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Parasha Vaera

En el comienzo de la Parashá de esta semana, Moshé experimenta la desilusión que luego será recurrente en los líderes; el pueblo no lo escucha. La frustración del trabajo del profeta, sabiendo que su mensaje es altamente impopular y la gente no quiere oír.

Lo que se viene a exponer no es ‘bonito’, no es atractivo, no es un mensaje reconfortante sino precisamente todo lo contrario: incomoda, saca a la sociedad de su zona de confort y agudiza la angustia. Son varios los ejemplos en el Tanaj; Iona huye ante el llamado divino y se esconce. Eliahu, Elisha serán perseguidos y finalmente asesinados.

Aquí Moshé, como era de esperar, no encuentra una respuesta positiva en el pueblo de Israel: “Y no oyeron a Moshé por ‘kotzer ruaj’ y trabajo duro”. Intentemos definir el término: Rashi entiende que es una dificultad física para respirar. De hecho, ruaj significa aire en movimiento. Cuando alguien está oprimido, su respiración se hace más acelerada y cada inspiración es más corta. Y le cuesta respirar.

Rafael Hirsch, lo define como ‘impaciencia’ y Ramban, como miedo, terror al Faraón.

Estaban en riesgo sus vidas. Este ‘obstáculo’ les impide comprender lo que desearían, están obnubilados. En palabras de Jeremías: ‘sus oídos están incircuncisos’, esta limitación no los deja oír a Moshé.

La Torá no ve esto como ‘malo’ por parte del pueblo, sino como un desafío para Moshé.

No son castigados ni reprendidos, porque se entiende que son víctimas. No son ni serán juzgados por ello.

Es tarea de Moshé insistir hasta que lo oigan. Porque la responsabilidad del líder no es decir lo que el pueblo quiere oír, sino lo que el pueblo debe oír. Los profetas del pueblo de Israel, no bajan los brazos por temor al enojo. La virtud del líder no está en moldear un discurso en función de la demanda, sino de los valores y principios que representa.

Muchas veces, nos cuesta decir ‘no’, ser duros con un mensaje: porque sabemos que no es lo que quieren oír y se van a enojar con nosotros. En ocasiones al estar del otro lado de la conversación, elegimos ‘matar al mensajero’.

Estos son síntomas de ‘kotzer ruaj’. El temor, la impaciencia y el dolor recurrente, provocan la estrechez de espíritu, que nos somete a situaciones deplorables pero que preferimos por ser conocidas.

Sin lugar a dudas, es un mensaje aleccionar para nuestros días. Nos invita a sostener las opiniones que tenemos cuando estamos convencidos de lo que decimos, cuando hay argumento en aquello que aportamos; incluso aún cuando nadie nos quiera escuchar. Y por supuesto también dejar penetrar en nosotros los mensajes de críticas constructivas, que aunque duelan… serán un paso para la liberación.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

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2022-5783

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