Haftara Rosh Hashaná

Cuando la oración brota del corazón
Haftará primer día de Rosh Hashaná: 1 Samuel 1:1 – 2:10

Esta es la historia de una mujer que recurre a D-s en una desesperada e intensa oración personal. También, es la historia de muchas otras mujeres, que transformaron sus lágrimas en bendición.

La lectura de la Torá que nos reúne el primer día de Rosh haShaná comienza con las palabras: “Y D-s recordó a Sara” (Génesis 21:1), y describe el nacimiento de Itzjak, lo que significóel fin del largo período de esterilidad de Sara. De manera similar, en la haftará, D-s pone fin a la infertilidad de Janá.

La explicación de porqué se leen estas lecturas, se basa en el comentario de la Guemará en Masejet Berajot (29a) de que Sara, Rajel y Janá obtuvieron respuesta a sus oraciones en Rosh HaShaná.

De acuerdo con el Talmud (Rosh haShaná 11a), Rosh HaShanáes el Día del Recuerdo: de alguna manera, D-s “recuerda” a la humanidad al terminar la infertilidad de una mujer.

En Rosh HaShaná declaramos: Haiom harat Olam (hoy es el día de la creación del mundo). Y cada vez que nace un niño se repite el milagro de la creación.

Rab. Menajem Bentzion Zaks, en su libro Menajem Tzion, sugiere además que estas lecturas pueden tener una conexión adicional con Rosh HaShaná. En tres lecturas, leemos sobre el derramamiento de lágrimas.

En la lectura de la Torá del primer día de Rosh HaShaná, Agarsuplica en un llanto desgarrador al ver a su hijo Ishmael morirsede sed. En respuesta, D-s le mostró el agua con el que pudo salvar su vida. La haftará del primer día, describe el llanto doloroso de Janá por su incapacidad para concebir. Y en la haftará del segundo día, el profeta Jeremías imagina a nuestra matriarca Rajel llorando sin consuelo por el sufrimiento de sus descendientes.

El llanto es impotencia. Es enfrentarse a una situación desesperante, sintiéndonos incapaces de salir, de ver más allá. Es el dolor que no puede aliviarse.

Estremece imaginar el sonido entrecortado del shofar en “terua”,simbolizando la emoción cruda, el sollozo sin fin, la ansiedad, la pena.

Las lágrimas derramadas por Agar, Janá y Rajel reflejan en cada generación nuestros propios sentimientos de dolor inconsolable.

Es importante destacar que en los tres casos D-s respondió favorablemente a las lágrimas. A Agar, como se mencionó, se le mostró un pozo de agua con el cual salvó la vida de su hijo; Janá fue bendecida con un hijo; y D-s respondió al llanto de Raquel asegurándole la redención definitiva de los Bnei Israel y el regreso a Eretz Israel.

De este modo, también nosotros tenemos la seguridad de que nuestras oraciones y llantos obtendrán una respuesta favorable de D-s.

Así como Agar, Janá y Rajel se dirigieron a D-s y le expresaron su dolor, de manera similar, nosotros confiamos en la compasión Divina para que acepte nuestras lágrimas y oraciones.

En la haftará que nos convoca, Janá, inmersa en la pena más profunda, se dirige al santuario de Shiló. En medio del dolor incomprendido por el vientre infértil, eleva su oración al cielo, en un momento de gran intensidad espiritual.

Su oración era humilde y sincera, sus palabras apenas susurradas eran lo único que tenía para ofrecer: “sus labios balbuceaban, pero su voz no se oía”. (1 Samuel 1:13)

Ante aquellos que iban al templo a ofrecer sacrificios, laspalabras de Janá son inaudibles, porque nacen de lo más íntimode su ser.

Es una oración genuina, porque derrama lo que verdaderamente le importa, lo que le preocupa. Nos enseña a abrir el corazón, a no tener miedo de mostrarnos frágiles y vulnerables.

La oración fortalece, y quizás, el dolor sane.

Abraham I. Heschel enseñó que “rezar es abrir una puerta, por la cual puede entrar tanto como D-s como el alma. Rezar es llegar. Rezar es superar la distancia, romper las barreras, enderezar lo torcido, curar la ruptura entre D-s y el mundo…”

En hebreo, “rezar” es una acción que hacemos sobre nosotros mismos, es un trabajo interior, algo que es capaz de transformarnos desde el interior. No sé si mi rezo podrá cambiar el mundo, pero sin duda, sería un buen comienzo si me ayuda a cambiar a mi.

Un poder y un potencial inmensos habitan en los lugares oscuros y no resueltos de nuestra alma. Pero sólo cuando nos encontramos cara a cara con estas partes menos deseables de nosotros mismos, podemos comprender que muchas veces el dolor impide ver todo lo bueno que nos rodea.

Solo así, tal vez pueda surgir ante nosotros una imagen más completa del pedacito de mundo que nos toca vivir.

Estos días, estamos comenzando un nuevo Año.

Una vez más, es una invitación a reflexionar, a generar los cambios que nos permitan crecer, a conectarnos con lo importante…

Tenemos ante nosotros, cada día, la puerta abierta para crearnos de nuevo. Hoy, como cada día, es un nuevo comienzo.

Shaná Tová uMetuká!
Seba Cabrera Koch

Dedicado a Dora Koch, mi mamá. Sus lágrimas hicieron posible que hoy pueda estar contándoles esta historia.

Parasha Rosh Hashaná

Las llaves del palacio

La llegada de un nuevo año nos plantea interrogantes, evaluaciones y proyecciones.

Los tres días que vamos a transitar juntos nos desafían, ante todo, a apropiarnos del tiempo que compartiremos. Sentir que experimentaremos un proceso de transformación y reparación, construyendo un refugio que nos cobije para no tener miedo.

Aprovechemos estos días, no los dejemos pasar, aferrémonos a la increíble oportunidad de reencontrarnos con lo que cada uno valora como importante. Parafraseando a un gran filosofo judío contemporáneo, construyamos un palacio suspendido en el tiempo, un palacio que habitaremos tan sólo tres días y dejemos entrar en él a los recuerdos y a los nuevos proyectos, a los cercanos y a los lejanos, a lo que nos ata y a lo que nos libera.

Volvamos al dialogo con nosotros y con los que nos son queridos y amados, pareja, padres, hermanos, amigos. Esa es la verdadera idea de Teshuvá, es el primer paso hacia la valiente afirmación de la vida, de saber asumir incertidumbres, pero también y más aun, de aprender a sumergirse en la búsqueda de la plenitud y la felicidad.

En el Talmud, tratado de Nedarim, nuestros sabios nos afirman que la Teshuvá, fue creada antes del acto de la Creación mismo. Significa que la idea de poder uno modificarse, de poder volver a sí mismo, de cambiar rumbos, es parte integral de la creación y el mundo no puede existir sin ella.

Un sabio refrán hindú dice: “Los hombres no heredaron la tierra de sus antepasados, sino que la tomaron prestada de sus hijos!”.

Recibimos en custodia un legado, una comunidad, un mundo. ¿Hacia dónde dirigimos nuestros días, que hacemos con todo aquello que recibimos como custodia para nuestros hijos, para la próxima generación?

Víctor Frankel, pensador formado en la experiencia de la Shoa, dijo una vez que la vida vale vivirla a los efectos de mejorarla. “vive tu vida de forma tal, nos dice Frankel, que puedas seguir adelante y continuar tu jornada”.

El judaísmo recibe al futuro con optimismo, sus puertas están abiertas y siempre podamos comenzar de nuevo. Somos libres. Somos libres de pedir perdón y de saber perdonar.

En el Midrash leemos: “Cuando tengas misericordia para con el otro, hay Alguien, un Ser infinito que Será misericordioso contigo, pero si no tuvieses misericordia, nadie lo Será contigo”.

Somos libres de volver a la comunidad, de ayudar y recibir, de compartir y exigir.

En un difícil año de desafíos, somos libres de dar construir una Comunidad en acción y constante capacitación, con un esfuerzo gigantesco y encantador. Somos libres de sentir responsabilidad por los enfermos, los golpeados, los pobres, los que viven en soledad, los que susurran sin fuerza, pidiendo una mano, un abrazo, una palabra.

Somos libres, sabiendo, que esa libertad es muchas veces dolorosa, frustrante, amenazadora.

En muchos aspectos, la vida se asemeja a un paseo en tren. Subimos a él, por un periodo limitado de tiempo, hasta llegar a la estación final. En el camino, el tren tiene distintas paradas, unos suben, otros bajan, para algunos es el comienzo del viaje, para otros el final.

En el transcurso de la larga jornada, uno va encontrando gente diversa. De la misma forma, cada Rosh Hashaná representa una de las paradas de ese tren. Esta parada, esta pausa de tres días nos permite reevaluar nuestras vidas, resetearlas, cambiar de rumbo. Lo importante es aprovechar este tiempo y prolongar su efecto al retomar nuevamente el camino.

No amaneceremos totalmente diferentes mañana, pero podemos exigirnos de cambiar pequeñas cosas que hagan la diferencia. Estos días pueden significar el comienzo de un cambio de ruta de nuestro tren.

En el Midrash del Shir Hashirim, del Cantar de los Cantares, está escrito que D’os nos dice:” Abrid para Mí un hueco del tamaño de una punta de aguja y Yo abriré para ustedes puertas, como las puertas de un gran palacio”.

Abramos juntos ese pequeño hueco y entremos quizás en el gran palacio.

Los actos pasados son cerraduras con llaves que ya se perdieron. Ahora busquemos juntos las llaves del gran palacio que D’os nos tiene preparado…

¡Ktiva ve Jatima Tova!
Rab. Sarina Vitas

Haftara Nitzavim

Estamos en la ultima Haftara del año, tiempo de respirar profundo para arrancar el año con un nuevo halito.

En este año que se fue compartimos diversas momentos, tanto de esperanza como de desesperanza, alegrías y tristezas y encuentros inspiradores y otros no tanto. Pero si hay algo que agradecer es que lo pudimos compartir en Comunidad.

“Pues así como la tierra saca su brote y como la huerta que sus simientes hace germinar, así Adonai Elohim hará brotar la justicia y la gloria ante todas las naciones” (Ieshahiahu 61:11).

Esta ultima Hartará menciona lo anterior, y estoy seguro que nos quiere decir y pedir que seamos pacientes, perseverantes, y luchadores en pos de la justicia, porque tarde o temprano brotara y podremos vivir en la paz que merecemos.

Amijai, les deseo de todo corazón un año lleno de amor rodeados por los suyos, de miradas que nos hagan vibrar al sentirnos cerca y un año de plena justicia donde podamos sentirnos seguros y tranquilos de que la justicia existe y funciona.

Todas mis brajot en este nuevo año.

Shana Tová.
Brian Bruh

Parasha Nitzavim

Hoy es siempre

Moshé se acerca a su final, su tarea esta cumplida. El pueblo esta a punto de ingresar a la Tierra por la que tanto caminaron. El sabe que a partir de ahora ya no estará mas con ellos para cuidarlos, protegerlos, enojarse y perdonar.

El futuro esta frente a ellos, por eso elige el presente, AIOM (hoy, comienza diciendo el texto), para hablarles. Aquel que no tenia palabras en sus inicios, hoy se deshace en ellas para darle a ese pueblo que tanta ama, un mensaje claro, instrucciones precisas para que lo logren.

Cada palabra de esta parasha, son esas instrucciones. Vivir el presente, repite muchas veces AIOM. Es un hoy que son todos los días, de todas las épocas, un hoy que es siempre. Nos llama a pararnos en el presente y mirar a nuestro alrededor.

En su discurso incluye a todos, hombres y mujeres, ancianos y niños, príncipes y aguateros, y el extraño que vive entre ellos. Un claro mensaje de unidad, de respeto por el otro, sin discriminación de ningún tipo. El pueblo judío no es propiedad de nadie, es de aquellos que deciden desde sus corazones aferrase al pacto, aquel que hizo Abraham, el que prometiera el pueblo en el Sinaí y ahora en Arbot Moab. El pacto que implica participación y la aceptación de la Tora como columna vertebral del ser judío.

Y continuando con la paradoja temporal, continua el texto incluyendo no solo a los presentes, sino también a los que no están presentes. El talmud entiende que este pacto es el que une a todos los judíos con la noción de que “todos los judíos son garantes uno de los otros” KOL ISRAEL AREVIM ZEH B´ZEH” . En este hoy que es siempre están incluidas todas las generaciones pasadas y futura, asi estén activas o perdidas en todos los confines de la tierra.

Moshe a través de sus palabras intenta advertir a la generación del desierto, que solo conoció las bonanzas del maná y la vida dedicada al Mishcan, que les esperan muchos desafíos: “…he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición…. Deberás escoger la vida” (30:19). Tal vez una de las frases mas linda de la Tora: La vida se nos presenta siempre con esta dualidad, esta llena de dudas, incertidumbres algunas certezas.

Nos toca transitar lo bueno y lo malo. Nuestra tarea es trascender lo dual y lograr el tan ansiado Ijud, esa unidad interior que nos hace fuertes, capaces de superar las adversidades y poder elegir la vida.

En las puertas de Rosh Ha Shana, que este mensaje de Moshe a su gente de todas las épocas, tan lleno de amor, esperanza e inspiración sea la semilla que plantemos en este nuevo comienzo.

Que podamos estar presentes y de pie para cada día elegir la vida.

¡Shabat Shalom!
Grace Cobe

Haftara Ki Tavo

Yshaiahu 60:1-22

En la Haftará de Ki Tavo, Isaías se centra en imágenes de luz, para recordarle a la gente que, aunque puedan estar experimentando un tiempo oscuro, el rostro y la luz de Dios eventualmente regresarán. El primer verso de la Haftará lo tipifica: “Levántate, resplandece, porque ha amanecido tu luz; ¡La Presencia de D´s ha brillado sobre ti!” (60:1)

Esta línea ha sido adaptada para su uso en el Leja Dodí, una canción que forma parte de la liturgia del viernes por la noche, cantada para dar la bienvenida a la reina del Shabat.

Es muy interesante que podamos juntos profundizar en el tema de la luz y la oscuridad. Vamos a comenzar en un pasuk de la Haftaráh anterior donde nuestro profeta ya nos adelanta cómo funciona el sistema.

“Con un ligero enfado, por un momento, Escondí de ti mi rostro; Pero con bondad eterna, te llevaré de regreso enamorado dijo D´s tu Redentor” (Yshaiahu 54:8).

A mí de chico me decían frases como “D´s castiga, pero no a palos” o “D´s aprieta, pero no ahorca” frases francamente erradas y detestables. Ya de más grande entre mis maestros y de los jajamim, aprendí que el sistema es completamente diferente. Por empezar no podemos pensar que D´s está controlando a cada persona en sus procedimientos y si la persona se equivoca le envía un rayo justiciero para castigarlo por su error, definitivamente no es así como funciona.

Tomando las palabras de Yshaiahu podemos ver qué las emanaciones que recibimos de D´s son “Luz”y energía.

También, podemos respaldarnos con las definiciones de la física cuántica, que nos explica: “La física cuántica explica el átomo, el enlace químico, las moléculas, la interacción de la luz con las partículas. Einstein mostró que la luz viene en discretos paquetes de energía, luego llamados fotones, y Bohr planteó que los electrones en un átomos absorben o emiten fotones al tiempo que brincan entre niveles de energía cuántica”.

Entonces podemos concluir, que vivimos en un mundo que esta generado por luz y energía. Es difícil pedirle a la ciencia que nos dé, definiciones de lo divino, así que lo mejor para poder seguir, va a ser apoyarnos en los maestros jasídicos, que entendieron cómo funciona la comunicación entre la fuente de creación de luz y energía y nuestro mundo material.

Los invito a que juntos podamos armar una imagen, ubiquémonos frente a un gran ventanal. Es un día maravilloso y desde afuera entra mucha pero mucha luz, tanta luz que no podemos soportarla. Necesitamos colocar algo que nos permita filtrar parte de esa luz para que podamos ver con más claridad y no quedar encandilados. Coloquemos una cortina de Voile, estas nos van a permitir el ingreso de luz, pero ya no tendrá tanta intensidad como para segarnos.

El Alter Rebe nos enseña el concepto de la Klipat Noga, es como una cáscara; traducción de Klipa, pero tiene cierta trasparecía como la piel que recubre a un gajo de cítrico. Igual a nuestra cortina, que nos permite el ingreso de la luz divina.

Ahora que colocamos la cortina ya nos podemos empezar a mover y a interactuar con el mundo que nos rodea.

Entonces el gran jajam de Liadi nos muestra, que en esa interacción con el mundo podemos mostrarnos a través de tres maneras diferentes, mediante nuestros pensamientos, utilizando las palabras cuando hablamos o por medio de la acción. Entonces de acuerdo a que tipo de comportamiento tengamos podemos manifestarnos para el buen camino o podemos actuar de manera equivocada.

Aquí es donde necesitamos una guía para saber como manejarnos, para eso en el Sinaí recibimos la Torah nuestro Gps para no perdernos. La Torah nos enseña que todos nuestros comportamientos tienen consecuencias, como leímos hace pocas semanas en pashat Reé tenemos delante nuestra la Berajá y la Klalá ¿Cuál vamos a elegir? ¿Cuál es la consecuencia?

Hablamos de consecuencias y no de castigos. Si elegimos para el camino correcto, lograremos mantener este ingreso de luz que nos permite seguir viendo con claridad y que a su vez nos permite sentirnos seguros al andar.

En cambio, sin no logramos mantenernos dentro del camino, lo más probable es que vayamos perdiendo claridad y todo se va oscureciendo. Como si delante de esa hermosa cortina traslucida, ahora colocamos varias capas de black out. Al perder contacto con la luz divina y cuando todo se oscurece, perdemos seguridad y si la oscuridad es intensa perdemos también movilidad.

Volviendo a los dichos del profeta, entonces “Levántate, resplandece, porque ha amanecido tu luz”.

Es por eso mis queridos amigos, busquemos a través de nuestros pensamientos, de nuestro habla y por supuesto por intermedio de nuestras acciones, quitarnos de encima esas coberturas de black out y vayamos en la búsqueda de la luz que trae consigo, también la seguridad, energía y vitalidad. Aprovechemos este mes de Elul para llegar de la mejor manera a los Iamiim Noraim que están aquí nomás, ya empiezan a asomar.

Shabat shalom humeboraj.
Gmar jatima tova.
Ari A. Alster

Parasha Ki Tavo

Al Eterno elegiste hoy para ser para vos, Dios… Y el Eterno te eligió para ser para Él su pueblo como un tesoro qué posee. (Devarim 26:17-18)

En nuestra Parashá, el pueblo de Israel se encuentra en la tierra de Moab preparado para la conquista de la tierra de Israel. Es ahí mismo frente al río Jordán, que el pueblo vuelve a hacer un pacto con Dios, similar al que sucedió en el desierto del Sinaí con la generación anterior, cuando recibieron la Torá en manos de Moshe.

¿Pero por qué volver a hacer un segundo pacto?

En el desierto a pesar del contexto adverso, todo era más “sencillo”, más cómodo. La conducción del pueblo un milagrosa y sobrenatural. Se alimentaban con alimentos que caían del cielo (el man y las codornices), y tomaban agua de un pozo que los acompañó siempre. La defensa frente a los peligros cómo los animales salvajes y los enemigos, estaban en manos de las columnas de fuego y de nube que los custodiaban.

(Rafi Albaz, Iunei Shabat, 1990)

Ahora a punto de ingresar a la tierra prometida, vemos al pueblo de Israel necesitando la ayuda de una conducción natural y terrenal.

El segundo pacto es necesario para entender que ahora son ellos los qué tendrán qué trabajar para comer y deberán luchar con su espada para defenderse.

Nosotros podemos vernos como aquel pueblo, a punto de ingresar en un espacio sagrado cómo Rosh Hashana y Iom Kipur. Frente a nosotros está el enorme desafío de cerrar una etapa, un ciclo, y entonces comenzar un nuevo año renovados.

Para poder llegar preparados a nuestros Iamim Noraim, en donde lo que venimos a buscar es la conducción de lo espiritual, a Dios en nuestras vidas. No nos podemos olvidar de aquella conducción natural y terrenal antes de encontrarnos con lo divino.

Qué este tiempo de Teshuva, de introspección personal, nos llene de coraje para poder perdonar y buscar el perdón de aquellos qué lastimamos, retornar a aquellos que tengamos lejos, enmendar nuestros errores, agradecer a aquellos que nos sostienen, valorar a quienes nos hacen ser quienes somos y por sobre todas las cosas trabajar como un solo pueblo, sabiéndonos bendecidos por el solo hecho de tenernos cerca y ser parte de una misma historia.

¡Shabat Shalom!
¡Shana tova!
Sem Mati Bomse

Parasha Ki Tetze

“Un corazón para saber, ojos para ver y oídos para escuchar”

¿Cuántas cosas necesitas para ser vos? De verdad te pregunto, ¿tanto necesitás? Estamos tan acostumbrados a tanta cosa, tanta agenda, tantas idas y vueltas, y en fin, hasta quizás somos poco nosotros…

Creo que no nos damos cuenta, de lo mucho que tenemos, o quizás peor, nos acostumbramos a lo que tenemos y todo eso salio de nuestro radar. Quizás tenemos demasiada cosa frente a nuestras narices que no vemos.

Esta semana la parasha nos invita a agradecer, en la Toire, trayendo los primeros frutos del cultivo al templo. En el hoy, siendo conscientes de nuestro alrededor.

Muchas veces agradecemos cosas grandes, especiales, el tenernos, la llegada de un nuevo integrante a la familia, el haber vivido tanto con los que hoy ya no estan, una nueva posibilidad laboral, y tantas cosas que sentimos la necesidad de agradecer.

Agradecer bien, es especialmente agradecer lo chico, lo de siempre, lo común, que dejame decirte que no es ni chico, ni estará siempre, ni es común.

Me explico… ¿Alguna vez agradeciste tener una frazada para abrigarte en estos días tan fríos? Una frazada, una de esas tantas que tenés ahí en el placard, para muchos no son ni chicas, ni están siempre, ni son comunes. Esa frazada, es mucho mas de lo que vos pensás.

Vuelvo a mi pregunta inicial, ¿Cuántas cosas necesitas para ser vos?

Dice la parasha: “Un corazón para saber, ojos para ver y oídos para escuchar”. Con el corazón, sepamos encontrar lo que nos hacer nosotros. Con los ojos, podamos ver y mirar bien, encontrar y buscar mejor. Con los oídos, sepamos que hasta en el mas profundo de los silencios, siempre hay algo que escuchar.

Shabat Shalom Amijai
Sem. Brian Bruh

Haftara Ki Tetze

Haftará Ki Tetzé– IESHAHIAHU 54: 1-10

Esta semana leemos al Profeta Ieshahiau. Nuestro Profeta vivió en Israel antes de la destrucción del primer templo, con sus profecías intento evitar que el pueblo abandone el camino de Di-s y termine en el exilio. Sus textos hablan sobre la destrucción, pero terminan con un mensaje esperanzador sobre la reconstrucción y la salvación. El nombre Ieshaiahu significa la salvación de Di-s.

Esta es la quinta Haftara de las 7 Haftarot de consuelo que leemos entre Tisha ve Av y Rosh Hashana. Es una Haftara muy corta, pero con un mensaje potente y esperanzador.

Comienza comparando a la ciudad de Jerusalem con una mujer estéril pero que finalmente dará a luz a su bebe.

Luego compara a Israel con una mujer en algún momento abandonada por su marido, pero vuelta a tomar: “Por un pequeño instante te he abandonado, mas con gran misericordia te congregaré. Con fugaz enojo, por un instante he ocultado Mi rostro de ti, mas con benevolencia eterna te mostraré misericordia ha dicho tu redentor Hashem”

Al final de la Haftara trae la promesa de Di-s con Noaj. En el libro de Genesis, después del diluvio, prometió que nunca mas volvería a destruir la tierra con otro diluvio. De la misma manera, profetiza, nunca olvidare el Pacto con Israel.

Muchas veces nos pasan cosas que no nos gustan y nos preguntamos ¿por qué a mí? cuando la pregunta correcta no es “¿por que?”, sino “¿para que?” como voy a cambiar yo después de esto que me paso?

Dios no prometió que no va a llover nunca mas. Lo que si prometió es recordar el pacto en cada tormenta. De la misma manera el mensaje de la Haftara no es que no nos van a pasar cosas malas, el mundo tiene sus reglas y las mantiene, sino que a pesar de lo que nos pasa tenemos que recordar que hay una promesa que en otras palabras dice: “Siempre que llovió, paró”.

El mensaje final de la Haftara es el mismo mensaje con el que termina el Salmo 27 que leemos durante todo este mes de Elul: “Ten esperanza en Di-s, anímese y fortalézcase tu corazón; y confía en Di-s”. Tenemos que confiar en que Di-s confía en nosotros.

Shabat Shalom
Fabián Holcman

Parasha Shoftim

La leyenda de Atila decía: …“por donde pisa mi caballo no vuelve a crecer la hierba”… (se llevaba puesto todo lo que había en el lugar, a tal punto que nada volvía a nacer). La Torá entiende que la guerra es inevitablemente destructiva. Por eso uno de los valores más altos que tenemos que perseguir es la paz.

Esta semana, en parashá Shoftim, el texto nos dice: “Cuando asedies una ciudad durante mucho tiempo, luchando contra ella para capturarla, no destruyas sus árboles clavándose un hacha, porque puedes comer su fruto. No los cortéis. ¿Acaso los árboles son personas para que los asedies? Sin embargo, puedes cortar los árboles que sepas que no son árboles frutales y usarlos para construir fortificaciones hasta que la ciudad en guerra contigo caiga.” (Devarim 20:19-20).

Nos enseñan una diferencia, muy interesante, entre la destrucción necesaria y la innecesaria a través de los árboles. Ellos son una fuente de madera para las fortificaciones. Pero otros árboles, los que dan frutos, son también una fuente de alimento (estos últimos tenemos la prohibición de destruirlos o dañarlos).

Nuestros sabios a este mandato lo perciben como más que un detalle en relación a las leyes de la guerra. Le pusieron el nombre de: “bal tashjit”, la prohibición de destrucción innecesaria de cualquier tipo. En palabras de Maimónides: “No sólo se aplica a los árboles, sino también a quien rompe vasijas o rasga vestimentas, destruye un edificio, bloquea un manantial de agua o desperdicia alimentos de forma destructiva, transgrede el precepto de bal tashjit”. Señoras y señores con un ustedes: una ética ecológica responsable.

¿Por qué nos enseñan este concepto? Porque al parecer nos solemos olvidar desde la percepción de nuestra tradición: la tierra no es nuestra. Pertenece a D´s (lamento informar). Te lo explican desde el minuto cero: “…En el principio, Dios creó…” Él la creó; por lo tanto, al ser el dueño de la pelota tiene derecho a establecer las condiciones del partido.

Esto pone un límite a nuestra intervención en la naturaleza. Nos debería recordar que somos creaciones, no sólo creadores. Maimónides, señala que la tierra sobreexplotada acaba por erosionar y perder su fertilidad, si no la cuidamos. “La tierra -dice Dios- es mía; vosotros no sois más que extranjeros y residentes temporales conmigo” (Vaikra 25:23). Somos huéspedes en la tierra.

Así que no es casualidad que la ley judía interpretará la prohibición de cortar árboles frutales en el curso de una guerra como un ejemplo de una prohibición más general contra la destrucción innecesaria, y más generalmente aún, contra los actos que agotan los recursos no renovables de la tierra, o dañan el ecosistema, o conducen potencialmente a la extinción de especies.

El Rey David dijo: …”La tierra es del Señor y todo lo que hay en ella” …(Salmo 24:1). Nosotros/as somos sus guardianes, en nombre de lo divino, por el bien de las generaciones futuras preguntémonos: ¿Por qué será que hoy la naturaleza presenta los problemas que conocemos? ¿Qué relación tenemos nosotros/as con lo que sucede? ¿Qué estamos plantando para nuestras próximas generaciones? ¿Cómo estamos cuidando aquello que nos fue dado?

¡Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Haftara Shoftim

COMENTARIO HAFTARÁ SHOFTIM
Ieshahiau 51:12-52:12

Esta es la cuarta de las Haftarot de consuelo, todas brindadas por el mismo profeta. Nos entrega las palabras de D’s sobre lo que sobrevino en Ierushalaim, pero también nos habla de su liberación y de la posibilidad de resurgir, de la injusticia que significa ser arrojados fuera de nuestra propia tierra.

Quisiera pensar el exilio como una metáfora. Metáfora de estar fuera de nosotros mismos, no sólo de nuestra tierra. De estar por dar el paso que nos aleje de la esclavitud y no decidirnos a que las aguas se abran.

El exilio es ser temerosos de seguir adelante, de “pelearla”. Es no estudiar, no seguir construyendo escuelas y comunidades. En pocas palabras, el exilio depende de nosotros mismos.

La espiritualidad y capacidad de recreación siempre nos han caracterizado, y eso hizo que el pueblo judío se mantuviera siempre activo y unido.

Este Shabat nos encontramos con sentencias que siempre nos han acompañado: Tzedek, Tzedek tirdof. Justicia, justicia perseguirás.

Si de ella nos olvidamos perdemos la guerra en todas sus manifestaciones. Esto alude también a ser justos como padres y como hijos, a no ser soberbios. Desde las comunidades, y la forma de pensar el judaísmo que las caracteriza, a no ser “dueños de una única verdad”.

Por esto, el fundamentalismo religioso debiera quedar fuera de lo que entendemos como judaísmo.

Cada uno de nosotros también, como los reyes, tiene una Torá para estudiar cada día. Si no es desde ahí no hay consuelo posible.

Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo