Haftara Shoftim

COMENTARIO HAFTARÁ SHOFTIM
Ieshahiau 51:12-52:12

Esta es la cuarta de las Haftarot de consuelo, todas brindadas por el mismo profeta. Nos entrega las palabras de D’s sobre lo que sobrevino en Ierushalaim, pero también nos habla de su liberación y de la posibilidad de resurgir, de la injusticia que significa ser arrojados fuera de nuestra propia tierra.

Quisiera pensar el exilio como una metáfora. Metáfora de estar fuera de nosotros mismos, no sólo de nuestra tierra. De estar por dar el paso que nos aleje de la esclavitud y no decidirnos a que las aguas se abran.

El exilio es ser temerosos de seguir adelante, de “pelearla”. Es no estudiar, no seguir construyendo escuelas y comunidades. En pocas palabras, el exilio depende de nosotros mismos.

La espiritualidad y capacidad de recreación siempre nos han caracterizado, y eso hizo que el pueblo judío se mantuviera siempre activo y unido.

Este Shabat nos encontramos con sentencias que siempre nos han acompañado: Tzedek, Tzedek tirdof. Justicia, justicia perseguirás.

Si de ella nos olvidamos perdemos la guerra en todas sus manifestaciones. Esto alude también a ser justos como padres y como hijos, a no ser soberbios. Desde las comunidades, y la forma de pensar el judaísmo que las caracteriza, a no ser “dueños de una única verdad”.

Por esto, el fundamentalismo religioso debiera quedar fuera de lo que entendemos como judaísmo.

Cada uno de nosotros también, como los reyes, tiene una Torá para estudiar cada día. Si no es desde ahí no hay consuelo posible.

Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Haftara Ree

HAFTARA RehE – ראה
Ishaiahu (Isaias) 54:11 – 55:5
(ensayo)

“… Ninguna arma forjada contra ti prosperará… Ésta es la herencia de los siervos de IHeiVavHei” (54:17)

Como sucede en todas las Haftarot, lo que leemos son extractos de Profesías escritas por los mismos profetas, que se encuentran en la sección de NeVIHIM del Tanaj. El texto elegido esta siempre relacionado con la Parasha de cada semana, por el sentido del relato y
es el que leemos después de la lectura de la Parasha en Shabat o en Jaguim

En las siete semanas posteriores a Tisha B’Av leemos una serie de haftarot del libro de Isaías que se enfocan en temas de consuelo. Siete semanas de Alivio… calma, tranquilidad, serenidad.
Siete semanas hasta Rosh Hashana. Un ciclo completado por siete etapas siendo aquí donde, y ahora cuando, comienza el momento de restauración.

Es en este momento cuando llega el tiempo de comenzar a MIRAR hacia adelante. Es ahora cuando hay que recuperar el aliento, reconstruir la serenidad y definir un plan, y entonces si, concentrarse en “actuar”.

ISHAIAHU desarrolla profecías optimistas.
En esta oportunidad el Profeta ISHAIAHU evoca y destina sus palabras a consolar a una nación que acaba de llorar por la destrucción de su espacio de encuentro sagrado, por la ruptura, por el egoísmo, por la muerte.

La profecía de Isaías en la selección de haftarah para Reeh se enfoca en cómo este pueblo de Israel se levantará una vez más a la gloria. Sus edificios serán hechos de piedras preciosas, sus hijos serán criados en paz y sus ciudades estarán seguras. D’s les recuerda su poder, ningún daño les puede sobrevenir sin su consentimiento. Si Él decide que serán fortalecidos y restaurados, esto sucederá. ISHAIAHU promete que el pueblo de Israel será invencible.
Como?

Esto es así? solo así?

Porque habrá que hacer un trabajo. Cuál trabajo?
Lo define la Parashá. MIRá. REHE.
Habrá que aprender a MIRAR. Esta es la propuesta de esta Parashá. Aprender a MIRAR…
Aprender a identificar donde esta la “bendición” y donde esta la “maldición”.
Porque la LUZ es simple, es UNA. Hashem es UNO.
La bendición y la maldición dependerá de lo que cada uno de nosotros apreciará lo que tenga enfrente… en frente… en SU FRENTE
Todo indica que en adelante, si hemos aprendido que provocó la oscuridad y el dolor que nos afecta, podremos restaurar ese orden.

Este es el momento de restablecer. Haber transitado tres semanas de Bein Hametzarim, fueron necesarios para poder estar ahora reprogramando lo que se viene.
Y Este momento es posible, porque todo lo que hemos pasado SOLO sucedió por un solo motivo y es, para estar AHORA AQUI, EN ESTE MOMENTO.
Todo lo que ocurrió era absolutamente necesario.

AHORA ESTAMOS LISTOS PARA RECONSTRUIR.
Es el momento exacto.
Porque restaurar y rearmar lo que se viene, depende exclusivamente de COMO recordemos lo que pasó hasta ahora. Si podemos aprender y comprender eso que pasó, si aceptamos el presente como FRUTO del pasado entonces, podremos encontrar calma y fuerza.
Pero sí recordamos lo que pasó con enojo y frustración no podremos escalar.
Sí cuando miramos para atrás vemos el camino con rencor y resentimiento, no tendremos el suficiente coraje que hace falta para reedificar.
Tan grande será ese peso que no nos permitirá subir.
Y quedaremos en el llano.

Este es ese MOMENTO DE OPORTUNIDAD.
Hay que salir y retomar el proyecto.
Hay que salir a restaurar.

Porque esta Parashá trae esa energía.
La de saber ver lo que sucede.
Porque eso que PRESENTO ante Ti, eso que esta frente tuyo es LAS DOS COSAS. es BENDICION Y ES MALDICION… cada uno elige
Eso UNICO que hay es, LAS DOS COSAS, y solo depende de donde este TU MAKOM… donde estes parado… de cual se a tu punto de vista.
Porque todo esta lleno de ENERGIA POTENCIAL y será por tu propio criterio que eso se convertirá en bendición o maldicion
Lo que tenes ahora es lo que retenes que tener como consecuencia de lo que hiciste. DE vos depende si es MALDICION O SI ES BENDICION

La pregunta sigue tan vigente como hace 25 siglos.
Donde encuentro esa calma, esa serenidad?
La respuesta nos recuerda un comentario del rabino Jacques cuando pregunta: ¿Qué tan lejos esta D’s de nosotros? “Esta tan lejos como el este del oeste”.

Shabat Shalom Umeboraj
Silvia Dvoskin

Parasha Ree

DVARIM 11:26-16:17

Caminando con Moshé, paso a paso, podemos imaginarnos todo lo que ha vivido. Sabe lo que es una alcoba real, porque la ha tenido, tanto como sabe aquello que simboliza su propio nombre, un Moisés, sólo un Moisés y toda la historia que contiene.

¡Quién mejor que él para conocer las diferencias!

Nuestra Parashá nos habla de dos mundos: uno fecundo, donde sus habitantes están felices con los que les toca y otro árido, donde todo falta. Pensamos lo que hay y lo que falta por la actitud y sentimientos de quienes los habitan. Como nos enseñan nuestros sabios: rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita, el que está contento con lo que le toca.

¡Hay en nuestra Parashá 54 mitzvot! Y la más importante es la de tzedaká. “Si hubiera entre tí mendigo…abrir, abrirás tu mano a él” (Dv 15:7-8)

Es la actitud ante esta realidad la que diferencia a los montes, representación genial de todos nosotros. Cae la misma cantidad de lluvia, la tierra es igual, el viento también, pero la forma recibir es diferente. Uno puede sentirse rico y feliz con lo que le toca, fértil; otro puede sentir con lo mismo que ha caído en desgracia.

En la misma geografía, dos mundos. El Monte Gerizim, al sur de Shejem, es un declive verde que está cubierto hasta la cumbre por terrazas de frutas. El monte Eival hacia el norte, es infecundo y frío. Nuestros sabios lo interpretan como la posibilidad de brindar vida y bienestar con lo que cada uno recibe… o de no brindarse…

Es tiempo de tzedaká, siempre es tiempo de tzedaká. Si somos capaces de abrir nuestra mano seremos ricos, nada nos faltará.

¡Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

Parasha Ekev

Devarim 7:12-11:25

Esta semana ya entramos en la tercera parashá en el epílogo del sefer Torah. Ya solamente en el primer pasuk (versículo) nos encontramos con varias interpretaciones diferentes, solo en el modo de traducir el significado de la palabra “Ekev”, que además es el nombre de la parashá.

הָיָ֣ה  עֵ֣קֶב תִּשְׁמְע֗וּן אֵ֤ת הַמִּשְׁפָּטִים֙ הָאֵ֔לֶּה וּשְׁמַרְתֶּ֥ם וַעֲשִׂיתֶ֖ם אֹתָ֑ם וְשָׁמַר֩ יְהֹוָ֨ה אֱלֹהֶ֜יךָ לְךָ֗ אֶֽת־הַבְּרִית֙ וְאֶת־הַחֶ֔סֶד אֲשֶׁ֥ר נִשְׁבַּ֖ע לַאֲבֹת יךָ׃

“Y si obedecéis estas reglas y las observáis cuidadosamente, vuestro Dios יהוה mantendrá fielmente para vosotros el pacto hecho con juramento con vuestros padres”

Rashi nos plantea, directamente como una consecuencia.
Sion Levy lo entiende, como una recompensa.
Rabi Najman lo deja un poco libre y dice “Y será”.
Rabi Sacks y el Rebe de Lubavich nos traducen como un “Si” condicional

Y en la traducción que nos ofrece Sefaria.com no muestra como una “obediencia”.

Claramente que cada uno de nosotros, podemos optar por cualquiera de ellas, considerando que cada uno de nuestros exegetas, que hemos citado, tiene los suficientes galardones para permitirnos entender el concepto apoyándonos en ellos. En esta ocasión vamos a profundizar siguiendo la línea interpretativa de Rashi.

Rashi no está mostrando un concepto fundamental para que podamos entender como funciona este sistema; que cada una de nuestras acciones, si o si tiene una “Consecuencia” buena o mala, pero consecuencia al fin. Y el mismo pasuk nos da sostén complementado la idea, con tres acciones “escuchar”, “cuidar” y “hacer”.

El escuchar está asociado, al entendimiento, justamente los mishpatim son todas las leyes, que consideramos que cualquier persona puede entender, independientemente del grado estudio que tenga, porque se encuadran dentro del esquema de la lógica humana en general.

El cuidado tiene que ver con la importancia y el valor que le damos a la regla, es lo que le otorga la fuerza que nos hace cumplir con ella. Y nos convierte en celosos guardianes de la ley.

Y en tercer lugar nuestra vedette es la “Acción” que sin lugar a duda es lo que le da la trascendencia a la ley. Es tan importante “Hacer” como “no Hacer” así tenemos clasificadas las mitzvot Tahaze y lo Tahaze. Por ejemplo, el hablar tiene una consecuencia y el no hablar también, tiene otra consecuencia. Muchas veces es necesario hablar, pero otras veces es mejor callar.

A mi me cuesta comulgar con la idea de un D´s controlador que esta controlando continuamente para ver si me equivoco, me da un castigo y si obro de manera correcta, un premio.

Como creador de este mundo y del hombre, D´s nos entregó dos herramientas con las cuales debemos manejarnos.

La primera es el libre albedrio, que nos permite elegir de que modo actuamos. La segunda y no menos importante es la Ley. Las leyes nos ponen un límite; ¿puedo pasar el límite? Claro que sí, tenemos toda la libertad, ¡¡¡pero!!!

Debemos saber que hay consecuencias, como nos enseña nuestro maestro Rashi.

Debemos escuchar y entender que existen buenas decisiones y malas decisiones. Otro aspecto que debemos considerar es que podemos hacer lo que quiero o lo que me agrada; que en varias ocasiones coincide con lo que debo, pero hay muchas otras que el deber y el querer no comparten el mismo camino. Entonces ahí el libre albedrio nos permitirá saber cual es la ruta mejor asfaltada.

Es por eso mis queridos amigos que Parasha Ekev nos esta remarcando que siempre tenemos la libertad absoluta para hacer y deshacer a piachere, pero recordemos constantemente que todo lo que hacemos tiene una consecuencia. Es fundamental que escuchemos, cuidemos y sobre todo actuemos siguiendo las instrucciones que la Torah nos trae y lo más probable es que las consecuencias sean las que estamos esperando.

Shabat shalom humeboraj
Ari A. Alster

Haftara Ekev

Haftará Ieshahaiau 49:14 51:3

La Haftará que corresponde a esta semana complementa la Parashá Hekev, es la segunda de las siete Haftarot de Consuelo, “Libro de la Consolación de Israel”, que escribió el profeta Ieshahaiau -nacido en el Siglo VIII antes de la era común-, que comienzan en el Shabat siguiente a Tisha be Av y continúan hasta Rosh Hashaná.

En este libro, expresa la preocupación del pueblo, de que HaShem los haya olvidado en el largo exilio en Babilonia.

“…Ha dicho Tsion; “Me ha abandonado Adonai, y Adonai me ha olvidado” (Cap.49-14)

Se sienten carentes del amor que HaShem les tenía. Presienten de ese olvido porque están abandonados a su suerte y no es igual al lugar de donde vinieron.

“…Entonces te diras a ti: ¿ Quién me ha engendrado a éstos, pues yo estaba destinada y desolada, exiliada y apartada. ¿Y a quién los ha hecho crecer? He aquí que yo había quedado sola. ¿Estos de dónde son?( Cap.49 21)

¿Acaso una madre puede olvidar en algún momento de su vida el amor de su hijo? Eso es imposible.

Una madre por más que transcurra el tiempo, jamás perderá el amor incondicional por ese hijo ya sea gestado o de corazón.

En cambio, es posible que con el tiempo, las ocupaciones o quizás también la distancia, pueda producir que ese hijo, olvide el amor de su madre. Aunque sea de manera consciente o inconsciente.

Una madre siempre perdona, aunque duela. No guarda rencor. No se queja. No dice nada. No importa lo que su hijo haya hecho, hasta su olvido está dispuesta a perdonar.

Es el hijo, quien en momentos de angustia, tristeza, y dolor muy probablemente recuerde que hay alguien que incondicionalmente con la que puede contar, que es su madre, aún con el paso del tiempo.

Al igual que una madre, nunca olvida a sus hijos hasta su último aliento; de igual forma el profeta Ieshaiau explica que Hashem jamás se olvida de sus hijos por más que estos así lo sientan..

“…¿Podrá olvidar la mujer alguna a su infante, de tener compasión por el hijo de su vientre?

También éstas podrán olvidar empero. Yo no te olvidaré…” (Cap. 49 15) Aclara las cuentas pendientes que puedas tener ahora, antes de que sea demasiado tarde. No juegues más con la distancia, ni con los sentimientos. No le hace bien a nadie.

Es importante tener presente nuestras historias. Quienes somos y así saber de dónde venimos y hacia donde vamos. Mantener viva la llama de nuestra memoria, favorecerá a mantener viva nuestra identidad y así poder transmitirla a las nuevas generaciones.

Shabat Shalom Umevoraj.
Susy Lapilover

Parasha Vaetjanan

Cumplir la ley o hacer el bien

El libro “El Juego Infinito”, explora la diferencia entre juegos finitos y juegos infinitos. Los primeros tienen un inicio y fin definidos, obedecen reglas y tienen ganadores y perdedores, como en deportes y política. Las empresas, las personas e incluso los gobiernos, también en ocasiones funcionar así, enfocándose en resultados de corto plazo.

Los juegos infinitos no tienen punto de inicio ni final, carecen de ganadores claros y no siguen reglas o límites. El arte, la música y la literatura son ejemplos. La política y la educación también pueden ser juegos infinitos. Gobernar pensando solo en las elecciones o estudiando solo para el examen. Los juegos infinitos no son un medio para un fin: ganar el campeonato, dominar el mercado, vencer en una elección, sino que el propósito está en el mismo camino.

Es importante destacar que estos no son simplemente dos tipos de juego, sino dos enfoques distintos para jugar un juego. Se trata de dos formas diferentes de aproximarse y vivir la experiencia, no solo de jugar sino de Vivir.

Estas reflexiones me fueron provocadas por dos versículos de nuestra Parashá: “Tengan la certeza de cumplir todos los mandamientos, decretos y leyes que el Señor les ha ordenado. Hagan lo correcto y lo bueno ante la vista del Señor…” (Dvarim 6:17- 18)

El primer versículo abarca los mandamientos y leyes de la Torá, pero después agrega “Hagan lo correcto y lo bueno ante la vista del Señor” sugiere que implica más que simplemente cumplir con las reglas, parecen tener una dimensión adicional de moralidad y razonabilidad en la manera de cumplir la ley.

Estamos en la semana de Tisha be Av donde recordamos con dolor no solo la destrucción de los 2 templos sinos muchas otras tragedias que sucedieron en esta fecha a lo largo de la historia. Parece apropósito que justo en esta fecha la crisis política en Israel este llegando a su punto mas alto, y se haya votado una ley que anula la “Doctrina de la razonabilidad”, lo que significa que se le saca poder a la justicia para interpretar la ley.

Casi todos en Israel están de acuerdo en que es necesario hacer modificaciones a la justicia. Pero tanto el gobierno como la oposición están actuando con el solo objetivo de ganarle al otro la discusión sin importarles si en el camino se daña a todo el país.

Debemos desarrollar la conciencia que nos permita hacer el bien sin dañar o herir a los demás, aunque las reglas lo autoricen. La vida moral es un juego infinito que no puede ser reducido a reglas. Necesitamos aprender e internalizar el sentido de “lo bueno y lo correcto.”

Esperemos que nuestros lideres, tanto en Argentina como en Israel trabajen por generar consensos pensando en todos los ciudadanos y no solo busquen ganar la próxima elección.

Shabat Shalom.
Fabian David Holcman

Haftara Vaetjanan

Esta semana comenzamos la serie de siete haftarot conocidas como “Shiva De Nejemata”, las “Siete Haftarot de Consolación”. Venimos atravesados por la destrucción en Tishá BeAv, recordando momentos muy difíciles, tristes y oscuros de nuestro pueblo. La sección de esta semana es la primera de las Haftarot que intenta traernos un poco de consuelo y trae pasajes como estos:

שְׂאוּ־מָר֨וֹם עֵינֵיכֶ֤ם וּרְאוּ֙ מִי־בָרָ֣א אֵ֔לֶּה הַמּוֹצִ֥יא בְמִסְפָּ֖ר צְבָאָ֑ם לְכֻלָּם֙ בְּשֵׁ֣ם יִקְרָ֔א מֵרֹ֤ב

Alza bien alto tus ojos y mira: ¿Quién los creó? El que envía su hueste por cuenta, Quien los llama a cada uno por su nombre:
(Ishaiau 40:26 )

Ishaiau el profeta de esta historia, nos pide que levantemos la vista en un esfuerzo por reconocer el enorme poder de D`s a través de las estrellas. No es solo la gran cantidad de estrellas la que nos muestra el poder que tiene, sino que Él reconoce a cada estrella como única, con su propio nombre e identidad.

La palabra צְבָאָ֑ם tiene una conexión directa con la palabra ejército. Así como un rey tiene una relación con su ejército donde cada soldado individual es contado y conocido, también D`s conoce el número de estrellas y cada una de ellas por su nombre.

El término “ צָבָא” , “ejercito” en realidad se define como un gran grupo de personas u objetos. La palabra nos habla de un nivel de organización y estructura. No son los números los que definen un ejército sino su organización, cada soldado tiene su propio rol y rango. Tener una estructura organizada bajo un mismo liderazgo es lo que le da fuerza a un ejército. Para asegurar su éxito, necesita tener un comando unificado, con cada persona sabiendo exactamente lo que se espera de ella. Sin este nivel de organización, el ejército no puede funcionar.

Este shabat y los próximos nos empezara a hacer falta reconocer que nosotros, así como cada una de las creaciones de lo divino tiene un propósito, tanto en los cielos como en la tierra. Cada estrella, cada persona, cada criatura tiene un nombre y un papel en el reconocimiento de la presencia de D`s en este mundo.

Así como las estrellas son conocidas por nombre y número, nosotros también contamos y brillamos en nuestro rol único en nuestro mundo. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacer de este un lugar mas hermoso, traer brillo detrás de tanta oscuridad que vemos, y entonces asi ser reconocidos, por el D`s qué espera de nosotros que luchemos por este mundo qué nos regalaron, como si fuéramos su ejercito.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftara Dvarim

Haftarah Devarim Jazon 22 07 23
Ishaiahu 1 1:27

Cada año en el shabat previo a Tisha be Av, leemos parashá Dvarim, a este Shabat, que lo conocemos como Shabat Jazón, el Shabat de la Visión.

La Haftarah que corresponde a este Shabat, es la última de una trilogía que las denominamos “Tlata de purianuta” (los tres de la calamidad), y se leen en los shabatot que se encuentran dentro de los veintiún días, que van desde el 17 de Tamuz hasta el 9 de Av, periodo que conocemos como Bein Hametzarim (entre la estrechez). Pero no todo es calamidad después de atravesar el día más amargo del calendario, llegará el consuelo. Después de la destrucción siempre viene la reconstrucción y esto nos sucede en todos las ordenes de la vida.

Nuestro profeta arranca describiéndonos todo lo mal que esta todo, y hay un pasuk (versículo) en especial que lo detalla de una manera escalofriante:

“אַרְצְכֶ֣ם שְׁמָמָ֔ה עָרֵיכֶ֖ם שְׂרֻפ֣וֹת אֵ֑שׁ אַדְמַתְכֶ֗ם לְנֶגְדְּכֶם֙ זָרִים֙ אֹכְלִ֣ים אֹתָ֔הּ וּשְׁמָמָ֖ה כְּמַהְפֵּכַ֥ת זָרִֽים”
“Su nación esta desolada, sus ciudades quemadas por fuego, sus tierras consumidas por extraños ante ustedes, desolada y arrasada por extraños” (Ishaiau 1:7) Ishaiau nos describe todo con lujo detalle, cual corresponsal de guerra, transmitiendo desde el lugar de los hechos.

Tal como lo como lo insinúa el nombre de este periodo de 21 días, una verdadera calamidad.

¿Que nos sucede a los hombres en general, que no solemos escuchar las advertencias? Ya habíamos sido advertidos en varias instancias, no escuchamos, y terminamos lamentándonos una vez que la calamidad ya está entre nosotros.

Sabio es Rabi Eleazar ben Yaakov que en el Pirkei Avot 4:11 nos enseña:
תְּשׁוּבָה וּמַעֲשִׂים טוֹבִים, כִּתְרִיס בִּפְנֵי הַפֻּרְעָנוּת”

“El arrepentimiento y las buenas acciones (a tiempo) son un escudo contra la calamidad”

Es cierto que, si estamos hoy aquí, leyendo nuevamente a nuestro profeta, es que la historia no terminó así, siempre hay un consuelo y una reconstrucción. Es por eso, que ya en el final de esta haftarah, Ishaiahu nos deja una pequeña hendija para que pueda entrar la luz.
צִיּ֖וֹן בְּמִשְׁפָּ֣ט תִּפָּדֶ֑ה וְשָׁבֶ֖יהָ בִּצְדָקָֽה׃
“Sión será redimida en el juicio; Sus arrepentidos, en la retribución” (ishaiau 1:27)

Desde ya que son cuantiosas, las explicaciones sobre la reconstrucción del tercer templo, en tiempos de la llegada de Mashiaj Tzidkeinu. No me voy a cansar de repetirlo, como ya lo he hecho en anteriores comentarios, “Al Mashiaj no se lo espera, se lo sale a buscar” Si cada uno de nosotros tenemos la capacidad de hacer una teshuvá verdadera de nuestros actos y nuestros pensamientos, sin esperar que los demás lo hagan, simplemente empezando por nosotros mismos. Recién en ese instante, seguramente habrá llegado el momento que nos encontremos con Él, ¡¡¡Mashiaj Now!!!

Por eso mis queridos amigos, ya han pasado 1953 años, de la destrucción del segundo templo, y han transcurrido 56 desde la unificación de Yerushalaim. Quizás después de haber escuchado nuevamente a nuestro profeta, podamos entender que ha llegado la hora de que cada uno y uno de nosotros comencemos esa búsqueda necesaria para encontrar al Mashiaj. Examinemos nuestras midot (cualidades), pero sobre todo controlemos nuestras acciones y tal vez descubramos que los tiempos mesiánicos están mucho más cerca de lo que parecía.

Vayan estas humildes palabras de Torah dedicadas a la bendita memoria de las víctimas del atentado a la sede de la AMIA, que lamentablemente no encuentran Justicia ni consuelo.

Shabat shalom humeboraj.
Ari A. Alster

Parasha Dvarim

Recordar nuestra misión

Esta parashá inicia el último de los Cinco Libros de la Torá, Sefer Devarim. Este Libro se llama también Mishné Torá, literalmente “la repetición de la Tora” (y de allí el nombre griego – castellano de Deuteronomio).

Sefer Devarim relata lo que Moshé le dijo al pueblo de Israel durante las últimas semanas de su vida, cuando se aprestaban a cruzar el río Jordán para ingresar en Eretz Israel.

Moshe ya conocía su destino y sus días se estaban terminando. Moshe había liderado al pueblo durante estos cuarenta años. Moshe había sido quien rechazo, en principio el rol que le adjudicaban; y con el correr del tiempo fue ganando confianza en si mismo, hasta convertir la misión en el único objetivo de su vida. Conducir al pueblo de Israel, educar al pueblo de Israel. Advertir y repetir al pueblo de Israel, ante que debilidades se encontrarían, y como deberían resolverlas.

Moshé dedicó sus últimos días a enseñar la ley y la moral divina, a convertir el libro de los mandamientos en el árbol de la vida; y lo hizo por medio de los discursos de despedida, que son el contenido de este libro.

Su auditorio ya no era el mismo. Este pueblo no era el que había salido de la esclavitud a la libertad. Este pueblo no había experimentado los grandes milagros de la salida de Egipto y del desierto, no había recibido personalmente la Torá en el monte Sinaí…

Todo lo que conocían era por boca y ejemplo de sus padres. Y podríamos decir que en parte, no fue muy bueno ni educativo. Recordemos porqué.

Uno de los temas centrales de esta Parashá, es recordar y relatar nuevamente la historia de los espías (meraglim). Fueron 12 las personas enviadas para observar qué había y quiénes habitaban la tierra de Israel, para ver cuáles eran las facilidades para la conquista.

En todo momento, Moshé había aclarado que necesitaba un informe de la situación claro y verosímil… Recordando que Dios estaba con ellos.

Fue así como al regresar 10 (diez) e los 12 espías criticaron la situación ampliamente. “Es imposible entrar, hay gigantes, están mejor armados que nosotros, nos destruirán en poco tiempo”.

Mientras que sólo 2 de los espías defendió la postura de Moshé, recordando que era una tierra que emanaba leche y miel y por supuesto que tendrían la ayuda de Dios.

Pero el daño estaba hecho. Faltaba madurar y tener confianza en sí mismos y en Adonai.

Toda una generación caería en el desierto. Es por ello que vagaron 40 años.

Es interesante comprender por qué Moshé toma este texto para repetir. Qué importancia tendrá esta historia? Qué mensaje traerá con ella?

Y me atrevo a pensar que el mensaje, está íntimamente relacionado con nosotros. Moshé necesita convencerse que el pueblo tiene clara cuál es su misión. Moshé necesita convencerse que el pueblo aprendió las mitzvot.

Y nosotros hoy, revisamos nuevamente nuestro conocimiento.

Fíjense, como de los 12 espías, 10 hablaron mal y por ellos el pueblo fue castigado. Ellos eran ejemplo, eran liderazgo.

Y qué aprendemos de esos diez, del número 10? El Minián.

El minián no es otra cosa, que un conjunto de personas, devotas y con fe en Dios, que atestiguan su existencia y su palabra.

Nosotros reunidos en comunidad, compartiendo nuestras tefilot, elevando nuestros deseos, pedidos y agradecimientos a Dios… Estamos afirmando su presencia. Y la tradición dice que para diez que hablaron mal, necesito equilibrar con 10 que hablen bien.

Cada año, cuando releemos el texto de esta Parasha, nos descubrimos a nosotros mismos. Nos descubrimos hablando con nuestros hijos, mostrando y demostrando cuáles son los caminos correctos a seguir. Inculcando cuales son los valores por los cuales hay que luchar. Nos vemos en el lugar de Moshe predicando cómo vivir en una sociedad justa, ética y moral.

Moshé se despide y en su despedida repite las mitzvot, enfatizando cómo se desarrollaron los sucesos históricos, para que aprendamos de los errores y sigamos por el buen camino.

Moshé hoy está presente en cada uno de los padres, Moshé está presente en cada uno de los abuelos… Moshé está presente en cada educador judío. Moshé está presente en el texto de la Torá… a través de su palabra.

Cada uno sabe en su corazón y en su ser, cuánto dedica, cuánto se esfuerza… cuánto le cuesta. Pero sin querer que esto sea un “sufrimiento”… Cada uno sabe qué obstáculos personales, familiares y/o comunitarios le surgieron y le surgen. Pero todo es superado cuando hay voluntad y esfuerzo.

El pueblo de Israel, todo, lo pudo superar en aquella época. El pueblo de Israel debe comprometerse a seguir superándolo, a luchar contra la asimilación, a resaltar nuevamente los valores de la Torá, a educar dentro de un marco judío…Para que el día de mañana, sigamos teniendo un minián con el cual rezar.

Shabat Shalom
Lic. Rab. Sarina Vitas

Parasha Matot-Maase

Esta parasha nos habla de los cuarenta y dos viajes y campamentos de Israel a través del desierto, los cuales son listados, desde el Éxodo de Egipto hasta el establecimiento en las planicies de Moab, al otro lado del río, frente a la Tierra de Cnaan.

La Tora nos cuenta acerca de dos libros qué están caracterizados por viajes. Shemot y el libro qué estamos cerrando esta semana, Bamidbar.

Shemot trata sobre el viaje desde. Bamidbar es el viaje hacia. Shemot es la historia del escape de la esclavitud. Éxodo, el nombre en español para el libro, significa justamente eso: partida, retirada, destierro.

En contraste, en Bamidbar, la gente ya dejó Egipto detrás. La estadía en el desierto de Sinaí quedó atrás, recibieron la Torá y construyeron un Santuario. Ya están listos para seguir adelante. Esta vez miran hacia adelante, no hacia atrás.

No están pensando en el peligro de la huida, sino en los desafíos del nuevo destino al cual se dirigen.

Pero el libro Bamidbar es mucho más oscuro que el de Shemot. Las rebeliones son más serias. El liderazgo de Moshé es más complicado. Lo vemos ceder, a veces, al enojo y a la desesperación.

Por lo qué la Tora nos está diciendo algo importante; el viaje desde es siempre más fácil que el viaje hacia.

La vida es un viaje. De ahí la importancia de saber desde el principio a dónde viajamos y nunca olvidar, nunca rendirnos.

Partir es fácil, llegar es difícil.
Podamos esta semana animarnos a partir pero convencidos de a dónde queremos llegar, cuáles son los espacios qué queremos conquistar, las personas qué queremos atesorar en ese trayecto y por sobre todo aquellos valores y objetivos qué queremos cuidar.

Shabat Shalom
Sem Mati Bomse