Haftarat Mishpatim

Jeremías

En la Hartará de esta semana nos toca leer sobre el profeta Jeremías, él predicó en el reino de Judea queriendo hacer que los judíos dejen de pecar para intentar evitar la destrucción del primer templo, cosa que no logro.

Jeremías describe el castigo que caería sobre los judíos porque continuaron esclavizando a otros hebreos después de seis años de servicio, transgrediendo el mandamiento discutido al comienzo de la lectura de la Torá de esta semana. Predice que Jerusalén será conquistada debido a la falta de respeto del pueblo hacia Dios y entre ellos.

Nuestro Profeta reacciona porque el pueblo no respeta el pacto que habían hecho y deja en claro que una sociedad no puede seguir esclavizando a sus semejantes indefinidamente. Dios recordó el pacto que había hecho con nuestros patriarcas y nos hizo ser libres de Egipto para que busquemos nuestra propia libertad y la de los que nos acompañan.

Desde nuestra salida de Egipto, el cruce del mar y la llegada al Sinaí nos queda claro que hacemos nuestro camino buscando a cada paso aires de libertad, pero esa libertad viene acompañada de responsabilidad individual y colectiva. La primer Mitzva de la Parashá que estamos leyendo habla sobre la libertad de los esclavos.

La salida de Egipto ocurrió hace miles de años, pero tenemos que recordarla todo el tiempo. Todas las semanas cuando levantamos la copa del Kidush lo hacemos “En Recuerdo de la salida de Egipto”.

Pero esa Esclavitud, esa estrechez, esa falta de rumbo y de propósito, no se quedo en Egipto. Muchas veces nos encontramos peleando batallas que no son nuestras, que no tienen sentido, que nos esclavizan en discusiones o en trabajos que sabemos que no son importantes, pero los hacemos igual, porque tenemos que hacerlo. Muchas veces postergamos cosas importantes por cosas urgentes y el día a día nos termina esclavizando.

Dios nos saco de Egipto para que seamos libres de definir nuestro camino y nos entregó la tora para que seamos responsables por nuestros actos.

Hoy nos sigue pidiendo que al menos una vez por semana, paremos, levantemos una copa y recordemos que ÉL ya nos saco de Egipto, ahora es nuestro trabajo sacar a Egipto de nosotros.

Shabat Shalom
Fabián David Holcman

Parashat Mishpatim

Cuentan que Martin Buber dijo una vez que si nos tocase vivir a nosotros en la época bíblica, respetando las leyes de la Torá, como en la parashá de esta semana que dice: “ojo por ojo”,  todos ya estaríamos ciegos.

Algunos opinan que parashat Mishpatim representa un  estado espiritual y emocional contrario al de parashat Itró que contiene los diez mandamientos y relata acerca del momento único y especial del encuentro entre Dios y el ser humano  en Sinaí.

La parashá de esta semana,  no trae mandamientos tan elevados quizás, y si son las obligaciones cotidianas para la construcción de una sociedad humana buena, justa y compasiva.

Es el contraste entre sentimiento y rutina, entre lo extraordinario y lo usual y cotidiano.

La propuesta de la Torá que juega entre las dos posibilidades es muy interesante. No podemos estar siempre arriba, viviendo lo extraordinario y soportando tanta carga emotiva.

La Torá nos dice que Dios bajó y dejo los mandamientos más elevados y nos dejó también normativa para construir un edificio concreto y estable, de leyes y antecedentes para guiarnos.

Hay una mitzvá que es mencionada dos veces en esta parashá.

 “Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Éxodo 22:21)

 “Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” (Éxodo 23:9)

La prohibición de afligir al extranjero o engañarlo se repite en la Torá muchas veces más. Y también no torcer el juicio, amar al extranjero, y todas las veces está escrito: “porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto”  

De aquí aprendemos que hay una relación directa entre el vínculo que el pueblo de Israel debería dar a los que quieren ser parte de él y entre la propia historia.

La Torá se vincula positivamente con el ser extranjero y los extranjeros. Nada más ni nada menos que treinta y seis veces se nos ordena, que debemos relacionarnos positivamente con el extranjero.

Nejama Leibovitz señala que el verbo oprimir y afligir también aparece en la revelación del capítulo 3 con la zarza ardiente. Allí Dios le dice a Moshé: “El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión y angustia con que los egipcios los oprimen” (Éxodo3:9)

Según esta gran maestra y estudiosa de la Torá,  la utilización del mismo verbo,  viene a insinuar que cuando leemos en la Torá sobre la prohibición de oprimir y producir angustia al extranjero, también recordamos la propia vivencia de opresión y angustia como extranjeros.

Ella explica que a veces aparece concretamente: indicando: ¿sabes por qué no debes hacer  eso? porque vos fuiste extranjero, y otras, esta insinuado y casi oculto en el lenguaje.  

Muchas veces creemos que la opresión se ve a simple vista pero hay más de una forma de opresión. Por ejemplo está legislado que no hay que oprimir verbalmente, pero tampoco con dinero.

Si tenemos un parámetro para nosotros mismos,  no podemos no usarlo y aplicarlo para con los demás. En definitiva, como lo enseñaba el maestro Hilel: “No hacer al otro lo que no te gusta que te hagan a ti”.

Shabat Shalom uMevoraj!
Rabina Judy Nowominski

Parashat Itro

Primera clase en la carrera de Administración de Empresas, el profesor reparte el capítulo 18 del libro de Éxodo. ¿Acaso vine a estudiar Torá fue mi pregunta? Y la respuesta se develó sola.

Este es el capítulo que relata el sabio consejo de Itró, suegro de Moshé, para con su yerno. Lo veía como trabajaba anonadadamente día y noche escuchando y juzgando al pueblo. Es verdad, hasta el momento Moshé era el único conocedor de la ley y la única autoridad para poder juzgarlos.

Itro se sorprendió de este accionar de Moshe y le advirtió: “No está bien lo que haces, sin duda desfallecerás así como tu pueblo que está contigo, porque esto es demasiado pesado para ti. No podrás hacerlo solo” (vers. 17-18). Y después de la advertencia le aconsejó: Elige hombres con virtudes y capacidades. Tú les enseñarás y transmitirás la ley, de esa forma podrán ayudarte. Y juzgarán ellos también, los temas importantes que lleguen a vos, pero el resto, que se hagan cargo.

Leerlo, es aprender nuevamente una lección de vida. Es de los consejos más sabios que un líder puede recibir en su función y de los aprendizajes más sanos en nuestra intimidad.

Nadie lo puede todo, ni lo sabe todo… y muchas veces actuamos así. Por orgullo, por ansias de poder, por miedo a manifestar debilidad, por temor a que nos muevan el piso. Asumimos todo en nuestras espaldas, y con el tiempo desfallecemos.

En la sociedad que vivimos los ejemplos abundan. Líderes de toda clase, que con tal de deslumbrar, poseer el poder total y llevarse los aplausos; evitan transmitir, compartir, educar y dar lugar a mayor participación.

Desde antaño aprendemos que no es el mejor camino, es más, es el equivocado. Un buen líder requiere de un buen equipo. De confianza y armonía con los otros. De ser empático y solidario. De transmitir que todos están para todos. En eso radica el verdadero liderazgo.

Si Moshé no hubiese dividido la tarea, con su muerte el pueblo de Israel se habría quedado sin nadie que pudiera sucederlo, lo cual hubiera provocado un caos.
Es factible creer que al delegar, nos debilitamos y perdemos lugar; pero es lo contrario brillamos mucho más y contagiamos ansias de construcción y desarrollo.

Ojalá este texto pueda infundirnos seguridad en las decisiones de aprender a compartir y guiarnos en la vida comunitaria, social, como en los aspectos personales… a escuchar las palabras de Itró y hacer caso a su sabio consejo.

Shabat Shalom Umeboraj
Rab Sarina Vitas

Haftarat Itro

En Parashat Itro leemos acerca de la maravillosa revelación de la Torá por parte de D´s. Los israelitas estaban asombrados al experimentar la presencia de D´s: “Todo el pueblo vio los truenos y relámpagos, el estruendo del cuerno y la montaña humeando; retrocedieron y se mantuvieron a distancia” (Shemot 20:15)

Parece coincidencia (dudo que existan), porque la sección de nuestra Haftará para esta semana nos acerca otro relato de una experiencia religiosa: la primera visión de Isaías, en la que le fue anunciado que sería profeta de Israel. En la visión de Isaías, D´s está sentado en un trono en lo alto, rodeado de asistentes que son criaturas de seis alas. Estas criaturas, llamadas serafines, se gritan entre sí: “¡Santo, santo, santo! ¡El Señor de los Ejércitos! ¡Su presencia llena toda la tierra! “(Isaías 6:3). Estas líneas se han incorporado a nuestra liturgia en la oración de la “Kedushá”.

Nos cuentan que mientras los Serafines se gritan entre sí, los postes de las puertas temblaban y la casa de D´s se llenó de humo. Isaías está entre sorprendido y avergonzado diciendo: “¡Ay de mí! ¡Estoy perdido! Porque soy hombre de labios inmundos, y vivo en medio de un pueblo de labios inmundos; sin embargo, mis propios ojos han visto al Rey, Señor de los Ejércitos” (6: 5).

A pesar de la vacilación y las dudas de Isaías, su iniciación continúa. Un Serafín toma un carbón y se lo acerca a sus labios, declarando que con esta acción sus errores son purgados. Entonces D´s se dirige directamente a Isaías y le pregunta: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?” Isaías se ofrece como voluntario: “Aquí estoy; envíame”(6: 8).

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftarat Beshalaj

Poco tiempo después que el pueblo de Israel saliera de Egipto, el Faraón con seiscientos carros, persigue a nuestro pueblo quien queda atrapado entre ellos y el Mar.

Dijo Adonai a Moshe:
“Tú alza tu vara y extiende tu mano hacia el mar y pártelo y que en él entren los hijos de Israel en medio del mar: por lo seco” – Éxodo 14:16 – y así fue, convirtiéndose éste en uno de los milagros mas conocidos y recordados de todo el texto bíblico.

Cuentan los sabios que cuando el pueblo se encontró entre la espada y la pared se dividió en cuatro grupos:

El primer grupo opinaba que había que pelear contra los egipcios ya que eran hombres libres y debían defenderse.
El segundo grupo opinaba que debían rendirse, ya que el ejercito egipcio era enorme.
El tercer grupo pensó que jamás podrían ganarle a los egipcios y entonces debían tirarse al mar.
El cuarto grupo decía que la única opción era rezarle a Dios para que los salve.

¿Cuál es la importancia de los planteos de cada uno de los grupos?

Los cuatro planteos representan posibles respuestas a desafíos de nuestras vidas cotidianas: Pelear, rendirse, tirarse al mar o rezar.

Si cerramos los ojos y vemos nuestros sueños, seremos conscientes que estas cuatro respuestas pueden servirnos; Pelear, porque cuando sabemos a dónde queremos ir debemos luchar para llegar hasta ahí.
Rendirse, porque hay veces que debemos renunciar a momentos para alcanzar lo que realmente es importante.
Tirarnos al mar, arriesgarnos para permitirnos ser llevados por la corriente y así descubrir nuevos caminos.
Y, por último Rezar, para poder llegar hasta la meta rodeados de quienes mas queremos, con fuerza, con salud y la iluminación necesaria para ver mejor.

Podamos todos en esta semana animarnos a encontrar nuestras metas y de esa forma comenzar a cruzar nuestro propio mar.

Shabat Shalom.
Sem. Brian Bruh

Parashat Beshalaj

El pueblo de Israel está escapando de las manos del Faraón después de cientos de años de esclavitud y trabajos forzados.

Es en el momento que llegan al Mar Rojo, donde se encuentran entre el peligro de atravesarlo o volver a Egipto y enfrentar al faraón.

La Tora nos cuenta lo terriblemente asustados que se encontraban y en su desesperación el pueblo de Israel llamó a gritos a Dios. Incluso dijeron a Moshé: ¿Faltaban tumbas en Egipto que nos quisiste traer a morir al desierto?

Frente a la imagen que se presentaba ante sus ojos, todo era desesperación y desastre. No había forma de que pudieran salir del lugar en el que se encontraban parados, porque parecía que nada iba a salir bien.

Es ese momento donde sentis que la vida te frena y no te deja avanzar para poder concretar los objetivos que te habías propuesto, porque alguien o algo se interpone en ese camino.

Es entonces qué Moshé clama a dios y le dice a la gente que no se preocupe qué Dios iba a resolver las cosas:

Y dijo Dios a Moshé: ¿Por qué clamas por mí? Hablale a los hijos de Israel y que viajen (14:15)

En otras palabras Adonai le dijo a Moshé:

“Moshé, hay momentos para prolongar la tefilá, el rezo, y momentos para reducir la plegaria. Mis hijos están sumidos en la angustia, el mar se cierra y el enemigo corre tras ellos… ¿Y vos te detenés y te extendés en el pedido de la oración? (Mejilta deRabi Ishmael)

Ante un tiempo desesperado lo que hay que hacer nos dice Dios, es pelear, dar lucha y avanzar a paso firme.

Es el momento donde te das cuenta qué no te queda más opción que hacerte cargo vos mismo de tu destino y de tu deseo. Porque ha desaparecido toda posibilidad de espera de ayuda externa , un milagro o una solución mágica.

La persona esperanzada apuesta al milagro a la magia. El esperanzado no maneja la situación , no tiene ningún tipo de intervención en los hechos.

La actitud de Moshe de dejar en manos de Dios la resolución de la libertad lo borra por completo como sujeto de la historia.

Por el contrario la desesperación, canalizada positivamente, no te entrega te pone a luchar y a pensar cuál es el nuevo camino que tengo que tomar para superar este desafío al que la vida me enfrenta

En esta historia encontramos personajes que nos enseñaron que lo que había que hacer era meterse al agua, jugársela, pelear por seguir el camino que se habían propuesto caminar y de esa manera ganar la libertad.

Todo se resumen en cuan comprometidos estemos nosotros en hacernos cargo de nuestro destino.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftarat Bo

Irmiahu 46:13-28

Recordemos una vez más que nuestro profeta vivió en el año 650 aec.
Pertenecía a una familia de Cohanim que vivían al noreste de Ierushalaim.
Le tocó ver caer a Nínive, aniquilada por el imperio asirio en el 606 aec.
Fue llevado a Egipto y de ahí proviene su última profecía para el pueblo de Israel.
No se sabe si murió en Egipto o en Babilonia.
Se cree que es el autor de Sefer Melajim (El libro de los Reyes) y de Meguilat Ejah (El libro de Lamentaciones).

Esta Haftará está en total analogía con la Parashá a la que acompaña.

Nos encontramos con un rey cobarde, que se ha sentido poderoso pero rehuye ahora la batalla y no enfrenta a su enemigo en el plazo señalado.
Tal como el faraón no aceptó tampoco el plazo señalado.
En este caso las huestes babilónicas destruirán el país, de ahí iremos al exilio y D´s cumplirá su palabra.
El país será destruido por causa de la idolatría “que como víbora se expande”.
El faraón había ya padecido una gran derrota y finalmente termina destruido por el Rey de Babilonia tal como lo había vaticinado nuestro profeta.

Vemos que sea cual sea el faraón de turno y aunque amenace y quiera quitar libertades sigue siendo más fuerte el pueblo que se une para no dejarse arrastrar a la idolatría, o sea, a vender sus convicciones y creencias, su fe.

Sabemos que no es fácil que cada uno defienda sus ideas y aún así luchar todos juntos por un lugar mejor. Esta sería la fórmula de la justicia y podríamos contar como nos enseña nuestro profeta que de esa manera D’s no nos destruirá.

¡Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Parashat Bo

Shemot 10:1-13:16.

Sin lugar a duda esta, es claramente la Gran parashá de la “Libertad”.

¿Qué significa de Libre?

¿Qué Necesita un pueblo para ser Libre?

“El diccionario nos define que libre, se refiere a quien tiene libertad, es decir, aquella persona que tiene la posibilidad de tomar decisiones y llevar a cabo una acción sin imposiciones externas.”

Entonces pregunto ¿somos libres por que Moshé nos liberó del Faraón?

Claramente la respuesta es “NO”.

Entonces vamos a tratar a responder la segunda pregunta. Moshé nuestro gran líder, nos va mostrar en tres versículos, dentro de esta parashá, que la herramienta fundamental para conseguir la libertad es la educación. Así veremos, como se refirió al mismo tema: hablando sobre los niños, la educación y el futuro distante.

Y cuando tus hijos te pregunten “¿Qué significa este ritual?” les responderás: “Es el ritual de Pesaj de

sacrificio para el Señor, porque Él salteó las casas de los israelitas en Egipto cuando golpeó a los

egipcios, pero salvó nuestras casas.” (Éxodo 12:26-27)

Y le explicarás a tu hijo en ese día: Es por lo que el Señor hizo por mí cuando me liberó de Egipto.”

(Éxodo 13:8)

“Y cuando, en el tiempo en que eso ocurra, tu hijo te pregunte “¿Qué significa esto?” le dirás: “Fue

con mano fuerte que el Señor nos sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud.” (Éxodo 13:14)

Es uno de los actos más inspiradores, de la historia del liderazgo. Moshé no habló de hoy o de mañana.

Habló del futuro distante.

En la tradición judía, debemos incentivar a los niños a hacer preguntas, de tal manera que el manejo de la herencia judía no sea un aprendizaje de memoria, sino que resulte del diálogo activo entre padres e hijos. Por todo esto, el judío fue el único pueblo de la historia que predicó su supervivencia en base a la educación. El deber más sagrado de los padres es enseñar a sus hijos.

Pensemos en los rituales y los mensajes que nos ofrece el Seder de Pesaj, claramente la Hagada es un modelo de rituales que están destinados esencialmente a la educación. Es más, no solo para los hijos, para nosotros los padres también. De hecho, es muy común para aquellos que nos gusta armar grandes mesas, para la festividad de Pesaj, y que siempre tenemos invitados, en cada familia siempre hay parientes que no tienen mucha instrucción sobre Pesaj. Es nuestra obligación explicarles con lujo de detalle durante el Seder todos los símbolos que tenemos sobre nuestra mesa y contarles la historia del sucedido.

Pesaj se transformó en un seminario continuo en el traspaso de la memoria. El judaísmo se transformó en la pueblo en la que sus héroes son maestros y cuya pasión es el estudio y la vida de la mente.

La introspección de Moshé fue profunda. Sabía que no se puede cambiar el mundo solo mediante lo

externo, como la arquitectura monumental, los ejércitos o los imperios, o el uso de la fuerza o del poder.

¿Cuántos imperios han nacido y han desaparecido, mientras que la condición humana permanece sin

transformación ni redención?

Hay una sola manera de cambiar el mundo, y es mediante la educación. Es necesario enseñar a los niños la importancia de la justicia, la rectitud, la bondad y la compasión. Debes enseñarles que la libertad solo puede sustentarse por las leyes y la práctica de autocontención. Es necesario recordarles constantemente las lecciones de la historia: “Fuimos esclavos del Faraón en Egipto” porque los que olvidan la amargura de la esclavitud podrán perder el compromiso y el coraje de luchar por la libertad.

Es por eso mis queridos amigos que la educación es la herramienta fundamental para mantenernos vivos como pueblo. Es obvio que en las enseñanzas de Moshe Rabeinu con respecto a la educación de los hijos se refiere a nuestros hijos, pero nos incluye a nosotros también todos somos Benei Israel, hijos de Israel.

Los invito a seguir estudiando, no importa cuanto sepamos, nunca sabemos lo suficiente y todos los días aprendemos algo nuevo. Como nos enseña el Pirkei Avot 4:5 “Rabí Ismael, hijo de Rabí Yossei, diría: Quien aprende Torá para enseñar, tiene la oportunidad de aprender y enseñar. Quien aprende para hacer, tiene la oportunidad de aprender, enseñar, observar y hacer.”

Shabat shalom humeboraj.
Ari A. Alster

Parashat Vaera

Después de discutir con Dios por una semana, Moisés finalmente decide ir a enfrentarse al Faraón. Conociendo sus dificultades en hablar busco a su hermano como complemento y formaron un equipo exitoso por los siguientes 40 años. Fueron a ver al pueblo de Israel y los convencieron de que a través de ellos y con la ayuda de Dios, se terminaría la terrible esclavitud.

Tenía el respaldo de Dios, tenía todas las instrucciones sobre qué hacer, tenia el equipo para acompañarlo. Tenía lo que hacía falta para que todo le salga bien. No solo eso, sino que hizo todo bien. Siguió al pie de la letra todas las instrucciones que le había dado Dios.

Es verdad, tenía dudas. Pero quien no tuvo dolor de panza antes de rendir un examen difícil, o antes de una reunión importante que te puede cambiar la vida. Dijo: “Yo no puedo!”, “Los Israelitas no me van a creer”, “El faraón nunca nos va a permitir”. Incluso al final de la parashá pasada volvió a discutir con Dios: “Por qué le haces mal a este pueblo? ¿Por qué me haz enviado? Desde que vine están mucho peor”. Pero igualmente siguió adelante y volvió a ver al Faraón.

A pesar de seguir todas las instrucciones de Dios, y hacer todo tipo de milagros no lograba su objetivo. Tuvo 9 reuniones con el Faraón y en todas volvió sin un resultado exitoso.

Aquí hay un mensaje perdurable. El liderazgo, aún el del más alto nivel, frecuentemente está signado por el fracaso. Todos los grandes lideres tuvieron grandes fracasos antes de ser lideres exitosos. Lo que tuvieron en común es que no tomaron el fracaso como definitivo sino como un aprendizaje necesario para llegar al éxito.

Un ejemplo de esto es el del conocidísimo WD-40. En 1953 el norteamericanoNorm Larsen invento el aceite WD-40 que todavía se usa en los talleres para aflojar tornillos, como antioxidante y muchas funciones mas. Lo increíble de la Historia es que le puso WD-40 porque las primeras 39 formulas habían fracasado y fue recién en el intento 40 que logró el producto que sigue vigente hasta hoy. No escondió sus fracasos, sino que los uso como marca de su producto, y todavía hoy sigue liderando el mercado.

Las derrotas, las demoras y las decepciones, duelen. Le dolieron a Moshé. Por lo tanto, si en alguna ocasión nos sentimos desmoralizados y desanimados, es importante recordar que hasta los más grandes personajes fracasaron. Lo que los hizo grandes fue que persistieron.

El camino al éxito pasa por muchos valles de fracaso. No hay otra vía posible. Hay que seguir intentando.

Shabat Shalom
Fabian David Holcman

Haftarat Vaera

EZEQUIEL 28:25, 26 29:1:21

Las Haftarot, que son porciones del Tanaj que leemos después de la lectura de la Parashá en Shabat o en Jaguim, son extractos de profecías escritas por los mismos profetas, y ese texto elegido por nuestros sabios esta siempre relacionado o vinculado con la Parashá de la semana.

Esta semana la parashá es Vaera, y el tema de esta porción es principalmente las SIETE PLAGAS, o SIETE GOLPES que caen sobre Egipto.

En esta oportunidad quien protagoniza la Haftará, es el Profeta EZEQUIEL quien en su profecía habla acerca de la fuerza de Ds que caerá sobre Egipto. Otra vez, como en la época de Moisés, la tierra de Egipto, el Poderoso imperio Egipcio y sus habitantes, sufrirán las consecuencias.

Ezequiel vive y profetiza en (Babilonia) y les habla a las tribu de Judá que vive en Babilonia, alentándolos que el exilio no durara por siempre y les habla de una profecía que Ds irá contra Egipto.

Ezequiel y Jeremías, ambos profetas son contemporáneos, viviendo Jeremías en Jerusalem, y Ezequiel en Babilonia.

Problemas políticos del momento cuando el Rey de Jerusalem no sabe si someterse a Babilonia o aliarse a Egipto contra los Babilonios.

Los asesores del Rey de Jerusalem opinaban que había que unirse a Egipto.

Conflicto político entre Egipto y Babilonia y los judíos en el medio.

Los judíos pensando con quien se aliaran. ¿Babel o Egipto? Cuando todo esta dicho que Israel no debe aliarse con nadie. Debe construir su propia estructura sin aliados. Porque tiene UNUNICOALIADO.

Y estas son las palabras que escucha Ezequiel… que el DEBE HABLARLE AL FARAON…

“10..….estoy contra ti y contra tus ríos, y convertiré la tierra de Egipto en ruinas, en un desierto desolado…11. No pasará por ella pie de hombre, ni pie de bestia pasará por ella, ni será habitada por cuarenta años. 12 Y haré que la tierra de Egipto sea una desolación en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años, y esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras. 13 Pero Adonay YHWH dice así: Al fin de los cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos en los cuales fueron dispersados, 14 y haré tornar el cautiverio de Egipto y los haré volver a la tierra de Patros, tierra de su origen, y allí serán un reino modesto. 15 Será más modesto que otros reinos, y nunca más se alzará sobre las naciones, porque Yo los disminuiré para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones 16. Y la casa de Israel no depositará más la confianza en ellos, ni recaerá en el pecado de haber ido tras ellos”

Cuando las palabras de Ezequiel fueron pronunciadas, Egipto era una Gran Potencia.

¿Qué pasó? ¿Y ahora?
¿Cualquier semejanza con la actualidad… es pura coincidencia?
Ya hemos escuchado de alarmas.
Ya hemos escuchado de avisos.
Pero, ¿qué pasa que las cosas se repiten?
¿Por qué vuelve el mensaje?
¿Por que hay que repetirlo?
¿Será que no escuchamos? ¿Será que no aprendemos?
Será.

Es una buena manera de darnos cuenta que realmente no lo hemos aprendido.

Porque si se repite, si vuelve, es que no lo tenemos afianzado. No lo hemos hecho propio.

Reparemos en aquellas cosas que vuelven una y otra vez sobre nosotros.

Reparemos en aquellas situaciones que se nos presentan reiteradamente.

Prestemosle atención a aquellas mensajes que reaparecen…

Porque si ese es el caso, entonces no hemos escuchado.

Porque si esa es la situación no hemos aprendido, porque si el mensaje se presenta es porque entonces debemos repensarlo.

Cuando este aprendido, cuando ya sea parte de nosotros mismos, entonces no volverá a ser un desafío…

Y estas fueron las palabras que escuchó Ezequiel… que además DEBIÓ HABLARLE A EGIPTO SIN ESTAR EN EGIPTO!

Escuchamos con algo que no son los oídos, y sabemos de una sabiduría que no se estudia en la escuela. No hagamos oídos sordos, ni vivamos distraídos.

Escuchemos las alarmas, para que no suenen hasta ensordecernos.

Somos responsables de nuestras actos.

Y Vivamos conscientemente.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ.
Silvia Dvoskin