Parashat Bo

Shemot 10:1-13:16.

Sin lugar a duda esta, es claramente la Gran parashá de la “Libertad”.

¿Qué significa de Libre?

¿Qué Necesita un pueblo para ser Libre?

“El diccionario nos define que libre, se refiere a quien tiene libertad, es decir, aquella persona que tiene la posibilidad de tomar decisiones y llevar a cabo una acción sin imposiciones externas.”

Entonces pregunto ¿somos libres por que Moshé nos liberó del Faraón?

Claramente la respuesta es “NO”.

Entonces vamos a tratar a responder la segunda pregunta. Moshé nuestro gran líder, nos va mostrar en tres versículos, dentro de esta parashá, que la herramienta fundamental para conseguir la libertad es la educación. Así veremos, como se refirió al mismo tema: hablando sobre los niños, la educación y el futuro distante.

Y cuando tus hijos te pregunten “¿Qué significa este ritual?” les responderás: “Es el ritual de Pesaj de

sacrificio para el Señor, porque Él salteó las casas de los israelitas en Egipto cuando golpeó a los

egipcios, pero salvó nuestras casas.” (Éxodo 12:26-27)

Y le explicarás a tu hijo en ese día: Es por lo que el Señor hizo por mí cuando me liberó de Egipto.”

(Éxodo 13:8)

“Y cuando, en el tiempo en que eso ocurra, tu hijo te pregunte “¿Qué significa esto?” le dirás: “Fue

con mano fuerte que el Señor nos sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud.” (Éxodo 13:14)

Es uno de los actos más inspiradores, de la historia del liderazgo. Moshé no habló de hoy o de mañana.

Habló del futuro distante.

En la tradición judía, debemos incentivar a los niños a hacer preguntas, de tal manera que el manejo de la herencia judía no sea un aprendizaje de memoria, sino que resulte del diálogo activo entre padres e hijos. Por todo esto, el judío fue el único pueblo de la historia que predicó su supervivencia en base a la educación. El deber más sagrado de los padres es enseñar a sus hijos.

Pensemos en los rituales y los mensajes que nos ofrece el Seder de Pesaj, claramente la Hagada es un modelo de rituales que están destinados esencialmente a la educación. Es más, no solo para los hijos, para nosotros los padres también. De hecho, es muy común para aquellos que nos gusta armar grandes mesas, para la festividad de Pesaj, y que siempre tenemos invitados, en cada familia siempre hay parientes que no tienen mucha instrucción sobre Pesaj. Es nuestra obligación explicarles con lujo de detalle durante el Seder todos los símbolos que tenemos sobre nuestra mesa y contarles la historia del sucedido.

Pesaj se transformó en un seminario continuo en el traspaso de la memoria. El judaísmo se transformó en la pueblo en la que sus héroes son maestros y cuya pasión es el estudio y la vida de la mente.

La introspección de Moshé fue profunda. Sabía que no se puede cambiar el mundo solo mediante lo

externo, como la arquitectura monumental, los ejércitos o los imperios, o el uso de la fuerza o del poder.

¿Cuántos imperios han nacido y han desaparecido, mientras que la condición humana permanece sin

transformación ni redención?

Hay una sola manera de cambiar el mundo, y es mediante la educación. Es necesario enseñar a los niños la importancia de la justicia, la rectitud, la bondad y la compasión. Debes enseñarles que la libertad solo puede sustentarse por las leyes y la práctica de autocontención. Es necesario recordarles constantemente las lecciones de la historia: “Fuimos esclavos del Faraón en Egipto” porque los que olvidan la amargura de la esclavitud podrán perder el compromiso y el coraje de luchar por la libertad.

Es por eso mis queridos amigos que la educación es la herramienta fundamental para mantenernos vivos como pueblo. Es obvio que en las enseñanzas de Moshe Rabeinu con respecto a la educación de los hijos se refiere a nuestros hijos, pero nos incluye a nosotros también todos somos Benei Israel, hijos de Israel.

Los invito a seguir estudiando, no importa cuanto sepamos, nunca sabemos lo suficiente y todos los días aprendemos algo nuevo. Como nos enseña el Pirkei Avot 4:5 “Rabí Ismael, hijo de Rabí Yossei, diría: Quien aprende Torá para enseñar, tiene la oportunidad de aprender y enseñar. Quien aprende para hacer, tiene la oportunidad de aprender, enseñar, observar y hacer.”

Shabat shalom humeboraj.
Ari A. Alster

Parashat Vaera

Después de discutir con Dios por una semana, Moisés finalmente decide ir a enfrentarse al Faraón. Conociendo sus dificultades en hablar busco a su hermano como complemento y formaron un equipo exitoso por los siguientes 40 años. Fueron a ver al pueblo de Israel y los convencieron de que a través de ellos y con la ayuda de Dios, se terminaría la terrible esclavitud.

Tenía el respaldo de Dios, tenía todas las instrucciones sobre qué hacer, tenia el equipo para acompañarlo. Tenía lo que hacía falta para que todo le salga bien. No solo eso, sino que hizo todo bien. Siguió al pie de la letra todas las instrucciones que le había dado Dios.

Es verdad, tenía dudas. Pero quien no tuvo dolor de panza antes de rendir un examen difícil, o antes de una reunión importante que te puede cambiar la vida. Dijo: “Yo no puedo!”, “Los Israelitas no me van a creer”, “El faraón nunca nos va a permitir”. Incluso al final de la parashá pasada volvió a discutir con Dios: “Por qué le haces mal a este pueblo? ¿Por qué me haz enviado? Desde que vine están mucho peor”. Pero igualmente siguió adelante y volvió a ver al Faraón.

A pesar de seguir todas las instrucciones de Dios, y hacer todo tipo de milagros no lograba su objetivo. Tuvo 9 reuniones con el Faraón y en todas volvió sin un resultado exitoso.

Aquí hay un mensaje perdurable. El liderazgo, aún el del más alto nivel, frecuentemente está signado por el fracaso. Todos los grandes lideres tuvieron grandes fracasos antes de ser lideres exitosos. Lo que tuvieron en común es que no tomaron el fracaso como definitivo sino como un aprendizaje necesario para llegar al éxito.

Un ejemplo de esto es el del conocidísimo WD-40. En 1953 el norteamericanoNorm Larsen invento el aceite WD-40 que todavía se usa en los talleres para aflojar tornillos, como antioxidante y muchas funciones mas. Lo increíble de la Historia es que le puso WD-40 porque las primeras 39 formulas habían fracasado y fue recién en el intento 40 que logró el producto que sigue vigente hasta hoy. No escondió sus fracasos, sino que los uso como marca de su producto, y todavía hoy sigue liderando el mercado.

Las derrotas, las demoras y las decepciones, duelen. Le dolieron a Moshé. Por lo tanto, si en alguna ocasión nos sentimos desmoralizados y desanimados, es importante recordar que hasta los más grandes personajes fracasaron. Lo que los hizo grandes fue que persistieron.

El camino al éxito pasa por muchos valles de fracaso. No hay otra vía posible. Hay que seguir intentando.

Shabat Shalom
Fabian David Holcman

Haftarat Vaera

EZEQUIEL 28:25, 26 29:1:21

Las Haftarot, que son porciones del Tanaj que leemos después de la lectura de la Parashá en Shabat o en Jaguim, son extractos de profecías escritas por los mismos profetas, y ese texto elegido por nuestros sabios esta siempre relacionado o vinculado con la Parashá de la semana.

Esta semana la parashá es Vaera, y el tema de esta porción es principalmente las SIETE PLAGAS, o SIETE GOLPES que caen sobre Egipto.

En esta oportunidad quien protagoniza la Haftará, es el Profeta EZEQUIEL quien en su profecía habla acerca de la fuerza de Ds que caerá sobre Egipto. Otra vez, como en la época de Moisés, la tierra de Egipto, el Poderoso imperio Egipcio y sus habitantes, sufrirán las consecuencias.

Ezequiel vive y profetiza en (Babilonia) y les habla a las tribu de Judá que vive en Babilonia, alentándolos que el exilio no durara por siempre y les habla de una profecía que Ds irá contra Egipto.

Ezequiel y Jeremías, ambos profetas son contemporáneos, viviendo Jeremías en Jerusalem, y Ezequiel en Babilonia.

Problemas políticos del momento cuando el Rey de Jerusalem no sabe si someterse a Babilonia o aliarse a Egipto contra los Babilonios.

Los asesores del Rey de Jerusalem opinaban que había que unirse a Egipto.

Conflicto político entre Egipto y Babilonia y los judíos en el medio.

Los judíos pensando con quien se aliaran. ¿Babel o Egipto? Cuando todo esta dicho que Israel no debe aliarse con nadie. Debe construir su propia estructura sin aliados. Porque tiene UNUNICOALIADO.

Y estas son las palabras que escucha Ezequiel… que el DEBE HABLARLE AL FARAON…

“10..….estoy contra ti y contra tus ríos, y convertiré la tierra de Egipto en ruinas, en un desierto desolado…11. No pasará por ella pie de hombre, ni pie de bestia pasará por ella, ni será habitada por cuarenta años. 12 Y haré que la tierra de Egipto sea una desolación en medio de las tierras desoladas, y sus ciudades entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años, y esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras. 13 Pero Adonay YHWH dice así: Al fin de los cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos en los cuales fueron dispersados, 14 y haré tornar el cautiverio de Egipto y los haré volver a la tierra de Patros, tierra de su origen, y allí serán un reino modesto. 15 Será más modesto que otros reinos, y nunca más se alzará sobre las naciones, porque Yo los disminuiré para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones 16. Y la casa de Israel no depositará más la confianza en ellos, ni recaerá en el pecado de haber ido tras ellos”

Cuando las palabras de Ezequiel fueron pronunciadas, Egipto era una Gran Potencia.

¿Qué pasó? ¿Y ahora?
¿Cualquier semejanza con la actualidad… es pura coincidencia?
Ya hemos escuchado de alarmas.
Ya hemos escuchado de avisos.
Pero, ¿qué pasa que las cosas se repiten?
¿Por qué vuelve el mensaje?
¿Por que hay que repetirlo?
¿Será que no escuchamos? ¿Será que no aprendemos?
Será.

Es una buena manera de darnos cuenta que realmente no lo hemos aprendido.

Porque si se repite, si vuelve, es que no lo tenemos afianzado. No lo hemos hecho propio.

Reparemos en aquellas cosas que vuelven una y otra vez sobre nosotros.

Reparemos en aquellas situaciones que se nos presentan reiteradamente.

Prestemosle atención a aquellas mensajes que reaparecen…

Porque si ese es el caso, entonces no hemos escuchado.

Porque si esa es la situación no hemos aprendido, porque si el mensaje se presenta es porque entonces debemos repensarlo.

Cuando este aprendido, cuando ya sea parte de nosotros mismos, entonces no volverá a ser un desafío…

Y estas fueron las palabras que escuchó Ezequiel… que además DEBIÓ HABLARLE A EGIPTO SIN ESTAR EN EGIPTO!

Escuchamos con algo que no son los oídos, y sabemos de una sabiduría que no se estudia en la escuela. No hagamos oídos sordos, ni vivamos distraídos.

Escuchemos las alarmas, para que no suenen hasta ensordecernos.

Somos responsables de nuestras actos.

Y Vivamos conscientemente.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ.
Silvia Dvoskin

Haftarat Shmot

Samaria, era la capital del Reino del Norte de Israel, fue destruida por los asirios en 721 a.e.c. En la Haftará leída esta semana, Isaías comparte una profecía sobre Israel, explicando porqué cayó en manos de sus enemigos y a la vez dando esperanza para un futuro de redención (la famosa: una de cal y una de arena).

La principal preocupación de Isaías erahacer llegar un mensaje traer un mensaje a Israel, empieza diciendo: “Israel brotará y florecerá, y la faz del mundo se cubrirá de frutos” (Isaías 27:6).

Inmediatamente después de esta hermosa declaración de redención venidera, Isaías suelta su enojo contra los israelitas y su adoración a la diosa siria “Astoret”. Nuestro profeta castiga a los líderes y sacerdotes de Israel, llamándolos: desde borrachos a personas de poco juicio. Isaías está completamente dolido por el comportamiento de los israelitas, diciendo: “Sí, todas las mesas están cubiertas de vómito y suciedad, de modo que no queda espacio”. (Isaías 28:8). En criollo sería “acá nadie está limpio”.

La gente no fue muy receptiva a las palabras del profeta, e Isaías promete que mientras se nieguen a arrepentirse, “caerán hacia atrás, y serán heridos, atrapados y capturados” (Isaías 28:13).

Casi todo lo que Isaías decía era pesimista y enojado, los rabinos optaron por terminar la haftará con dos líneas de un capítulo posterior (Isaías 29:22-23). Estas líneas enfatizan la redención que vendrá al pueblo de parte de Dios, tal como vino para Abraham y sus descendientes.

Creo que podemos establecer una conexión entre nuestra Haftará y nuestra parasha “Shemot”, porque en la parasha leemos como el pueblo de Israel fue esclavizado por los egipcios y sufrieron mucho a manos de otros. Finalmente, llega Moshe y comienza a iniciar el ciclo hacia la redención. Y de manera similar, en Isaías, el pueblo en el Reino de Israel sufrió mucho, aunque en este caso es el sufrimiento provocado por su propia falta de fé en Dios (según Isaías) y por la corrupción y la codicia de sus líderes. Isaías nos trae un mensaje de esperanza y redención tanto como en su momento Moshé.

Shabat Shalom
Wally Liebhaber

Parashat Shmot

Shemot 1:1-6:1

Estimados amigos, lo primero que quiero compartir con ustedes, es que las casualidades no existen. Hoy me encuentro frente al mismo texto, que había citado cuando comentamos parashat Toldot, le comenté que “heie imja”(estaré contigo) se volvía a repetir justo aquí donde estamos hoy.

¿Y dónde estamos hoy?

Hoy estamos en ese primer encuentro entre Moshe y D´s, no solo el primer encuentro sino la primer revelación y acercamiento entre ambos.

Para ponernos en sintonía, nos encontramos en el desierto, a la vera de un monte, pastando unas ovejas (que ni siquiera son nuestras), delante de un arbusto seco con espinas, que está ardiendo. Ya sé lo que están pensando, que les había prometido el gran encuentro, entre Moshe rabeinu y la Divinidad, y estamos en el lugar menos atractivo y glamoroso, para semejante evento. Ténganme fe que no los voy a defraudar. No dejen de mirar la zarza ardiendo, y al mismo tiempo vamos a ir adentrándonos en el texto. Señoras y señores estamos frente a unos de los 15 versículos más maravillosos y profundos, de nuestra parashá, capitulo 3 versículos uno al quince del libro de Shemot.

Como ya describimos Moshe está en el desierto pastando las ovejas de su suegro, cuando descubre la zarza incandescente que además no se consume. Escucha una voz que susurra Moshe , Moshe a lo que el responde “Hineni ”. La respuesta de Moshe nos pone en un lugar muy interesante, no muestra firmeza y entrega al mismo tiempo, el hineni en una contestación nos denota, compromiso con lo que vaya a suceder. Solamente nos pueden ocurrir cosas buenas cada vez que abordemos una situación con la impronta de un “Hineni ”, desde aquí partimos.

Afuera nada cambio sigue ardiendo el arbustito, con el mismo fuego, lo que cambia es el Moshe interior. El texto nos dice que Moshe se aleja, no solo para tomar distancia como señal de respeto, sino que para ver mejor. Además de esto se descalza y se desprende de todo lo que posee. Es por lo que nuestros maestros jasídicos, nos dicen que a partir que nosotros nos podemos despojar de nuestro Yo, es que podemos elevarnos y acercarnos a la divinidad. A partir de este momento el texto nos muestra en muy pocos versículos varias facetas distintas de un mismo D´s. Entendemos que Hashem es uno solo, pero existen distintas maneras para percibirlo, y esto no va a contramano de su unicidad.

Leemos El, Elohim, Havahie, Hamakom, Anoji, Elohei Abraham, Elohei Itzjak, Elohei Yaacov y como si esto no alcanzara un poquito más adelante se va a mostrar como “Eihe asher Eihe”.

Sin lugar a duda desde aquí se comienza a gestar el nacimiento de la gran nación que le había sido prometido a Abraham avinu. Y este “Ehie asher Ehie” es la rúbrica que hará que este encuentro sea solo el punto de partida, en dirección de una relación, que con subidas y bajas perdurara es el tiempo. Esto es lo que permitió que después de tres mil años estemos en un Shabat pudiendo estudiar donde comenzó todo.

Es por eso mis queridos amigos que en este Shabat Bo nuestros textos, nos invitan en que podamos pararnos firmes y comencemos a buscar la divinidad, aun en un pobre arbusto seco y espinoso. Es más, si no crees en D´s, entonces la invitación es para que puedas encontrar, las cosas buenas que hay, en aquellas cosas o personas que menos inspiración te generan. Lo importantes es que no lo dejes de buscar. Y es a partir de esta búsqueda que podremos lograr ese “heie imja” este a nuestro lado. Busquemos juntos para poder ver que hay más allá de esa zarza que sigue ardiendo y no se consume.

Shabat Shalom Humeboraj
Ari A. Alster

Shabat Kavod, la oportunidad de honrar la memoria o pedir brajot para un ser querido.

La oportunidad de honrar la memoria o pedir brajot para un ser querido. La oportunidad de apoyar los proyectos sociales de nuestra comunidad.

Te invitamos a realizar un Kidush especial, a través de una seudat (mesa festiva) en la mesa de Shajarit Shabat de los sábados por la mañana, en nombre de tu familia, o de la persona que quieras homenajear.

Este inmenso Kavod será difundido a toda la comunidad, a través de nuestro newsletter digital, las redes y en el púlpito los viernes por la noche en el servicio de Kabalat Shabat.

Con tu aporte, además, estás colaborando directamente con los diferentes programas sociales que lleva adelante nuestra comunidad, para seguir ayudando quienes más lo necesitan.

Para ser parte de esta iniciativa, por favor, escribinos a [email protected]

Iedid Nefesh, Maher Ahov ki ba Moed, vejanenu kimei olam.
Amigo del Alma, apresurémonos a amar porque ha llegado el tiempo, y así recibir bendiciones por siempre.

Haftarat Vaieji

Melajim l 2: 1-12

La lectura de la Torá de esta semana, Parashat Vaieji, trata del fallecimiento de Yaakov Avinu, nuestro Patriarca, que fue el padre en la vida real de sus doce hijos (y de su hija Dina). Esta sección comprende sus últimas palabras a sus hijos, lo que él sentía que ellos tenían que saber para poder cumplir su misión como era debido.

Del mismo modo, la Haftará nos cuenta las últimas palabras de David y sus instrucciones a su hijo Shlomo, quien lo habría de suceder en el trono (el Rey Salomón). (En comparación con lo que dijo Yaakov Avinu, las palabras de David fueron mucho más directas y francas, llenas de furia en la superficie y con un amplio trasfondo de significado).

“Querido hijo, quiero que recuerdes siempre una cosa – mientras vivas: que D´s está contigo y no tienes nada que temer”

He aquí una síntesis de una historia muy larga, el origen del santo Baal Shem Tov, hasta su culminación. La conexión con esta introducción que hemos hecho quedará clara al final del comentario.

El Reb Eliezer, padre del Baal Shem Tov, fue exiliado muy lejos, no sólo de su hogar, sino también de sus hermanos judíos. Él era el único judío en un país en el que se ejecutaba a todo aquel cuya identidad judía se diera a conocer. Sin embargo, de alguna manera, el Reb Eliezer pasó de ser el valet del virrey a ser el ministro más confiable del rey. Y cuando el primer ministro murió, el rey recompensó al Reb Eliezer designándolo el nuevo virrey y dándole como esposa a la hija del virrey anterior.

Por supuesto que el puro y santo Reb Eliezer nunca llegó a convivir con aquella joven mujer. Después de un tiempo, la mujer le preguntó: “¿Qué defecto tengo para que no me toques nunca ni hagamos lo que todo el mundo hace?”. El Reb Eliezer le respondió: “Si juras no revelárselo a nadie, te diré la verdad”.

Ella se lo juró y el Reb Eliezer le confesó que era judío. De inmediato, ella le dijo que volviera a su país, y le dio una fortuna de oro y plata para que se llevara consigo. En el viaje de regreso, el Reb Eliezer fue atacado por una banda de villanos que lo despojaron de toda aquella fortuna que le había dado la hija del virrey.

Estando aún en el viaje, se le apareció Eliahu HaNaví (el Profeta Elías) y le dijo: “Dado que has superado todas las tentaciones que se te presentaron en el camino, serás bendecido con un hijo que les llevará luz a los ojos de todo Israel. Él será una manifestación del versículo (Isaías 49:3) – “Israel, de quien Yo [D´s] Me enorgullezco”.

Cuando llegó a su hogar, encontró bien a su mujer. El Santo Baal Shem Tov nació cuando estaban rondando los cien años de edad. (Una vez, el Baal Shem Tov comentó que su alma no habría podido llegar a este mundo sino hasta que su padre ya no sintiera más deseo).

El niño creció. Y cuando tenía cuatro o cinco años, el Reb Eliezer lo llamó a su lecho de enfermo y le dijo así: “Luz de mi vida, yo no tendré el privilegio de criarte. Querido hijo, quiero que recuerdes siempre una cosa – mientras vivas: que Dios está contigo y no tienes nada que temer”. Que el mérito de los tzadikim nos proteja a todos.

Es por eso mis queridos amigos que en este Shabat Vaieji los invito a sentarse con cada uno de sus hijos, sin tener que esperar a un lecho de muerte, y les digan todas aquellas cosas buenas que desean para ellos y no se olviden de aquellas palabras del Melej David “Querido hijo, quiero que recuerdes siempre una cosa – mientras vivas: que D´s está contigo y no tienes nada que temer”.

Shabat Shalom.
Ari A. Alster

Parashat Vaieji

Bereshit 47:28-50:26

Muere Iaacov y sus hijos sepultan sus restos en la cueva de Majpelá.
Allí están enterrados Abraham y Sara, Itzaak y Rivka, Lea…
Cumplen el deseo de su padre.
Suben para ello a la Tierra Prometida.
La tierra de Israel. Pero no se quedan allí, regresan a Goshen donde las tierras para su ganado resultaban las mejores.
Nos preguntamos: ¿Por qué no se quedaron en Israel?
¿No tenían hambre de sus raíces, añoranza de dónde venían?

Parashá Vaiejí es la única Parashá de toda la Torá que es Stumá.
Así nos enseñan nuestros sabios.
Esto significa que es cerrada, en el sefer, no hay espacio en blanco entre una Parashá y otra.
Termina Vaigash y a continuación comienza Vaiejí.
Es una continuación, una continuidad.

Cuando Iaacov vivía unía a la familia con sus raíces.
Al morir, sus hijos no experimentaron la sensación de diáspora, por lo tanto, enterraron a Israel-Iaacov y volvieron a Goshen.

Fue Moshé Rabenu el que recuperó sus raíces y de la mano de D’s abrió las aguas, como si fuera una metáfora de hacer una espacio entre las dos parashiot.
Un espacio para reflexionar, para sentir la añoranza… para que se adentraran camino a la Tierra Prometida y recuperaran así, con mucho esfuerzo, lo que es nuestro, nuestra tierra, nuestras raíces.

Recibamos todos hoy las brajot de Israel, ya no tenemos qué añorar.
La Tierra es nuestra y es fértil.

¡Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Haftarat Vaigash

La parashá y la haftará de esta semana hacen foco en el reencuentro, la reunificación, la unión de nuestro pueblo después de mucho tiempo de divisiones y distanciamientos internos. Nos lleva a repensarnos a todos nosotros como parte de un todo, de una familia que así como cualquier otra tiene discrepancias , enojos, y momentos difíciles de sortear.

Existió un momento en la historia de nuestro pueblo donde Israel estaba dividido en dos reinos, uno en el norte asociado con la tribu de Efraím y otro reino en el sur asociado con Iehudá , debido a las luchas de poder no resueltas que surgieron luego de la muerte del rey Shlomo. El reino del norte fue destruido y enviado al exilio por los asirios; y el reino del sur fue exiliado a Babilonia en el año -586.

El momento central de Parashat Vayigash, nos muestra a Iosef revelando su identidad a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo 17 años atrás. A través de besos y lágrimas, los hijos de Israel vuelven a ser una familia, y eso es lo que los deja crecer y fortalecerse como las 12 tribus de nuestro pueblo.

En la Hafatará encontramos la profecía del profeta Iejezkel que se dijo mientras estaba en el exilio en Babilonia. Haciendo foco en la reunificación y el reencuentro, el profeta mira hacia un tiempo en el futuro donde los reinos de Iehudá e Israel ya no estarán separados: “Los haré una sola nación en la tierra… Nunca más serán divididos en dos naciones” (37:22).

Cuando nuestro pueblo está dividido, nada bueno surge de aquellas situaciones. Estar separados nos debilita, nos hace ver al otro con desprecio, bronca y distanciamiento. Sabemos que unidos nos supimos mantener juntos de pie, y también sabemos que separados caemos fácilmente. Unidos somos más fuertes y separados nos convertimos en seres más débiles.

Quizás estas historias nos quieran enseñar que hay que trabajar para comenzar a unirnos todavía más entre nosotros porque ése es un gran comienzo, el desafío después de ese primer paso será mantenernos unidos, para finalmente poder trabajar en equipo , como una verdadera familia y solo así poder lograr todos los éxitos que nos propongamos en el futuro.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Parashat Vaigash

Esta semana tenemos una situación que es hermosamente teatral.

Iosef está frente a sus hermanos, se va trás bambalinas, luego sale, llora y les confiesa: “Yo soy Iosef” (Bereshit 45:3); al segundo les dice más: “Iosef, vuestro hermano, el que habéis vendido a Egipto” (Bereshit 45:4). Ahí no más, los hermanos medio que se quedan un poquito duros (podemos entender por qué, imagínate tener que enfrentar a quien vendiste y quisiste limpiar). Parece que Iosef venía trabajando estos temas en terapia y les dice: “No os entristezcáis ni se encienda vuestro furor contra vosotros mismos” (Bereshit 45:5). Básicamente les dijo que lo pasado, pisado, que todo más que bien, que está bien piola, que D´s lo puso acá y todo marcha de mil.

Como destaca el Rab Sacks Z¨L, es muy diferente a lo que les dice hace unas semanas: “Pues robar he sido robado de la tierra de los hebreos y tampoco aquí nada he hecho para que me hayan puesto en la mazamorra” (Bereshit 40:15).

Básicamente plantea que ahora que le va genial y que está todo buenísimo, lo que le sucede es parte de un plan divino pero en la cárcel, se hizo el sota. Pero no se trata de ser tan duros con nuestro amigo, si no de poder ver juntos lo qué pasó: hacer un entendimiento de su historia para entendernos mejor.
No podemos modificar el pasado pero sí el futuro. A veces no podemos comprender lo que nos está pasando en el presente hasta que miramos hacia atrás y vemos cómo resultó todo. Es decir que no somos cautivos del pasado, hay cosas que nos pueden ocurrir, quizá no tan drásticas como las que le sucedieron a losef, que pueden cambiar por completo nuestra forma de mirar hacia atrás y recordar. Si actuamos y resignificamos, podemos redimir el pasado.

No podemos cambiar el pasado pero lo podemos reinterpretar para mirar diferente nuestro hoy. Esta es una de las bases del judaísmo a través de toda su historia; los profetas reinterpretan la narrativa bíblica de acuerdo a su época. Casi que no hubo generación en la que los judíos no reinterpretaran los textos a la luz de la experiencia del tiempo presente.

Somos un pueblo que cuenta historias y después las repite, cada vez con un énfasis sutilmente diferente para establecer la conexión entre el entonces y el ahora. El presente modela nuestra comprensión del pasado para que podamos vivir de manera positiva en nuestras vidas.
Cómo escribamos el próximo capítulo de nuestra vida afecta a todos los anteriores y por la acción del futuro, podemos redimir muchas de las penas del pasado.

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber