Parasha Itro

El primer mandamiento y la fe judía

Infinidad de cuestiones hermenéuticas provoca la primera aparición de los 10 mandamientos en el libro del Éxodo: el contexto , la forma peculiar y casi inentendible a drede de como están narrados, etc. En este caso trataremos algunas implicancias de el primero de ellos: “Yo soy Adonai Tu D’s que te saco de la tierra de Egipto de la casa de la esclavitud”. Nuestros sabios se preguntaron: ¿existe aquí algún tipo de precepto práctico a cumplir? Es este versículo solo una presentación de D’s al pueblo de Israel es decir, no es realmente un mandamiento?

Llegamos aquí a una de las preguntas filosóficas mas profundas de la historia del pensamiento judío: ¿es posible ordenar creer en algo? En tal caso, como se cumpliría la orden? Es acaso medible esto de alguna manera? Supongamos que hay dos personas, la primera cree en un ser superior parecido a un anciano con barba y la segunda cree en un ser abstracto y dice que cualquier adjudicación de una cualidad humana a ese ser superior convierte a ese creencia en pagana. ¿Podríamos aseverar que la primara persona no cumple con los requisitos del primer mandamiento y la segunda si lo hace? ¿Según que criterio?

Posiblemente si hacemos un trabajo estadístico sobre la creencia de los judíos a través de la historia, el primer caso, al cual podríamos definir como un posible paganismo, haya sido bastante mas usual que la abstracción del segundo.

Es por ello que convienen aclarar algunas cuestiones históricas para dirigirnos a esta discusión de manera mas adecuada. La tradición judia enfatizó durante siglos su faceta practica antes que la teórica y esto ultimo incluye cuestiones de creencia. El mayor ejemplo creo es el concepto de fe. Esa palabra, posiblemente no traducible al lenguaje hebreo, se pueda asociar al concepto de “Emuná”, confianza en un camino o lealtad a una forma de ser. Es decir, la práctica que se desprenden de los principios y no los principios de creencia en si mismos. De hecho, todo sabio judío que intentó definir o resumir la tradición a través de principios de creencia fue condenado al fracaso en su época, incluyendo el mas grande los filósofos Moisés Maimónides (1135-1204) cuyos 13 principios de fe tomaron mas vigencia en la modernidad judia dentro del contexto de la lucha entre las corrientes del judaísmo que nacieron como consecuencia de la emancipación europea, que en las época del mismo Maimónides en donde sus principios fueron básicamente rechazados. Mas aún, si profundizamos en el pensamiento de Maimónides veremos claramente que su postura tenia mas que ver con el saber a D’s que con la creencia en D’s, cuestión representativa de su racionalismo medieval.

Los que gusten profundizar sobre conceptos que parecen obvios en el judaísmo histórico, también se sorprenderán descubrir que el concepto de dogma o incluso la definición del judaísmo como religión, es producto de la modernidad judia y están enmarcados bajo el intento de la lucha judía en Europa central de conseguir los mismo derechos que las demás “religiones” o presentarse como un sistema que posee dogmas al también al igual que los credos.

El primer mandamiento sea tal vez la presentación del principio al cual le debemos lealtad a través de la concreción de determinadas conductas que santifican ese principio, es decir “Kidush Hashem”. Una de las características mas importantes de esa lealtad practica es su dimensión de estar por sobre un espacio y un tiempo determinados, es decir, la lealtad es 24×7 y en cualquier lugar. Dicha lealtad no esta destinada solo a los templos, sino a los templos, a las casas, a la calle y a los negocios. No esta destinada a un día, como Iom Kipur o Shabat, sino a la cotidianeidad y a las vacaciones, a los momentos especiales y a los que no lo son tanto. El primer mandamiento, sin ser una orden determinada a cumplir, se termina convirtiendo en una orden general, reguladora de una forma de vida que refleja la lealtad a un pueblo y a su tradición.

Rabino Ari Bursztein

Haftara Itro

En Parashat Itro leemos acerca de la maravillosa revelación de la Torá por parte de D´s. Los israelitas estaban asombrados al experimentar la presencia de D´s: “Todo el pueblo vio los truenos y relámpagos, el estruendo del cuerno y la montaña humeando; retrocedieron y se mantuvieron a distancia” (Shemot 20:15).

Parece coincidencia (dudo que existan), porque la sección de nuestra Haftará para esta semana nos acerca otro relato de una experiencia religiosa: la primera visión de Isaías, en la que le fue anunciado que sería profeta de Israel. En la visión de Isaías, D´s está sentado en un trono en lo alto, rodeado de asistentes que son criaturas de seis alas. Estas criaturas, llamadas serafines, se gritan entre sí: “¡Santo, santo, santo! ¡El Señor de los Ejércitos! ¡Su presencia llena toda la tierra! (Isaías 6:3). Estas líneas se han incorporado a nuestra liturgia en la oración de la “Kedushá”.

Nos cuentan que mientras los Serafines se gritan entre sí, los postes de las puertas temblaban y la casa de D´s se llenó de humo. Isaías está entre sorprendido y avergonzado diciendo: “¡Ay de mí! ¡Estoy perdido! Porque soy hombre de labios inmundos, y vivo en medio de un pueblo de labios inmundos; sin embargo, mis propios ojos han visto al Rey, Señor de los Ejércitos” (6: 5).

A pesar de la vacilación y las dudas de Isaías, su iniciación continúa.

Un Serafín toma un carbón y se lo acerca a sus labios, declarando que con esta acción sus errores son purgados. Entonces D´s se dirige directamente a Isaías y le pregunta: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?Isaías se ofrece como voluntario: “Aquí estoy; envíame” (6: 8).

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftara Beshalaj

Nuestra Haftara se encuentra en el libro de shoftim (jueces). Leemos acerca de Dvora, una profetiza y mujer de Lapidot quien a la vez fue una juez de Israel.

Débora había profetizado que Barak lograría la victoria final sobre el general Sisará quién representaba al pueblo cannaneo y había sometido al pueblo hebreo a tiempos difíciles.

Yael, fue quien se encargó de terminar con la vida de Sisará, cuando este al quedarse dormido de agotamiento no tuvo oportunidad de defenderse cuando ella le clavó una estaca en la cien.

En la segunda parte del Libro de shoftim aparece la canción de Dvora celebrando la victoria.

En la Parasha beshalaj hay un faraón que quiere tener al pueblo de Israel sometido y bajo su poder, así como en la Haftará se habla de Sisará que también quería dominar al pueblo de Israel.

En las dos historias mujeres cambian el rumbo de los sucesos, así como Miriam, bat Paro , iojebed, las parteras en la Torá, o Yael y Dvora en la Haftara. En los dos casos es a través de los profetas que logra vencer al opresor.
Cuando lo logran en la Torá nos encontramos con un canto de Moshe y por otro lado de Miriam y en la Haftará está el canto de Débora.

Después de las dos victorias que leímos el pueblo de Israel vive un período de paz y calma.

Somos un pueblo que se supo siempre enfrentar a su opresor , y una vez ganada la batalla salimos a cantar y celebrar tanta lucha y tanto esfuerzo. Tenemos que tener la esperanza de que el bien va a triunfar sobre el mal.

Aún la canción no llego, estamos todavía batallando contra nuestros enemigos, pero llegará el día que todo esto termine y será allí donde tendremos que salir a cantar por nuestra identidad, celebrar la lucha y honrar a los nuestros.

Shabat shalom!
Sem. Mati Bomse

Parasha Beshalaj

Esta semana leemos con atención que después de ser liberados por el Faraón, Moisés tiene que proteger al pueblo en su salida de Egipto. Los desafíos son enormes, ¿cruzar el Mar Rojo o esperar ser muertos por las huestes del opresor? Dudas que generaron mucho miedo a lo desconocido. Exigir sustento para poder continuar, agua para subsistir. Éstos fueron algunos de los desafíos que tuvo que pasar Moisés. La misión de educar a todos siguiendo las normas y no fue tarea fácil.

La libertad no se obtiene sin sacrificios. Lograrla conlleva a obstáculos que superan la razón. Quejarse y no hacer nada no sirve, las divisiones internas, claudicar por lo que digan, tampoco. Hay que actuar sin renunciar al motivo principal que es, obtener la preciada libertad.

Esto pasó siempre a lo largo de la historia. Aprender de los errores pasados nos hace más fuertes si podemos ser conscientes refrescando la memoria.

Esta semana en Israel es un momento bisagra. Estamos en guerra, por lo cual lo importante es estar unidos para obtener los resultados deseados; poner fin al terrorismo, liberando a los secuestrados y tratando de tener seguridad por la vida de nuestros Jaialim.

Desgraciadamente los terroristas observan desde las sombras todos nuestros movimientos y actúan poniéndonos a prueba. Tal fue el caso de las bajas tan importantes que tuvieron nuestros héroes. Tratando de terminar de alguna forma con el horror, cayeron en una trampa mortal. Ya tendremos tiempo para llorar y hacer nuestro duelo. Ahora solo hay que seguir sin bajar los brazos. El mañana está muy cerca y la libertad de los secuestrados y el retorno de los Jaialim está a la vuelta de la esquina.

Hoy este Shabat solo pidamos una sola cosa, que todos retornen a casa trayendo la libertad y la paz que el mundo necesita.

Shabat Shalom. Besitos
Susy Lapilover

🇮🇱AM ISRAEL JAI🇮🇱
🇮🇱BRINGTHEMHOME🇮🇱

Haftara Bo

Irmiahu 46:13-28

Nuestro profeta vivió en los 650 aec, había nacido en el seno de una familia de Cohanim que vivían al noreste de Ierushalaim.

Vió como Nínive caía a manos del imperio asirio en el 606 aec.

Y fue llevado a Egipto, allí pronunció su última profecía para el pueblo de Israel.

No sabemos si murió en Egipto o en Babilonia.
Se cree que fue el autor de Sefer Melajim (El libro de los Reyes) y de Meguilat Ejah (El libro de las Lamentaciones).

Una y otra vez me pregunto y me asombro, porque muchas cosas han cambiado, mucho hemos luchado y a veces parece que el tiempo no hubiera pasado.

Sí pasó, Am Israel Jai, seguimos luchando como entones, seguimos deseando la paz y pienso que finalmente y en lo más profundo la lucha es entre la idolatría y D’s, sin imágenes, con ideales y esa lucha, que hay que seguir dándola, por supuesto, sigue cobrándose vidas y la historia se repite pero pienso que siempre alguna modificación, algún cambio para mejor.

Esta Haftará está en total analogía con la Parashá a la que acompaña.

Nos encontramos con un rey cobarde, que se ha sentido poderoso pero rehuye ahora la batalla y no enfrenta a su enemigo en el plazo señalado.
Tal como el faraón no aceptó tampoco el plazo señalado.

En este caso las huestes babilónicas destruirán el país, de ahí iremos al exilio y D´s cumplirá su palabra.

El país será destruido por causa de la idolatría “que como víbora se expande”.

El faraón había ya padecido una gran derrota y finalmente termina destruido por el Rey de Babilonia tal como lo había vaticinado nuestro profeta.

Vemos que sea cual sea el faraón de turno y aunque amenace y quiera quitar libertades sigue siendo más fuerte el pueblo que se une para no dejarse arrastrar a la idolatría, o sea, a vender sus convicciones y creencias, su fe.

Sabemos que no es fácil que cada uno defienda sus ideas y aún así luchar todos juntos por un lugar mejor. Esta sería la fórmula de la justicia y podríamos contar como nos enseña nuestro profeta que de esa manera D’s no nos destruirá.

Am Israel Jai!
Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Parasha Bo

Parashá Bo comienza con la descripción de las tres últimas y devastadoras plagas que azotaron Egipto (Langostas, Oscuridad y muerte de los primogénitos), las que finalmente quebraron “la dureza del corazón” del Farón y pusieron fin al largo Exilio y la Esclavitud de nuestro Pueblo.

Sumado a estos traumáticos eventos, y, antes de la ansiada salida de Mitzraim Di-s instruye a nuestros antepasados a comenzar a contar el Tiempo, era el mes de Aviv, que luego devendría en Nissan.

Un calendario Lunar, un tiempo propio, que nos define como Ieudim y nos ordena. Después, vendrían las instrucciones de cómo llevar a cabo el Korban de Pesaj, un sacrificio de liberación que, agiornado, se convertiría a lo largo de nuestra historia en el símbolo de la Libertad para nosotros y las generaciones porvenir. Hay un orden secuencial, no casual en este mandato -legado. Antes de Salir, un tiempo- calendario que nos define y una primera mitzva comunitaria.

Al celebrar y relatar la dolorosa (si vale el oxímoron) salida de Mitzraim en cada Seder de Pesaj, a lo largo de nuestra Historia, lo reactualizamos para no olvidar nuestras estrecheces y enseñar a los más chiquitos, lo que vivimos y que Siempre hay y habrá una Salida! los Iludí nunca perdimos y perdemos la Fé, La Esperanza. No quiero dejar de mencionar, que también en esta sección de La Torá Di-s no instruye sobre la colocación de los Tefilín, otro gran símbolo, vehículo de conexión entre Di-s y nuestra Neshama. Hasta aquí los hechos…

Está porción de la Torá hace foco principalmente en el Éxodo. Evento fundacional y extraordinario por excelencia de nuestra historia. El punto de partida de un nuevo tiempo de libertad, oportunidad y construcción para los hijos de Israel. A partir de aquí y no con pocas dificultades un futuro en nuestra Tierra Prometida sería posible. El Éxodo, como punto de inflexión en el derrotero de nuestra historia se convertiría en un paradigma universal acerca del derecho inalienable de cada ser humano de autodeterminación y elección de una vida digna y sustentable.

El segundo hito histórico, post liberación fue la entrega de la Torá en el Sinaí. Para nuestros sabios ambos eventos, se complementan y, así van definiendo nuestro ADN de cara a nuestro futuro de Nación. El juego de palabras de un conocido Midrash:

“Jarut” (las palabras grabadas en las Tablas) y “Jerut” (Libertad) alude a que el trascendental evento del Sinaí le imprimió al Éxodo una dirección espiritual y un sentido de pertenencia que lo vino a completar.

Y, así, anclados en estos pilares, tenemos como judíos que asumir la irrevocable misión de realizar y transmitir los valores de un monoteísmo ético que sirva de Luz para para todas las Naciones de la Tierra en todas las generaciones.

El Éxodo nos dio la Libertad y Matan Torá un orden ético /moral y, el compromiso de ejercerlo. Hoy más que nunca y frente a este difícil tiempo de nuestra Historia que nos toca atravesar; tenemos el desafío, el imperativo de honrar nuestra Herencia, estando a la altura de la misma, defendiendo nuestra Tierra, nuestro Legado, estemos donde estemos, acercándonos también, a todo aquello que nos eleve, nos acerque un poquito más a Di-s, a nuestros prójimos y siempre a nuestros hermanos en Medinat Israel ….buscando la Paz.

Shabat Salom Umevoraj
Am Israel Jai
Sandra Epstein

Parasha Vaera

En el comienzo de la Parashá de esta semana, Moshé experimenta la desilusión que luego será recurrente en los líderes; el pueblo no lo escucha. La frustración del trabajo del profeta, sabiendo que su mensaje es altamente impopular y la gente no quiere oír.

Lo que se viene a exponer no es ‘bonito’, no es atractivo, no es un mensaje reconfortante sino precisamente todo lo contrario: incomoda, saca a la sociedad de su zona de confort y agudiza la angustia. Son varios los ejemplos en el Tanaj; Iona huye ante el llamado divino y se esconce. Eliahu, Elisha serán perseguidos y finalmente asesinados.

Aquí Moshé, como era de esperar, no encuentra una respuesta positiva en el pueblo de Israel: “Y no oyeron a Moshé por ‘kotzer ruaj’ y trabajo duro”. Intentemos definir el término: Rashi entiende que es una dificultad física para respirar. De hecho, ruaj significa aire en movimiento. Cuando alguien está oprimido, su respiración se hace más acelerada y cada inspiración es más corta. Y le cuesta respirar.

Rafael Hirsch, lo define como ‘impaciencia’ y Ramban, como miedo, terror al Faraón.

Estaban en riesgo sus vidas. Este ‘obstáculo’ les impide comprender lo que desearían, están obnubilados. En palabras de Jeremías: ‘sus oídos están incircuncisos’, esta limitación no los deja oír a Moshé.

La Torá no ve esto como ‘malo’ por parte del pueblo, sino como un desafío para Moshé.

No son castigados ni reprendidos, porque se entiende que son víctimas. No son ni serán juzgados por ello.

Es tarea de Moshé insistir hasta que lo oigan. Porque la responsabilidad del líder no es decir lo que el pueblo quiere oír, sino lo que el pueblo debe oír. Los profetas del pueblo de Israel, no bajan los brazos por temor al enojo. La virtud del líder no está en moldear un discurso en función de la demanda, sino de los valores y principios que representa.

Muchas veces, nos cuesta decir ‘no’, ser duros con un mensaje: porque sabemos que no es lo que quieren oír y se van a enojar con nosotros. En ocasiones al estar del otro lado de la conversación, elegimos ‘matar al mensajero’.

Estos son síntomas de ‘kotzer ruaj’. El temor, la impaciencia y el dolor recurrente, provocan la estrechez de espíritu, que nos somete a situaciones deplorables pero que preferimos por ser conocidas.

Sin lugar a dudas, es un mensaje aleccionar para nuestros días. Nos invita a sostener las opiniones que tenemos cuando estamos convencidos de lo que decimos, cuando hay argumento en aquello que aportamos; incluso aún cuando nadie nos quiera escuchar. Y por supuesto también dejar penetrar en nosotros los mensajes de críticas constructivas, que aunque duelan… serán un paso para la liberación.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

Haftara Vaera

Haftará Vaerá: El monstruo del Nilo y la sangre que brama clamando justicia
Yejezkel 28:25 – 29:21

Hacia el tercer milenio antes de la era común, el Alto Egipto se enmarcaba en un entorno excepcional: producía excedentes alimenticios, tenían yacimientos donde extraían metales y piedras preciosas, y mano de obra (asalariados o esclavos) para construir los caprichos de los monarcas. La prosperidad atraía más y más riquezas, transformando a Egipto en un punto ineludible de las rutas comerciales de la antigüedad.

El secreto de esta civilización, es aun hoy, el milagro natural más asombroso: el ciclo creciente del Nilo, con la predecible y muy esperada inundación anual.

El Rio Nilo, en su curso vivificante recorre una distancia de mil kilómetros. Es alimentado por grandes afluentes en lo profundo del continente africano: en su punto más bajo, el río desnuda un suelo seco y agrietado. Pero ni bien se sienten los efectos rejuvenecedores de las lluvias subtropicales, el nivel del agua comienza a subir, y una ola verde desciende por el curso del río desde el corazón del África, cargada de nutrientes vitales.

El agua satura el suelo con tal fertilidad que se pueden cultivar y cosechar tres o cuatro cultivos al año. Estas corrientes dadoras de vida desbordan de exuberancia solo unos meses, y deben resguardarse mediante canales y embalses artificiales, hasta un nuevo ciclo.

Los antiguos egipcios sabían que la lluvia era una rareza, por lo que dependían, exclusivamente, de la generosidad del río. El hito fue, entonces, cuando los primeros reyes del Alto Egipto lograron legitimar su poder persuadiendo a sus súbditos que los dioses los favorecían: el rey, en tanto divino, era el causante de las crecidas del río.

No debe sorprendernos, por lo tanto, que el Nilo fuera adorado por los antiguos egipcios como un “dios”. Como concisamente señala el gran exegeta Rashi (Rabi Shlomo Itzjak, siglo XI, Francia): “Debido a que la lluvia no cae en Egipto pero el Nilo crece y riega la tierra, los egipcios por esta razón adoraron al Nilo. Por lo tanto D-s primero hirió a su deidad y luego los hirió a ellos”. (comentario a Éxodo 7:17).

Por eso se entiende que la primera de las diez plagas, la plaga de sangre, tenía como objetivo dejar muy claro que había un D-s aún más poderoso y más confiable que el Nilo mismo.

Así, Rashi aborda la cuestión fundamental de porqué el río fue atacado al comienzo del proceso, pero no aclara por qué el Nilo se transformó en sangre para hacer sus aguas imbebibles.

La Haftará de Vaerá puede ayudarnos a responder este dilema. El Profeta Yejezkel nos trae una profecía de destrucción y posterior caída de Egipto, con el Nilo como motivo central. Yejezkel predice que D-s castigará al faraón, a quien describe como un “poderoso monstruo que se extiende en los canales del Nilo” (Ezequiel 29:3).

El Faraón es el monstruo del Nilo, explica Yejezkel, y D-s lo arrastrará con ganchos afilados, arrojándolo al desierto, con los peces del Nilo pegados a sus escamas. Abandonado, el monstruo se convertirá en alimento para las bestias de la tierra y las aves del cielo (Ezequiel 29:4-5).

Yejezkel profetiza un castigo terrible para Faraón, a quien compara con un “poderoso monstruo”: la soberbia lo corrompió, perdiendo lo poco que le queda de humanidad el día que estuvo dispuesto a sacrificar incluso a su propio pueblo por mantenerse en su trono. Por eso, ante las aguas transformadas en sangre, se escucha el eco de los crímenes perpetrados a orillas del río, ordenado por el rey tiránico reverenciado como a una deidad.

Ante el más cruel de los decretos: “todos los varones recién nacidos sean arrojados al Nilo, para que sólo vivan las hembras!” (Éxodo 1:22), quizás la plaga de sangre, estaba destinada a servir como un recordatorio de la sangre de los niños muertos en las turbias profundidades del Nilo.

Esas profundidades ahora, son las que exponen esa sangre inocente y revelan el infanticidio que ya no puede permanecer impune.

La era de opresión y la esclavitud, la subordinación total a la voluntad del faraón, en boca del Profeta, serian castigadas reduciendo “la tierra de Egipto a completa ruina y desolación” (Ezequiel 29:10).

Pero más que intimidar y castigar al monarca y a su autoridad, el poder del D-s de Israel deja de manifiesto su preocupación por la justicia, porque a diferencia de los “dioses de Egipto”, el D-s de Israel interpela acerca de la responsabilidad del Hombre, sin ambigüedades morales.

La abstracción hasta entonces incomprensible de un D-s invisible, incorpóreo, absoluto, era un concepto sumamente inusual en ese entonces. Un D-s que tenía el control total de las fuerzas de la naturaleza, las dimensiones del tiempo y el espacio, y los destinos de todos los hombres.

Un D-s que no se desentiende de la realidad que nos circunda, que oye el sufrimiento de su Pueblo e interviene en la Historia humana.
El Faraón finalmente enfrentaría sus propias limitaciones, e Israel comenzaría poco a poco a darse cuenta de que la liberación de la esclavitud no significa nada si no va acompañada de un sentido de misión y propósito.

Que D-s nos ayude a encontrar dentro nuestro ese poder inclaudicable para no callar ante la injusticia, fortaleciéndonos, para superar las adversidades y desafíos al hacer lo correcto.

Dijeron nuestros Sabios de Bendita Memoria:
“No estás obligado a concluir la tarea,
ni tampoco puedes desentenderte completamente de ella”
(Pirkei Avot, capítulo 2, Mishná 16).

¡Shabat Shalom!
Seba Cabrera Koch

Haftara Shemot

(Isaías 27:6 – 28:13; 29:22-23)
Shabat, 25 de Tevet, 5784.
Sábado,06 de Enero, 2024.

La Haftará de esta semana, la encontramos en el inicio del 2° Libro “Shemot” “Éxodo”.

Es el Profeta Isaías quien nos revela en el Cap 27:7 “…Como la herida que le hirió, lo hirió; como la matanza de sus muertos, ¿fue él muerto?…”

Van hacer 90 días, que una apacible mañana de Shabat, transformó el hermoso celeste cielo en rojo sangre.
Horas interminables de olor a muerte, cambiaron la fragancia de la tierra de Israel.

Todo quedo paralizado. Solo se escuchaban gritos pidiendo auxilio, a una fuerza superior para que hiciera, tan sólo un milagro.

Arrastrando tanto a vivos como algunos muertos, hordas de terroristas llevaban su botín de guerra devuelta a sus madrigueras. Esos túneles oscuros, donde el aire que corre y la luz son ficticios.

Pasado el primer impacto, Israel volvió a nacer. Revivió con mas fuerza. Surgió de sus cenizas. No murió como ellos deseaban. Muy por el contrario.

Se han metido con la generación equivocada. Con un pueblo más unido. No seremos nunca más judíos desterrados de nuestro suelo ancestral.

“…12 Y acontecerá en aquel día, que el Señor recogerá desde la inundación del río hasta la corriente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno por uno, oh hijos de Israel…”

Es así como nuestro pueblo, en todos los rincones del planeta dijo “ineni”.

“…13 …que se tocará un gran shofar, y vendrán los perdidos en la tierra de Asiria y los desterrados en la tierra de Egipto, y se postrarán delante de Jehová en el monte santo en Jerusalén…”

Los Jaialim, con una fe inquebrantable, al sonido de un Shofar invisible, van recuperando terreno, buscando casa por casa, túnel por túnel a cada secuestrado, sin dejar a nadie atrás. Todos cuentan. Son todos importantes.

Nuestros valores son defender la presencia divina que habita en cada individuo.

No buscamos la guerra, sólo queremos paz. Una paz que nos permita vivir tranquilos sin sobresaltos.
La lucha es larga y larga es la espera de tener a los secuestrados en casa.

Esperemos cuando comience este Shabat podamos pedir que el milagro de tener a los secuestrados y a los Jaialim nuevamente en paz en nuestra bendita Eretz Israel.
Shabat Shalom Umevoraj.
Fdo. Susy Lapilover
Am Israel Jai
#Bringthemhome