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Historia

Nace una comunidad

La Comunidad Amijai tuvo su primer Servicio Religioso en marzo de 1993, en el Aula Magna del Seminario Rabínico Latinoamericano.  Sueño de crear un marco familiar en el que sea posible desarrollar una vida espiritual intensa y comprometida; un Judaísmo creativo y pujante en el cual se complementen la Tefilá, el estudio de la Torá y las Mitzvot.

Mientras los servicios de Shabat y Jaguim se desarrollaban en la sede del Seminario, desde 1994 Amijai comienza a funcionar y desarrollar proyectos comunitarios en “la casita” de Arribeños 1277.

Amijai fue creciendo y tomando vida con la creación del Centro Juvenil, la escuela de Madrijim, y grupos juveniles de Ramah y Pre-Ramah, y cursos de estudio y preparación en el Talmud Torá para chicos y chicas que llegaban a su Bar-Mitzvá. Desde los primeros días, Amijai también genera un espacio para la Tercera Edad, las famosas “Abujai”.

El Grupo “Guemilut Jasadim” es quien se ocupa de la organización de la obra de Acción Social, participando en Voluntarios en red y asistiendo a más de treinta familias carenciadas, al Hogar de Burzaco, entre otras instituciones.

Se va desarrollando un marco de Beit-Midrash, con cursos de Torá, hebreo y fuentes judías, además de eventos culturales, publicación de material pedagógico y litúrgico, edición de cassettes y también el primer CD.

Todo esto fue posible por la conjunción del esfuerzo y empuje de las primeras familias fundadoras y de la convicción de las familias continuadoras, con la inspiración, y sensibilidad de nuestro fundador, el Rabino Darío Feiguin.

Junto al crecimiento comunitario apareció el siguiente gran desafío: la construcción de nuestro propio Beit-Kneset.

La construcción del Beit Hakneset

El 6 de marzo del año 2003 fue colocada la piedra fundamental, que daría comienzo a la construcción de nuestro Beit Hakneset en la calle Arribeños. La piedra había sido traída por el Rab. Feiguin desde el mismo Monte Sinaí. Lugar de comienzos, de pactos y de futuros. Y también símbolo de que no solo lo material se desprendió de la Piedra del Sinaí, sino un mensaje para el mundo. Un código de ética que sería inspiración de un pueblo. El fuego hecho palabra.

La ruta para construir una sociedad mejor

Sueño hecho realidad de un gran soñador y realizador. Natalio Garber, nuestro querido Chiche, que junto con Silvia, Claudio y Caro, trazaron el desafío de diseñar y construir con sus propias manos e ideas este Beit Hakneset, en memoria de sus queridos padres Elías y Cecilia (Eliezer y Tzipora), y transformar así en obra y trascendencia su agradecimiento y gratitud hacia la vida.

El lunes 23 de agosto del 2004 tuvo lugar el acto de colocación de las mezuzot y la inauguración del Etz Jaím, el Árbol de Vida, diseñado por el artista Clorindo Testa.

Al atardecer del miércoles 25 de agosto de 2004 comenzó  el traslado de los Sifrei Torá hasta la nueva casa.

Los chicos de Juventud fueron los encargados de armar las tres Jupot de caña de bambú y talitim, y también ellos fueron quienes sacaron del Arón Hakodesh los Sifrei Torá y los llevaron durante todo el trayecto hasta la nueva sede de  Arribeños 2355. Chicos y grandes bailamos y cantamos alrededor de las  jupot  por la calle Arribeños hasta ingresar a nuestra nueva casa. Allí se unieron quienes ya estaban esperándonos para seguir bailando en el jardín, con alegría, emoción y mucha energía.

Se abrieron las maravillosas puertas del Templo y por primera vez cruzamos el puente de madera que lleva al amplio pasillo central, al final del cual nos esperaba el increíble Arón Hakodesh, hasta ese momento aún vacío.

Con un Beit Hakneset repleto, de gente y de expectativas, dio comienzo el acto formal de inauguración, con banderas de ceremonia, con el Himno Nacional Argentino y con mensajes de salutación llenos de afecto y apoyo desde todas partes del mundo.

Luego del servicio de Arvit, la primera Tfilá, el  encendido del Ner Tamid, el fuego eterno sobre el Arón Hakodesh. Natalio Garber, junto a su hijo Claudio, tuvo el inmenso Kavod de encender la llama.

Luego entraron bajo las tres jupot sostenidas por  rabinos y seminaristas presentes, los siete Sifrei Torá.

Hanukat Habait. La Casa estaba inaugurada.

Comenzaba el siguiente desafío: llenarla de vida, de espiritualidad, de Torá, de familia, de rumbo, de sentido. De nosotros. Y de Dios.

Amijai hoy

En el 2014, con la llegada del Rab Ale Avruj, la Comunidad vive una refundación. Un cambio de liderazgo con nuevas propuestas que llena de actividades y proyectos la casa comunitaria.

Por primera vez el edificio nos queda chico y en el año 2016 se decide su ampliación, comenzando con la construcción de un nuevo piso que dará lugar a la realización de más actividades para todos los miembros de la Comunidad, gracias al aporte y la colaboración de muchas familias.

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