Shmuel ll 22:1-51
La haftará de esta semana describe la canción que compuso el rey David en su vejez, haciéndose eco de la lectura semanal de la Torá, donde Moisés pronuncia sus palabras de despedida a la nación judía en forma de canción.
La canción de David expresa gratitud a D´s por salvarlo de todos sus enemigos. Comienza con las famosas palabras: “Hashem es mi roca y mi fortaleza”. Continúa describiendo el dolor y las dificultades que encontró y reitera que siempre recurrió a D´s en sus momentos de angustia. Relata la reacción de D´s ante quienes lo atormentaban: “El Señor tronó desde los cielos, y el Altísimo dio su voz. Y envió flechas y los dispersó, relámpagos y los desbarató… Ha perseguido a mis enemigos y los ha destruido, sin volver atrás hasta que hayan sido consumidos”.
El Rey atribuye su salvación a su rectitud al seguir los caminos de D´s: “El Señor me recompensó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me recompensó…”
El cántico termina con la expresión de agradecimiento de David: “Por tanto, te daré gracias, oh! Señor, entre las naciones, y cantaré alabanzas a tu nombre. Él da gran salvación a su rey, y hace bondad a su ungido; a David y a su descendencia, por los siglos de los siglos”.
No es casualidad que leamos este texto justo cuando venimos saliendo de Iamim Norahim acabamos de atravesar un juicio y se nos a dado el veredicto, del que salimos airosos, habiéndonos expiado de nuestros pecados. Y ya con la mochila descargada para arrancar el nuevo año con energía nueva y apunto de entrar a la fiesta más alegre del año.
Nos encontramos en un estado de alegría con ganas de cantar agradecidos por haber superado todas las dificultades que nos tenían atormentados, inquietos, faltos de fuerza y perdidos sin foco para poder transitar nuestra misión en esta vida terrenal.
El Kotzke Rebe (Menajem Mendel Morgensztern) Nos enseña: “No te sientas satisfecho con el discurso de tus labios, y el pensamiento de tu corazón, con todas las promesas y buenas expresiones de tu boca y todos los buenos pensamiento en tu corazón. Más bien debes levantarte y hacer algo”
Tal como nos transmite el gran Rebe jasídico No hay alegría más grande que la completitud que nos genera el haber hecho algo. Ya pasamos Kipur y llenamos nuestra boca con promesas y nuestro corazón con buenos deseos.
Es por eso mis queridos amigos, que después de habernos comprometido con tanto ahínco, a realizar tantos cambios en nuestra vida, para este año que “ya comenzó”. Entonces es nuestra hora de comenzar a materializar con acciones todo lo prometido y estaremos lo suficientemente contentos para poder cantar junto con el Rey David y Moshe Rabeinu y repetir todos juntos “Elohai tzuri hejese, bo maguini”( D´s es mi roca y mi fortaleza).
Shabat shalom humebraj.
Ari A. Alster.