Parasha Matot Masei

Llegar a la meta es también dar comienzo a un nuevo ciclo. Esto es lo que ocurre cuando llega Rosh Jodesh —nuevo mes—, volvemos a contar desde uno. Es una nueva chance para volver a empezar. Esta semana cerramos el cuarto libro de la Torá, Bamidbar -Números- y lo hacemos con la lectura de dos parashiot unidas, Matot y Masei (Tribus y Viajes).

El relato es fascinante. No solo repasa el recorrido por el desierto, sino que establece los compromisos y las decisiones que deberán asumir las tribus de Israel al entrar a la Tierra Prometida. Como cada año, este cierre se acerca a Tishá BeAv, el día más triste de nuestro calendario, que coincide esta vez con Rosh Jodesh Av. Un mes cargado de memoria, duelo, preguntas abiertas y también de esperanza.

Todo gira en torno al compromiso con la palabra, como símbolo de fidelidad. En la parashá Matot leemos: “…Cuando un hombre haga un voto al Eterno o haga un juramento… no profanará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca…”  Bamidbar -Números- 30:3.

Al final de cuentas, la sola palabra debe ser garantía de todo cuanto decimos. Es sagrada. Es un compromiso moral. Como pueblo, hicimos votos. Prometimos cuidar la vida, proteger a los nuestros y no callar ante la injusticia. No podemos permitir que esas promesas se evaporen, cual vapor de agua, reescribiéndose o negándose.

Nuestra palabra, como nuestra historia, no puede ser profanada ni olvidada. Debe recordarse y ser honrada.

Es el mismo pacto que hicieron las tribus de Reuvén, Gad y la mitad de Menashé. Ellos pidieron establecerse fuera de la Tierra Prometida y Moshe aceptó, pero bajo una condición muy clara, si sus hermanos estaban en peligro, irían a luchar junto a ellos. “…Nosotros construiremos corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros niños…” ”…Luego iremos listos al combate delante de los hijos de Israel hasta que los hayamos llevado a su lugar…”  (Bamidbar -Números- 32:16-17).

En Masei se enumera el itinerario completo del pueblo desde que salieron de Egipto. Cada parada tiene un nombre, una historia. “…Estas son las jornadas de los hijos de Israel…” (Bamidbar  -Números- 33:1).

Porque cada paso, deja una huella indeleble y si no recordamos nuestro origen, corremos el riesgo de repetir los mismos errores. Al cierre de esta parashá, las hijas de Tzlofjad, son las que reclaman tierra en nombre de su padre. “…Que no se borre el nombre de nuestro padre por no tener hijo…” (Bamidbar -Números- 27:4) Ellas piden un lugar. No por rebeldía, sino por justicia.

Varias son las enseñanzas que nos dejan estas parashiot y hoy tienen más vigencia que nunca.

En un mundo dominado por la tecnología y la información instantánea, nos estamos olvidando de hablar con buena intención, de escuchar con atención, de usar la palabra como puente y no como arma.

Este Shabat, recordemos al mundo que somos un pueblo que no se calla, que tiene memoria, que defiende a sus hermanos sin importar dónde estén ni quiénes sean. Por eso, no importa en qué lugar del mundo te encuentres. Este Shabat y este Rosh Jodesh, que sea el comienzo de un nuevo ciclo, uno en el que renueves tus fuerzas, tus palabras, tu compromiso con la vida. Y que esa paz que tanto anhelamos, la que solo Él puede dar, empiece en tu voz, en tus actos, en tu corazón.

Shabat Shalom uMevoraj.
Susy Lapilover

Bring Them Home Now
Am Israel Jai

Haftara Pinjas

El joven Irmeiahu es llamado por una suave voz, desde las profundidades del misterio.

¨ Mira te he nombrado hoy sobre las naciones y sobre los reinos para derrumbar, destruir y demoler, para construir y para sembrar ¨ Irmeiahu 1: 10.

Irmeiahu es convocado a ser portador de la palabra de d´os, la suave voz de Hashem le anuncia ¨Te conocí antes que te formarás en el vientre. Y antes de que emergieres del vientre materno, te santifique y te designé profeta de las naciones¨ Irmeiahu 1:5.

¿Es quizá , que a cada uno de nosotros Hashem nos designa y convoca?
¿Acaso Hashem nos conoce y nos comunica la misión asignada?
¿Es posible pensar que cada ser y que cada pueblo tiene su misión particular dentro de un orden total y eterno?

¿Somos capaces de silenciarnos del parloteo en el que nos perdemos, para escuchar esa suave voz que grita desde las profundidades del ser?

Irmeiahu escuchó y necesito mucho valor para comprometerse con aquel suave susurro atronador.

Era joven, sentía angustia ante tanta revelación, temía y dudaba, le faltaba confianza en sí mismo.

La suave voz le anuncio…¨no tengas miedo de lo contrario, te quebraré ante ellos¨ Irmeiahu1: 17.

¨mira te hecho una ciudad fortificada¨ Irmeiahu 1: 18.

¨Ellos lucharán contra ti pero no te vencerán, pues YO estoy contigo.¨ Irmeiáhu 1 : 18

El mensaje fue entonces claro y contundente, Irmeiahu debía salir a ser quien era y decir las palabras que Hashem pondría en su boca, era el Profeta de ese tiempo.

El Profeta recorría las calles de Ierushalaim recordando al pueblo sobre aquellos otros tiempos, en que vivieron unidos a los principios de la Torá como un novio a su novia amada y les advertía sobre las dolorosas consecuencias y las amarguras que vendrían , si Israel no retornaba a ese tiempo de unión con d´os, como cuando nada tenían y todo estaba por hacerse.

Irmeiahu caminaba por las calles de Jerusalem, sostenido por la fuerza de Hashem y con las palabras que A Kadosh Baruj Hu puso en sus labios, con la esperanza de lograr un cambio y no se cumpliera dramática profecía de la que alguna vez visionó ¨ la destrucción vendrá del norte, vendrán e instalaran sus tronos en la entrada de las puertas de Jerusalem¨ Irmeiahu 1:15, sin embargo el pueblo no creyó y hasta se opusieron a sus palabras, ¨pero d´os esta junto al profeta lo fortifica y lo salva una y otra vez ayudándolo su misión¨. Irmeiahu 1: 19

El profeta alzaba su voz para que el pueblo se despierte y vuelva al camino de Torá y Mitzvot , y para eso anunciaba su otra visión,´´… de una rama de almendro que brota prontamente¨ Irmeiahu 1: 11 símbolo de la pronta respuesta de Hashem en bien, si el pueblo retomaba el sendero de los valores y la fe de Israel.

A pesar de los esfuerzos del profeta, en él año 586 (antes de la era común) Ierushalaim y el Beit a Mikdash fueron destruidos.

Irmeiahu fue testigo de mucha muerte y de una dolorosa destrucción total.

Su alma se llenó de amargura, como las letras que formaban parte de su nombre MAR (en hebreo amargo).

Todo estaba perdido, Ierushalaim se convirtió en ruinas y en un refugio de chacales. A veces también sucede esto en nuestras vidas y en nuestras almas.

Sin embargo, en medio de la destrucción, Irmeiahu sonrió y se regocijó sabiendo de aquella otra revelación que se le comunica al visionar la rama de Almendro ¨ Hashem me dijo, yo soy diligente en cumplir Mi palabra¨ Irmeahu 1: 12.

El profeta comprendió el mensaje y vivió en esperanza en medio de la tragedia al visionar la futura corrección, un Tikun individual y colectivo, de un pueblo que nuevamente estará en unidad mutua y con  d´os. Entonces una vez más Ierushalaim y El Templo serán construidos.

En nuestras vidas personales y como comunidad en más de una oportunidad pasamos por destrucciones. Hoy como ayer necesitamos identificar y aceptar esos momentos de aniquilación con responsabilidad y autoindagación. Somos parte de lo que nos acontece.

Ierushalaim tuvo que renacer de entre sus cenizas y ser otra, rectificada y nueva.

En nuestros procesos personales y colectivos es probable que también necesitemos renacer y refundarnos.

Para tan exigente tarea hemos necesitado y necesitaremos fuerzas extraordinarias y como el profeta, entregarnos a la confianza en algo más grande.

Quizá como individuos y como pueblo hoy necesitemos intentar escuchar esa voz suave que susurra dentro nuestro , en que se nos anuncia como a Irmeiahu, que tenemos una misión, que estaremos guiados y amparados por a Kadosh Bruj Hú para cumplirla.

La suave voz de Dios le dijo al profeta ´´Mira te he nombrado hoy sobre las naciones y sobre los reinos para arrancar, derrumbar, destruir y demoler, para construir y para plantar¨ Irmeiahu 1 : 10

Quiera Hashem que en cada miembro de nuestro pueblo se revele esa suave voz que llama a la misión y le da sentido a nuestras vidas, por difícil que a veces se sienta.

Que sepamos ver como Irmeiahu, en tiempos de angosturas (ben ha metzarim) la esperanza de volver a construir y plantar, para que nazcan nuevos brotes presurosos, como los del almendro y al mismo tiempo, que tanto en nuestras historias personales como en las colectivas estemos conducidos y llevados por el brazo fuerte de a Kadosh Baruj Hu.

Shabat Shalom Umeboraj
Daliah Ruth Faingold
Tamuz 5786

Parasha Pinjas

La parashá de esta semana, Pinjás, comienza con un episodio que no deja de incomodar: Pinjás, nieto del sacerdote Aharón, actúa con violencia y mata a un hombre israelita junto a una mujer midianita en medio del campamento. Sorprendentemente, Dios no solo no lo reprende, sino que le otorga un pacto de paz y lo recompensa con el sacerdocio eterno.

¿Cómo podemos entender que una acción tan drástica sea respondida con un “pacto de paz”? ¿No es eso una contradicción? La tradición judía no pasa por alto esta tensión. Algunos sabios interpretan que, en ese contexto específico, la acción de Pinjás detuvo una espiral de transgresión y caos que amenazaba al pueblo. Otros, en cambio, advierten sobre los peligros del fanatismo, incluso cuando se lo justifica en nombre de Dios.

Quizás el mensaje más profundo que nos deja la Torá es que la verdadera intención detrás de una acción importa tanto como la acción misma. Pinjás no actuó por odio, sino por un deseo sincero de proteger la santidad del pueblo. Pero al mismo tiempo, el pacto que recibe es de shalom, paz, como una señal de que el ideal último no es la violencia, sino la reconciliación y la armonía.

La parashá también incluye otros momentos significativos, como la historia de las hijas de Tzelofjad, quienes reclaman su derecho a heredar la tierra con respeto, firmeza y sin recurrir a la confrontación. Su valentía representa otra forma de liderazgo: el que transforma las normas con justicia y dignidad.

Entre el celo y la justicia, entre la pasión y la paz, Pinjás nos desafía a reflexionar sobre cómo actuamos frente a lo que consideramos injusto. ¿Lo hacemos desde la destrucción o desde la construcción? ¿Desde el enojo o desde el compromiso por un mundo más justo y sagrado?

Shabat Shalom!

Haftara Balak

Esta semana, en la parashá Balak, leemos la haftará del profeta Miqueas. Para ponerlo en contexto,  vivió en el siglo VIII antes de la era común y fue testigo de la caída del Reino del Norte de Israel a manos del Imperio Asirio.

Fue en esos tiempos cuando el pueblo había cruzado todos los límites.

La corrupción de los jueces, la idolatría y las ofrendas sin sentido habían desviado el rumbo.

El profeta habla en nombre de D’s y les recuerda que, gracias al Kadosh BarujHu, en la época de Moshé, Aarón y Miriam, se produjo la salida de Egipto. También rememora los cuarenta años de travesía por el desierto y la intención de Balak de maldecir al pueblo, frustrada por las bendiciones de Bilam.

“…Escuchen lo que dice el Eterno: ¡Levántate, disputa con los montes, y que oigan tu voz los callados!…” (Miqueas 6:1)

Este versículo expresa que el reclamo de D’s no se dirige a jueces humanos, sino a las montañas, testigos eternos del pacto entre Él e Israel. No se trata de una simple queja, sino de un profundo llamado a la conciencia.

La protección divina no es un cheque en blanco. El profeta denuncia la hipocresía de una religiosidad vacía de contenido.

“…Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno, y lo que el Señor demanda de ti: hacer justicia, amar la misericordia y andar con recato con tu D’s….” (Miqueas 6:8)

Este versículo no solo condensa la esencia de la moral, sino que hoy resuena con una urgencia renovada. En un mundo atravesado por el odio, la desinformación y el sufrimiento de tantos inocentes, la palabra profética irrumpe con claridad: actuar con justicia, no con indiferencia; con misericordia, no con cálculo; con humildad, no con soberbia.

Aunque esta haftará fue escrita hace siglos, es un espejo de lo que vivimos hoy. Nos invita a mirarnos como individuos y como pueblo.

¿Recordamos de dónde venimos? y si ¿Vivimos conforme a lo que creemos? ¿Somos capaces de transformar las bendiciones recibidas en actos concretos de reparación, solidaridad y dignidad?

Que este Shabat nos inspire a tomar las palabras del profeta Miqueas como una guía viva: que la justicia no sea un lema, sino una acción; que la misericordia no sea debilidad, sino fuerza interior; y que la humildad no sea resignación, sino el coraje de caminar con D’s, reconociendo nuestros límites y también nuestras responsabilidades.

Susy Lapilover

Shabat Shalom.
Bring Them Home Now
Am Israel Jai

Parasha Balak

Viste cómo es. Hay días en que todo parece bendición… y hay días en que lo que parece bendición, viene con truco.

Eso, más o menos, es lo que pasa en la Parashá Balak de esta semana. Entra en escena Bilam, un profeta gentil que, contratado por Balak (rey de Moab, enemigo declarado de Israel) tenía una misión clarísima: maldecir al pueblo judío. Fácil. Pasa que… no le sale. Cada vez que abre la boca, en lugar de maldiciones, le brotan bendiciones.

Ahora, uno podría decir: final feliz, ¿no? Pero no. Los sabios, que no eran ingenuos, leyeron entre líneas. Porque hay palabras que bendicen… y hay palabras que disfrazan intenciones.

Un ejemplo: Bilam declara que Israel será “como cedros junto a las aguas” (Núm 24:6). A simple vista, un halago. El cedro es un árbol alto, fuerte, majestuoso. ¿Quién no querría ser comparado con semejante figura?

Pero los rabinos observan que el cedro tiene un talón de Aquiles: sus raíces son débiles en proporción a su altura. Y cuando sopla el viento del sur (el más bravo) el gran árbol se cae… y no vuelve a levantarse.

En cambio, el Talmud recuerda otra imagen, mucho menos rimbombante: la de las cañas que se agitan en el agua (Sanedrín 106a, I Reyes 14:15). Las cañas no impresionan a nadie. No son majestuosas. Pero tienen flexibilidad. Echan raíces en el agua misma. Y aunque venga el viento más feroz, se doblan… pero no se quiebran. Vuelven a su lugar.

La fuerza espiritual no se mide en rigidez sino en la capacidad de adaptarse. La vida sopla, y a veces sopla fuerte. Los que se encaprichan en mantenerse duros (de convicciones, de emociones, de palabras) muchas veces terminan quebrándose. En cambio, quienes aprenden el arte de ceder, de fluir, de ser como las cañas, logran perdurar.

Hay bendiciones disfrazadas de maldiciones. Y hay maldiciones que, si sabemos mirarlas de otro modo, se transforman en bendición. No es magia. Es perspectiva. Es interpretación. Es ese trabajo humano, profundo, que requiere agudizar la mirada, afinar la escucha, entender que las palabras y los hechos no siempre son lo que parecen.

Y entonces, en cada adversidad, buscar la oportunidad. En cada caída, una enseñanza. Y en cada viento que nos sacude… la chance de descubrir que, en el fondo, somos mucho más caña que cedro.

Shabat Shalom
Wally Liebhaber

Haftara Jukat

HAFTARA JUkAT – חקת
Shoftim (Jueces) 11: 1-33

Esta semana leemos la PARASHÁH JUkAT, la sexta del libro BAMIDBAR.

Algunos de los temas desarrollados en esta Parashah: que corresponde hacer cuando una persona ha estado en contacto con la muerte a través ritual de Purificación con las cenizas de la #VacaRoja, la muerte de Miriam, -siendo ella la que la abastecía el agua- el pueblo protesta por “falta” de agua, Hashem le indica a Moshé que extraiga agua de una roca determinada a partir de “la palabra”, Moshé y Aharon reciben la noticia que no entrarán a Eretz Knaan, Moshé pide al Rey de Edom (descendientes de Esav) permiso para pasar por su territorio,  como es denegado deben cambiar el recorrido, Aharon muere en el Monte Hor, Guerra con Arad, Nueva protesta del pueblo por lo que Hashem manda serpientes abrazadoras que matan pero que también sanan si son “miradas” envueltas en un bastón, Guerra y Victoria con Sijhon -donde antes habitaban los Amoraítas-.

Volviéndo a nuestra Haftaráh JUkAT, nos cuenta una historia que

cambiando los nombres de sus protagonistas nos recuerda otra MUUYY CONOCIDA…

EN esta Haftaráh el protagonista llamado “IFTAJ” Ben Guilad ha sido echado de su casa por sus hermanos. Y se muda a un lugar llamado “Tov”.

En un momento se desata una guerra entre los Ammonitas y Bnei Israel, y los ancianos de Israel salen a buscar a IFTAJ para pedirle que los ayude en esta guerra liderando a Bnei Israel en la lucha contra los Ammonitas.

Un hombre echado por sus hermanos, que se muda a otro lugar y termina convirtiéndose en la persona que lidera y recupera el orden de su pueblo… conocen una historia parecida?

IFTAJ, acepta la propuesta de los ancianos no sin antes responsabilizarlos por no haber tomado parte cuando fue echado, y acepta el pedido bajo la condición de que si logran vencer “con la ayuda de Hashem” a los Ammonitas el se quedaría como Lider a partir de ese momento.

IFTAJ convertido en Cabeza y Jefe de Bnei Israel, antes de salir a la guerra con pueblos vecinos envía mensajeros para “hablar”, para “negociar”.

A pesar de los intentos de dialogo de IFTAJ con los lideres de los pueblos contendientes, los conflictos no se pudieron resolver por la vía de la conversación y la guerra fue el siguiente paso.

La PARASHA y la HAFTARA de esta semana, como siempre, se completan y se explican la una a la otra. En esta oportunidad los temas que comparten son LAS GUERRAS… los encuentros bélicos en dos momentos distintos de la historia con los mismos pueblos…

Y el tema, en el que pongo el foco en esta oportunidad es #LAPALABRA.

#LAPALABRA de Moshé o la falta de ella (bamidbar 20:8 “háblale a la piedra” dijo Hashem), #LAPALABRA de IFTAJ (emprender una franca estrategia de negociación) …

Podríamos pensar estos relatos mas allá de los protagonistas. Pensarlos desde el lector, desde nosotros. Propongo centrar nuestra atención en el cuidadoso estudio del texto para centrarnos en algo concreto de nuestra propia vida, olvidando opinar acerca de nuestros actores.

Sugiero leer La Torá como un manual de instrucciones.

Es una nueva oportunidad para pensar LA PALABRA como herramienta, como instrumento…

Alguna vez pensamos qué podemos resolver con la palabra?

Alguna vez pensamos qué es LAPALABRA? el VERBO? como dice LaTorah que construye universos… edifica nuestra realidad.

“Es una manera de expresar deseos, acciones, procesos, estados que impactan sobre las personas, el contexto todo y mas allá”

LAPALABRA es un ámbito común, es un momento de acuerdo.

LAPALABRA es un espacio de encuentro.
LAPALABRA es la clara manifestación de reconocer al otro, de dar cuenta de su existencia, de verlo. Es ese lugar donde nos aceptamos como otro.

LAPALABRA es ese puente que construimos y recorremos para acercarnos, para llegar a un acuerdo.

Es la oportunidad.

Es el concierto.

Aunque a veces no entendamos el idioma, o no podamos escucharnos, o simplemente estemos distraídos… pero si creamos ese espacio, LAPALABRA en ELENCUENTRO llegará.

Si estamos atentos a las condiciones, entonces sí, LAPALABRA se convertirá en accion creadora y reparadora.

Si estamos conscientes, (con conocimiento) entonces SI, y solo SI, podremos crear universos.

IFTAJ es el nombre de nuestro protagonista y significa “abrirá”. Hablamos en otra oportunidades de la fuerza del nombre. “Abrirá” y a continuación LaTorah nos regala la herramienta: #LAPALABRA.

Cada vez que nos acercamos a conversar creamos la mejor oportunidad. Cada palabra es un paso, un ladrillo y una puerta.

Cada encuentro es un piso y una plataforma.

Creemos mundos con responsabilidad, a consciencia, con respeto, cuidado y mucho amor.

#LAPALABRA
#ELVERBO
Elijamos la palabra precisa y adecuada. La indicada.
Elijamos el encuentro y la negociación.
Acuerdo. Convenio. Concierto.

AM ISRAEL JAI VEKAIAM

Shabat Shalom Umeboraj
Silvia Dvoskin

Parasha Jukat

Cuenta el Talmud, en el tratado de Baba Batra, que Eran 3 Hermanos que habían perdido a su papa.

Y a cada uno de ellos le había dejado un barril.

A uno, le dejo un barril lleno de tierra. A otro, un barril lleno de huesos y al tercero un barril lleno de algodón.

Estos hermanos no entendían para que les servirán esos barriles y entonces van a tocar la puerta de su Rab. Llegan al Barrio Chino, logran estacionar, Pasan por la oficina de Marcelito, e ingresan dentro de la oficina del Rab.

Y entonces le dicen, Rab… Nuestro padre nos dejo estos tres barriles, pero no entendemos que quiso decir.

Y el Rab le pregunto al primero, tienen tierras? y este le dijo que si.
y al segundo, tienen animales? y este le dijo que si.
y al tercero, tienen ropa de cama? y este le dijo que si.
Entonces el rab sonrie, y les dice “Eso les quiso decir”.
Termino la historia.
El barril de tierra representaba las tierras del hombre, y a su hijo le había dejado tierras.
El barril de Huesos, representaba a todos sus animales, y el de Algodón todas las ropas de cama.
La respuesta estaba frente a sus narices, pero como nosotros, cuanto mas cerca este la respuesta es mas difícil de encontrarla.

En la parasha Jukat, super conocida por la famosa vaca roja, leemos “Allí murió Miriam y allí la sepultaron. Y no había agua para la congregación; y se juntaron contra Moshé y Aharón.” y entonces Muere Miriam y al instante el pueblo se le viene encima a Moshe, para que nos trajiste a este desierto, para que nos sacaste de egipto, y Entonces Moshe se ocupa del agua y aparece otra famosa historia donde el golpea la piedra para sacarle el agua y Moshe queda fuera de la tierra de Israel.

¿Qué falto? Hay algo en esta historia, en este capitulo que esta mal, Falta un Moshe humano, cercano, real que se corra de su rol del momento para llorar a su hermana. Falta que Moshe sea el lider HUMANO que tiene que ser para con los suyos.

El pueblo estaba con tanta adrenalina, tan eufórico, quejoso que ni siquiera aparece una frase o un abrazo o una lagrima del pueblo para con el Rockstar de la Tora, el mismo Moshe.

Miriam, la misma hermana de Moshe de la que les hable hace algunas semanas, quien al ser el bebe dejado en la canasta sobre el agua del Nilo, lo sigue entre los juncos, hasta que fue retirado por la Hija del Faraon.

Era su hermana, la que mas allá del comentario o lo que dijo sobre el, era la misma que lo había cuidado mientras el iba en su canasta, la misma hermana, que mientras el iba adelante del pueblo ella iba con la gente.

Nos encontramos con un Moshe que pierde a una de las personas mas sagradas para el, y sin embargo sigue caminando como si nada hubiera sucedido, y entonces me pregunto y les pregunto: ¿Por que? ¿Por que Moshe no frena al pueblo para hacer el duelo? ¿Por que Moshe no frena su agenda política para despedirse de ella?

¿Quizas por que la amaba demasiado como para aceptar que ya no estaría con el?

¿Quizas por que le dio miedo su propia muerte e intento mirar para otro lado?

Quizás, simplemente no se dio el tiempo ni el lugar para afrontar su duelo.

Quizás nosotros no nos damos lugar para aceptar y afrontar nuestros duelos.

Quiza Moshe creyó que su familia disfrazada de pueblo lo necesitaba fuerte y entonces no se permitió llorar, o quizás, simplemente, no haya una respuesta para todo.

Hay cientos de cosas que podemos leer e interpretar en nuestro Sefer Tora, y otras cientas que no, quizás hay que aceptar que no podemos saber todo. Que hay respuestas que no estan a nuestro alcance, pero la palabra clave es “aceptar”. Aceptar tu historia, vivir tu historia para entonces trabajarla y llevarla mucho pero mucho mas lejos.

Cuenta el talmud, que habían 3 hermanos que habían perdido a su padre.

Y este les había dejado 3 barriles diferentes, y que al mirarlos, pensaban en su padre y descubrió el enorme y poderoso arte de recordarlo y transformar ese dolor de no tenerlo en la Braja, de transformarlo en parte de su proceso. De intentar buscar respuestas, y al encontrarlas, frente a sus narices, sonreir a su historia, y al no encontrarlas, sonreir al no poder saberlo todo.

Podamos todos, regalarnos los tiempos que necesitemos para entender nuestra historia, para intentar respondernos preguntas o bien, para admirar la maravilla del no poder saberlo todo.

Shabat Shalom
Sem. Brian Bruh