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Parasha Ree

DVARIM 11:26-16:17

Caminando con Moshé, paso a paso, podemos imaginarnos todo lo que ha vivido. Sabe lo que es una alcoba real, porque la ha tenido, tanto como sabe aquello que simboliza su propio nombre, un Moisés, sólo un Moisés y toda la historia que contiene.

¡Quién mejor que él para conocer las diferencias!

Nuestra Parashá nos habla de dos mundos: uno fecundo, donde sus habitantes están felices con los que les toca y otro árido, donde todo falta. Pensamos lo que hay y lo que falta por la actitud y sentimientos de quienes los habitan. Como nos enseñan nuestros sabios: rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita, el que está contento con lo que le toca.

¡Hay en nuestra Parashá 54 mitzvot! Y la más importante es la de tzedaká. “Si hubiera entre tí mendigo…abrir, abrirás tu mano a él” (Dv 15:7-8)

Es la actitud ante esta realidad la que diferencia a los montes, representación genial de todos nosotros. Cae la misma cantidad de lluvia, la tierra es igual, el viento también, pero la forma recibir es diferente. Uno puede sentirse rico y feliz con lo que le toca, fértil; otro puede sentir con lo mismo que ha caído en desgracia.

En la misma geografía, dos mundos. El Monte Gerizim, al sur de Shejem, es un declive verde que está cubierto hasta la cumbre por terrazas de frutas. El monte Eival hacia el norte, es infecundo y frío. Nuestros sabios lo interpretan como la posibilidad de brindar vida y bienestar con lo que cada uno recibe… o de no brindarse…

Es tiempo de tzedaká, siempre es tiempo de tzedaká. Si somos capaces de abrir nuestra mano seremos ricos, nada nos faltará.

¡Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

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Iamim Noraim
2022-5783

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