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Haftarat Koraj

Shmuel I 11:14-12:22

En primer lugar, quisiera dedicar estas palabras de Torá para Refuah Shleima de los damnificados en el incendio de la calle Ecuador y a la bendita memoria de los miembros de la familia Jabaz fallecidos en el mismo accidente Zijrono Libraja.

Nuestra Hartará de esta semana comienza con el profeta Shmuel ungiendo a Shaul como el primer rey para el pueblo de Israel. Shmuel que ya está anciano y con menos energía; le manifiesta al pueblo su descontento con el pedido, que ellos le había hecho acerca de tener un Rey, como el resto de los pueblos que tenían como vecinos. Pero nuestro profeta consideraba que el único Rey para el pueblo debía ser D´s.

Shmuel recuerda que Moshé luego de la rebelión de Koraj mostró al pueblo la necesidad de tener una autoridad para gobernar y liderar a la gente. Este debía ser capaz de conducir a a Bnei Israel como una gran nación. Pero esa autoridad suprema debía ser la misma Torá, que es la palabra divina. Y de ser así no tendrían la necesidad de un Rey o monarca absoluto. Más bien sería suficiente con la figura de un profeta, que a su vez estaría asistido por un sistema judicial encabezado por el Sanedrin.

Aparentemente esto fue un pensamiento solo después de haber tenido que lidiar con Koraj y sus seguidores. Si avanzamos en el tiempo y llegamos al libro de Dvarim libro que se le adjudica a Moshé como autor y ya habiendo deambulado el desierto por 40 años, nos vamos a encontrar que en la parashá de Shoftim nos describe todas las características que debía poseer dicho Rey de carne y hueso.

Leemos en el capitulo 17 donde Moshé en nombre de D´s le dice al pueblo: “designaras un rey sobre ti, que elegirá Hashem tu d´s” (17:15). Y después de establecer varias condiciones necesarias para ocupar el puesto, aclara “escribirá para si dos copias de esta Torá en un libro ante los Cohanim y los levitas”(17:18). Según Rashi estos sagrados pergaminos deben recordarle en todo momento que por augusta que sea su posición el no es más que un siervo de la Torá.

Si pensamos un poco, en el ciclo de vida de una persona, pasa algo parecido. Cuando somos chicos necesitamos acompañamiento, limites, consejos de parte de nuestros padres en primera instancia, después se incorporarán los maestros y a medida que crecemos iremos madurando hasta que llega el momento, que nos hacemos autosuficientes y somos capaces de reinar sobre nuestros actos, nuestras decisiones y hasta podemos librar nuestras propias batallas, tal como la vida nos impone.

Es maravilloso que cuando llegamos al momento de poder ser los gobernantes de nuestras propias vidas, jamás nos olvidamos de todos los caminos que tuvimos que recorrer para llegar hasta este momento de autogobernarnos.

Es por eso mis queridos amigos que Shmuel el profeta que ya esta grande se sigue sintiendo responsable por ese pueblo que ya creció, pero así y todo les otorga esa independencia de gobernabilidad que ellos piden. Tal como les sucede a nuestros padres cuando nosotros cresemos. Pero es obvio que aquí tenemos un condimento adicional, que no es menor “Nuestra bendita Torá”. Así como la Torá nunca nos va a abandonar, Tanto Shmuel como Moshé rabeinu nos recuerdan a cada momento que somos nosotros los que no debemos abandonarla.

Y en la medida que usemos esa Torá en cada día de nuestras vidas, por consecuencia directa estaremos en el camino que el mismo Kadosh Baruju nos a pavimentado para que podamos cumplir con la misión que nos fue encargada para esta vida terrenal que nos toca transcurrir.

Shabat Shalom Umeboraj
Ari A. Alster

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