Haftarat Ajarei Mot

Ezequiel (Profetas) 22: 1-19

Esta semana leemos la Parashat Ajarei Mot, la sexta del libro Vaikrá.

Algunos de los temas desarrollados son: la advertencia a los Kohanim de no entrar al lugar mas sagrado “KÓDESH HAKODASHÍM” sino en el momento adecuado y con la preparación indicada. Habla de lo servicios magistrales que debía llevar a cabo el Kohen Gadol (sumo sacerdote ) en Iom Kipur. Describe las leyes del ayuno de Kipur y la filosofía de este Gran Día. Detalla la prohibición de degollar u ofrecer sacrificios fuera del santuario. La prohibición de ingerir sangre animal y la razón de ello. Aclara la prohibición de pretender asemejarse a las costumbres de los demás pueblos, y suma la prohibición de ciertas relacione íntimas.

En esta oportunidad la Haftará de Ajarei Mot, es una profecía de Ezequiel, en la que relata el derramamiento de sangre por parte de Israel a causa de sus transgresiones (construcción de ídolos, entre otras cosas).

EN esta Haftará el refuerzo del mensaje de la parashá en la Hartará, esta de alguna manera en acentuar el desconocimiento de las leyes planteadas en la parashá.

La parashá nos esta hablando de lo que hay que hacer pero que sucede “ AJAREI”(después)… si tales leyes no se respetan.

La Haftará relata episodios donde se han roto las reglas pactadas, pero tanto en la Parashá como en la Haftará, hay una oportunidad. La parashá habla de YOM KIPUR como el momento de “reparar” y en la Haftará habla de la Gueula, que también llegara cuando AM ISRAEL transite cada YOM KIPUR. La Hartará nos encuentra esparcidos por todo el mundo y degradados. Pero en medio de todo hay una gran esperanza, esa que tendremos que conquistar.

Si en la Parashá nos son dadas mitzvot (leyes) particulares, en la Hartará se nos muestra la condición a la que NO deberíamos haber llegado precisamente por haberlas violado.

La Parashá presenta muchas prohibiciones… y a la vez nos define que siendo

conscientes de nuestra condición, podemos rectificar lo que hemos destruido, y asumir definitivamente la conexión inquebrantable que tenemos con la Luz del Creador.

En esta semana, la PARASHA y la HAFTARA están ESPEJADAS.

La PARASHA y la HAFTARA se completan y se explican la una a la otra.

Al principio de la Parashat AJAREI MOT se recuerda la muerte de los dos hijos de Aarón, por llevar ante HAshem un fuego extraño. Aquella ofrenda no pedida por Hashem les consumió.

Moisés en ese momento, justo después del incidente, habló con su hermano Aarón pero no le dio ninguna de las instrucciones con las que nos encontramos esta semana. ¿Por qué aquel fuego mató a Nadab y Abihú? ¿Por qué Moshé no

advirtió en aquel instante a Aarón sobre el peligro de acercarse a la parte más sagrada de la tienda?

Moshé esperó.

Porque Hashem le habló a Moshé en AJAREI MOT.

Esperó. Esperó. hasta que un día, al final, explicó a Aarón que NO debía atravesar la cortina en cualquier momento: únicamente el día de Yom Kipur, de determinada manera y con vestimentas específicas ( para expiar por los pecados de Israel).

(el versículo advierte “no es posible entrar -be’jol et – ”en cualquier momento”)

Por qué?

Porque existe “el instante propicio”.

Moisés omite hablar con Aaron en ese momento. Prefiere esperar para dar a conocer la información, porque existe “el instante propicio”. Porque espera a que sea un tiempo adecuado y preciso para su hermano.

Si conocemos las reglas, sabremos exactamente cual es el momento adecuado.

Las reglas están disponibles, no esperemos un “DESPUES”/AJAREI… MOT.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ.
Silvia Dvoskin

Parashat Ajarei Mot

Esta semana leemos la Parashá Ajarei Mot, donde Di-s le da las indicaciones a Aaron de lo que tiene que hacer en el día de Kipur. Apenas iniciamos el camino, vamos por la segunda de las siete semanas que nos conducen hasta el monte Sinai, y nuestros sabios nos hacen leer lo mismo que vamos a leer en Kipur para pedir perdón.

Nos están diciendo que seguramente nos vamos a equivocar, y nos vamos a desviar de nuestro camino. Pero no tenemos que esperar 6 meses para hacer Teshuva.  El mensaje del Profeta Ezequiel, que leemos en la Haftara de esta semana, es que hagamos Teshuva, que volvamos a NUESTRO camino, siempre tenemos la oportunidad de apretar el botón del GPS para recalcular la ruta, revisar si estamos siguiendo el camino que realmente queremos seguir y trabajar por nuestros sueños y hacer realidad nuestros proyectos.

Esta semana conmemoramos Iom Ha Shoa, recordando la fecha del levantamiento del Gueto de Varsovia. Fueron momentos muy duros para los judíos. En los guetos y en los campos de exterminio no estaba el Profeta Ezequiel, pero había muchos judíos que, no solo tenían la esperanza de que llegaría un mundo mejor, sino que, igual que Ezequiel, la compartían con sus compañeros. El levantamiento del gueto fue la manera de gritar: “Estamos acá!!” El objetivo de ese grupo de valientes fue decir “Nos esta pasando algo terrible, pero vamos a seguir luchando por lo que queremos y vamos a poder trascender”.

Dice el himno de los partisanos:

“Nunca digas que esta senda es la final, Acero y plomo cubre un cielo celestial.

Nuestra hora tan ansiada llegará. Resonara en nuestro andar: ¡henos acá!” (Mir Zainen Do!)

Viktor Frankl en su libro nos cuenta que podía reconocer a los hombres que perdían la esperanza y se quedaban sin proyectos, y sabía que en poco tiempo los levarían a las cámaras de gas. No podemos definir todo lo que nos pasa, pero somos libres de decidir con que actitud lo vamos a afrontar.

Años después de la profecía de Ezequiel el templo de Jerusalem se volvió a construir. Unos años después del levantamiento del Gueto de Varsovia, se declaró la independencia del Estado de Israel y los Judíosvolvimos a tener un Estado propio y un Ejército que lo defienda.

Hoy el milagro de Israel se ve en todos lados; En la independencia después de 2000 años, que festejaremos la semana que viene y en las guerras de supervivencia, en volver a la vida una lengua muerta, en forestar el desierto y en desalinizar el agua de mar para volverla potable, En fundar Kibutzim para poblar la tierra y transformarlos en unicornios multinacionales

En Israel siempre ocurrieron milagros, pero tuvimos y tenemos que trabajar mucho nosotros para que se hagan realidad.

Lo mismo pasa en nuestra vida personal, tenemos que confiar en que Di-s nos va a ayudar, pero nosotros tenemos que ayudarlo a que nos ayude.

Shabat Shalom
Fabian David Holcman

Parashat 8vo Día de Pesaj

Durante Pesaj leemos la porción de la Torá que corresponde a Parashat “Ree”. El texto nos comparte una línea muy interesante: …”Si hubiere entre tí mendigo…abrir, abrirás tu mano a él”… (Devarim 15:7-8)

El Talmud nos comparte una bella historia (Baba Batra 10a): Rav Papa, unos de los más reconocidos sabios de Babilonia, estaba subiendo la escalera y –de golpe – ésta se rompió poniendo en peligro su vida. Le dijo Jía bar Rav Mi-Difti: “¿Acaso vino un pobre a tí, y no le diste sustento?”. La conclusión de Jía bar Rav Mi-Difti resulta sorprendente: ¿Qué relación hay entre una escalera rota y la miztvá de Tzedaká? Muchos siglos después de aquel hecho, Rabí Eliahu, el Gaón de Vilna respondió a este interrogante: Los signos de cantilación (cómo se entona) de las palabras “abrir, abrirás” son “Dargá-Tevir” que significan “escalera rota”.

Nuestros textos nos han compartido en varias oportunidades que la Tzedaká prolonga los días de las personas en este mundo. En Mishlei (proverbios), por ejemplo, nos enseñan que “la Tzedaká salva de la muerte” (Mishlei 10:2).

Me gusta pensar este texto como una hermosa oportunidad e idea cercana al espíritu de Pesaj: la responsabilidad social y humana alarga la vida. El compromiso con otro, nos salva de la muerte, no solo de una muerte física, sino también de una muerte empática, donde no viva una capacidad de afinidad con aquel que esté atravesando un momento difícil o distinto al mío. Creo que si queremos pensar a futuro no podemos pensarnos sin un otro. Mi deseo es que estos días sean una inspiración eterna para que todos podamos abrir nuestras manos a todas aquellas personas que necesiten salir de las diversas esclavitudes que no permiten una vida plena (como en este caso la pobreza) y así todos juntos/as caminar la libertad.

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftarat 8vo Día de Pesaj

Yshaiahu 10:32-12:6

La Haftará del octavo día de Pesaj, tiene un mensaje valioso que nos permite abrazar la celebración en su totalidad. El Talmud (Meguila 31a) establece el texto de Yshaiahu (10:32-12:6), que comienza con la profecía que anuncia el sitio de Jerusalén a través del rey asirio Senaquerib (704-681 a. C.) y su posterior fracaso debido a la intervención divina, como se dice en Reyes II Capítulo 19.

Rashi explica el motivo de la selección de este pasaje en particular: la caída de Senaquerib ocurrió durante Pesaj. Esta afirmación, apoyada únicamente por el midrash, parece formar parte de una tradición que asocia las grandes salvaciones del pueblo judío con la festividad de Pesaj, siendo la liberación de Egipto la más notoria.

Podemos profundizar más en esta misma línea. En el corazón de la Haftará en el Capítulo 11 de Isaías habla del Mesías y los cambios que ocurrirían después de su venida. De esta manera, podríamos decir que Pesaj no es solo la fiesta de la redención pasada (o redenciones pasadas), sino también la celebración de la esperanza en la redención futura. De hecho, hay varias comunidades que acostumbran, en la última tarde festiva a realizar una comida adicional que llaman “Seudat Hamashiaj” (la comida del mesías) estimulando su pronta llegada.

Hay una conexión adicional entre Pesaj y la Redención: mientras que en el primero, Dios libera a su pueblo al enviar a Moisés, en Redención, el personaje principal en el relato del Éxodo es Moisés (aunque no en la Hagadá) es el, el enviado divino, que ocupa el lugar distinguido en la narración. Que podría haberse convertido en el mesías que no fue.

Esta conexión de Moisés con el Mesías debería llevarnos a reconsiderar la explicación del nombre de Moisés. Como bien señaló Ovadia Sforno (Italia, siglo XVI), el nombre refleja un verbo activo y no pasivo, es decir, no es “el salvado de las aguas” como dice la Torá (Ex. 2:10), sino “el salvador” como la profecía que los sabios del Talmud (Sota 13a) pusieron en labios de Miriam: “En el futuro mi madre dará a luz a un niño que salvará a Israel”.

Sin embargo, esta idea mesiánica que florece al final de Pesaj, está ahí desde antes de que comenzara. En el Shabat Hagadol que precede a la festividad, leemos en la Haftará (Malaquías 3:4-24) el anuncio de la venida del profeta Eliahu para proclamar la llegada del “día del grande y temible Adonai”.

Durante el Seder, la destacada presencia de Eliahu alrededor de nuestras mesas y la frase de cierre que resume la esperanza redentora “el próximo año en Yerushalaim” dan testimonio del lazo profundo que une el pasado –la liberación de la esclavitud egipcia- con el futuro – la era mesiánica. 

En algún comentario anterior ya compartí mi visión personal sobre la llegada del Mashiaj. No se trata de esperar un gran salvador que llegará en una gran carroza, donde todos salimos a alentarlo con alegría.

Al Mashiaj no se lo espera, se lo busca. Esta en cada uno y uno de nosotros que hagamos posible su llegada, intentando que este mundo se convierta en una morada para D´os. Esto no es una tarea menor, esto es un ejercicio que debemos practicarlo, cada uno de los días, de nuestras vidas. Para eso no debemos olvidarnos del manual, que nos guía, para saber cómo debemos colocar cada uno de los ladrillos, en esta construcción; “La Torá”, que para esto nos fue revelada en el Sinaí.

Es por eso mis queridos amigos, que la Haftará de esta semana, nos invita a ir en busca de esa redención futura. La libertad es muy linda, pero para lograr esta “Era” donde la revelación se haga palpable, debemos trabajar con responsabilidad de manera individual y de manera colectiva también. Es una tarea de cada uno y de todos en comunidad y solo así, podremos proclamar al unísono el famoso “We want Mashiaj now”.

Shabat shalom y Jag Sameaj.
Ari A. Alster

Haftarat Pesaj 1

Haftará Pesaj – Yoshua

Esta Semana en la Haftará leemos cuando Yoshua se hace cargo de dirigir al pueblo y entran a la tierra de Israel.Generalmente la lectura de la Haftará está relacionada de alguna manera con la lectura que nos toca de la Parashá. Pero hay algunos Shabat que leemos textos especiales. En el caso de esta semana leemos sobre la entrada a la tierra de Israel y el inicio del proyecto de conquistar la tierra y leemos este texto por la festividad de Pesaj.

Pesaj es LA fiesta del pueblo judío, hasta los judíos mas asimilados tienen algún recuerdo de Pesaj. Además, Pesaj es la primera fiesta que menciona la Tora, y es la primer Mitzva que Di-s nos da al pueblo de Israel. El primero de Nissan Di-s le dice a Moshe que a partir de ese momento el mes de Nisan será el primer mes del año, el día 10 cada familia deberá tomar un cordero, lo guardará hasta el día 14 cuando lo sacrificarán y así saldrán de la esclavitud de Egipto.

Lo interesante es que si nos dice que a partir de ahora el año empieza en Nisan, significa que el año empezaba en otro mes, y todos sabemos que el año judío empieza en Tishrei, exactamente en la otra punta del calendario.

En Tishrei celebramos la creación del mundo y en Pesaj festejamos el milagro de la libertad.

Tenemos el Shabat, porque Di-s creo el mundo en seis dias y en el séptimo descanso. Durante un día a la semana paramos, dejamos de hacer nuestras tareas cotidianas y descansamos. Desde que se creo el mundo tenemos un ciclo semanal que se completa con el shabat. Por eso decimos Shabat Shalom. Nos deseamos un Shabat completo y en paz para cerrar un ciclo que se vuelve a abrir al día siguiente.

Pero un día salimos de la esclavitud y nos dieron las Fiestas. En todas las fiestas festejamos el cambio, festejamos la libertad, festejamos la entrega de la torá, festejamos que empezamos otra vez a leerla, festejamos que nos salvamos en Purim, hasta festejamos que empezamos un nuevo año y nos inscriben en el libro de la vida. Pero en Pesaj festejamos que empezamos a festejar.

Estamos atados a los ciclos naturales y eso nos da paz. Por eso nos deseamos Shabat Shalom.

Pero las fiestas nos piden que creamos en los milagros, y eso nos da libertad. Libertad de saber que podemos cambiar. Los milagros de las fiestas nos incitan a que nos animemos a cambiar. Espor eso que en las fiestas no nos saludamos con un “Jag Shalom” (como en Shabat), nos saludamos con un JagSameaj para que ese cambio nos traiga alegría y felicidad.

En estos días estoy recorriendo nuestra hermosa tierra de Israel, tierra de milagros desde siempre. En la actualidad se siguen viendo milagros por todos lados, desde el milagro de la independencia y los triunfos militares, el milagro de hacer renacer el hebreo, el milagro económico y sus Startup, el milagro de haber aterrizado (aunque un poco fuerte)con una sonda israelí en la luna, el milagro de los kibutzim que se transformaron en multinacionales de billones de dólares, el milagro de los millones de Olim que llegaron y se adaptaron a esta tierra.

En el Instituto Weitzman escuchéesta frase: “En Israel los milagros existen, pero tenemos que trabajar mucho para que se hagan realidad”.

Trabajemos por una vida llena de milagros que podamos festejar.

Shabat Shalom y JagSameaj
Fabian David Holcman

Parashat Pesaj 1

Estaban ahí. Ellos, solo ellos.
Un alrededor completamente difícil.
Un futuro incierto, con la sola esperanza de que el día se transforme en noche y la noche se transforme en día.

Y de un momento a otro, el click.

El switch, el botoncito que se apreta y cambia la vida de un día para otro.

“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. dice Viktor Frankl en el 46 y 43 años más tarde pareciera que Galeano el libro de los abrazos resume y vuelve a poner sobre la mesa la idea diciendo que “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos’”.

Ese switcher, ese botoncito cambio la vida de todos aquellos que vieron, y que fueron, que vimos y que somos testigos de las plagas que lo cambian todo.

El cambio, aparece en como usar el tiempo.

Allá, En Egipto, se apreta el botón que activa el valor del tiempo.
Acá, en el Hoy, también. 
Ahora, el tiempo es trascendente.

Las 9 Plagas golpearon fuerte a todo Egipto, Hombres, Mujeres, Niños, Hebreos, Egipcios.

La Sangre en el Nilo, Las Ranas, Los piojos, Animales Salvajes, Muerte del ganado, las ampollas en el cuerpo, el granizo, Las langostas y la Oscuridad Absoluta.

Las peores plagas del hoy, que nos pegan a todos y tan fuerte en este último tiempo.

El desempleo, la inseguridad, la pandemia, la injusticia, el hambre, el aprovechamiento, los vicios destructivos, la falta de agua potable en cientos de casas y la falta de educación en tantas otras.

Las 9 plagas del pasado y las del presente tienen mucho en comun, especialmente que no solo afecta a quien la produce sino a todo el que viva cerca.

El valor del tiempo se transforma en clave para todos ellos y todos nosotros. Al entender y conocer que no todo da lo mismo, que somos vulnerables a cientos de situaciones y momentos. Y es ahí donde comienza el desafío de tomar la decisión de que vamos a hacer con el.

La decima, peor y última de las plagas en Egipto, afecto solamente a los egipcios, cuando el faraón por última vez dice que no y los Israelitas hacen algo, salen a pintar los marcos de sus casas para que a ellos no los afecte.

La plaga del hoy, por desgracia, nos afecta a todos, no solo afecta a los mayores, ni a los jóvenes, ni al que tiene mucho, ni al que tiene poco.

Es verdad qué hay daños ya irremediables, pero si aunque sea por un ratito tomamos el mando y no somos indiferentes a las plagas de la actualidad, nos va a llevar menos tiempo volver a sanar.

Ojala, que podamos todos, como sociedad, ver que el botón del tiempo esta activado, y si nosotros lo usamos bien, vamos a estar mucho mejor.

Shabat Shalom para todos.
Sem. Brian Bruh

Haftarat Metzora

Contexto

La Haftará nos transporta a una época de brutal hambruna en Israel, cuando Joram, hijo de Ajab, era rey de Israel. La escena comienza con cuatro leprosos sentados fuera de los límites de la ciudad, discutiendo sobre la dificultad que les presenta su realidad.

Los cuatro son conscientesque pronto pueden morir de hambre si no toman medidas. Deciden abandonar el campamento de Israel y dirigirse a la base de los arameos, que habían sitiado la zona. Les explican que no tienen nada que perder: “Si [los arameos] nos dejan vivir, viviremos; y si nos matan, no haremos más que morir” (7:4).

Al anochecer, se dirigen al campamento arameo. Para su sorpresa, descubren que el campamento estaba abandonado. Al parecer D´s había hecho un milagro, haciendo que los arameos oyeran el ruido de carros y caballos y huyeran de su base por miedo a ser atacados.

Nuestros cuatro amigos toman todo lo que los arameos habían dejado atrás: comida, bebida, plata y oro. Entonces se dan cuenta de que deben compartir la riqueza: “¡Este es un día de buenas noticias, y nosotros guardamos silencio! Vamos, informemos al palacio del rey” (7:9).

Regresan a la ciudad y comunican su descubrimiento. La noticia vuela y pronto le llega al rey Joram. Sin embargo, se muestra escéptico, creyendo que los arameos habían dejado el campamento como una trampa y que estarían esperando en las cercanías, listos para ejecutar una emboscada, en cuanto los hambrientos israelitas entraran en el campamento arameo en busca de comida.

Pero uno de los cortesanos del rey -quizás por la desesperación del hambre- anima al rey a investigar más la situación. El cortesano propone enviar algunos caballos por delante para ver si los arameos están emboscados. Los mensajeros de estos caballos descubren que los leprosos estaban, de hecho, en lo cierto. El campamento estaba completamente desierto y el camino, hasta el Jordán, estaba sembrado de ropa y enseres que los arameos habían tirado a toda prisa.

El pueblo de Israel tomo todo lo que restabadel campamento arameo. Y el escenario empieza a mejorar de a poco para el pueblo de Israel.

Conexión con la Parashá

La parashá de esta semana, Metzora, nos habla sobre “Motzishemra” (aquel que habla mentiras) y esto terminaba en la enfermedad “Tzarat” (manchas en el cuerpo, ropa y hogar). La parashádescribe el proceso de limpieza ritual después de que uno es afligido por esta enfermedad.

Según la Torá, las personas afectadas deben separarse de la comunidad: “En cuanto a la persona con afección leprosa, se le rasgarán las ropas, se le dejará la cabeza desnuda y se cubrirá el labio superior, y gritará “¡Impuro! Su morada estará fuera del campamento” (Vaykra 13:45-46).

En nuestra haftará, podemos notar que,aunque uno esté separado (físicamente) de la comunidad debemos continuar cerca desde el sentimiento y la responsabilidad. En lugar de resentir su condición, las cuatro personas con tzarateligen compartir la noticia de la riqueza que habían encontrado y, por tanto, fueron decisivos para salvar a Israel de su crisis.

El precio de la grandeza es la responsabilidad (W. Churchill).

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Parashat Metzora

Vaikra 14 y 15
Shabat HaGadol

La palabra metzorá se traduce habitualmente como leproso, así comienza nuestra parashá contándonos las leyes y rituales que debían seguirse cuando esta enfermedad afectaba a personas y casas.

Pero nuestros sabios, en un claro juego de palabras, nos invitan a leer “Motzí shemRa” que significa “calumniador”.

Nos cuenta el midrash que Rabán Gamliel le pidió a su ayudante que le trajera del mercado lo mejor que encontrara. Allá fue Tavi y le trajo una lengua.
El rabino le dijo: “Ahora ve y tráeme lo peor que encuentres”. Fue Tavi y le trajo una lengua.
“Cómo puede ser que te pido lo mejor y lo peor y me traes lo mismo?”
Nada mejor que una buena lengua, le respondió Tavi. Pero…nada peor que una mala.

Vaikrá Rabá 33,1

Nuestra Parashá, como dijimos, trata de las diferentes manchas de la piel.
Todas ellas tienen que ver, según la Torá, con distintas actitudes del ser humano, la calumnia, la perfidia, el creerse más que el prójimo y pensar que descuidadamente se puede emitir juicio acerca de otra persona…contar un chisme…

Quizás cuidar la lengua sea una de las más difíciles de todas nuestras mitzvot.

En un segundo se puede decir cualquier cosa y perjudicar al prójimo enormemente.
Y también a nosotros mismos, y no hay manera de borrarlo.
Pensar antes de hablar parece a veces una tarea imposible.

¡Estamos tan cerca de Pesaj!
La fiesta de la libertad, también de una enorme responsabilidad.

Limpiar nuestras casas de jametz es el símbolo de limpiar también nuestras lenguas.
Pero parece que eso es mucho, mucho más difícil.
También Pesaj está compuesto por dos vocablos: Pe y Saj: boca que habla.
No debe ser casualidad encontrarnos con esta Parashá justo en el Shabat previo a Pesaj.

Recordemos cómo comenzamos nuestra Amidá

“A’d sfatai tiftaj lifí Iaguid Tehilateja“
D’s abre mis labios así mi boca pronuncia Tu alabanza

Y cómo concluimos:

“E’lohai Netzor leshom Mera USfatai MiDaver Mirmá”
“D’s mío preserva mi lengua de la calumnia y mis labios de la mentira”

Shabat Shalom Umeboraj!
Jag HaPesaj Kasher vsSameaj!
Norma Dembo

Parashat Tazria

El libro de Vaikra nos sumerge en el mundo de los rituales. Parashá Tazria comienza con la palabra de D-s refiriéndose al ritual femenino por excelencia, el parto.

Poco hay dicho acerca de la transformación espiritual que experimenta una mujer al dar a luz. Durante 40 semanas toda ella se va transformando en cuerpo y alma.

Esa “semilla” Zera (palabra incluida en Tazria) que crece en su interior propone nuevas formas quela atraviesan, y entonces surgen sentimientos encontrados, cambios en sus rutinas, emociones desbordadas. Una espera que despierta preguntas, anhelos, sueños, posibilidades. Esas 40 semanas la van preparando para el ritual más importante de su vida.

Todo se expande en su interior, y si se deja atravesar por esa transformación expansiva, su conciencia también crece preparándola para hacerse cargo tal vez del trabajo más importante que le fuera encomendado, criar.

Largos días y noches de preparación hasta que llega el momento de la máxima transformación, pasar de hija a madre a través de un ritual sagrado que involucra a todo su ser.

Como en la mayoría de los rituales descritos en nuestro libro, que buscan acercar el cielo a la tierra, el tiempo y el espacio se desdibujan en un ritmo propio, un pulso constante que entre contracción y contracción acercan a esa nueva vida a este lado del mundo.

Y después de semejante proeza, continua el texto diciendo: “una mujer cuando conciba y dé a luz varón, será impura siete días; conforme a los días de su menstruación será impura…. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación…Y si diere a luz hija, será impura dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre”.(Vaikra 12)

Mucho podríamos decir acerca de lo que es Tahor y Tame…, resignificarlo y no encerrarlo en su traducción de lo puro y lo impuro (respectivamente), conceptos tan atravesados por nuestra cultura, tal vez nos permita comprender que ambos estados son parte de un mismo proceso. La gestación, dicen nuestros sabios es un momento Tahor, luego del parto aparece la Tuma en la mujer. Este estado la exime de sus obligaciones rituales, y la lleva a separarse de su entorno habitual, lo cual puede ser vivido como una oportunidad que le permite a la mujer ese tiempo para volver a reunirse interiormente. Alejarse del mundo y sus tareas cotidianas parar y conectarse consigo misma y en especial con su hijo.

Esta mirada, no pretende pasar por alto los siglos de malentendidos que recayeron sobre las mujeres. Les confieso que este parashá, me sigue confrontando interiormente. Hay pasajes que sigo sin comprender, como la duplicación del tiempo de Tuma si naciera niña en vez de niño…

Algunos midrashim, lo explican diciendo que la alegría por el hijo varón es mayor que por el de la mujer, por eso se acortan los días de Tuma…

Seguro acordaran conmigo que esto no es así en el sentimiento, o por lo menos no lo es en nuestros tiempos y que afirmaciones como esa han generado perjuicios culturales que han afectado a miles de mujeres a lo largo del tiempo. Pero todas estas contradicciones me llevan a una reflexión mayor. La Tora, y especialmente Vaikra, nos confronta con el misterio, no todo nos está dado a comprender, no nos pide conformismo, nos invita a seguir buscando, a seguir generando pensamiento. Una Tora viva, siempre deja lugar a la pregunta, nos da cuenta de esa distancia entre nosotros y lo inconmensurable, nos enseña que aún en desacuerdo con alguna de sus partes se puede amar el Todo y continuar vibrando con Él.

Shabat Shalom
Grace Cobe