Haftará Vaikra

Haftará: ISHaiaHu (Isaias) 43:21 – 44:23 – ישעיהו

Esta semana leemos la PARASHÁ VaiKRah –  la primera del tercer libro VaiKRah

El tercer libro de nuestra Torah se llama VaiKRah, esa es la palabra con la que comienza el libro.

En el lenguaje talmúdico, se le llama Séfer Torat Cohanim (Libro de la ley de los sacerdotes).

La denominación Levítico (asi es como se le ha traducido) no condice con el contenido, ya que el libro trata de los levitas solo esporádicamente, dedicando su mayor parte a los Cohanim (sacerdotes), y al culto en general, si bien es cierto que Aarón HaCohen y sus hijos, los sacerdotes, pertenecían a la tribu de Levi.

El primer libro de la TOrah BeReiSHiT describe todo el proceso de la Creación y los Patriarcas. El segundo libro SHmotT relata la esclavitud de Egipto, la redención, la recepción de la Torah y la construcción del MishKan o Tabernáculo. En este tercer libro VaiKRah encontramos los detalles de que se debe hacer con todo aquello que supieron recibir y como usar esas herramientas.

El libro VaiKRah incluye las normas que se refieren a los sacrificios, su especie y las partes destinadas a los sacerdotes. Mas adelante es una narración de la consagración de Aaron y de los sacerdotes; incluye una exposición de derechos y deberes individuales. Para terminar se refiere a las normas de pureza impuestas a los sacerdotes pero lo que describe el libro VaiKRah en mayor medida y minuciosamentee son “sacrificios”…

VaiKRah, es la primera palabra de este tercer libro, y significa “y llamó” (y convocó, y contactó). Es un pedido de acercamiento puesto que cuando llamamos a alguien lo hacemos para que se acerque. Esa llamada era para explicarle los distintos tipo de ofrendas.

Como dijimos anteriormente, lo que describe el libro VaiKRah en mayor medida y minuciosamente son los llamados “sacrificios”…

Aunque la palabra en hebreo que usa LaTorah cuando se refiere a estas acciones es “korvan” y tiene su raíz en la palabra “karov o lehitkarev” que significa acercar o acercarse, por algún motivo la traducción que se usa es la palabra “sacrificio” que tiene para todos nosotros una connotación particular asociada al padecer, o sufrir.

Entonces, teniendo en cuenta que Ds lo llama a Moshé y le indica COMO acercarse (que es a través de las ofrendas) me gustaría que nos demos la oportunidad para repensar esto del “sacrificio”.

¿Como podemos dejar de percibir el sacrificio como un acto que nos exige esfuerzo y nos provoca dolor y pesar? ¿Como podemos hacer para no asociar el sacrificio con algo que NO QUEREMOS HACER?

Hace dos mi años que AM ISRAEL ya no mata animales como sacrificio religioso. Vivimos en una época mas simbólica. Sin embargo seguimos asociando sacrificio con padecimiento, como algo impuesto y obligatorio.

En realidad el acto de la ofrenda (mal llamado sacrificio) es una suerte de reparación de alguna transgresión que hemos hecho.

El libro VaiKRah llega para poder entender que cada acto que hacemos provoca una consecuencia, un cambio, deja una huella. Entonces cada ofrenda que detalla VaiKRah, corresponde a tal o cual reparación. La idea es no quedarnos en si es oveja o si es vaca o la edad de cada una de ellas o si es harina o fruta.

El objetivo es conocer como funciona. Cuales son las consecuencias y como se reparan las acciones.

Si dejamos de vivir el sacrificio como un castigo o una condena, podremos entonces comprender que un sacrificio es un “oficio sagrado”.

Un “oficio sagrado” es una oportunidad maravillosa para hacer una acción reparadora, para manifestar lo sagrado y conectar con eso. Porque sagrado es aquello que tiene que ver con el bien común, con mejorar el contexto, con armar una comunidad y cuidar del bien general.

Un “oficio sagrado” es ver en el otro lo mas valioso que tiene, que es SER EL OTRO.

Con tan solo una vez que uno realice un “acto sagrado” alcanzará para darse cuenta que no hay nada mas emocionante y plenoPorque hacer “acto sagrado” no cansa, no aburre, no trae dolor ni agotamiento.

El “oficio sagrado” nutre, ilumina, restaura, repara.

Los oficios sagrados ha existido y existiran en todas las épocas. Y siempre han incluido e incluirán un balance y un Otro.

Bienvenidos a vivir esta nueva oportunidad de ver en un sacrificio, UN OFICIO SAGRADO.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ
Silvia Dvoskin

Keara – El plato principal del Séder

La Keara es el plato principal del Séder y lo vamos a colocar en el centro en la mesa para que todos puedan verlo.

La keará está compuesta por seis alimentos simbólicos:

  1. Maror: Hierbas amargas: lechuga, rábanos, endibias
    Es el símbolo de la amargura que nos produjo la esclavitud.

  2. Zeroa: Hueso de carne o pollo.
    Es el símbolo de la ofrenda pascual.

  3. Karpas: papa, radicheta, apio o perejil.
    Simboliza la rudeza del trato recibido en el cautiverio y la fiesta de la primavera en Israel.

  4. Jazeret: Lechuga.
    Simboliza la transición de la esclavitud a la libertad.

  5. Beitza: Huevo cocido.
    Nos recuerda la tristeza por la destrucción del Templo

  6. Jaroset: Puré de manzanas o dátiles, nueces y vino.
    Simboliza el barro y la arcilla con la cual trabajaron nuestros antepasados.

Haftará Pekudei

“Vendrán los días sin amarguras”. por Seba Cabrera Koch.
Comentario a *Haftará de Shabat HaJodesh: Yejezkel 45:16 – 46:18

Llegamos al último de los cuatro Shabatot especiales que se observan en las semanas previas a Pésaj. Este Shabat en particular lleva por nombre Shabat haJodesh, el Shabat de “el Mes”, y suele caer el Shabat antes del comienzo de Nisán.

La lectura que nos convoca en esta oportunidad, ha sido seleccionada del libro de Yejezkel. A lo largo de sus capítulos, el libro describe con lujo de detalles cómo será el tercer y definitivo Templo de Jerusalem, donde Yejezkel profetiza una nueva ofrenda pascual que se sacrificará en el futuro: serán los días de la era mesiánica en que ha de consagrarse el tercer Beit HaMikdash, en una ceremonia que dará comienzo justamente un Rosh Jodesh Nisán.

La haftará nos invita a imaginarnos un tiempo futuro, en un comienzo de mes que al igual que hoy, nos prepara para Jag haPesaj.

Con el transcurrir de los próximos días, el mes de Nisán volverá a reunirnos con familiares y amigos. Será tiempo de eliminar el jametz, buscar nuestras Hagadot, de abastecernos de matzot, vino y todo lo necesario para la festividad.

Pero nuestra preparación no estaría completa si no apartamos “un tiempo dentro del tiempo”, para una preparación especial y trascendente.

Para quienes tengamos la oportunidad de compartir el Seder de Pesaj en familia, en comunidad, será una noche para liberarnos de nuestras propias limitaciones. En el Seder, muchos nos preguntaremos: “¿Por qué esta noche es diferente a todas las demás?”, y nos resultará complejo celebrar con alegría la fiesta de la libertad, cuando nuestros hermanos siguen secuestrados.

Para muchos judíos hubo un cambio de perspectiva desde los ataques del 7 de octubre. De golpe muchos abrimos los ojos: con el aumentos de los discursos de odio, el antisemitismo y la reacción en contra de Israel y los judíos en la mayoría de los países occidentales, el mandato de “en cada generación uno debe verse a sí mismo como si estaría saliendo de Egipto” cobra otra dimensión.

“Pesaj nos recuerda, una vez más, que la libertad es un derecho sagrado, y que debemos luchar por ella y valorarla en todas las circunstancias”.

Se cuenta que cierta vez, en un Seder de Pesaj acontecido entre mediados y finales de la década de 1850, el Rebe Menajem Mendel Morgensztern de Kotzk no repartió maror (hierbas amargas) a su familia ni a los asistentes. Los comensales sorprendidos, le susurraron a su yerno el Rebe Avrohom Bornsztain de Sojatchov, para que se lo recordara.

El Rebe de Kotzk asintió, y empezó a repartir maror a todos. De repente, gritó: “¡Maror Fressers!”. (trad. “¡hasta el hartazgo de Maror!”). Por temor, y sin comprender que estaba pasando, todos los que estaban alrededor de la mesa se dispersaron y solo quedó su yerno.

Más tarde, éste explicaría que los invitados “pedían maror” sin estar compenetrados en su significado, seguramente no saben que pedir más maror es pedir más sufrimiento?! Es ahí, que cuando el Kotzker gritó, en su corazón estaba rezando: “¡No pidan amargura! ¡Basta ya! Es hora del Mashiaj. Los judíos han sufrido y sufrido. Los judíos comen Maror constantemente y es hora de salvación!”.

Este año, abriremos la puerta al profeta Eliahu y volveremos a poner una copa por aquellos que no tienen voz; muchas mesas tendrán sillas vacías, y nuestras lágrimas contenidas serán como cintas amarillas. Son muchos los que aún faltan que regresen. Son muchos los heridos y los caídos en la lucha. Las melodías de nuestros sedarim también serán canciones de recordación, de heroísmo y de esperanza.

Este año, rezaremos para unirnos como Pueblo, y así podamos hacer que se acerquen un poco más los días sin amarguras, profetizados por Yejezkel.

Que aprendamos que la mitzva de Kol Israel Arevim ze laze trae consigo las semillas de redención, y que la desunión es una tragedia dolorosa. BeEzrat HaShem, que podamos reconocer que cada uno es importante, y que hoy, todo Am Israel nos necesita, más unidos que nunca.

Que el comienzo del mes de Nisán sea entonces para nosotros un llamado a fortalecernos en estos tiempos, llenándonos de significado.

Shabat Shalom umeboraj!
Seba Cabrera Koch 

Fuentes:

  • Levy, Y. Haftarat Hajodesh. © Judaísmo Hoy.
  • Man, S. Jag haPesaj. © Baalei Tefila.
  • Morgenstern, A. Pesach at the Kotzker Rebbe’s Seder Table. The Lesson of Maror. © Exploring Kotzk.
  • Sinclair, Y. Haftará de Shabat HaJodesh. © Ohr Somayach International.
  • Yejezkhel 45:16 – 46:18. Consultado desde HaTanakh.com.

Parasha Pekudei

Éxodo 38:21-40:38

Finalizamos esta semana con el segundo libro de la Torá, con la Parashá Pekudei (Cantidades, Recuento ó Inventario).

Allí se describe todo lo que deberá usarse ya sea en sus cantidades y calidades exactas, que el Kadosh Barjú, ordena a Moshé para hacer el Mishkán. También establece quienes serán los responsables de su construcción y la confección de los trajes. Los materiales utilizados para el Tabernáculo, el número de piezas de oro, plata y cobre utilizadas; el tipo de telas para realizar los trajes, tanto de Aarón y de sus hijos. La confección de las túnicas sagradas. Las doce piedras preciosas del pectoral, que simbolizan a cada una de las tribus de Israel. Cómo debía ser tejido el manto del Efod, el tipo de lana, su color, sus trenzados, sus adornos, la túnica, el turbante, pantalones, etc. Se resalta en esta parashá, el trabajo del Tabernáculo, de la Tienda de Reunión, del Altar; cantidad de tablas, los ganchos, los pasadores y las columnas; la disposición de cada pieza, las cortina, utensilios.

Describeque una vez finalizado todo este trabajo, Moshé bendice a los hijos de Israel por haber cumplido la orden del Kadosh Barjú. Los únicos que podían entrar para oficiar eran, Aarón y sus hijos, una vez que estos sean purificados en un baño ritual y luego de ser ungidos por Moshé, estos podían entrar y oficiar.

La fecha es establecida para la eregir el Tabernáculo, es el primer día del primer mes o sea en el mes de Nisan. Y en el segundo año será en el primer mes.

Ahora podríamos hacernos las siguientes preguntas, ¿Cómo hizo el pueblo, para conseguir todo lo necesario si estaban en el medio del desierto? ¿Y por qué es tan importante saber al detalle cada uno de los elementos que se utilizaron? Sí en definitiva, sería una tienda móvil, donde se colocarían ciertos objetos para que el Kadosh Barúj tuviera una morada Divina, en la cual solo entrarían de la tribu de Leví, Aarón y sus hijos. Nadie tenía acceso a ella. Infiero que al igual que en una casa, cada objeto está ubicado según su dueño. La respuesta es sencilla, cuando en la adversidad buscamos una salida si tenemos tranquilidad, la encontramos.

Porque el Miskán es el hogar, es tú casa, en definitiva es uno mismo.

No importa la apariencia física o el ropaje que tengas, lo importante está en tú esencia. No hay que fijarse en el aspecto sino en la persona.

Muchas veces nos basamos y confiamos en la primera mirada, sin darnos cuenta que podemos equivocarnos.

De nada sirve hacer un inventario de lo que poseen otros y tratar de imitarlos. Lo importante es buscar en el interior. Mientras que confiemos y creamos que hay un ser superior a nosotros como el Kadosh Barjú todo en la vida se va a acomodar. La energía positiva que tendremos en ese momento, nos hará ver las cosas desde otra perspectiva.

Al igual que en la parashá, el Mishkán se detenía cuando la nube quedaba fija y se movía cuando está se levantaba. La vida siempre nos da segundas oportunidades, aprovechemos entonces a buscar la paz y la armonía con nuestros semejantes, no pelearnos por cosas frívolas.

Estando unidos, encontraremos la paz que nuestro Miskán interno necesita para buscar nuestro destino.

Shabat Shalom.
Susy Lapilover

Bring the home now
Am Israel Jai

Haftará Vayekhel

La haftará de esta semana nos relata acerca de la construcción del Beit Hamikdash, el primer templo de Jerusalen durante el reinado de Shlomo, y en paralelo la parashá nos cuenta acerca de la construcción del Mishkan en el desierto.

Pero que diferencias hay entre ambos santuarios? En palabras del Rabino J Zaks z”l “La belleza de la sanidad o la santidad de la belleza”, el Mishkan es móvil, pequeño, transitorio, y ahí es donde HaKadosh BarujHu no dice “Veasu li mikdash, veshajanti betojam” “Háganme un santuario, y moraré dentro de ustedes” el mensaje es ir a lo esencial; el Mishkan es un espacio de conexión profunda que nos acompaña en nuestra travesía.

En cambio el Beit Hamikdash de Shlomo es permanente, majestuoso, imponente y nos desafía a seguir encontrando allí, junto a la belleza exterior, lo sagrado y la luz que nos permita iluminarnos a nosotros mismos e iluminar a otros.

En estos tiempos tan difíciles para nuestro pueblo y para Medinat Israel sigamos fortaleciendo nuestro Mishkan interior y mostrando orgullosamente al mundo nuestro Mikdash de luz ante tanta oscuridad.

¡Shabat Shalom!
Debi Fridman

Parasha Vayekhel

En Parashat VaYakhel, encontramos un pasuk muy especial que parece un simple detalle técnico de la construcción del Mishkán, pero en realidad nos deja una enseñanza profunda:

“Él hizo la fuente de cobre y su base de cobre, con los espejos de las mujeres que se reunían a la entrada de la Tienda de Reunión.” (Shemot 38:8)

Este pasuk nos cuenta sobre la construcción del Kior, la fuente de agua utilizada por los Cohanim para purificarse antes de servir en el Mishkán.¿Por que utilizar como material para su fabricación el cobre proveniente de los espejos de las mujeres de Am Israel?Los espejos suelen estar asociados con la vanidad y el materialismo, representando el ego y la superficialidad. Entonces, ¿por qué un objeto tan ligado a la apariencia externa se convierte en un elemento central del Mishkán?

Existen varios Midrashim que nos explican el motivo. En uno de ellos se nos cuenta que cuando Moshé vio que las mujeres traían sus espejos como donación, al principio quiso rechazarlos, porque los consideraba un símbolo de deseo y belleza física. Pero el kadosh Baruj Hu le dijo que los acepte ya que estos espejos fueron utilizados con un propósito santo y sagrado.

Durante la esclavitud en Mitzraim, los hombres de Bnei Israel estaban agotados y desesperanzados. La dureza del trabajo los llevaba a perder toda motivación para formar familias. Las mujeres, usaban estos espejos para seducir a sus esposos de manera positiva, para despertar en ellos la esperanza y el deseo de continuar el pueblo de Israel. Estos espejos, que podrían haber sido símbolo de vanidad, se transformaron en herramientas de resiliencia y fe. Fueron instrumentos de amor, de continuidad y de construcción del futuro de Am Israel.

Por otro lado, el Kior, la fuente que se hizo con estos espejos, tenía un propósito muy especial: la purificación de los Cohanim antes de servir al Kadosh Baruj Hu. Cada vez que un Cohen se lavaba las manos y los pies en el Kior, se reflejaba en el cobre pulido, como en un espejo. Esto simboliza que antes de acercarse a lo sagrado, uno debe mirarse a sí mismo, reflexionar sobre quién es y qué representa. Así como las mujeres usaron los espejos para despertar la vida y la fe, el Kior servía para que los Cohanim se vieran a sí mismos y se prepararan espiritualmente para su misión.

En nuestra vida, muchas veces nos enfrentamos a la pregunta: ¿Cómo usamos nuestras herramientas? Un espejo puede ser un objeto de superficialidad o puede ser un medio para la conexión y la continuidad. Así también, nuestras posesiones, talentos y recursos pueden usarse de forma egoísta o pueden ser elevados y transformados en algo sagrado.Las mujeres en el desierto nos enseñaron que la belleza y el amor pueden ser caminos de santidad. El reflejo en el espejo no es solo físico, sino también espiritual: ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? ¿Cómo usamos nuestros dones para construir algo más grande?

Así como el Kior nos recuerda la importancia de la introspección antes de entrar en el servicio divino, también nos invita a preguntarnos cada día: ¿Qué reflejo quiero ver en mi vida? ¿Estoy usando mis herramientas para conectar con lo sagrado?

Los espejos de las mujeres de Israel nos enseñan que la belleza no es solo externa, sino que es un reflejo de la intención y la acción. El Kadosh Baruj Hu nos muestra que incluso los objetos más inesperados pueden convertirse en herramientas de santidad si se usan con la intención correcta.

Que podamos mirar nuestro propio reflejo no solo con ojos físicos, sino con una mirada profunda, viendo nuestra capacidad de elevar lo cotidiano hacia lo divino.

Yael Krochmal
¡Shabat Shalom!

Haftará Ki Tisa

La Haftará de esta semana nos relata al profeta Eliahu y su afán de que el Pueblo de Israel retorne a la fe en el Dios único y verdadero. El profeta veía un pueblo que adoraba dioses ajenos y percibía temor solo por el hecho de pensar en la posibilidad de que toda la congregación se una y participe de prácticas totalmente inmorales y vacías de espiritualidad.

Como muestra empírica de la veracidad del Dios de Israel, Eliahu reúne a cientos de profetas paganos y les propone que realicen un sacrificio animal, dejándolo listo para ser cocinado al fuego vivo, pero les ordena que ellos no lo enciendan con su propia llama, sino que si realmente su fé es la correcta, el fuego encenderá por sí solo.

“Tú invocarás entonces a tu Dios por su nombre, y yo invocaré a DIOS por su nombre; y convengamos: Dios que responda con fuego, ése es Dios. Y todo el pueblo respondió: ¡Muy bien!” ( Melajim I 18:24)

Efectivamente luego de este episodio, el fuego del profeta Eliahu fue el que se hizo visible y todas aquellas personas, comenzaron a creer en el Dios de Israel.

Para nuestra tradición, cada día es una nueva oportunidad para poder maravillarnos con el milagro de la existencia diaria, con la naturaleza, con el simple hecho de poder respirar y poder ser conscientes de la belleza de la vida. Pero, tal vez en tiempos difíciles, complejos y angustiantes, necesitamos una señal, esa demostración que nos ayude a poder re-conectarnos con nuestra espiritualidad y con nuestros valores milenarios.

Maimónides nos enseña que no debemos basarnos en milagros ya que siempre quedará la intriga de que dichos acontecimientos hayan sido inventados/exagerados por el ser humano y que carezcan de intervención divina. Cada uno de nuestros relatos nos viene a compartir una enseñanza de vida y un valor, de ese modo, podremos tomar nuestros textos como escritos vivos y con sentido en nuestros días.

Nunca sabremos si realmente este suceso o algunos textos del Tanaj ocurrieron tal cual aparece en el texto, pero lo que sí podremos encontrar es el mensaje sagrado que hay detrás de cada milagro relatado en nuestra historia, depende solo de nuestra voluntad para mantenernos en este camino de búsqueda.

Que cada uno de nosotros pueda encontrar el equilibrio entre poder valorar lo que hoy tenemos, lo que somos y lo que pudimos proyectar y entre lo que anhelamos con tanta voluntad para nuestra vida. Que mediante nuestros textos y nuestra historia, podamos encontrar sabiduría y fuerzas para poder llevar una vida plena de Torá y Mitzvot.

Shabat Shalom Umeboraj!
Sem. Martín Smith.

Parasha Ki Tisa

Moisés está en lo alto del Sinaí, hablando con Dios, tallando en piedra lo que sería algo así como la Constitución Espiritual del Pueblo de Israel. Abajo, la gente empieza a ponerse nerviosa. Moisés tardaba en bajar, y la incertidumbre pesa. ¿Se habrá ido? ¿Nos dejó tirados? Y cuando la ansiedad pega fuerte, se toman las peores decisiones.

“Che, Aarón, armate un dios de oro, así tenemos algo en qué creer.”

Y Aarón, que en teoría tenía que calmar las aguas, no solo no se opone, sino que colabora con el delirio. Derriten oro, moldean un becerro y se mandan una fiesta. Lo absurdo es que hasta le dan crédito por la liberación de Egipto: “Este es nuestro dios, el que nos sacó de la esclavitud”. Como si de golpe se hubieran olvidado de todo.

Arriba, en la montaña, Dios ve el descontrol y explota: “Se corrompieron, hicieron un ídolo, los voy a borrar del mapa.”

Y ahí aparece Moisés, con la cabeza fría y una lección sobre liderazgo. Porque liderar no es solo mandar, es saber qué decir en el momento justo. Y Moisés le responde a Dios con un argumento que mezcla lógica y emoción:
“Si los destruís ahora, los egipcios van a decir que los sacaste solo para matarlos en el desierto. Además, ¿qué pasa con la promesa que le hiciste a Abraham, Isaac y Jacob?”

Y en un giro inesperado, Dios escucha. Baja un cambio. No destruye al pueblo.

Pero cuando Moisés baja y ve el desastre… se le va toda la paciencia. Rompe las tablas contra el suelo, quema el becerro, lo tritura, lo mezcla con agua y se lo hace tomar al pueblo. Es un gesto brutal, pero dice mucho: “¿Querían un dios de oro? Bueno, ahora lo digieren.”

Después viene la parte difícil. Reconstruir. Restaurar la confianza. Dios ya le avisó a Moisés que no va a acompañarlos en el viaje porque “son un pueblo de dura cerviz”, o sea, tercos como una mula. Pero Moisés no se rinde. Se planta en la Tienda del Encuentro, insiste, negocia, lidera el caos hasta que logra un nuevo pacto. Vuelve a subir, esta vez tallando él mismo las tablas, y cuando baja, su rostro brilla. No porque ahora sea un superhéroe, sino porque la experiencia lo transformó.

Y ahí está la clave.

Liderar no es solo mandar, es sostenerse en el desorden, no perderse en la ansiedad del momento. El pueblo, como nosotros, quería certezas. Moisés entendió que el camino es más largo, que la paciencia y la claridad pesan más que el impulso del miedo.

¿Cuántas veces en la vida nos pasa lo mismo?
Nos cuesta la espera, necesitamos seguridad YA y, en ese apuro, terminamos haciendo cualquier cosa, adorando cualquier becerro que nos saque del desconcierto.

¿Y cuántas veces nos pasa como a Moisés?
Nos contenemos, negociamos, buscamos calma… hasta que en el momento menos pensado, perdemos la paciencia y rompemos todo.

Pero el mensaje más fuerte de esta parashá es el final. Moisés baja distinto. Porque liderar, ya sea un equipo, una familia o simplemente nuestra propia vida, es aprender a sostener la incertidumbre, a no actuar por miedo y a no abandonar cuando todo parece perdido. Es aceptar que los cambios llevan tiempo, pero cuando llegan, te transforman.

La pregunta no es solo qué hacemos cuando nos agarra la ansiedad, sino cómo elegimos salir de ella. ¿Construimos con paciencia o corremos a fabricar el próximo becerro de oro?

Wally Liebhaber

Haftará Tetzavé

HAFTARA TetZAVé  תצוה
EzeQuieEl (IejeZQuel) 43: 10-27
Shabat ZAJOR

Dedico este momento de Torah con todo mi corazón y admiración a Mi Amado Pueblo Judío… que en su maravillosa y rica heterogeneidad no deja de dar muestras de fortaleza y valentía, de convicción y determinación …. AM ISRAEL JAI.

Conocer la haftarah nos va a ayudar entender el porqué de la lectura de esta Haftarot.
Parasha TetZAVé : Y ORDENARáS.
“… y Tú ordenarás (mandarás) a los Hijos de Israel que …” (shemot 27:20)
“ORDENARAS” … Puede ser de ORDEN (imperativamente hablando), o de orden (de distribución, es disposición que armoniza)… puede ser de indicación (mandato), pero podría también ser de organización y de estructuración.
Podría ser… porque después de todo TZAV, está mostrando un sistema, un método…

El Profeta Ezequiel (protagonista de nuestra Haftarah), luego de haber anunciado la destrucción de Ierushalaim, aparece enunciando situaciones constructivas: Israel será restaurado. Y el Profeta expone la naturaleza de esta renovación.
La haftara de Tetzaveh describe el Templo que se construirá en el futuro. Hay un plan, indicaciones, detalles y definiciones para La ley de la Casa.. Las medidas del altar, les será dado a conocer la forma (que será cuadrado), diseño, salidas, entradas,  ordenanzas y leyes de la Casa para que los pongan en práctica. Incluso indica que las gradas mirarán al oriente.

Cuando leemos en detalle los versículos de la haftara, encontramos que la mayor parte de la descripción versa sobre el Altar más que sobre el Templo. Se ocupa minuciosamente y extensamente del MiZBeaj.
El Altar como un lugar para acercarse a “Hashem”, y que a lo largo de la Torá, hasta la construcción del Mishkán, lo encontramos para ofrecer sacrificios o para gritar en el nombre de D’s. Noaj trae un sacrificio cuando sale del arca, Abraham construye altares y los llama en el nombre de Dios, Moshe marca la victoria sobre Amalek construyendo un altar…
El Altar un espacio de encuentro, de acercamiento. 
Es la concentración de un nomento. El punto cero. De Reflexión & Balance.

Pero, de una cuidadosa lectura de los libros SHMUEL II y otros, se permite pensar que Hashem no requiere de Templos y que la construcción de un Templo fijo para el culto sacerdotal, se debió más bien al hecho de que David Ha Melej así lo quiso (cfr. 2 de Samuel 7, 1-17).
Siguiéndo por este camino podémos pensar… de qué ALTAR esta hablando? ¿a que se refiere? ¿será que habla de un espacio fisico? ¿será que se refiere a otro tipo de espacio?
Éxodo 25:8… 8  …“Entonces harán un santuario para mí, y yo habitaré entre ellos…”

Altar, מִזְבֵּחַ, Mizbeaj… siempre es parte del MIkdash

¿UN Altar podría ser algo diferente a un espacio tangible?
¿Un Altar podría ser un momento o una situación?
¿Será que habla de una circunstancia de coincidencia?
¿UN Altar podría no ser un espacio singular?
¿Podria ser un pensamiento o un vinculo?
Podría ser algo dedicado y consagrado.

Altar es espacio de conocer-nos.
Es entrar en el universo de nuestra propia conciencia, Es entrar y reconocer las capacidades que la definen. Es precisar esas facultades particulares que tenemos y encausarlas.

Altar es CADA VEZ, cada momento en el que asumimos la responsabilidad para transformarnos, para desarrollarnos y crecer.
El Altar es ese espacio donde me encontraré con esa claridad en la que reconozco que somos #UnoEnREd, que somos espejo, que somos sombra, imagen, y semejanza.

Y para entrar a ese Altar, debemos atravesar esa cortina de la que habla la Parashá, esa cortina turquesa gruesa y pesada.
Todo dependerá de lo que percibamos, dependerá del punto de vista. Dependerá de ver la cortina como un obstáculo, pesado y opaco o de atrevernos a correrla. Cuando parado frente  ese cortinado no vemos un impedimento sino una oportunidad para tomar un respiro y cruzar, saltar, trepar, o conquistar.
Ese día estaremos listos.

Cuando estemos listos para entender que agacharse no es caída. Sabremos que es el impulso que te eleva.
Sabremos que es realmente una oportunidad.
Cuando nos corremos del centro, cuando vemos el tejido de la red … en ese momento, El Altar se Activa.

Esta  es La esencia de la energía que se revela esta semana, es Moshé diciendo “sácame de tu libro”, que la historia se cuente pero yo no quiero aparecer. Es la decisión de removerse así mismo, para fundirse en el ORDEN de la organización. Es actuar a discreción. Es confirmar y sostener el concepto que “ somos nosotros lo importante de lo sucedido, si con eso se articulo el engranaje”.
Porque cuando comprendo que lo que hay detrás de la cortina también soy yo, los velos caen.
Siempre estoy allí, adelante o detrás… solo cambia donde tengo la mirada.

Hashem no necesita Templo, ni Altar…
La ORDEN es que te ORDENES.
Que busques y encuentres el METODO.
Todo está disponible, y en abundancia.
Aprende a usar la secuencia, conocer el SISTEMA.
Altar es una construcción.
Altar es ese momento en el que te das cuenta que el mal del otro no es allá, sino acá.

Gracias por acompañarme en este espacio.
SHABAT SHALOM UMEBORAJ
AM ISRAEL JAI
Silvia Dvoskin

Parasha Tetzavé

“Héroes anónimos”. por Seba Cabrera Koch.
Comentario a Parashá Tetzavé – Éxodo 27:20-30:10

Ana Laura Merello nunca fue a la escuela. Fue analfabeta hasta pasados los 15 años, pero llegó a ser una persona culta que respetaba la capacidad, el talento y el esfuerzo. A fuerza de voluntad, fue autodidacta y llegó a tener una importante biblioteca: compraba libros y los leía con gran avidez, como queriendo recuperar el tiempo donde todo era carencia.

En 1972, Tita Merello, ya siendo una figura reconocida, publicaría un libro de memorias y reflexiones sobre su vida. Cuenta que creció sin padre, que no tuvo amigas en la infancia. Hablaría de las “mujeres de la noche” que la ayudaron a sobrevivir, del hambre infinito, y de la pobreza interminable.

Sus memorias dejan una anécdota de esos años, que recordaria muy bien a lo largo de su vida: “salía del conventillo y con quince años recién estrenados iba a “laburar al cabarute” de la calle Esmeralda; caminaba por Corrientes con pasos largos, de piernas flacas, y un día, mientras doblaba por Lavalle, un señor alto, de barba larga y vestido con sobretodo oscuro, cuando me vio dijo: “Flaquita, qué cara de hambre tenés”.

Con su sinceridad de siempre, años más tarde admitiría: “Por un mendrugo de pan hubiera dado cualquier cosa. Sólo los que padecieron hambre podrán comprenderme”.

El señor la llevó a un restaurant cercano, y de inmediato el mozo le acercó una panera y un plato de sopa, tal como se estilaba en aquella época. Ella esperaba que el caballero que la había invitado se sentase, pero el mozo le contó que ya había pagado la cuenta y que ella podía comer a su antojo todo lo que quisiera.

Tita nunca olvidó la generosidad de ese desconocido que le había sacado el hambre a cambio de nada. Nunca supo su nombre y ni volvió a verlo. “Jamás me olvidaré de ese hombre, de su compasión. Me alivió el hambre. Era judío, por eso siento respeto por los judíos. Cuando fue el atentado a la AMIA, en 1994, fui al lugar donde se produjo el horror. Tomé una piedra y la guardé. Era un símbolo, el testimonio a ese judío que me dio pan”.

Eduardo Dosisto, su entrañable amigo y fiel colaborador, dijo que “tal vez a raíz de esa historia, Tita admiraba tanto a los judíos y por eso colaboró mucho cuando fue el atentado de la AMIA”.

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Tetzavé, la porción de la Torá de esta semana, tiene una particularidad: es la única sección desde el inicio del libro de Shemot (Éxodo) y hasta el final del libro de Devarim (Deuteronomio) en la cual Moshé no es mencionado. No aparece su nombre. Cede el protagonismo, ayuda a que los demás se ganen su lugar, construye… anónimamente.

Por eso, la lectura que nos convoca esta semana nos desafía a distinguir una nueva realidad con los ojos del corazón: cuando ayudamos a otros, cuando demostramos que nos importa, encendemos alli una luz desde donde brilla con fuerza la dignidad y la esperanza.

La historia de Tita Merello sea quizás solo una historia mínima, donde un hombre anónimo y un pequeño acto de bondad, pudieron cambiar el mundo de alguien para mejor.

Se cuenta que el Rab. Menajem Mendel Morgensztern de Kotzk y sus seguidores erraban de ciudad en ciudad sin encontrar un lugar que considerasen adecuado para establecerse. Pero en Kotzk fueron recibidos con piedrazos. “Este es un excelente augurio” dijo el Rebe, “acá, al menos, la gente no es indiferente”.

Historias como estas laten en cada barrio, en cada pueblo y cada ciudad, con almas anónimas y desinteresadas que siembran, que hacen la diferencia y dejan huella con una emoción positiva y una sonrisa.

No son necesariamente tzadikim. Son personas comunes como Ud. y yo, desconocidos. Son los héroes que cada día en silencio luchan contra la indiferencia.

A ellos, que aún en estos momentos tan desafiantes, con sus acciones sostienen el mundo.

Shabat Shalom umeboraj!
Seba Cabrera Koch

Fuentes:

  • Cabrera Koch, S. Tetzavé y los 36 tzadikim ocultos que sostienen el mundo. (2023). RadioJai.
  • Liska, M. Se dice de “ella”. Sentidos de género en los discursos biográficos sobre Tita Merello. (2021). Revista Argentina de Musicología. Vol. 22 Núm. 1.
  • López Rosetti, D.  “Eduardo Dosisto: Memorias de un boticario”. (2022). Historia Clínica II. Planeta.  Pág. 253.
  • Toker, E. Iluminaciones del Rabi de Kotzk. Fundacion Internacional Raoul Wallenberg. Edicion digital.