Los adultos mayores de Amijai participaron de Usina Senior

Este miércoles 1° de diciembre participamos del evento Usina Senior, con un grupo de personas mayores de la Comunidad.

Fue una propuesta del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para impulsar iniciativas económicas que logren incluir la mirada de las personas mayores en relación a los productos y servicios existentes o a desarrollarse; y con el objetivo de generar conciencia para que las empresas y los gobiernos generen iniciativas y diseñen productos en función de dichas necesidades.

Desde Amijai, nos parece interesante y desafiante comenzar a participar de estas instancias que valoran la mirada de las personas mayores y las involucran desde un lugar protagonista.

Compartimos con ustedes la experiencia de Teresa Wilder:

Amijai nos invitó a participar de una reunión de trabajo, organizada por el Gobierno de la Ciudad, para buscar soluciones colaborativas e innovadoras que incluyan experiencias, deseos y necesidades de las personas mayores, y así tener mejor calidad de vida. La misma se realizó en la Usina del Arte, donde nos recibieron en un patio donde exponían distintas áreas del gobierno, empresas y organizaciones de la sociedad civil. Luego pasamos a un amplio salón y trabajamos por mesas según diferentes temáticas. En nuestra mesa participó una empresa que se dedica a realizar tareas en plazas y calles. Estuvieron presentes el Jefe de Gobierno Horacio Larreta y el Dr. Fernan Quirós.

Las conclusiones finales fueron:

    1. Elevar los bancos en los espacios públicos, en las plazas y sobre Av. Santa Fe.
    2. Colocar bebederos.
    3. Instalar baños químicos.
    4. Hacer respetar las normas de higiene y si es necesario con sanciones a los infractores.

Ojala ésto sea positivo y podamos ver los cambios.
Amijai, ¡GRACIAS POR ESTA EXPERIENCIA!

Parashat Miketz

¿Qué vas a hacer con tus sueños?

Esta semana, la Tora, nos entrega uno de los sueños más conocidos del Génesis.

El mundo onírico tan presente en las últimas parashiot, es la constancia del valor que tienen los sueños como un medio elaborativo de nuestros aconteceres cotidianos, o como conector entre mundos, trayéndonos información de otros tiempos ya sean presentes, pasados o futuros.

Sea como sea, esta vez el soñador fue el Faraón, y sus tan conocidos sueños de las vacas y las espigas. Siete vacas flacas y miserables comiéndose a siete vacas gordas y hermosas; siete espigas sanas siendo devoradas por siete espigas secas…

Estos sueños reiterativos desesperaron al Faraón, quien ansioso de una interpretación reunió a los mejores sabios y sacerdotes del reino. Ninguno pudo darle una respuesta, solo Iosef. Un esclavo hebreo, apresado, que se hizo conocido por haber interpretado sueños en la cárcel.

Una vez frente a la máxima autoridad, ya limpio y con ropas nuevas, escucho el relato que el mismo Faraón le repitió y sin dudar le respondió lo que Dios iba a hacer en Egipto. Siete años de abundancia serán seguidos de siete años de hambruna…

Inmediatamente luego de esta interpretación, Iosef no se detuvo, sino que continúo diciéndole al Faraón lo que tenía que hacer…

Y este punto es para mí muy importante. Iosef, el gran soñador, como vimos en las parashiot anteriores, tenía el don de interpretar los sueños. Pero en esta oportunidad dio un paso más, y se atrevió a pararse frente al Faraón y decirle lo que tenía que hacer. ¿Un simple esclavo hebreo, sacado del pozo más oscuro diciéndole al gran Faraón, considerado un Dios para su pueblo, lo que tenía que hacer…?

En esta oportunidad, el texto nos muestra un Iosef humilde, parado frente al Rey, pero siendo un mensajero del mensaje divino: No procede de mí, Dios será quien responda sobre el bienestar del Faraón.  (41:16) Y es desde esta misma humildad, que no pretende nada para sí, sino que entiende la importancia de decir lo que hay que decir, o hacer lo que hay que hacer.

Toda la propuesta que Iosef hace al Faraón podría haber sonado descabellada, políticamente incorrecta y hasta insolente, por varios motivos.  Redoblar los impuestos, ajustes en el consumo durante los años de bonanza. El plan de Iosef, incluía en las restricciones al Faraón mismo. Éste, acostumbrado a que todos lo veneren y le traigan respuestas cómodas, positivas, fáciles, tenía frente a él un muchacho que vaticinaba un desastre en una tierra tan abundante como lo era Egipto. Y además se estaba atreviendo hasta de dudar de los dioses que cuidaban la agricultura y la ganadería de la potencia más grande de esos tiempos.

No obstante, Iosef no dudó, utilizó la información recibida y rápidamente ideó un plan que dejo perplejo al Faraón y su corte. Sus palabras eran tan seguras, despojadas de egoísmo, avaladas por su Dios, que no temió y ese valor le hizo ganar la confianza y simpatía del Faraón: Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay sabio como tú. Tú estarás, sobre mi casa y por tu mandato será sustentado todo mi pueblo, solo (en cuanto) al trono seré más grande que tú (41: 39,40)

Lo que llevo a Iosef a la cúspide en Egipto, no solo fue su capacidad interpretativa, sino por sobre todo su capacidad de acción, su sinceridad y honestidad.

Todos tenemos sueños, o de alguna manera u otra recibimos información que nos marca un rumbo.

¿Tenemos el valor de transformar esas ideas en actos?

Tal vez Iosef, nos da una clave: preguntarnos qué hay detrás de esos sueños. Una perspectiva egoísta puede llevarnos a un pozo oscuro, pero si reconocemos a Dios detrás de aquello que soñamos, y percibimos que somos los mensajeros para realizar una acción concreta en este mundo, ésa que nos pertenece y que todos tenemos, entonces, guiados por un impuso interior, haremos que ni el miedo, ni los rangos sociales, impidan que lleguemos a la propia cúspide y ala realización.

Tal vez, las luces de Januca tengan ese sentido, despertarnos luego de haber soñado, y una vez con los ojos bien abiertos comenzar a trabajar por la realización de nuestros sueños.

Jag Sameaj y Shabat Shalom.
Grace Cobe

Haftarat Miketz

HAFTARAT MIKETZ – Inteligencia Emocional – REYES I CAPÍTULOS (3:15- 4:1)

En la Parashá de la semana pasada vimos como una persona como Iosef, soñador, con un proyecto claro y una gran inteligencia caía hasta el pozo de una cárcel de Egipto y era olvidado. No podemos decir que le faltó inteligencia, pero si podemos decir que no estaba logrando lo que quería.

En esta Parashá lo vemos resurgir y llegar a la cima del imperio mas grande del mundo, pero también lo vemos aplicar su inteligencia con mucha sabiduría.

En la Parashá de la semana Pasada Iosef tuvo un sueño y se lo conto a sus hermanos, no una sino dos veces y ellos lo odiaron al punto de llegar a venderlo a Egipto. En esta Parashá,Iosef Escucha al Faraón, interpreta el sueño y ve la manera de que el Faraón le haga cumplir el suyo.

Mas adelante cuando ve a sus hermanos, siendo el hombre mas poderoso de Egipto no sale impulsivamente a abrazarlos y contarles lo que pasó, a donde llegó, ni a decirles que con su inteligencia había llegado a la cima. Seguramente no le faltaban ganas, pero Iosef reaccionó de una manera mucho mas sabia. Armó toda la situación para que sea Iehuda al inicio de la parashá de la semana que viene, el que tome la iniciativa y se acerque a él (Vaigash) y le plantee su arrepentimiento. Iosef había crecido y con el tiempo aprendió a usar su inteligencia con sabiduría.

Hoy sabemos que la inteligencia tiene varias dimensiones (lógica-Matemática, Lingüística, visual/Espacial, musical, corporal, intrapersonal) Pero es difícil utilizar estas inteligencias; sin entender y comprender la esencia humana. De eso se trata la sabiduría en nuestra tradición, de la experiencia de vida aplicada a las circunstancias que nos rodean y con quienes nos rodean.

En la Haftará de esta semana leemos una historia muy conocida (hasta salió en los Simpson). Es la historia de 2 madres que van a ver al rey Salomón reclamando ambas ser las madres de un bebe. El Rey Salomón propuso la solución “Salomónica” de partir al bebe al medio con su espada, a lo cual la verdadera madre se negó y acepto entregar al bebe a la otra con tal de mantenerlo con vida, y por el Rey decidió entregar el bebe a ella. Recuerdo cuando mi abuela Catita me contaba esta historia resaltando la sabiduría del Rey Salomón (que “casualmente” era el nombre de mi abuelo).

Siempre me gusto esa historia y la manera inteligente de descubrir la verdadera madre. Pero ahora también veo la sabiduría de Salomón. Obviamente el Rey mas sabio de nuestro pueblo con solo mirar a los ojos de las madres sabia cual era la verdadera y cual la impostora. Pero con su sabiduría además de hacer justicia, les justificó a todos, incluyo a la falsa madre porque tomo esa decisión. De esa manera todos la aceptaron.

Estos textos vienen a enseñarnos que la adquisición de la sabiduría no está en “la información, los contenidos, en la manera de tocar un instrumento o de usar la computadora”; sino en la habilidad para aplicar esta inteligencia en el descubrimiento del alma humana y empatizar con el otro.

Lo que hoy llamamos inteligencia emocional, ya está explicado en nuestros textos. La tradición judía nos regala herramientas para adquirir esta sabiduría. Sigamos aprendiendojuntos en comunidad.

¡Shabat Shalom!
Fabian David Holcman

Parashat Vaieshev

En parashat Vaieshev relatan la vida de Iosef durante su paso por la cárcel. Allí también, Iosef tuvo un lugar de privilegio y le encomendaron estar a cargo de los presos.

Cuando llegaron a la cárcel el copero y el panadero del faraón también estuvieron bajo la custodia de Iosef.

Un mañana Iosef los vio perturbados y les preguntó: ¿por qué vuestro semblante está tan malo hoy?

¿Por qué se interesó Iosef por estos dos desconocidos y por qué le llamó la atención? ¿Se puede tener buena cara en la cárcel?

Los místicos enseñan que es un precepto enorme intentar estar alegres, superar las tristezas y dejar de lado la amargura para estar sanos y fuertes.

Iosef representa el arquetipo de la alegría, quien logra ver júbilo y luz en la oscuridad  de la prisión. No se conformó con lograrlo solo, también se preocupó por la tristeza de los demás.

Enseñan nuestros maestros  que los verdaderos tzadikim son quienes no se alegran ellos solos, sino aquellos que eligen alegrarse con otros. Y Rabí Meir dice: aquél que se dedica al estudio de la Torá desinteresadamente es merecedor de varias cosas; más aún tal persona justifica la creación del mundo. Es llamado por las escrituras: amigo y amado. Él ama a Dios y a las personas. Se regocijan con él Dios y sus criaturas. Avot 6, 1

Por eso si queremos aprender algo de Iosef y ser un poco tzadikim, deberíamos preocuparnos cuando alguien esta triste, e intentar darle ánimo y alegrarlo.

¡Shabat Shalom!
Rabina Judy Nowominski

Haftarat Vaieshev

AMOS 2:6-3:8

Nuestro profeta vivió en el siglo VIII a.e.c. Se lo conoce como un profeta sensible no sólo ante la crueldad hacia Israel sino hacia todos los hechos de la humanidad.
El tema de las transgresiones y la lucha del hombre contra el hombre, la pelea y los desencuentros  entre hermanos siempre fue su preocupación.

De sus profecías aprendemos que si Israel no vive de acuerdo a la Torá, no es mejor pueblo que otros. Su mayor deseo es que el pueblo tenga hambre y sed de escuchar a A’d.
Su libro termina con la promesa de instalarnos para siempre en la tierra que nos pertenece.
Como ocurre habitualmente encontramos una línea de unión entre la Haftará y la Parashá.

En este caso vemos que Amos dice”…porque ellos han vendido por plata al justo y al menesteroso por un par de sandalias (2:6)
Recordemos que en la tradición judía a Iosef se lo conoce como Iosef Hatzadik. Esto nos remite al momento en que sus hermanos lo vendieron por plata.
Más allá de lo que podamos ver en la conducta previa de Iosef, el profeta critica duramente las transgresiones a los preceptos que el judaísmo tiene sobe todo en relación a su prójimo:
“ben adam lejaveró”: entre el hombre y su prójimo.

Pero a pesar de las transgresiones es central en el judaísmo el concepto de teshuvá: es un retorno a nuestro interior, es la oportunidad de revisar la relación entre nuestros prójimos y con nosotros mismos queante el espejo somos también nuestro prójimo.

Es central en el texto nuestra responsabilidad ante todos los pueblos de la humanidad.
Cuando Amos dice en 2:13 “como oprime la carreta que está llena de gavillas”, alude a la opresión del hombre por el hombre.
Algunos tienen sus carretas llenas, otros van con sus gavetas vacías.

Las gavillas nos recuerdan también al sueño de Iosef donde sus hermanos se inclinaban ante él.
La soberbia nunca es una buena actitud si queremos formar parte de un pueblo donde uno sea responsable por el otro.
La historia que estamos transitando en la Torá en estas semanas nos hace pensar que todo lo sucedido tuvo un propósito. Algunos dirían incluso un designio divino, ya que el narcisismo de Iosef llevó luego a actitudes de sus hermanos que a su vez terminaron con Iosef en Egipto ocupando un lugar muy fundamental, central en la historia de nuestro pueblo.

Las palabras del profeta nos evocan el Efecto Mariposa, hasta el aleteo de una mariposa en un lugar produce efectos y cambios en todo el mundo, y en cada una de sus criaturas, en toda la humanidad.
Que un hombre sea maltratado afecta a todos los hombres.

Nada es casual. Lo podemos ver como un designio de D’s o como el efecto del aleteo de una mariposa en cada hecho, y así entender que todo tiene una razón.
No hay casualidad: las cosas ocurren por algo. (Amos 3 : 3-7)
Esto nos da la posibilidad de convertir el desastre en una oportunidad, la tragedia, lo doloroso, en un renacimiento, en un volver a empezar.
¡Que así sea! Que sepamos y podamos hacer de los momentos oscuros, de las túnicas desgarradas y de los hermanos enemistados, una nueva realidad que, como ocurrió con José y sus hermanos, albergue un futuro con nuevos horizontes.

¡Shabat Shalom uMeboraj!
Norma Dembo

Parashat Vaishlaj

“Quedóse Jacob solo y hasta rayar la aurora estuvo luchando con él un hombre.  Y él le dijo: No te llamarás en adelante Jacob sino Israel, pues has luchado con Dios y con hombres y has vencido (Gén. 32:24-28).

Jacob comienza sus días como un hombre hogareño y al salir de la casa de sus padres se convierte en un hombre de lucha.  Su vida estaba llena de sortear obstáculos. Tuvo que enfrentarse a su suegro para conseguir el amor de su amada Rajel; pelear por su rebaño bien ganado con trabajo. Y ahora se enfrenta a un hombre desconocido, lucha toda la noche… antes de enfrentarse con su hermano. Y en esta misma parashá es violentada su hija Dina.

¿Se logran superar todos los desafíos que la vida nos impone? ¿Si es , cómo es el día después, y si no es así, cómo es el día después?

La fuerte lucha de Jacob con el hombre, se suele relacionar con su propio trabajo de conciencia, con enfrentar sus miedos antes de ver a su hermano y vencerlos, con su sincera teshuva y la necesidad de sanar. Esa persona retorcida que supo ser; logró sortear sus propios obstáculos y convertirse en Israel, hombre recto. Y el reencuentro con su hermano fue un fiel reflejo de ello.

Pero por otro lado, superar la violación de una hija, Dina; es un arduo y quizás inalcanzable trabajo interno. Ni siquiera puede defenderla como correspondía y calla su intenso dolor. Conocemos la historia, sus hijos Shimon y Levi desean honrar el nombre de su hermana y asesinan a filo de espada a todos los varones de Shjem. No era la forma tampoco pero ahí sí puede regañar por lo hecho y permanece herido por el resto de su vida.

Hemos aprendido en Pirkei Avot ( 2:16);  No siempre es tu obligación finalizar  la misión comenzada, mas no tienes derecho a desistir de ella .

Quizás este sea uno de los mensajes de las batallas en la vida de Jacob y en las luchas propias. No siempre se logra el éxito ni todo es un perpetuo fracaso; sin embargo hay que seguir peleando.

Todos tenemos nuestras disputas internas, íntimas, con amigos, con la familia, ante la sociedad. Y en líneas generales, asociamos éxito con triunfo.  Jacob, nos enseña, que lo importante y relevante en la vida no es la victoria, sino la lucha en sí.

La próxima vez que debas medir tus alcances, no pienses en las “medallas”; fijate qué aprendiste, qué capitalizaste y verás que ese es el comienzo del triunfo asegurado en el camino de la vida.

¡Shabat Shalom!
Rabina Sarina Vitas

Haftarat Vaishlaj

Obadia 1:1-21

Las Haftarot, que son porciones del Tanaj que leemos después de la lectura de la Parasha en Shabat o en Jaguim, son extractos de profecías escritas por los mismos profetas, y ese texto elegido por nuestros sabios esta siempre relacionado o vinculado con la Parasha de esa semana.

Esta semana es Vaishlaj, y los temas de esta porción son, entre otros, Yahakov con el Malaj (ángel), el encuentro de Yahakov con su hermano Esav, el episodio de Dinah, la muerte de Rajel y la descendencia de Esav.

En esta oportunidad quien protagoniza la haftará, es el Profeta OBADIA quien en su profecía habla de Edom y de la perdición de esta nación.

El Libro de Obadiá, es el más corto de todo el Tanaj. Nada dice el libro acerca de su biografía ni sobre su situación histórica, solo se sabe que Obadiá fue un hombre proveniente de la nación de Edom convertido al judaísmo. Y todo el capítulo contiene una sola profecía, desde el comienzo hasta el final, dedicada al tema de Edom a través de varios períodos en la historia. Y ha sido elegida como Haftará de la Parashat Vaishláj ya que el profeta habla de la perfidia de Edom, pueblo descendiente de Esav, hermano de Yahacov / Israel.

En la Parashá el enfrentamiento de los hermanos tiene un desenlace pacífico y positivo.

Ahora, volviendo a la profecía comienza diciendo “… hemos oído”… el hecho de que el verbo oír aparezca en plural cuando es sólo Obadiá el que está hablando se debe a que este verbo incluye también a los profetas Irmiahu, Ieshahiahu y Amós que también dirigieron profecías con respecto a Edom, y de allí el plural: Shamahnu”

Explican los sabios que cuando los profetas recibían alguna profecía que ya había sido pronunciada por un profeta anterior, utilizaban las palabras y expresiones ya enunciadas por dicho profeta. Los profetas no oían en sus profecías el mensaje de Hashem, en palabras y en letras, (este grado de profecía sólo era de Moshé).

Los demás profetas concebían las profecías ya sea por medio de parábolas o por medio de revelaciones y ellos relanzaban sus visiones con sus propias palabras y estilo idiomático peculiar, a veces acuñando un estilo idiomático propio y otras veces citando les términos y palabras ya enunciados por un profeta que había antecedido…

…Y es lo que ocurre en este libro, Obadiá vaticinó en su profecía la destrucción de Edom.

El tema es…  ¿Por qué eligen esta profecía en esta Parashá?

Por qué eligen leer una profecía que relata un devenir, de alguna manera “opuesto” a lo que relata la parashá?

Por qué si la Parashá habla de un reencuentro entre los hermanos pacifico y positivo, la haftará habla de un final caótico y definitivo?

Será que hay un guiño en la parashá?

¿Será que la parashá con esa “conciliación” entre Esav y Yahacov nos ofrece un escenario de construcción y completitud?

Si. Va por ahí.

Nos avisa, nos advierta, nos sugiere. La manera de no caer en destrucción y derrota en la que cayó Edom, es completando la dos partes de la unidad… es sumarle a Esav lo que es Yahacov, y a Yahacov lo que es Esav… es construir con la dos partes, una unidad.

En construir una unión, en reconstruir vínculos dañados.

En no sentirse HECHO (Esav) desde el principio, sino ir completándose momento a momento.

Por el mismo motivo es que Obadiá, en su discurso incluye las palabras de los otros profetas… ‘Shamahnu” dice – hemos oído -…

Solos, cada uno por su lado, cada uno HECHO PARA SI (Esav | EDOM) … terminara tarde o temprano es un estado de destrucción y ruinas.

Reencontremos el ESAV y el Yahakov, que cada uno de nosotros es… y construyamos en Equipo, entre Hermanos… parece más difícil, pero sin duda será la semilla del futuro.

SHABAT SHALOM UMEORAJ
Silvia Dvoskin

Parashat Vaietze

Y soñó y he aquí que una escalera estaba apoyada en tierra, y su cima llegaba a los cielos, y he aquí los ángeles de Dios subían y bajaban por ella (28:12)

Hay momentos en nuestras vidas que nos invitan a frenar para poder mirar mejor donde nos encontramos. Son esos instantes donde respirar y hacer una pausa se convierten en esenciales para poder seguir creciendo en nuestro propio mundo.

Qué sigamos “subiendo”, creciendo, madurando, consiguiendo nuestros logros más preciados depende de que nos animemos a soñar, a escalar en nuestra propia escalera de vida sabiendo qué la vida se trata de un constante subir y bajar.

La escalera puede estar representando a nuestro patriarca Iaakov, y los ángeles que por allí ascienden y descienden son síntoma de su crecimiento o decrecimiento espiritual. Existen momentos donde nos animamos a subir hasta los cielos más altos, es allí donde todo es felicidad y seguridad. Existen otros donde sentimos que solo bajamos, qué nada puede solucionarse, y clavamos nuestros pies en la tierra sin la posibilidad de poder movernos de nuestro propio lugar.

De la misma manera se muestra a nuestro patriarca, por momentos, es un joven inmaduro e indeciso. Por momentos, es un hombre de coraje e iniciativa.

Rabí Aharón de Karlín enseñó sobre este versículo: “Si un hombre de Israel tiene firme dominio de sí mismo y pisa sólidamente en tierra, su cabeza llega hasta el cielo”.

Queridos amigos de Amijai

Estamos en el mes de las luces, próximos a vivenciar juntos la fiesta de Januca.

Es tiempo de animarnos a mirar la vida en subida, pudiendo sentirnos firmes con los pies en la tierra pero con nuestra cabeza mirando hacia el cielo, siempre buscando nuevos proyectos, nuevas misiones en nuestra vida, que nos hagan crecer como seres humanos con valores convicciones y pasión por el solo hecho de estar vivos.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftarat Vaietze

¿A dónde vamos cuando escapamos?

El arte de querer dejarlo todo, intentando que alguien más se ocupe de tus asuntos. El buscar salir del problema dejando todo atrás. Escapar parece tan simple, que de hecho ni siquiera tenés que moverte del lugar.

A veces creemos que escapamos para ir a un lugar más cómodo, y en realidad eso es decidir ir a un lugar más cómodo.
Escapar no es comodidad, es estar todo el tiempo buscando otra cosa que tape la anterior. Es intentar no ver la situación que tenemos por delante. Nadie escapa por placer, sino que quizás no está listo para afrontar la situación de la cual planea salir.

Iaacov dejó su casa atrás y emprendió viaje. El mismo que lo llevaría a conocer a Rajel, amor de su vida, a esa persona que con solo mirarla le bastará para decidir que iba a ser con quien quería pasar el resto de sus días. Como sabemos, Iaacov venía de realizar uno de los engaños más terribles y profundos, que es el engaño a sí mismo.
“Ani Esav” responde al padre cuando este pregunta quién era. “Soy Esav” era tan fuerte el engaño que hasta busco mentirse a sí mismo queriendo o fingiendo ser la persona que en realidad debería haber estado en su lugar.

El engaño vuelve a aparecer en la vida de Iaacov, cuando el suegro en lugar de siete años, lo hace trabajar catorce, para conseguir la mano de su amada. Frente al engaño Iaacov decidió trabajar igual, según lo veo yo, entendiendo que el también había engañado y la única forma de sanar esa herida era trabajando, en lugar de quejándose.

Iaacov, consiguió lo que quería. Tuvo esposas, hijos, sueños, una vida compartida con su familia, pero hay algo que no supo hacer, afrontar la situación de la que había escapado, la cual supo acompañarlo en cada uno de los días de su vida, hasta que le surgió la gran pregunta:

¿A dónde vamos cuando escapamos?

Iaacov entendió todo. Pudo ver en la mirada de los suyos, la necesidad de resolver aquello que tenía pendiente y que no lo dejó dormir tranquilo en todos estos años.
Levantó campamento y salió a buscar a Esav. En la parasha de la semana que viene vamos a saber más de este encuentro, pero para llegar a él, tenemos que entender la gran enseñanza que nos dejan en esta semana.

Por más lejos que escapes aquello que te atraviesa no deja de acompañarte.

Deseo de corazón, podamos encontrar cuales son las cosas que nos hacen escapar y una vez identificadas, nos pongamos a trabajar en ellas.

¡Shabat Shalom!
Sem. Brian Bruh

Haftarat Toldot

El Profeta de la Profecía Diferente

Gran parte de la haftará de Toldot está escrita en un formato de conversación/discusión (un ida y vuelta) entre D´s y el pueblo de Israel. Esto es algo exclusivo del libro de Malají. Desde varias perspectivas podemos leerlo lejos lejos de la profecía tradicional y, más, hacia un estilo de preguntas y respuestas (típico de una buena discusión talmúdica).

Aún así, Malaji continua un mensaje clásico, al mejor estilo, de los profetas: avisa que la gente ha estado haciendo cosas que no deberían y necesitan arrepentirse. En el texto dice: “Acercais sobre Mi altar sacrificio mancillado. Y si dijereis: ¿Con qué te hemos mancillado? Cuando decís: ¡La mesa que está ante Adonai es menospreciada!” (Malají 1:7).

Aquí, Malají, está marcándole al pueblo su poco compromiso con los sacrificios y su sorpresa posterior cuando los sacrificios no provocan respuestas positivas de D´s.

El tema de insatisfacción con los sacrificios que se ofrecían en el Templo se repite muchas veces a lo largo del primer capítulo del libro de Malají. El pueblo ha estado ofreciendo animales con imperfecciones, robados, heridos y enfermos, y D´s no los acepta.

Vemos un D´s que castiga al pueblo recordándoles: “Pues Magno es mi nombre entre los pueblos” (Malají 1:11) y “Y en todo lugar inciencso es ofreciado a Mi Nombre, Asñi como ofrenda pura” (Malají 1:11).

Además de los problemas con los korbanot (sacrificios), Maljí está en desacuerdo con los Cohanim (sacerdotes), porque al parecer estuvieron descuidando sus deberes. La haftará concluye con un encargo para los sacerdotes, recordándoles que ellos debeb ser un ejemplo para el resto de los/as israelitas y que deben servir con lealtad. Ya que ellos, como Malají, son mensajeros de D´s.

Los/as invito a preguntarse si: el precio de la grandeza es la responsabilidad (Winston Churchill).

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber