La escultura de Clorindo Testa ubicada en el jardín. Se trata del magnífico “Árbol de la vida” destinado por la comunidad a perpetuar la memoria de los seres queridos fallecidos a través de cada una de sus hojitas de bronce bajo la luz de la llama eterna que queda siempre encendida.
Historia: se decidió llamar a concurso para su diseño y construcción. Los concursantes presentaron sus propuestas en sobres cerrados bajo un seudónimo. Sin saber a quién pertenecía, el jurado eligió el proyecto de Clorindo Testa y hoy embellece el jardín del templo.