

¿Qué quiere decir haber oído? no debería ser: ¿“Y por haber hecho…”

Revisemos la historia de algunos de nuestros personajes:

“Cuando el amo de Iosef, oyó lo que su mujer le contaba y que le decía “Así me ha tratado tu siervo” se puso furioso, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey”
Bereshit 39:12

La esposa de Potifar, jefe de Iosef en Egipto, quiere acostarse con Iosef, pero el hijo de Iaacov sabe que de ninguna manera podía suceder y se niega. Ella ante el desplante de su siervo, lo acusa de haberla intentado deshonrar.

Potifar oye a su esposa, pero se imaginaran que si un siervo del numero dos de todo Egipto hiciese algo como eso, su destino seria la muerte inmediata. Potifar, conoce a Iosef, y por eso cuando oye a su esposa, también se oye a si mismo y entiende que no puede quedar impune, ya que el pueblo se entero de lo sucedido y perdería todo tipo de autoridad, pero a la vez, sabia de la inocencia del mismo, y la
muerte no debería ser el final para Iosef.

“Moshé oyó que el pueblo lloraba por sus familias… Yo solo no puedo soportar a todo este pueblo, me es una carga demasiado pesada. si asi me vas a tratar, te pido que me mates”
Bamidbar 11:10

Moshé a primera vista oye al pueblo, pero sin embargo lo que el escucha es su propia voz interior que le dice “No aguanto mas” Su angustia, cansancio, necesidad de frenar que le habla desde lo mas profundo de su ser.

Escuchar al otro, escucharte a vos.

Esta semana la Parashá no nos habla de hacer, nos habla de escuchar, de la importancia de escuchar y escuchar bien.
Volviendo en el tiempo y encontrándonos con las historias de Iosef y Moshé, podemos entender mejor de que nos están hablando.

Quizás, es la invitación perfecta a poder tomarnos el tiempo para cuando escuchemos a los nuestros, hacerlo de manera completa, con toda nuestra atención e importancia. Y así como lo hacemos para los demás, hacerlo para con nosotros mismos. Darnos la importancia que nos merecemos, porque si no nos escuchamos nosotros, ¿entonces quien?

¡Shabat Shalom Amijai!
Sem. Brian Bru

Haftarat Ekev

Ishaiahu (Isaias) 49:14 – 51:3

Esta semana leemos la PARASHÁH EkEV, la tercera del libro DeVARIM (último libro de LaTora)
Algunos de los temas desarrollados en esta Parasha: las consecuencias de cumplir mitzvot, la conquista de la Tierra, el valor del Maná, construcción del Arca Temporal, las segundas Tablas, Muerte de Aharon, Lectura del Shemá… entre otros muchos temas..
Un pasaje clave de esta sección es el segundo capítulo del Shemá, que repite los preceptos fundamentales enumerados en el primer capitulo del Shemá, habla también de observar los preceptos de Hashem.

En la HAFTARÁH EkEV, Ishaiahu refiere a la situación que aunque el Pueblo Judío caiga muy profundo, se mantendrá resguardado por Hashem.

Es también la fuente de la famosa frase “Luz para las Naciones”. Isaias le dice al Pueblo Judío que a pesar de las terribles tragedias del exilio, no hay que desesperarse, y observar el futuro promisorio. Y por eso ruega a sus contemporáneos y a todos sus descendientes a través de las generaciones que recuerden que ellos son los Hijos de Abraham y Sará, y que Hashem los consolará.

Esta es la segunda de las siete parashiot de consuelo después de Tisha BeAv. Recordemos que salimos de tres semanas en las que a lo largo de la historia del Pueblo Judío se sucedieron hechos muy dolorosos y muy difíciles de trascender… por lo que deseamos y pedimos consuelo y compresión de lo sucedido… y las siguientes semanas camino a Iamim Norahim buscamos alivio ante esos episodios…

Esta Porción se llama EKEV, que significa TALON, nombre particular para nombrar a una porción de La Tora…… pero ya hemos escuchado en otras oportunidades acerca del TALON, no es la primera vez que se habla. Y como también sabemos que no hay palabras, ni frases, ni conceptos “casuales” en La Tora, vale el tiempo para reflexionar al respecto.

“ TALON’ como esa parte del cuerpo que estando abajo de todo y aun siendo “frágil”, sostiene toda la estructura física. Es una clara invitación a pensar en situaciones o en lugares de fragilidad o debilidad, y creo que de eso habla esta porción. Habla de pensar en esos momentos de duda, de inseguridad, de angustia. Esos tiempos que por algún motivo, perdemos la conexión con la fuente de alimentación, como si estuvieramos desconectados, sueltos, solos.

PARASHÁ | HAFTARAH EkEV nos invita a cuidar aquellos momentos en los que nuestro TALON está en riesgo, a comprender que todo esqueleto tiene un punto frágil o débil, todo orden tiene un punto flaco, toda estructura tiene ese instante delicado, y es IMPORTANTE, IMPORTANTISIMO saber cual es, saber como funciona, saber que lo hace quebradizo y vulnerable.. . porque es a partir de ahí, cuando uno no se deja vencer, ni quebrar, ni se aleja ni se debilita. Y se eleva. Simplemente sacude sus temores, lame sus heridas, se levanta Y CONTINUA, sabiendo que no esta solo, que forma parte de un equipo, de un pueblo, de un proyecto…

Cuida Tu EKEV, porque es el que te marca la diferencia. Es la bisagra, Es el PUNTO DE APOYO, si sabes reconvertirlo.
Tu Ekev, igual como le sucedió a Yakov, el EKEV te permitirá provocar TU CAMBIO, te ubicará en TU EJE y hará que te conviertas en EL PROYECTO que te llevará a ser ISRAEL… igual que nuestro Patriarca Yakov.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ
Silvia Dvoskin

Parashat Vaetjanan

LA MEMORIA;  LA ESCENCIA DE LA FE JUDIA

Moshe se enfrenta al final de sus días, estamos cerca del cierre de esta larga historia llena de momentos icónicos e inolvidables que forman parte de la esencia de nuestro pueblo.

Esta nueva generación tendrá que seguir su camino hacia la tierra de Israel sin su lider predilecto y ellos lo saben, pero antes de despedirse en este ultimo libro Moises nos regala grandes mensajes como este:

רַק הִשָּׁמֶר לְךָ וּשְׁמֹר נַפְשְׁךָ מְאֹד פֶּן־תִּשְׁכַּח אֶת־הַדְּבָרִים אֲשֶׁר־רָאוּ עֵינֶיךָ וּפֶן־יָסוּרוּ מִלְּבָבְךָ כֹּל יְמֵי חַיֶּיךָ וְהוֹדַעְתָּם לְבָנֶיךָ וְלִבְנֵי בָנֶיךָ׃

“Únicamente guárdate a ti, y cuida mucho tu alma, por si olvidas las cosas que vieron tus ojos y por si se quitan de tu corazón [por] todos los días de tu vida; y las harás saber a tus hijos, y a los hijos de tus hijos”. (4:9)

 Para Moshe la memoria es la esencia de la fe judía, es la fuente de la Emuná. Tener fé es recordar. En palabras del gran Rabino Abraham Joshua Heschel:

“La fe judía es la reminiscencia de lo que ocurrió a Israel en el pasado. Los acontecimientos en los que el espíritu de Dios se trocó en realidad están ante nuestros ojos pintados con colores que jamás palidecen. Gran parte de lo que nos pide la Torá puede resumirse en una palabra: “Recuerda”. Los judíos no conservaron los monumentos antiguos; retuvieron los antiguos momentos. La luz encendida en su historia nunca se extinguió. Con sostenida vitalidad, el pasado sobrevive en sus pensamientos, en sus corazones, en sus rituales. El recuerdo es un acto sagrado: santificamos el presente recordando el pasado”.

(Rab A. J. Heschel- El hombre no está solo)

Nuestra historia tiene qué ser enseñada a nuestros hijos/as y a los hijos de nuestros hijos/as. Aquel que enseña a su hijo/a Torá no solo le enseña a él/ella, sino que también le enseñó a los hijos/as de sus hijos/as y a los hijos/as de sus nietos/as, y así hasta el final de los días. Aquel nieto/a que recibe las enseñanzas de boca de su abuelo/a es como si él/ella mismo/a hubiera recibido la Torá en el monte Sinaí. (Adaptado del Talmud – Berajot 21b)

En esta parasha vamos a escuchar la repetición de los 10 mandamientos, los versos del Shema qué declaran los fundamentos de la fe judía, la unicidad de D´s, la importancia del estudio, los tefiliny las mezuzot. Hoy somos nosotros los guardianes de estos grandes mensajes, de estas historias, de nuestras tradiciones y costumbres como la mezuza, o la recitación del shemá. Somos los únicos qué podremos transmitir a la futura generación la importancia de estos mandamientos universales así como aquellos qué forman parte de nuestra propia forma de vida judía.

 

Podamos sentirnos Maestros como Moshe Rabeinu, y a cada paso que damos intentar llevar a quienes nos rodean grandes mensajes qué dejen huella para fortalecer asi nuestro judaísmo.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftarat Vaetjanan

Haftarar Shabat Najamu Iaias 40:1-26 “Consuela, consuela a Mi pueblo, dice tu Dios…” (Isaías 40:1) Así comienza la Haftará de esta semana, que, tradicionalmente, viene después de la semana en la que cae Tisha B’Av. Este Shabat se llama, por lo tanto, “Shabat Najamu”, el “Shabat del consuelo”, que es un alivio tras el luto de TishaB’Av. Este tema continuará también durante las próximas siete semanas (Shivata de Nejmatah) hasta llegar a Rosh Hashana. D´s le encarga a los profetas, que le comuniquen al pueblo, acerca de la futura redención, la que puede llegar pronto, si lo merecemos, o a último momento posible, si no lo merecemos (Malbim). La pregunta es, ¿cómo podríamos merecer la redención antes de tiempo? En cada generación hay justos que defienden la Torá, pero siempre parecen ser una minoría, que no llega a ser lo suficientemente fuertes, para poder influenciar de manera significativa. D´s trata con nosotros en función de lo que hace la mayoría. Hoy en día, ¿cuántos millones de judíos laicos hay, que no conocen cual es el mensajede la Torá? Por esta razón, dice el Rab Tzadok Hakohen de Lublin, nos enseña que, el profeta dijo:“Una voz llama: En el desierto, despejad el camino del Eterno. enderezad en el desierto, una carretera para nuestro D´s“. (Yishayahu 40:3) La voz, a la que se refiere dice el Rab de Lublin, es una BatKol (Voz Celestial) que sale todos los días. Son los pensamientos de teshuvá (arrepentimiento) que emanan de cada alma judía, cuando contempla y se pregunta cuál es su propósito en la vida, y su dirección prevista. Puede que no sea una voz que podamos oír, con los oídos y que tal vez no podamos ver con nuestros ojos físicos, pero es una voz, que D´s sí puede escuchar, y en el momento adecuado, se convertirá en una voz que todos nosotros, podremos escuchar también. Lo que los jajamin nos enseñan, que cada uno y uno de nosotros, tenemos la habilidad para poder oír esta voz, sin excepción alguna. ¿La chispa judía que hay encada persona esta oculta?, sí, yhay que despertarla y fortalecerla. Simplemente se había tapado, y cuando logramos, mediante el estudio, sacarla de su letargo, las preguntas salieron a borbotones. Fue sorprendente la cantidad de preguntas, que brotaron como un manantial que había acumulado presión bajo la superficie de la tierra. Es para eso, que junto al equipo rabínico trabajamos con esfuerzo, para armar grupos de estudio de Tora y vemos día a día que personas que empezaron con mucha timidez, durante el transcurso del curso, comienzan a despertar su interés y comienzan a florecer las preguntas. Es por eso mis queridos amigos, que nuestro profeta nos invita esta semana a que busquemos, el mérito, de ser consolados como nación, y de escuchar la voz colectiva judía mientras “pavimentamos” la “carretera para nuestro D’s” a través la chispa, que siempre está presente dentro de cada corazón judío. Shabat Shalom Umeboraj Ari A. Alster

Haftarat Dvarim

Shabat Jazón – Isaias 1:1 – 27

La Haftará de esta semana se llama Jazón (Visión) y habla de la visión del Profeta Isaías sobre la destrucción de Jerusalem y del segundo templo. Leemos esta Haftará el Shabat anterior al 9 de Av, cuando recordamos la destrucción de los 2 templos y muchas tragedias que le ocurrieron al Pueblo Judío a lo largo de la historia.

La Profecía de Isaías se cumplió, La ciudad cayó, fue destruida completamente por los Romanos y quedo arrasada como tierra arada.

Durante 2000 años seguimos rezando todos los días mirando hacia Jerusalem, y recordando su destrucción con un ayuno. También recordamos su destrucción en cada Jupa, cuando en el día más feliz de su vida, el novio debe romper una copa por la tristeza de que no tenemos el Beit HaMikdash. Inmediatamente después gritamos “MAZEL TOV” y nos ponemos a cantar.

En el final del tratado de Macot en el Talmud hay una historia que relata lo siguiente:

…”Sucedió que Rabán Gamliel, Rabí Elazar ben Azaria y Rabí Akiva, luego de la destrucción del Segundo Templo ascendieron a Jerusalem. Cuando arribaron al Monte Tzofím, rasgaron sus ropas. En el Monte del Templo, vieron a un zorro saliendo del (lugar donde estuvo el) Kodesh Hakodashím (Sancta Sanctórum). Rompieron en llanto, mientras Rabí Akiva reía. Le preguntaron: ¿Por qué te ríes? -Él dijo: ¿por qué lloran ustedes?.
Ellos respondieron: Pues está escrito sobre el templo (Números 8): “el ajeno que se acercare morirá” y ahora los zorros deambulan por allí! ¿No hemos de llorar?

Respondió Rabí Akiva: “Por eso mismo río yo. Pues está escrita la profecía de la destrucción, pero también está escrita la profecía de la Redención y la reconstrucción de Jerusalem). Ahora que se cumplió la primera, esta más cerca la reconstrucción y tenemos que trabajar en ella
 Le contestaron: “¡Akiva, nos has consolado; Akiva, nos has consolado!”

Todos habían llorado por ver la destrucción, pero Rabi Akiva ya tenía su visión y estaba trabajando en la reconstrucción.

Seguramente Rabi Akiva estaba pensando en la bendición de Jacob a los Hijos de Iosef. Cuando Iosef tuvo hijos en Egipto le puso al mayor Menashe, porque significa Elokim me hizo olvidar las penas en la casa de mi padre, recordando todos sus malos momentos en el pasado. Al nacer su segundo hijo le puso Efraím porque significa Elokim me ha hecho fructífero (exitoso) a pesar de mi sufrimiento. Cuando Jacob los bendice cruza las manos y cambia el orden, como diciendo: Primero está el futuro y el progreso, después viene el recuerdo de lo malo. Hoy cuando bendecimos a nuestros hijos les decimos que sean como Efraím y Menashe, que pongan primero el futuro y después recuerden el pasado.

Rabi Akiva no negaba lo terrible del momento, por eso se rasgó las ropas junto a los demás en señal de duelo, pero puso el foco en lo que había que hacer. Tuvo Visión de Futuro.

Podemos decir que el Campo Argentino se inspiró en Rabi Akiva cuando implementó la siembra directa. Esta consiste en que en el momento en que se ara la tierra, se levantan los vestigios de lo que había antes en el campo y la tierra queda toda rota, en ese mismo momento se siembra la semilla de la próxima campaña. Es necesario romper la tierra y dejarla arrasada para plantar la nueva semilla y todo se hace en el mismo momento.

Cuando nos pasan cosas malas, nos paraliza el miedo. El mensaje que nos dan nuestros sabios es que del otro lado de nuestro máximo miedo están las mejores cosas de la vida, que podamos alcanzarlas depende de si dejamos nuestra mirada en el pasado, o ponemos nuestra Visión en el futuro.

Shabat Shalom y TzomKal.
Fabian David Holcman

Parashat Devarim

El poder de la palabra

Llegamos al quinto y último libro de la Tora. Desde Bereshit, el primero, la Palabra ocupó un lugar central. Todo se creó a través de ella. Podría decirse que la frase “Y dijo D-s a Moshé…” es una de las más repetidas de todo el texto. Luego llegaron los HACERET A DIBROT, conocidos como los 10 mandamientos. La Tora nos incita a cuidar la palabra, ya que es un arma muy poderosa en muchos sentidos.

Devarim, significa Palabras. La parashá de esta semana comienza diciendo “Y estas son las palabras que pronuncio Moshé…”, y éste comienza a hacer a lo largo de este libro un resumen de todo lo vivido y recorrido.

Es importante contextuarse: el pueblo de Israel estaba frente a Ierijo, aún del otro lado del Jordán. Estaban prontos a entrar a la tierra prometida, luego de haber andado por el desierto 40 años. Moshé, a unos días de su muerte, sabía que toda esa gente que lo acompañaba no era la misma que la que había salido de Egipto, no era la generación que vio el mar abrirse, ni la montaña elevarse. No estuvieron en el sublime momento de la entrega de la Tora. Ni fueron testigos del informe de los meraglim (espías) y de tantos otros milagros.

Tal vez por esta razón, Moshé decidió volver a contar todo y así reconectar a través del discurso a esa nueva generación con la fuerza divina. Esta vez lo haría desde su perspectiva, dejaría traslucir a través de sus palabras como él vivió cada acontecimiento, como si desnudara su sentir en el recuerdo.

Y en este último tramo comienza su decir dejando dos enseñanzas muy importantes.  La primera, es una incitación al movimiento. “Ya han estado demasiado tiempo en esta montaña”. Tal vez con esta frase nos quiere decir que el tiempo del estudio, de la preparación, del trabajo espiritual es muy importante, pero no el único. Ya han estado mucho tiempo baja el cuidado de Hashem, ahora es el momento de caminar por entre los distintos pueblos e ir a conquistar la propia Tierra.

Tal vez una de las lecciones más importantes: el estudio de la Tora, el trabajo interior es muy importante, pero no es para quedarse adentro bajo el amparo de lo conocido. Toda la preparación espiritual tiene el sentido de hacernos salir de nuestras zonas confortables y emprender nuestro camino, nos inspira a ser capaces de luchar nuestras batallas, de conquistar nuestro futuro y ser protagonistas de nuestras vidas.

La segunda gran enseñanza, es otro llamado, pero esta vez a la participación. Moshé le dice al pueblo que no puede llevarlos él solo, que necesita de todos y cada uno para que la tarea se realice.

En sus últimos días, después de una larga vida y a punto de culminar su trabajo, Moshé elige decir que el estudio y el cumplimiento de las mitzvot son la fortaleza que nos impulsa a salir y a conquistar nuestro destino, el movimiento y la responsabilidad de llevarlo a cabo es nuestra.

Que estas palabras tan poderosas nos alienten a seguir estudiando, y nos llenen de fortaleza para que a través de nuestras acciones seamos verdaderos protagonistas de nuestras vidas.

Shabat Shalom
Grace Cobe