Parashat Vaielej

Moshé estaba a punto de morir. Había visto a su hermana Miriam y a su hermano Aharon morir antes que él. Le había pedido a Dios simplemente la posibilidad de completar el viaje y llegar a su destino. Pero Dios le dijo que no.

¿Qué hizo entonces Moshé en estos últimos días de su vida? Dió dos nuevas instrucciones, las últimas de las 613 mitzvot. El primero se conoce como Hakhel, la orden para que el rey convoque a la gente a reunirse durante Sucot después del séptimo año Shemita:

“Al cabo de cada siete años, en el año de la cancelación de deudas…Reúne al pueblo, hombres, mujeres y niños, y a los extranjeros que residen en tus ciudades, para que escuchen y aprendan de Adon-i tu Dios y cumplan cuidadosamente todas las palabras de esta ley…”

Hakel es la ceremonia de renovación del pacto, en la que el rey reunía a la nación, leía la Torá o recordaba al pueblo su historia, llamándolos a reafirmar su pasado y su destino. ¡Es lo que Moshé había estado haciendo durante el último mes de su vida durante todo el libro de Deuteronomio casi cuarenta años y una generación después del pacto original en el Monte Sinaí!

El otro mandato, el último que Moshé dio al pueblo es el siguiente: “Escribí ahora este canto y ensañálo al pueblo de Israel”, entendido por la tradición rabínica como el mandato de escribir, o al menos participar en la escritura, un Sefer Torá.

Los dos últimos mandamientos de la Torá se refieren a la renovación, primero colectiva, despues individual. Hakhel, es la ceremonia de renovacion nacional del pacto cada siete años, la cual aseguró que el pueblo se volviera a dedicar constantemente a su misión. Y por otro lado el mandato de que cada uno de nosotros debería participar en la redacción de un nuevo Sefer Torá es la renovación personal, porque las personas que llevan consigo su pasado, pueden construir el futuro sin miedo al volverlo a escribir con sus propias manos.

Cuando olvidamos quiénes somos y por qué perdemos todo lo que habíamos conseguido. Es solo a través de la renovación constante, recordándonos de dónde venimos, adónde vamos y por qué, lo qué nos llevara a construirnos como aquello que queremos ser. ¿Con qué ideales estamos comprometidos? ¿Qué viaje estamos llamados a continuar? ¿De qué historia somos parte?

A muy pocos dias de Iom Kipur, anhelo podamos nosotros recordar el pacto y nos animemos a renovarlo en nuestra vida, cada día. Nos encontraremos Hakel, todos juntos, una vez mas para atravesar este tiempo sagrado, como un equipo transformados en comunidad. Pero tambien estaremos como aquel que escribe la tora, solos, cara a cara con Dios y con nosotros mismso para poder reescribir nuestra historia con más compromiso, más amor, más pasión, más conexión, mayor compromiso con nuestra propia historia y todos nuestros futuros.

Jatima Tova y Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftarat Vaielej

Hosha 14: 2-10 Ioel 2: 11-27 y Mija 7:18-20
Shabat Shuvá (Shabat del retorno) 

Por lo general, a cada Shabat lo acompañamos con el nombre de la Parashá que le corresponde. Este es otro caso, lo denominamos Shabat Shuvá, relacionado directamente con la Haftará que leemos hoy.

Esta Haftará está compuesta por textos de tres profetas, Oshea, Ioel y Mija. Comienza con un fragmento de Oshea que dice: “Shuvá Israel” (retorna Israel), de aquí es de donde tomamos el nombre de nuestro Shabat Shuvá, que es siempre el Shabat que está entre Rosh Hashaná y Iom Kipur.

La Mitzva es retornar. Retornar a las mitzvot, retornar a camino de Di-s, retornar y volver a hacer las cosas bien. Pero para para cumplir esta mitzvay poder retornar es necesario haberse perdido.

En la Parashá pasada (Nitzvavim),Moshe nos dice que vamos a tener por delante bendiciones y maldicionesy nos pide:“Elegirás la Vida Para Vivirla”. (U BajartaBajaim). En esta Parashá nos pide que escribamos una tora, que escribamos esta canción (refieriendose a la Tora), que le pongamos nuestra música. Tenemos que escribir Nuestra Tora, nuestra historia con Tora.

A mis hijos siempre les digo que le dimos “Raíces y alas”. Raíces para saber de donde vienen y alas para que vuelen a donde quieran. Raíces para saber donde volver y alas para animarse a probar. Raíces para saber cual es la letra y Alas para que le pongan su música y escriban su historia en la historia.

Animarse, probar, seguir lo que queremos, pero siempre con una brújula para saber adónde volver.Un GPS con el botón de “Recalculando” para saber cuando estamos perdidos y tenemos que cambiar.

Pero Solo hace falta un GPS si vas a hacer un viaje.

Viene un nuevo año, en el que tenemos que viajar, probar cosas nuevas, estudiar algo nuevo, aprender y vivir para darle sentido a nuestra vida. Eso es escribir una Tora. Es ponerle nuestra música a la Tora.

Shana Tova
Fabian David Holcman

Haftarat Nitzavim

Esta haftará se lee en el último Shabat antes de Rosh Hashaná, cuando las siete semanas de consuelo después de Tisha B’Av llegan a su fin. El texto pertenece al profeta Isaías con un espíritu entusiasta y esperanzador.

Isaías comienza recordando al pueblo que la salvación está cerca y que todas las naciones la verán. Invoca las imágenes de las bodas para simbolizar el triunfo y la flora para representar el crecimiento. Isaías describe el compromiso de D´s con la ciudad de Ierushalaim: “Por Tzión no me callaré, por Jerusalem no me quedaré quieto” (Isais 62:1). Detalla las formas en que D´s fortalecerá a Jerusalem nombrando guardianes para que la custodien día y noche.

Al final de la haftará, Isaías asegura al pueblo que D´s siempre vendrá en su ayuda: “En su amor y piedad los redimió, los levantó y los exaltó todos los días de la antigüedad” (Isais 63:9).

Aunque la haftará no contiene una conexión explícita con la porción de la Torá, plantea una redención futura. Mientras nos preparamos para entrar en el clima de Rosh Hashaná, este sentimiento es oportuno e inspirador. Creo que siempre es bueno que a pesar del año que hayamos transitado imaginar que viene algo mejor. El Rab. Sacks Z´L decía que la fe no es certeza, sino que es la actitud frente al incierto.

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Parashat Nitzavim

“Todos ustedes están firmemente parados en este dia delante de Adon-i”
Dvarim 29:9

Moshe le habla al pueblo en plural. A lo largo de la Tora pudimos ver y
estudiar como Moshe le hablaba a todos de forma individual. El era capaz de transmitir un mismo mensaje mirando a su pueblo y generando que cada palabra sea especial para cada uno. Esta vez, ya les habla como Pueblo.

“Todos ustedes están firmemente parados…” No era solo un grupo de gente que seguía al líder. Era un grupo unido por convicción. Estar firmemente parado, que no te de lo mismo, estar ahí en cuerpo y alma.

Volvamos unos meses atrás, donde nos encontrábamos con un grupo de gente que ante la aparición de Moshe, frente a su esclavitud le recuerdan que el Dios del cual el hablaba se había olvidado de ellos, y hoy con los pies dejando huella fuerte en su paso por el desierto, dicen Hineni.

Moshe sabe que el no será el líder que ingrese junto a su pueblo a la tierra por la que tanto soñó, lucho y camino Cuando acompañamos a alguna familia que esta atravesando un momento de perdida, le pedimos que no se quede con la última foto, que recorra cada uno de los momentos felices que vivió con aquella persona y que dentro de esos momentos encuentre cuál era el mensaje de ella. Cuando un ser querido fallece, automáticamente nos transformamos en mensajeros de su mensaje. A llevarlo con nosotros, a compartirlo, a pasarlo a la próxima generación. Esto fue lo que pasó con Moshe. Después de tantos años buscando la unión del Pueblo, logró su objetivo. El Pueblo se une, se hace uno, entendiendo el mensaje de su líder y de su Dios. El pueblo entero se hizo cargo de su mensaje, y es por eso que hoy estamos aquí, siendo uno, uniendo nuestras almas para pedir y agradecer.

“He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Deberás escoger la vida, para que vivas tu y tu descendencia”
Dvarim 30:19

La Parasha finaliza con esta frase, pidiéndonos que elijamos la vida, y elegirla es aceptar que ésta conlleva todo lo anterior. Los cambios, aceptar y entender que cada uno de ellos es parte. Pararse firmemente y enfrentar todos los desafíos que esta nos proponga.

Deseo de corazón que podamos juntos animarnos a cambiar. A entender que los cambios hacen bien y salir en búsqueda de ellos. A frenar, mirar hacia nuestro alrededor y decidir pararnos firmes y enfrentar a cualquiera de las situaciones que puedan surgir en este nuevo año que esta a punto de comenzar.

Parashat Ki Tavó

La Parashá de esta semana, “Ki Tavo”, incluye la descripción de un, hermoso, ritual que el pueblo debía de realizar una vez establecido en Eretz Israel. ¿Cómo era? Básicamente, Moisés les ordena que coloquen los primeros frutos de su cosecha en una canasta y los presenten a los Cohanim (sacerdotes) en el Templo. Mientras lo hacen, deben recitar una frase o fórmula que recuerda que fueron un pueblo esclavizado en Egipto, liberado por Ds, y que se les dio la tierra cuyos primeros frutos ahora pueden disfrutar. También deben reservar una décima parte de su coFsecha para los Levim (levitas), el extranjero, el huérfano y la viuda, y deben cumplir todos los mandamientos que se les han dado (siempre tan sencillo el judaísmo).

Los/as invito que nos centremos en la primera línea de la fórmula que recitaba el pueblo al presentar sus primicias (frutos). Esta frase, que más tarde pasó a formar parte de la Hagadá de Pesaj, comenzaba diciendo “Arami Oved Avi…”, que solemos traducir como “Mi padre era un arameo errante”. Y continúa diciendo: “Descendió a Egipto y se quedó allí… los egipcios nos trataron con dureza… Clamamos a D´s… D´s escuchó nuestra súplica… D´s nos liberó de Egipto… y nos dio esta tierra”.

Varios comentaristas nos acercan algunas inquietudes: ¿quién era exactamente este arameo? ¿Era Abraham, cuya madre había nacido y crecido en Aram-naharaim? ¿O era Iaacob, cuya madre también era de allí? Otros dicen, basándose en el hecho de que la palabra “Oved” también puede significar “Oprimir”, que el versículo se refiere a Labán, el padre de Rajel y Lea, que “oprimió a mi padre” (Labán se la hizo pagar a Iaacob a trabajando para él un total de 14 años para casarse con sus hijas). Como el versículo continúa diciendo que esta persona descendió a Egipto, podría referirse tanto a Abraham como a Iaacob, ya que ambos bajaron a Egipto en distintos momentos.

Sea quien sea esta persona al que se refiera este versículo, pareciera que hay un fin claro en este acto: Memoria. Maimónides en su obra filosófica “Guía de los perplejos”, afirma que una de las razones por las que se exigía este ritual era para que “personas que amasan fortunas y viven en la comodidad… suelen ser víctimas de excesos egocéntricos y de la arrogancia. Tienden a abandonar las consideraciones éticas a causa de la creciente preocupación por sí mismos”. Tal vez, podemos pensar, que acercar primicias y recitar este mantra histórico era la manera en las que nos invitan a nunca alejarnos de nuestra humildad.

Evitar la tentación y el camino de convertirnos, potencialmente, en personas arrogantes y autocomplacientes, olvidando nuestro origen e historia. Recordar que una vez fuimos pobres, errantes y oprimidos. La figura del “arameo” puede referirse tanto a nuestros opresores como a nosotros mismos, porque también puede pasar que a veces seamos nosotros los que nos oprimimos. Nos olvidamos de nuestras historias por buscar constantemente más “frutos”, más ganancias y prosperidad.

Este alegre ritual de celebración debería recordarnos y reconocer lo que hemos logrado. Que venimos de orígenes humildes; que no debemos centrarnos tanto en lograr y tener porque podemos llegar a perder algo de nuestro sentido de gratitud y humildad y, con ellas, nuestra capacidad de disfrutar de aquello que tenemos.
Tal vez por eso mismo este versículo sigue siendo parte de nuestro Seder de Pesaj. Recordar que gracias a la libertad y la gratitud podemos disfrutar aquello que tenemos.

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftarat Ki Tavó

IESHAIAHU 60:1-22

Esta haftará es la sexta de la siete de nejamá ( consuelo), todas ellas pertenecientes a este profeta.

Vamos así haciendo nuestro camino hacia Iamim Noraim.
Unida a la Parashá nos habla de nuestro camino en el desierto, de esos cuarenta años  producto de la actitud de los merraglim, de los que fueron a explorar la Tierra Prometida y sólo dos fueron capaces de ver lo que D’s nos había prometido, una tierra que mana leche y miel por la que, como todo lo que consideramos valioso, hay luchar para conseguirlo.

El profeta nos habla de salir de las oscuridades, de buscar la luz, el regocijo y el bien.
Entendemos que nos habla de los vaivenes del mundo, de poder cambiar nuestra forma de pensar.

Reparar sería la palabra justa, reparar el pecado del becerro de oro, que  expiamos cada Iom Kipur.
Hacer teshuvá, poder volver dentro de nosotros, hacer introspección y encontrar la manera de ir hacia la luminosidad de Israel, en forma concreta o metafóricamente, así se encuentra la Tierra dulce y abundante.

Somos seres que podemos modificar la historia a nuestro paso, somos capaces de realizar profundos cambios. Para eso tenemos que proponérnoslo y trabajar en ello.

Pobres las naciones que no tienen arreglo! Nos dice el profeta, de aquellas que no se unen para cambiar la historia.

“Un arameo errante era mi padre”, leemos en la parashá y la haftará nos muestra el camino y nos da la esperanza de poder lograr cambios positivos.

Por toda nuestra historia, por no poder haber visto la Tierra Prometida como un lugar con leche y  miel es que la mitzvá de los bikurim debemos llevar a cabo.

Es tiempo de reflexión, de mirar dentro nuestro y hacer nuestra ofrenda.
De abrir nuestras manos y dar, reparar.

Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Parashat Ki Tetze

¿Qué lugar deseamos ocupar como humanidad en la Creación?

¿Construcción o destrucción?

Una de las preocupaciones centrales de la actualidad, es qué lugar ocupa el Ser Humano en el ecosistema. Si bien la ecología aparenta ser una ciencia moderna, mucho podemos aprender desde la Torá de ella. Nuestras fuentes no dejan de remarcar la importancia del cuidado del medio ambiente.

Un conocido pasaje talmúdico (Sanedrín 38a) pregunta ¿Por qué el hombre fue la última creación Divina?. Dos respuestas diferentes se presentan: 1)Para que cuando se vuelva soberbio recuerde “Que hasta un mosquito fue creado antes que él”. 2) Otros, en cambio, dicen: El ser humano es el invitado de honor en la creación: “se parece a un rey de carne y hueso que construyó un palacio, lo amueblo, preparó la cena y después hizo ingresar a los invitados”.

Estas dos perspectivas tan diferentes, coinciden con dos enfoques ecologistas.
La ecología biocéntrica rechaza colocar al hombre en el centro del mundo (hasta un mosquito fue creado antes que el ser humano) y lo considera simplemente una especie más dentro del sistema. Por otra parte, la ecología antropocéntrica ve al ser humano como el encargado de administrar los recursos naturales del mundo (el invitado de honor), y debe hacerlo en forma responsable, sabia y cuidadosa.

Esta tensión creativa entre ambos enfoques, que se refleja claramente en los pasajes citados, ha permitido el desarrollo de una serie de normas que nos llaman a actuar en forma humilde y responsable aprendiendo a tomar conciencia del impacto que nuestro proceder genera en el ecosistema. Ya vemos hoy consecuencias: incendios, sequias, inundaciones, sismos etc. El agresivo desarrollo tecnológico y el crecimiento poblacional, el abuso y mal uso de los recursos naturales; encienden alarmas en diversos sectores vitales de la naturaleza. Es imperativo releer las normativas de la Torá para garantizar la viabilidad de la vida humana en las próximas generaciones.

Algunos de los principios básicos del enfoque ecológico del judaísmo aparecen en Parashat Ki Tetzé:

  • La mitzvá que prohíbe tomar a la madre del nido junto a sus crías. (Deut. 22:6-7). Najmánides (España, siglo XIII) señala que esta ley no sólo tiene un propósito educativo, enseñar a evitar la crueldad y tener un corazón compasivo, sino también garantizar la continuidad de la especie.
  • La mitzvá que prohíbe ciertos cultivos combinados (22:9) que, como expresa Ibn Ezra (España, siglo XII), tiene por objetivo el salvaguardar cada especie.
  • La obligación de enterrar el cadáver de un bandido antes del anochecer (21:22-23) que pretende evitar la polución del aire causada por la putrefacción del cuerpo.
  • Las instrucciones referidas a la higiene del campamento y al tratamiento de los excrementos (23:13-14)

Estas mitzvot junto con tantas otras: el año sabático, la prohibición de derribar árboles frutales, etc. encierran un mensaje muy actual y poderoso sobre la necesidad de actuar responsablemente en la conservación y el cuidado del ecosistema, del lugar en el cual habitamos.

Somos responsables todos y cada uno de nosotros, donde sea que estemos, el procurar concientizarnos de la mejora de nuestras conductas en lo que hace al cuidado ecológico del mundo, para vivir en un lugar mejor, y dar testimonio constante de la presencia Divina y nuestra tarea de Tikun Olam.

Sepamos que no debe quedar en palabras, sino en hechos.

Shabat Shalom Umeboraj
Rab. Sarina Vitas

Haftarat Ki Tetzé

כי תצא | ISAIAS 54:1-10

“PORQUE SALDRAS A LA GUERRA sobre… y te los entregaré en mano…”, asi comienza esta parashá.

Ieshaiáhu, nos habla que llegó el tiempo de reconstrucción…

Ieshaiáhu nos alienta e invita a que nos animemos a la restauración… y la Parashá, nos manda a salir a la Guerra.

Y ya sabemos que HAFTARA y PARASHA están conectadas.

A que se refiere?? porqué en Hartará se habla de reconstruir y en Parashá se habla de salir a la Guerra?

Y no solo habla de Salir a La Guerra sino, que además dice que con solo SALIR A LA GUERRA, el enemigo será entregado, ni siquiera parece que hace falta que pelear!!

Ieshaiáhu, nos recuerda algo que YA SABEMOS que en realidad siempre es tiempo de reconstrucción… solo es estamos en “modo reconstrucción” porque siempre se puede hacer algo mejor!!

Ieshaiáhu en la Haftará describe situaciones contrastadas, perdidas y ganancias, sufrimientos y alegrías, pero siempre habla de recuperación de reconstrucción, como dice la Parashá CUANDO SALGAMOS A LA GUERRA, el enemigo será entregados en mano.

Y esto es así porque lo único que necesitamos es SALIR a la guerra, S A L I R a conquistar y a hacerse cargo de lo que hay que hacer…con eso será suficiente será suficiente ANIMARSE.

Quien este dispuesto a SALIR A LA GUERRA para desplomar y remover definitivamente a aquellos enemigos que se nutren de la destrucción y el deterioro, a los que salgan, el enemigo le será entregado en mano.

SALIR a la guerra, es salir a hacer frente a nuestras propias limitaciones.

Desafiar nuestras propias restricciones.
Y esto se entrena.
La actitud de animarse a correr nuestras limitaciones es un entrenamiento.

ESTO ES UNA DECISION, no es un don.

“SALIR a la guerra… o DEFENDERSE UN POCO”

…adentro, afuera y afuera, adentro… ¿Dónde estará?

Es esta la Quinta Haftará de las siete de consuelo, faltan dos para llegar a Rosh Hashaná y eso, entre muchas cosas significa que este tiempo de balance se acerca al cierre de la etapa… de alguna manera llega el tiempo de definir… definir como voy a continuar?

Somos responsables de nosotros mismos.

Para crecer solo deberemos asumir la responsabilidad por nosotros mismos.

LA RESPONSABILIDAD de estar dispuestos a PELEAR, no solo a defender, sino a avanzar, a correr limites, a ser creativos, a proponer cosas nuevas, a ser originales, a ser únicos.

Nadie puede hacernos grandiosos.

No hay atajos, somos el único actor responsable de nuestro propio crecimiento.

Y para crecer hay que romper estructuras que apresan y construirlas mas grandes.

Nadie podrá hacerlo por nosotros.

Estamos en Elul.

El shofar suena.

Esta TODO DISPONIBLE, y YA ES TIEMPO.

R E S P O N S A B I L I D A D & C O M P R O M I S O… “…te entregue (tus enemigos, que probablemente no estén afuera) en tus manos”

Porque EL Primer y Unico lugar que tu enemigo puede conquistar es TU CABEZA.. no se lo permitas.

Shabat Shalom Umeboraj
Silvia Dvoskin