Parashat Bereshit

Y todo vuelve a comenzar….

Quiero compartir con ustedes la emoción que me producen los nuevos comienzos. Por lo general nada cambia mucho desde el día que algo termina, al otro que comienza, pero suele surgir una esperanza, un reordenamiento interno y entonces un nuevo impulso nos conduce aun cuando nuestras fuerzas estén disminuidas.

La potencia de los inicios. Bereshit nos trae cada vez esa posibilidad. Me parece alucinante esta rueda interminable del ciclo vida-muerte-vida que es la Tora.

Al igual que en la vida de cada uno de nosotros, en Bereshit nace el mundo. Lo que sigue después del nacimiento es vivir, con todo lo que esto implica, un largo recorrido donde pasa de todo.  El relato de la Tora así lo demuestra, cada uno de los que leen estas líneas, solo por vivir, sabe que así es.  Y después de tanto caminar, aprender, caerse y levantarse llega el final, la muerte de Moshe en nuestro libro, pero que inmediatamente trae una nueva esperanza y un nuevo comienzo.

Estamos llamados a siempre volver a comenzar. Tal vez por esto esta Parasha tenga tanta información, me atrevo a decir que es una de las parashiot con más exegesis e interpretaciones, esel deleite de los cabalistas, donde aparecen los mitos fundantes de nuestra cultura. Cada palabra, cada letra es una fuente de conocimiento que nos invita a profundizar.

Siempre me resultó paradójico que tanto conocimiento se despliegue justo en esta parte donde se prohíbe comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Como también me resulta llamativo que si Dios no quería que sus criaturas coman de ese árbol lo haya plantado en el centro del Gan Edén. A todos los que somos padres nos tocó sacar del alcance de los niños aquello que nos parecía peligroso, que ponía en riesgo sus vidas…

Como sabrán, no soy la única que se hizo estas preguntas, hay mucho escrito en relación con esto.

Maimónides decía “solo se puede amar a Dios en la medida que se lo conoce”. Cómo entonces se nos ocurre pensar que el conocimiento estaría vedado.

Ese árbol estaba allí, para ser explorado, el bien y el mal ya estaban instalados en la creación, por eso Bereshit comienza con Bet, el número dos. La dualidad es intrínseca a la creación. El conocimiento sería de ellos. Solo que Adam y Java, cuenta uno de los tantos midrashim, se apuraron, aun no estaban preparados. La transgresión no fue comer, sino que haberlo hecho antes de estar listos, antes de ser merecedores de ese conocimiento. En el Gan Edén, Adam y Java eran seres de luz, todo estaba revelado, nada tenían que hacer por sus medios.

Esa inmadurez los llevo a perder el paraíso, ¿o a ganarlo?  En un lugar donde nada sucedía, apareció el Ietzer a Ra, en instinto del mal (la serpiente, como un representante de ese árbol) y los puso a prueba. ¿Están listos para el conocimiento? No lo estaban, pero era muy tentador.

Esa transgresión, les costó la expulsión, el exilio. Y es precisamente en el exilio donde comienza la acción. Salieron de su “zona de confort” como decimos en la actualidad, y comenzó su búsqueda, ésa que no es regalada, ésa que hay que ganarse. Fuera del Gan Edén, o dentro de él, según como entendamos la vida, había que trabajar y doler para volver a ser merecedores de la luz. Esa luz que nunca los abandonó.

Ahora esa luz, Or en hebreo, se había ocultado debajo de su piel Hor, dos palabras que suenan igual, solo cambia una letra. Habían crecido de golpe, y comprendieron que en este paraíso las reglas eran distintas, que dependía de ellos revelar esa luz divina que habitaba en su interior.

Si continuamos leyendo en el relato, vemos lo difícil que se les hizo vivir, peleas, muertes, reconciliaciones, abundancia, escasez, esclavitud, liberación, conflictos, conquista…

Todo este recorrido trabajoso, doloroso, fascinante, sostiene la promesa intacta de llegar a ser consagrados, de ser a imagen y semejanza del Creador.

De nosotros depende ser merecedores del Gan Edén, con nuestras acciones cotidianas nos  involucramos en su construcción. La Tora, nos da todas las herramientas para trabajar nuestra tierra y transitar los dolores que se nos presenten para así revelar esa luz excelsa que habita en nuestro interior, comprendiendo que el árbol del conocimiento del bien y el mal es solo el camino para llegar al ETZ A JAIM, el árbol de la Vida.

Que este Shabat de inicios, nos estimule a ser responsables de traer más luz a nuestras vidas y al mundo.

¡Shabat Shalom!
Grace Cobe

Haftarat Jol Hamoed Sucot 3

La porción de haftará de Jol Hamoed Sucot le corresponde al profeta Ezequiel. Como a casi todos los profetas les gusta hablar encriptado, porque dicen frases que después debemos armar un mindmaping para poder entenderlas.

Ezequiel dijo: “Y será en ese día, en el día que venga Gog sobre la tierra de Israel – palabra de D’os – Mi furor se encenderá” (38:18).

Nuestro querido Iejezkel visualiza la última pelea de los pueblos del mundo en contra de Israel (estilo Rocky vs Iván Drago). Israel se encuentra con un pueblo llamado “Magog”, liderado por el rey “Gog” (sentido del primer pasaje mencionado). La palabra “Gog” proviene de la palabra “gag” que significa: “techo”.

Que interesante que el texto haga mención a un pueblo que viene del origen de la palabra “techo”, cuando nosotros y nosotras estamos en una festividad donde nos invitan a habitar en la fragilidad, con paredes sencillas y con un techo que está cubierto con ramas, un techo que cubre pero no tapa completamente porque la idea de la sucá es que se pueda ver el cielo.

Los techos además de ser un límite es, también, una separación. Demarcá un espacio separándose de otro. Y nuestra tradición por lo general lo que nos invita, creo, a pensar es nunca separarnos del cielo. Y cuando hablo del cielo no hablo solamente de D´s, sino, de toda aquella esencia divina que vive en cada uno y en cada una. Podemos marcar nuestros espacios, nuestros límites, nuestras prioridades, nuestros vínculos pero que nunca techemos completamente de tal forma que no podamos mirar para arriba y conectar con nuestro propio cielo.

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Parashat Jol Hamoed Sucot 3

Sucot, tiempo de alegría

La alegría, es sin duda el componente esencial y básico de la festividad.

Determinar y fijar un tiempo especial y consagrarlo al regocijo, sorprende, parece extraño y hasta anti- natural.

¿Puede una persona ordenar a su corazón y estar alegre en un momento predeterminado?

Esta pregunta la podríamos aplicar a otras instancias y no solo a Jag haSucot.

Así como hay tiempo destinado a la alegría, hay días asignados para la reflexión, la tristeza y el duelo.

Evidentemente existe en nuestra tradición el concepto de vivencias vinculadas a determinados momentos y que juntas conforman “el tiempo judío”.

La vida religiosa y una vida basada en el cumplimiento de los preceptos, nos proponen la existencia de un origen más allá de nuestro entendimiento.

La oferta de la halajá, es la construcción de una estructura de vida que nos prepare para determinadas acciones, que nos llevan a la realización de los preceptos en determinado tiempo y espacio.

Rituales, palabras y fórmulas nos ayudan siempre a prepararnos espiritualmente para ciertas acciones y experiencias.

Algunos creen solo en el amor a primera vista o la inspiración repentina, pero la idea de nuestro sistema legal y moral es otra: la creatividad seria e importante son fruto de la planificación y preparación.

Es el trabajo arduo y el entrenamiento los que nos permite crecer y desarrollarnos.

Dicen que de ahí la conexión entre fe y entrenamiento que en ivrit comparten la raíz (אמונה emuná-   אימון imun).

La idea es  estimular el entrenamiento espiritual, para desarrollar la creencia y vivenciar la tradición.

La sugerencia no es la negación o el rechazo a la espontaneo sino, no basarnos únicamente en ello.

Entonces  Sucot es eso, el tiempo para el regocijo. Justamente la celebración de nuestro tiempo que no conmemora ningún acontecimiento histórico determinado. Es el tiempo dedicado y consagrado a la alegría.

Una de las explicaciones más sencillas del porque nos sentamos y habitamos en la sucá es el sentimiento doble, de desarraigo y expulsión y el de recuerdo.

El primero saliendo de nuestro hogar a una estructura temporaria y el segundo conmemorando la salida de Egipto.

Es decir viviendo lo temporal y reviviendo el momento inicial de nuestro pueblo de inestabilidad y carencia, cuando solo la fe y la esperanza en el futuro era lo que nos sostenía y no lo concreto del aquí y ahora.

Dicen que quien puede vivir en el desierto como nuestros antepasados y sentir el exilio, puede mirar la vida de otro modo y notar la verdadera alegría.

El regocijo expresa la alegría del alma y no es precisamente diversión.

La simjá no nos es dada, ni viene del cielo, se logra y alcanza disfrutando de aquello que existe y es permanente  poniéndolo en contraste con lo efímero y fugaz.

Al coincidir Sucot con la época de la cosecha (asif) nos puede llevar a pensar y vanagloriarnos diciendo: “Que bueno y exitoso que soy”.

Pero este tiempo de júbilo nos ayuda a poner las cosas en perspectiva. Al sentarnos en la sucá podemos apreciar las bondades más simples y básicas de la vida. Y alegrarnos por los que tenemos y disfrutamos, en lugar de seguir reclamando y exigiendo aquello que suponemos nos corresponde.

Sucot es regresar al punto de partida, al comienzo nuevamente para que la alegría sea posible. Dejar nuestro orgullo y practicar la humildad, y no seguir sosteniendo que Dios, la sociedad y la vida nos deben algo, nos enseña a valorar la bendición de la vida y lo que existe.

La Simjá propuesta no es una simple carcajada o una leve sonrisa, es algo menos superficial, que admite inclusive la existencia de la tristeza.

Posiblemente no sea esta una alegría que estalle ni exagerada, pero será una propuesta más auténtica que crecerá día a día durante los próximos días de Sucot.

Shabat Shalom y Jag haSucot Sameaj!

Rabina Judy Nowominski

Reviví las ceremonias de Iamim Noraim

Después de un día de plena búsqueda, introspección y reencuentro con uno y con el otro, cerramos estos Iamim Noraim, tan vibrantes y emocionantes. Miles de almas de todas partes del mundo nos transformamos en MINIAN, mirando juntos hacia Ierushalaim, con un mismo corazón palpitando cada una de nuestras Tefilot.

Desde nuestra querida Comunidad Amijai deseamos que todos seamos inscriptos y rubricados en libro de la buena vida, la salud y la paz. Que este 5782 nos siga encontrando juntos, continuando el camino para seguir construyendo la comunidad y la sociedad que soñamos.

Reviví cada una de las ceremonias en los siguientes enlaces:

Rosh Hashaná
Primera noche

Rosh Hashaná
Primera mañana

Rosh Hashaná
Segunda noche

Rosh Hashaná
Segunda mañana

Iom Kipur
Kol Nidrei

Iom Kipur
Shajarit

Iom Kipur
Avinu Malkenu – Julia Zenko

Iom Kipur
Minja y Neila

Haftarat Haazinu

Shmuel 22:1-55

Estamos en este Shabat justo antes de Sucot y vamos a leer la última Haftará del ciclo.

La lectura de la Torá consiste principalmente en el poema de despedida que Moisés recita Al pueblo de Israel en la frontera de la Tierra Prometida justo antes de su muerte, mientras que la lectura de nuestra Haftará es el canto de alabanza de David a D¨s por librarlo del rey Saúl.

Ambos usan imágenes de Dios como una Roca, que simbolizan veracidad y seguridad inquebrantables. Cuando la relación es verdadera y profunda con el altísimo su protección tiene la firmeza de una roca.

En la Torá leemos: “¡La Roca! Sus obras son perfectas, todos sus caminos son justos; un D´s fiel, nunca falso (Deuteronomio 32: 4). David declara: “¡Oh Señor, mi peñasco, mi fortaleza, mi libertador! Oh Dios, la roca en la que me refugio” (versículos 2-3). Aquí nos muestra claramente esa relación inquebrantable a la que hacía referencia antes.

En ambos casos, la imagen de D´s finalmente es fuerte y confiable. Este lenguaje fue posteriormente adoptado en la Declaración de Independencia de Israel que concluye (en hebreo) “Poniendo nuestra confianza en la Roca de Israel *, Colocamos nuestras firmas en esta proclamación … ”Esto enfatiza la continuidad del pueblo judío en la Tierra de Israel, no solo desde la Torá y los Profetas, sino incluso hasta la actualidad.

En torno al estudio de la Torá sucede lo mismo, a todos los que sentimos ese amor por el estudio de la Torá nos sucede comúnmente que siempre tenemos ganas de más. A propósito tuve mucha cautela en las expresiones y nunca puse , que terminábamos de leer la Torá, por que la Torah es ciertamente infinita y nunca se termina, sino que son ciclos que se van renovando. De hecho en Simjat Torá la ceremonia se trata justamente de eso, en un mismo acto terminamos y empezamos sin ninguna interrupción.

Es por eso mis queridos amigos que en este Shabat de Haazinu les deseo que todo lo que decidan encarar o proyectar lo hagan con esa convicción tan firme como la roca y seguramente Hakadosh Baruju nos va a estar acompañando durante todo el desarrollo de la acción.

Shabat Shalom Humeboraj
Ari A. Alster

Parashat Haazinu

Moshé se despide y en su final nos deja su legado en forma de poesía, con palabras bellezas y eternas en sabiduría. Aparenta ser un hombre preparado para su partida con un dejo de serenidad.

Haazinu es un canto al futuro, convocando como testigos el cielo y la tierra. Elementos eternos que siempre perdurarán más allá de la generación que los habite. Es una hermosa manera de dejarnos enseñanzas atemporales, aplicables al ayer al hoy y al mañana. Así, educa a una nueva generación con coraje y sin miedo; con confianza y seguridad en el cruce del Jordán hacia la tierra prometida; cruce de mares que hacemos cada día en la lucha cotidiana de nuestros días.

Acude a la imagen de la pregunta a los mayores en años, experiencia y sabiduría; ellos podrán contarte de sus pesares y alcances; utilizando ese aprendizaje podrás evitar errores y construir un futuro. O harás tu experiencia sumando anécdotas al legado que transmitirás.

Hace pocas horas hemos atravesado Iom Kipur, hemos trabajado con alma y espíritu para transformar nuestras vidas y hacerlas más significativas. Si hicimos un trabajo intenso y profundo sentiremos la paz de los cierres y la energía de los comienzos.

Los cielos y la tierra aún nos dan unos días más para escuchar el canto y aprehenderlo; recordar sus palabras y practicarlas. Incluirnos en la historia de nuestro pueblo escribiendo palabras personales y generacionales que sirvan de guía para quienes nos trascienden. Porque mientras no olvidemos de dónde venimos tendremos un mapa de ruta para la conquista de hacia dónde nos dirigimos.

Moshé se despide y en su final canta. Quizás sea momento de recuperar la voz de la esperanza y la alegría, de la aceptación y la liberación; del perdón y las disculpas; para nosotros también cantar cada día de nuestras vidas.

¡Shabat Shalom umevoraj!
Rab. Sarina Vitas

Parashat Vaielej

“Y llamó Moshé a Ieoshúa y le dijo a los ojos de todo Israel, se fuerte y valiente” (Devarim 31, 7).

Moshe se enfrenta al final de sus días y tiene el extraño y dudoso “privilegio” de saber que va a morir y a pesar de eso busca la manera de que su legado pueda continuar en manos de Ioshua su sucesor.

Entonces le dice estas palabras frente a todo el pueblo:

“Jazak Veematz”, sé fuerte y valiente.

Es ése el momento donde Moshe entrega las riendas de su pueblo a este joven adulto, que desde ahora se convertirá en un nuevo líder para toda esta sociedad que debía ingresar a conquistar la tierra prometida

Vaielej nos habla acerca de nuestra propia capacidad de ver el camino de la vida como una oportunidad todo el tiempo. La parasha nos habla del “Lej”, andá, así como lo hicieron Abraham o Moshé, anímate a ir, a caminar hacia la búsqueda constante de sentido.

Moshe con su propia fortaleza y valentía caminó hacia cada tribu para informarles que estaba a punto de morir y que no debían temer. Sin saberlo los había fortalecido a ellos con las palabras que le regaló a Ioshua.

Durante nueve años viví en la ciudad de Bahía Blanca, allí participé en los grupos jóvenes de Hejalutz Lamerajav (un movimiento juvenil qué se caracteriza por su educación Sionista).

Al comienzo de las actividades nos colocábamos en ronda, y nos contábamos uno por uno para saber cuántos éramos en total aquel sábado entre todos los grupos. Una vez qué finalizaba esta cuenta y antes de irnos a las actividades quién lideraba esta ronda nos decía tres veces:“javerim jazak” “amigos con fuerza” y nosotros respondíamos: “Jazak Veematz”.

Cada vez lo decíamos con más intensidad y les puedo decir que me iba de ese encuentro con más fuerza de la qué tenía antes de haber llegado, como si nuestras voces al unísono pudieran con esta frase generar en mi mente la seguridad de que podría lograrlo todo, haciendo desaparecer las inseguridades y los miedos.

Deseo en este año que comienza que podamos llenarnos de coraje, sentirnos valientes, juntos y convencidos de quienes somos. De esa manera poder ir hacia donde estemos necesitando llegar, lograr cada objetivo que nos podamos proponer, para seguir creciendo y llenándonos de fuerza en cada paso que nos animemos a dar.

Shabat shalom
Jatima Tova
Sem Mati Bomse

Haftarat Vaielej

HOSHA 14: 2-10 IOEL 2: 11-27 Y MIJA 7:18-20

Shabat Shuvá (Shabat del retorno)

Por lo general, a cada Shabat lo acompañamos con el nombre de la Parashá que le corresponde. Este es otro caso, lo denominamos Shabat Shuvá, relacionado directamente con la Haftará que leemos hoy.

Esta Haftará está compuesta por textos de tres profetas, Oshea, Ioel y Mija. Comienza con un fragmento de Oshea que dice: “Shuvá Israel” (retorna Israel), de aquí es de donde tomamos el nombre de nuestro Shabat Shuvá, que es siempre el Shabat que está entre Rosh Hashaná y Iom Kipur.

La Mitzva es retornar. Retornar a las mitzvot, retornar a camino de Di-s, retornar y volver a hacer las cosas bien. Pero para para cumplir esta mitzva y poder retornar es necesario haberse perdido.

En la Parashá pasada (Nitzvavim), Moshe nos dice que vamos a tener por delante bendiciones y maldiciones y nos pide: “Elegirás la Vida Para Vivirla”. (U Bajarta Bajaim). En esta Parashá nos pide que escribamos una tora, que escribamos esta canción (refiriéndose a la Tora), que le pongamos nuestra música. Tenemos que escribir Nuestra Tora, nuestra historia con Tora.

A mis hijos siempre les digo que le dimos “Raíces y alas”. Raíces para saber de donde vienen y alas para que vuelen a donde quieran. Raíces para saber donde volver y alas para animarse a probar. Raíces para saber cual es la letra y Alas para que le pongan su música y escriban su historia en la historia.

Animarse, probar, seguir lo que queremos, pero siempre con una brújula para saber adónde volver. Un GPS con el botón de “Recalculando” para saber cuando estamos perdidos y tenemos que cambiar.

Pero solo hace falta un GPS si vas a hacer un viaje.
Viene un nuevo año, en el que tenemos que viajar, probar cosas nuevas, estudiar algo nuevo, aprender y vivir para darle sentido a nuestra vida. Eso es escribir una Tora. Es ponerle nuestra música a la Tora.

Shana Tova!
Fabian David Holcman

Haftarat Nitzavim

Estamos en la ultima Haftara del año, tiempo de respirar profundo para arrancar el año con un nuevo halito.

En este año que se fue compartimos diversas momentos, tanto de esperanza como de desesperanza, alegrías y tristezas y encuentros inspiradores y otros no tanto. Pero si hay algo que agradecer es que lo pudimos compartir en Comunidad.

“Pues así como la tierra saca su brote y como la huerta que sus simientes hace germinar, así Adonai Elohim hará brotar la justicia y la gloria ante todas las naciones” (Ieshahiahu 61:11).

Esta ultima Hartará menciona lo anterior, y estoy seguro que nos quiere decir y pedir que seamos pacientes, perseverantes, y luchadores en pos de la justicia, porque tarde o temprano brotara y podremos vivir en la paz que merecemos.

Amijai, les deseo de todo corazón un año lleno de amor rodeados por los suyos, de miradas que nos hagan vibrar al sentirnos cerca y un año de plena justicia donde podamos sentirnos seguros y tranquilos de que la justicia existe y funciona.

Todas mis brajot en este nuevo año.
Shana Tová.
Brian Bruh

Parashat Nitzavim

Devarim 29:9-30:20

Parashat Nitzavim comienza el último día de la vida de Moshe. El texto enfatiza el significado de esto con su repetición de la palabra hayom – hoy – cinco veces en los primeros seis versículos de la porción. Según Rashi, Moshe sabía qué en ese día iba a morir. Sabe que esta es su última oportunidad de dirigirse al pueblo.

Existe un principio en la ley judía según el cual, antes de la muerte, se asume que una persona habla con sinceridad absoluta. Divrei sh’chiv mera: las palabras de una persona en su lecho de muerte son tan vinculantes legalmente como un contrato escrito, según nos dice el Talmud. La ley secular tiene un concepto similar, llamado declaración moribunda. Entendemos implícitamente que cuando alguien está cerca de la muerte, está hablando con profunda sinceridad. Independientemente de si esos momentos son difíciles o serenos, esto tiene un gran peso. Escuchamos atentamente; Las últimas palabras de una persona tienen un significado profundo.

En el último día de su vida, Moisés pronuncia palabras que no son nuevas, pero que sirven para reenfocar a la nación en su relación con Di-s. El Ramban (Najmanides) describe los eventos de Nitzavim como una repetición del pacto del Sinaí. A nivel práctico, esto tiene sentido. Moshe le está hablando a una nueva generación que no estuvo presente en el monte Sinaí o estuvieron allí cuando eran niño aún. Es “LA” oportunidad para que él reitere el compromiso nacional, para la nueva generación que está por ingresar a la tierra de Israel.

Pero repetir el pacto y los rituales del Sinaí también adquiere un significado adicional porque este fue el último día de Moshe en la tierra. Incluso si el pueblo ha escuchado estas lecciones repetidamente a lo largo de los años, a pesar de que Moshe ha enseñado una y otra vez sobre la promesa de Di-s a nuestros patriarcas y sobre la importancia de seguir los caminos de Di-s, el pueblo escuchará en este día Hayom como nunca antes. Hayom, en su último día trascendental, Moshe supo que esta era su oportunidad de causar un impacto mayor del que podría haber tenido en cualquier otro día de su vida.

No es casual que leamos esta parashá justo antes de Rosh Hashana, justo en el momento que renovamos nuestro pacto y reconocemos la supremacía divina.

Tal como nos dice el comienzo de nuestra lectura “Ustedes están de pie hoy, delante de Hashem”… (Devarim 29:9) del mismo modo que debemos estar delante del tribunal celestial el día del juicio. Listo para asumir con toda responsabilidad por lo que hemos actuado y con la mejor actitud para lo que vendrá.

Es por eso mis queridos amigos, que los invito a reflexionar en este el último Shabat del año, para que podamos pensar, de que manera estamos dispuestos a encarar el año que esta a punto de comenzar. Vamos a permitir que los días nos sigan pasando o vamos a encararlos de modo que podamos afrontar cada momento con la intensidad de Hayom– hoy como si fuera el último.

Les deseo que el profundo sonido del shofar los despierte y los empodere para arrancar el 5782 con la energía necesaria para vivir cada momento con toda la intensidad, que nos permita sortear las dificultades (que siempre van a surgir) y disfrutar a pleno los gratos momentos que siempre deseamos y queremos transitar.

Jtiva ve jatima tova, shana tova humetuka.
Shabat Shalom
Ari A. Alster