Haftara Shemini

La Haftará que corresponde a esta semana se encuentra en el Libro de II Shmuel en el Capítulo 6.

Nos habla del Rey David, quien llamó a 30.000 hombres escogidos de Israel, para trasladar el Arca. El Rey David lo hizo con buena intención colocándola sobre un carro, mientras danzaban y cantaban alegres, algo que estaba prohibido puesto que el Arca debía ser llevada al hombro por los Levitas (Números 7:9).

La Haftará relata que “…pusieron el arca de D’s sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Avinadav que estaba en la colina; y Uza y Ahio, los hijos de Avinadav, conducían el carro nuevo…”.

Pero al llegar a la casa, Uza tocó el Arca para evitar que cayera, y fue entonces que cayó muerto al lado del Arca: “Y la ira del Señor se encendió contra Uza; y D’s lo hirió allí por su error; y allí murió junto al arca de D’s…”.

El enojo de D’s hizo que David llevara el Arca a otro destino: “Y estuvo el Arca de D´s en casa de Obed-edom el geteo tres meses: y bendijo D’s a Obed-edom y a toda su casa. Entonces David fue, y trajo el Arca de D’s de casa de Obed-edom á la ciudad de David con alegría”.

Finalmente, el Arca llegó a la casa de David luego de tres meses, y aconteció que Mijal, hija de Saúl, miró desde una ventana y vió al rey David que saltaba con toda su fuerza delante de D´s, y lo menospreció en su corazón. D’s la castigo y nunca tuvo descendencia. ( II Shmuel, 6:1-21).

En infinidad de oportunidades realizamos actos sin mala intención, de buena fe, porque nos parece correcto.

Al hacerlo quizás molestamos a alguien, ya sea por celos, envidia, o simplemente porque está mal.

Antes de actuar debemos pensar en las consecuencias de nuestras acciones. Podemos equivocarnos y es lógico somos humanos, lo importante es tratar de subsanar el error, pidiendo perdón siempre.
Tratemos en lo posible de mejorar nuestros errores sin importar cuál sea el obstáculo que tengamos enfrente.

Por esa razón en este Shabat tratemos de usar todas nuestras energías en pensar bien antes de actuar, asumir siempre que con buena fe los actos se pueden remediar siempre en paz para vivir en una gran armonía.

Shabat Shalom.
Susy Lapilover

Parasha Jol Hamoed Pesaj

Parashá Pesaj I

Morpheo lo miro a Neo y le mostro una pastilla azul para quedarse cómodo en la Matrix y una pastilla roja para salir, enfrentarse a la vida real, buscar ser libre y poder ser Neo.

3500 años atrás, el pueblo de Israel tuvo que sacrificar un cordero y marcar las puertas de su casa con rojo Sangre como gritando quiero salir de esta esclavitud.

La Hagadá nos pide que en cada generación cada persona tiene que considerarse como si cada uno salió de Egipto. Cuando era chico me parecía raro porque no me consideraba esclavo del Faraón, pero a medida que fui creciendo, empecé a ver faraones en todos lados.

Hoy vivimos en sociedades libres, pero nos seguimos atando a muchas cosas. Como el elefante que desde chico lucho sin éxito contra una pequeña estaca que lo tenía atado, pero cuando creció y tuvo fuerza, dejo de intentarlo porque seguía pensando que no podría soltarse.

Hoy no podemos salir de nuestro Egipto y tenemos un montón de Porques: “Soy así”, “No se hacer otra cosa”, “Cuando tenga más plata voy a…”, “Necesito este trabajo, aunque no me gusta”, “Ahora no, pero cuando termine de…”, “Me gustaría, pero no puedo”, “ya estoy grande” y miles de ejemplos más.

En Pesaj festejamos la salida de Egipto, pero tenemos que trabajar cada día por sacar a Egipto de nosotros.

El Mes de Nisan nos recuerda, que es verdad que hay un tiempo cíclico, donde todo se repite como el el día y la noche o ciclos anuales como las estaciones. Esos ciclos no los manejamos nosotros y somos esclavos de ellos, y eso nos hace estar cómodos. Pero hay un tiempo que si manejamos y en eso consiste la libertad. No esta todo predeterminado por la naturaleza. Ahí aparece Pesaj. El que nace esclavo no tiene porque ser esclavo, ni el medico tiene que ser medico toda la vida.

Tenemos que animarnos a tomar la pastilla roja y decidir ser libres, y así como Morpheo confiaba en NEO, tenemos que saber que hay alguien que nos acompaña en esa decisión y nos pide todo el tiempo que nos animemos.

Los judíos desde hace milenios festejamos todos los años Pesaj y eso nos marcó como Pueblo. A lo largo de la historia, los judíos aportamos muchas cosas a la humanidad, arte, ciencia, vacunas, revoluciones, etc. No creo que sea porque somos más inteligentes, desde chicos festejamos la libertad, y eso hace que no nos conformemos. Festejamos y gradecemos lo que tenemos, pero siempre hay que salir a buscar lo que queremos y siempre pedir un poco más.

En el Seder de Pesaj nos sentamos en familia, miramos a nuestro alrededor y festejamos por todo lo logrado. Pero al final de Seder dejamos una copa para brindar más adelante por todo lo que vamos a lograr cuando salgamos de nuestro Egipto. Ba Shana Haba e Yrushalaim.

¡Jag Sameaj!
Fabian Holcman

Haftara Jol Hamoed Pesaj

EZEQUIEL 37:1-14

Nuestro profeta nos relata como si fuera un sueño cómo A’d lo hizo pasar por medio de una llanura que estaba colmada de huesos secos.

La imagen en un primer momento es impactante; contiene algo de siniestro y puede producir rechazo, sin lugar a dudas. Pero lo que Ezequiel escucha es la voz de D’s haciéndole una pregunta fundamental: “Ser humano, ¿habrán de vivir los huesos estos?” Y si bien tal como Ezequiel le contesta a D’s que sólo Él lo sabe, en verdad será el accionar del hombre el que pueda lograr un resultado u otro.

Los sueños y proyectos quizás queden siendo huesos secos incapaces de articularse entre sí para cobrar nueva vida desde su esencia fundamental. O quizás el ser humano sabrá insuflarles las ganas de reconstruir, de dar nueva vida, de tener las fuerzas y la voluntad de crear desde lo que ya parece que no puede ser un mundo nuevo y distinto que contenga lo bueno e imperecedero de lo más profundamente nuestro y donde podamos resaltar valores que parecían perdidos, secos, de otra época.

Siguiendo a Ezequiel comprendemos que hay momentos especiales en los que el mundo parece extremo, árido y sumergido en las aguas al mismo tiempo, avanzando en muchos aspectos y nuevamente en guerra. Pero hay voces que, como impregnadas por el hálito divino que hay en cada uno de nosotros, nos invitan y ayudan a seguir estudiando, trabajando, construyendo.

Si podemos pensar que cada crisis es una nueva oportunidad, podríamos crear un mundo nuevo, tal como D’s le dice a Ezequiel, y hacer que lo que parece perdido se convierta en un mundo mejor y con más vida.

Nada está seco si nos tomamos el trabajo de regarlo cada día. Esta Haftará tan especial, para este Shabat de Pesaj, nos habla de salir a la libertad, de unir y cobrar nueva vida. Nuestro pueblo sabe que no fue uno solo el que se levantó para exterminarnos. Cada generación conoce de antisemitismos en sus diversas formas. Hemos aprendido a batallar siempre. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el sufrimiento humano. Debemos hacer nuestro el deseo de salir a una nueva realidad después de este Mitzraim, a un mundo más equitativo, más justo, más libre. El deseo de quedarse en Egipto no debe regresar jamás.

¡Shabat Shalom uMeboraj!
¡Jag Pesaj Kasher veSameaj!
Norma Dembo

Haftarat Shabat Hagadol

Esta semana leemos la PARASHÁ TZAV, la segunda del libro Vaikra, y le corresponde leer la Haftarah Jeremías 7:21-8:3; 9:22 y 23, pero, por ser el Shabat anterior a Pesaj se lee la Haftarah MaLAjI 3:1 4:24

El Shabat anterior a Pesaj se conoce como Shabat HaGadol, o El Gran Shabat. No está claro exactamente por qué recibió este nombre, pero podría ser un guiño referente al último verso de la haftará que se lee justamente para este Shabat:… ”He aquí, os enviaré al profeta Elías antes que venga el día Grande y Asombroso de Iud Hui Vav Hei (3:23)” (Malaji 3:24)

Estando el Pueblo de Israel en Egipto, lo primero que debieron hacer es, organizando ya la salida para abandonar Egipto, el día 14 de aquel mes primero – NIsan, fue sacrificar un cordero. Debían hacerse con el cordero cuatro días antes de la luna llena de Nisán: y ese día fue el Shabat 1o de Nisán (año 2448 de la Creación).

Mucho años, sucesos y episodios más tarde, habiendo construido el Templo de Jerusalém, ese cordero se convirtió en El Korbán Pésaj, (el sacrificio de Pésaj)… El 10 de Nisán se apartaba un cordero o cabra sin manchas, el cual era sacrificado al final del crepúsculo del 14 de Nisán en preparación para el 15, día en que sería comido después de ser asado, acompañado de matzá (pan ácimo) y hierbas amargas, llamadas maror… SEDER DE PESAJ

Considerando que la palabra K O R B A N (sacrificio), comparte su raíz con la palabra K A R O V (cerca), podemos pensar esa acción (sacrificio) como un acercamiento, como una acto de acercar dos partes…

Con las destrucción del Templo II ya no podían celebrarse dichos ritos, por lo que se fue desarrollando en las sinagogas el culto a través de su recuerdo.

Ese tipo de practicas fueron encontrando en la oración, plegarias y rezos una suerte de alusión. Desarrollando formas que rememoren aquel Shabat, 10 de Nisán, el Shabat anterior a la salida de Egipto, se lee una Haftará particular a Pesaj … MalaJI (3: 4:24) (Malaquías) en la que se anuncia el día del comienzo de los ocho días de moed de Pésaj.

La Parasha de esta semana, TZAV, se detalla sobre la forma de ofrecer sacrificios a D’s: los diferentes tipos de ofrendas, la forma de prepararlas, qué partes se pueden comer y por quién, y demas detalles. Y por extraños que parezcan estos rituales para nosotros hoy, sabemos exactamente lo que es un ritual.

Un ritual es una secuencia de actividades que implican gestos, palabras, acciones u objetos, realizados según una secuencia establecida, principalmente por su valor simbólico. Quiero poner el foco alli. En lo SIMBOLICO.

Esto era tan cierto en la antigüedad como lo es hoy. Los sacrificios de nuestra porción de la Torá estaban destinados a simbolizar la transformación interior de una persona. Una ofrenda por el pecado debía ir acompañada de un sentimiento de arrepentimiento y reforzarlo. Una ofrenda quemada podría evocar asombro y cercanía a Dios. Una ofrenda de acción de gracias era para despertar la gratitud.

Pero hay una constante en los escritos de los Profetas y es pronunciarse repetidamente a Bnei Israel por pensar que los sacrificios eran un fin en sí mismos, y que para D’s el solo hecho de la práctica del ritual era suficiente.

El sacrificio, la oración y todas las formas de acercamiento o reparación, no tienen valor a menos que el corazón esté conectado con esa realidad, un grado de consciencia y de reconocimiento de reparación del hecho debe acompañar la practica.

La realización de los rituales debe abordarse como acciones que despiertan el YO INTERIOR, como manifestaciones de un deseo profundo.

Aunque la Torá se ocupa de los detalles de la realización de rituales, no olvidemos nunca el real propósito de estos rituales. El ritual es UNA PRACTICA, es un SIMBOLO. Pueden enfocar nuestra atención y pueden estar llenos de significado.

Pero los rituales también siempre tienen el potencial de convertirse en una actuación de memoria, y el significado y la inspiración que deben evocar pueden perderse fácilmente.

Por eso, no dejemos de ahondar en el motivo profundo y real de las cosas. No nos quedemos con lo superficial, en lo que se aprecia a simple vista, en lo que parece.

Sepamos que las practicas del judaísmo tienen un sentido, no son simples tradiciones que se repiten de generacion en generación.

Cuidemos de no vaciar de contenido nuestras prácticas, investiguemos por qué son de tal o cual manera. Todo en esta realidad tiene un sentido y un motivo, y si llegáramos tan solo a sospechar que son “random”… inmediatamente investiguemos, y comprenderemos el motivo que las constituyó.

Los motivos que instauran una u otra practica, finalmente tendrán que ver con desarrollar un talento, o fortalecer una conexión, o generar un valor agregado.

Y todas y cada una de esas acciones construirán una realidad plena y grandiosa, manteniéndonos cerca y en franca paz.

¡Jag HaPesaj Kasher Ve Sameaj!

Shabat Shalom Umeboraj
Silvia Dvoskin

Parashat Tzav

Fuegos eternos

Parashat Tzav tiene a lo largo de sus palabras una dedicación especial a la importancia del fuego. “Y el fuego sobre el altar arderá en él, no habrá de apagarse, y quemará sobre él el sacerdote leños, mañana tras mañana… un fuego perpetuo habrá de arder sobre el altar, no habrá de apagarse” (Vaikrá 6:5-6).

El Mishkán, templo móvil en el desierto, nos invitaba a descubrir distintos fuego que debían ser parte del ritual y que no podían apagarse.

Uno de ellos, era el Ner Tamid, la lámpara perpetua ubicaba en el interior del Santuario.

Ese Ner Tamid era una de las siete luminarias que conformaban la Menorá. Hoy podemos ver en las sinagogas de todo el mundo, como sobre el Arón HaKodesh, hay una luz que siempre está encendida… esa luz recuerda el Ner Tamid del Mishkán.

Otro de los fuegos es el Esh Tamid, el fuego perpetuo que ardía sobre el altar, ubicado en el exterior del Mishkán. Este fuego servía como base para el fuego que quemaba los sacrificios. Debía arder siempre, por lo que los cohanim tenían la tarea de avivarlo y mantenerlos encendido con nueva madera cada día.

Dos fuegos, uno dentro y otro fuera. Uno que simboliza la Torá, como luz de vida, con sus enseñanzas iluminando el camino de nuestras vidas. Este fuego corre el riesgo de apagarse y al hacerlo, debía ser encendido con el fuego del exterior; aquel que nos vincula a las ofrendas, al esfuerzo, al trabajo cotidiano.

Fíjense la esencia del simbolismo: La luz de la Torá y su fuego solos no pueden sostenerse; necesitan de la acción de los hombres y mujeres, de nosotros, para ser alimentados día a día.

Y de eso se trata el mensaje de nuestra tradición, nada puede trascender si no hay vivencia, experiencia y dedicación. No se puede enseñar de un Seder de Pesaj; si no nos sentamos en una mesa leemos juntos, cantamos juntos y degustamos la matzá. No podemos enseñar sobre el concepto de Tefilá, si no participamos de una experiencia espiritual. Podemos sentirnos plenamente convencidos de nuestro “fuego identitario”; pero nos exige avivarlo cotidianamente en el exterior para fortalecerlo internamente.

Para que brille, ilumine, de calor.

Fuegos internos y fuegos externos, fuegos eternos que ardía en el Mishkán. Fuegos internos y fuegos externos de los cuales debemos ocuparnos. ¿Cómo? Cuestionando, estudiando, vivenciando, perteneciendo … dando sentido a cada ritual y encontrando el mensaje que nos transforme. Nada mejor que buscar en nuestras luces el mejor camino para transitar la vida. Nuestro pueblo por generaciones entendió que la Torá alberga toda esa sabiduría. Actuemos en consecuencia con nuestras decisiones y acciones alineadas a ella, para alimentar el fuego exterior y poder sentir internamente; que ambos fuegos son eternos y no se apagan.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

Haftarat Vaikra

Ishaiahu 43:21-44:23

En forma personal la lectura de esta Haftará me lleva a una reflexión muy necesaria en los tiempos que estamos viviendo.

La Haftará inicia con un exhorto a Israel (Isaías 43:23) diciendo: “No Me invocaste, te cansaste de Mí, no Me ofreciste tus ofrendas Olá, ni Me honraste con tus ofrendas Shelamim…”.

Es importante saber que la palabra con la que se hace referencia a estos sacrificios u ofrendas en el original hebreo es Korbán, que significa “acercar”, “aproximar”, porque en los tiempos en que estos se realizaban, el korbán tenía ese propósito de cimentar el acercamiento entre la persona y D´os. El korbán no era, ni es un remedio para el pecado o para obtener perdón. Siempre ha sido a través del proceso de Teshuvá que se retorna al camino del Eterno, así el korbán se convierte entonces en una vía simbólica para asumir la responsabilidad. En los sacrificios de animales se acostumbraba poner las manos sobre el animal simbolizando la trasmisión de las transgresiones y ofrendado como sustituto del hombre.

El día de hoy ya no se realizan estos sacrificios y espero que nuestra evolución y racionalidad no permita que se vuelvan a realizar, ya no hay un animal en quien poner las manos para traspasar nuestras falta de responsabilidad, ni un sacerdote que haga el sacrificio por nosotros, debemos preguntarnos ¿Sobre la cabeza de quién pondremos nuestras culpas o responsabilidades? ¿Quién hará el sacrificio por nosotros?

Los tiempos que estamos viviendo deben llevarnos como individuos, a tomar la responsabilidad de nuestros actos, dejar de querer responsabilizar a otros de lo que nos sucede, en lo individual y como sociedad.

Si el propósito del korbán es acercarnos al Creador, tenemos la Tefiláh, la Teshuvá y la Tzedaká, que hoy día cumplen esa función.

¿D´os no necesita las ofrendas o sacrificios?, claro que no, esto lo necesitamos nosotros; no son para negociar el perdón de Dios, pues en esta Haftará también aprendemos que El Creador dice. “Yo. Yo borro tus transgresiones por mi propia causa”, “No recordaré tus pecados” y esto no es porque lo merezcamos.

En esta Haftará nos recuerda que fuimos formados desde el vientre materno, que siempre nos ayuda, que no debemos temer, que verterá su espíritu, su bendición.

Aquí es donde el querido Rabi Sacks Z”L nos construye un puente tal como escribe en, para mí, su obra culmine, La Gran Alianza, “ D´os es la voz distante que oímos y que buscamos amplificar en nuestro sistema de sentidos, cada uno especifico de su cultura, una civilización, una creencia. D´os es el “Único” entre la multitud, la llamada que nos embarca en un viaje más allá de yo y sus luchas, que nos permite entrar en la otredad y creer a través de ella, convertirnos en un vehículo de bendición para el mundo, agradecer el milagro de la existencia y la luz que brilla cuando dos vidas se encuentran en la afirmación, el perdón y el amor”.

Es por eso mis queridos amigos, que el profeta Ishaiahu nos esta invitando a que abandonemos nuestra idolatría yoista que nos aleja de cualquier tipo de dialogo. Y hagamos el “Sacrificio” a través de la Tefilah, la Teshuvá y la Tzedaka en buscar a ese Único D´os que todavía cree en nosotros y sin esperar nada a cambio, tal como nos enseña el Rab Moshe Cordovero en su Tomer Dvorah.

Shabat Shalom Humeboraj
Ari A. Alster

Parashat Vaikra

Abrimos las páginas de un nuevo libro para enfrentarnos a nuevas historias y personajes, que nos van a desafiar a comprender rituales antiguos como lo son los sacrificios. Como siempre, el objetivo será poder hacer el trabajo de traer aquellas historias a nuestros días.

Nuestra parashá comienza de esta manera:

וַיִּקְרָא אֶל־מֹשֶׁה וַיְדַבֵּר יְהוָה אֵלָיו מֵאֹהֶל מוֹעֵד לֵאמֹר
“D´s llamó a Moisés y le habló desde el tabernáculo de reunión, diciendo”

Si estuviéramos frente al libro de la Torá veríamos qué la letra “alef” (א) de Vaikrá, es más chiquita que las demás. El midrash nos explica que Moshe al ser llamado para entrar al templo sagrado le preguntó a D´s: ¿Porque soy el único que está siendo convocado?. Como si quisiera decir que también otros tenían el derecho a ser llamados a la misma tarea que él.

Esto nos habla acerca de la enorme humildad que tenia el, una de las cualidades que hizo que se ganara un lugar en los ojos de D´s.

Los sabios nos enseñaron que “si alguien vive persiguiendo sus honores, los honores se le escapan, pero si no los busca llegarán de manera natural a su vida”.

Se trata de dar sin esperar nada a cambio, entregar algo nuestro, para algo más grande que nosotros mismos. La humildad al fin y al cabo, es el reflejo de la naturaleza de nuestros corazones, y la riqueza de nuestros sentimientos.

Hace 544 años nació Nicolás Copérnico, un hombre que nos enseñó que la tierra gira alrededor del sol, y no de nosotros mismos.

El mishkan, ese templo sagrado del desierto nos vino a enseñar la misma idea: No es el templo el que está alrededor de la gente, es la gente quien debe estar alrededor del Mishkan y de D´s.

Qué esta semana sea de nuevos comienzos para todos nosotros, un tiempo donde podamos sentirnos llamados a hacer lo que queremos hacer, sin olvidarnos de lo que debemos realizar.

Poder accionar con humildad en cada paso que demos, nos va a llevar por un camino lleno de bendiciones, y cosas hermosas.

Sea cual sea el camino que decidamos tomar, hagámoslo pensando en los que tenemos alrededor, mirando lo que otros necesitan de nosotros.

De esta manera estaremos abriendo un nuevo capítulo en nuestras vidas, uno que seguramente marcará un antes y un después, así como lo hizo el libro de Vaikrá.

Shabat Shalom.
Sem. Mati Bomse

Parashat Vaiakhel-Pekudei

La sabiduría del corazón de las mujeres

Este shabat, dos parashiot se unen para poder completar el ciclo de lectura anual correctamente.

El Mishkan se sigue construyendo, ahora es el turno de los utensilios y todos los elementos que habitan en el interior del tabernáculo.

Minuciosamente se detalla cómo debía realizarse cada uno de ellos, con que materiales y a cargo de quien.

Nada está librado al azar, razón por la cual los simbolismos que encierran cada uno de ellos es de una riqueza espiritual enorme que trasciende la materialidad de los mismos.

Sería difícil en este texto abordarlos a todos, por eso elegí para compartir con ustedes un pasaje cortito, que pasa casi desapercibido, pero sigue siendo una constante en la construcción de nuestras comunidades y templos hasta el día de hoy. Y además porque hace unos días conmemoramos el día internacional de la mujer, en recuerdo a mujeres trabajadoras que en silencio llevaban a cabo su tarea y la tragedia las hizo visibles.

Comenzaban a elaborar las vestiduras del Kohen (sacerdote), y dice el versículo: Vinieron los hombres junto con las mujeres…(35:22) el texto es claro, y nos dice acerca de quienes se acercaron para realizar la tarea, pero si vamos al idioma original la preposición que se traduce como junto en realidad es sobre. “Vaiabou a Anashim al a Nashim”, y “vinieron los hombres Sobre las mujeres…”

Dice el RAMBAN (Rabi Moshe ben Najman) acerca de este versículo, que pareciera mal redactado, (y todos sabemos que nada está mal escrito en la Tora), y explica, que las mujeres ya estaban allí cuando los hombres llegaron, ellas se encontraban trabajando cuando ellos se les unieron. Si bien en la mayoría de las comunidades son los hombres quienes ocupan los cargos directivos que las llevan adelante (hay excepciones), también por lo general, son las mujeres las primeras que llegan como voluntarias, a organizar, adornar, embellecer, repartir la tzedaka, cocinar, llevar a cabo las tareas que requieren un hilado fino, minucioso, como nuestras queridas ALMAS de Amijai.

Continua el texto diciendo: “Toda mujer sabia de corazón hiló con sus manos…” (35:25) “y todas las mujeres cuyo corazón las inspiró con sabiduría hilaron el vellocino de cabra…” (35:26) En la literalidad del texto se relaciona esa sabiduría con la habilidad de las mujeres para el hilado. Pero si nos introducimos en sus palabras y nos detenemos en Jojmat lev, sabiduría del corazón, podemos entender que esa sabiduría atribuida a las mujeres es mucha más que la capacidad de hilar. La sabiduría, en nuestros textos, muchas veces se la relaciona con Irat Hashem, ese temor reverencial a Hashem que despierta nuestra EMUNA. Esta palabra tan conocida y hasta “gastada” de tanto uso, encierra en sus letras otra palabra que describe la labor de estas mujeres. Ellas eran artesanas (en hebreo) Omenet, que, con su sabiduría, proveniente del corazón, iban tejiendo lo importante: La Emuna. La confianza y la sabiduría no son atributos que nos llegan así nomás. Requieren de una labor artesanal, minuciosa, que combina colores y texturas, pero principalmente requieren mucha paciencia y dedicación constante. Tal vez por eso el texto, realza esta tarea como femenina.

Pero como todos los midrashim son valiosos y nos traen luz sobre diferentes aspectos, voy a retomar la explicación de Rashi sobre este pasaje: Vaiabou a Anashim al a Nashim, él dice que donde dice AL se refiere a IM, que significa con o junto.

Que todo este juego de palabras e interpretaciones nos sirva para comprender que necesitamos del trabajo de todos, reconociendo nuestras capacidades, diferencias y similitudes. Tanto hombres como mujeres tenemos algo valioso que aportar en la construcción de la vida.

Ojalá que hombres y mujeres, comprendamos este mensaje y JUNTOS.

Graciela Cobe

Haftarat Vaiakhel-Pekudei

Hace algunos años atrás, en una experiencia en la que participé, me preguntaron si yo era consciente de cómo llegan las cosas a mis manos. Desde la prenda de vestir que utilizo todos los días, hasta lo que consumo a diario para alimentarme.

En aquellos días, fue una pregunta que me quedó al pasar, pero que últimamente me es más recurrente en mi vida, consumos y hábitos.
Esta semana, leyendo la Haftarat Vayekhel-Pekudei, nos relatan sobre la construcción del primer Beit Hamikdash, el Gran Templo de Jerusalem, a cargo del Rey Salomón, hijo del Ray David.

Hay cuatro comentaristas: Rashi, Radak, Ralbag y Abarbanel, que acercan una idea de por qué el Rey David no construyó el gran templo de Jerusalem y por qué el Rey Salomón, durante su construcción, no quería utilizar la fortuna que heredó de su padre para el armado de esta casa sagrada.
Según estos sabios, David había sido un hombre de guerra, esos materiales, metales y joyas podrían haber sido obtenidas como botín de guerra, es decir que, tal vez, costaron vidas.
Pero acá traigo ese planteo que me hicieron hace años atrás, conceptualmente. ¿Podemos construir una casa de paz y espiritualidad a costas de algo obtenido al precio de la guerra y sangre?

Si este escenario lo traslados al presente, lo que construimos, lo que consumimos, lo que recibimos y lo que damos, ¿somos conscientes del origen? ¿Debemos saberlo? ¿Hace falta? ¿Qué pasa si algo tiene un buen fin pero no es bueno su origen? ¿Debemos de aceptarlo?
Aclaro que no tengo las respuestas, pero eso no me detiene a seguir buscándolas a través de las preguntas y la reflexión.

Creo que hoy estamos transitando un período de consciencia y compromiso humano-social, donde traemos a flote preguntas que, tal vez, pueden incomodar pero, creo, que son los cimientos necesarios para una nueva generación y la sociedad que algún día soñamos ver.

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftarat Ki Tisa

Este Shabat tiene un nombre especial, se denomina Shabat Pará y es el tercero de los cuatro shabatot especiales antes de pesaj.

La Haftara en alusión a este Shabat nos trae la historia del profeta Iejezkel quien menciona las “aguas purificadoras” que Di-s rociará sobre nosotros con la llegada de la redención. Lo qué conecta el tema de la lectura adicional de la Torá de esta semana: las cualidades
purificadoras de la “Vaca Roja”.

Nos cuenta la tradición qué D’s trajo de regreso al pueblo a su tierra y los purifico con las aguas de la vaca roja. La gente se avergonzó de sus acciones, y después de haber pasado por el proceso de purificación y arrepentimiento, Di-s reconstruyó el país y le otorgó prosperidad y generosidad.

Repobló las ciudades, y las ruinas fueron edificadas. La tierra asolada fue trabajada.

Y dijeron: ‘Esta tierra que estaba asolada se transformó en el Jardín del Edén, y las ciudades que fueron destruidas y desoladas y derribadas fueron reestablecidas como ciudades fortificadas.

Esta declaración fue dicha por Iejezkel hace cientos de años, la promesa para aquella generación la podemos ver nosotros hoy plasmada en el estado de Israel vibrante y moderno qué tenemos.

Debemos ser conscientes de la posibilidad única de tener un estado judio a nuestros pies, al alcance de un vuelo de avión.

Lo qué no podemos permitir es qué la división interna nos consuma, qué la política nos lleve a todos los judios, vivamos o no en la tierra de Israel a dividirnos y pelear entre nosotros mismos. No podemos dejar que nuestras divisiones ideológicas nos lleven a romper las bases construidas hace menos de 80 años atrás con tanto esfuerzo.

Esto solo nos aleja de la esencia de nuestro pueblo, de sus ideales, su objetivo común y entonces perdemos el eje , nos impurificamos, perdemos todo.

Existe un enemigo común para todos nosotros y hoy lo vimos actuar en el centro de Tel Aviv, ese enemigo es el antisemitismo, el terrorismo, el odio, la violencia en manos de quienes nos quieren destruir.

Así como el pueblo judio en los tiempos de los profetas se unió para superar las batallas difíciles es tiempo de qué nosotros bajemos las barreras qué nos dividen y nos juntemos para un mismo objetivo, qué lleve a nuestro pueblo a un futuro de paz, prosperidad, hermandad y amistad entendimiento mutuo y amor al otro para no perder lo qué es nuestro

Jardín Del Edén en Medio Oriente.

Shabat shalom
Sem Mati Bomse