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Parashat Behar

La propuesta de la estructura económica ideal de la Torá es básicamente social. Ante todo está la preocupación por el individuo que no tiene y no posee recursos y la mesura de aquel que si tiene riquezas.

El desvelo por el pobre y la  discreción del rico son pilares del texto bíblico y están  expresados en nuestra parashá.

El precepto de shmitá (el séptimo año de descanso para la tierra) es justamente la expresión de una economía valiente. En la que no solo estamos obligados a controlar nuestro instinto que nos impulsa a querer mas y mas ganancias, sino que también debemos dominarnos y ser capaces de abandonar nuestro trabajo para las necesidades de los otros que no lograron obtener ganancias como nosotros.

La shmitá es el año en que se renuncia a toda posibilidad de control. No trabajamos la tierra y la dejamos descansar, recuperarse después de seis años de explotación y exigencia. Además pobres y extranjeros, esclavos y mujeres están invitados en la propuesta bíblica a irrumpir en el campo, el viñedo del dueño y comer las uvas o los higos. Y si esto no es suficiente, al finalizar el ciclo de siete shmitot (siete años de descanso para la tierra), después de cuarenta y nueve años comienza el Iovel, el jubileo.

El mensaje es claro, toda riqueza que es importante para la persona, tierras, esclavos, sirvientas, no le pertenecen. Una vez cada cincuenta años, la Torá nos ordena hacer un “reset” económico para que la riqueza, los bienes vuelvan al dueño original.

El programa “Shabat- Shmitá- Iovel” insta a la sociedad a frenar, hacer un alto, volver a dar a todos una posibilidad distinta. Intentar achicar la brecha social y el peligro de continuidad de un capitalismo feroz e insensible en el que los ricos aumentan sin límite sus riquezas y los pobres disminuyen  su capacidad con un deterioro irreversible.

Aunque no se sabe si alguna vez en la historia de Israel se cumplió esta propuesta, sin duda su significado y su existencia en esta sección de la Torá nos alerta sobre la importancia de la moderación en el texto bíblico como  principio motor y básico.

La moderación la ponemos en práctica al practicar el último de los diez mandamientos, “no codiciarás…”, al observar cada semana shabat que es una especie de shmitá semanal.

Cada semana señalamos que no somos dueños del mundo y de nuestro entorno. Nos dedicamos a los otros, a nosotros, a la familia, al estudio, al Creador.

Una de las preguntas que despertó la curiosidad de los exégetas fue porque en relación al precepto de shmitá se menciona específicamente el monte Sinaí (Behar Sinaí) y no en relación al resto de los preceptos, cuando se supone que toda la Torá fue entregada en el monte Sinaí!

Tal vez shmitá y su amplio significado social está conectado al monte Sinaí, para que lo valoremos y lo estudiemos, intentemos ponerlo en práctica, moderando nuestra ambición y dando lugar al otro.

Shabat Shalom uMevoraj!
Rabina Judy Nowominski

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