Hazkarat Neshamot – Vela del Recuerdo

Queremos acompañarte en el recuerdo de tus seres queridos al encender una luminaria en su memoria. Tanto en las festividades, en las fechas importantes y en los aniversario, encender esta vela nos invita a recordar a quienes tenemos siempre presentes.

Hazkarat Neshamot: SERVICIO DE RECORDACIÓN

הַזְכָּרַת נְשָׁמוֹת
שִׁוִּיתִי יְהוָה לְנֶגְדִּי תָמִיד
כִּי מִימִינִי בַּל־אֶמּוֹט
לָכֵן שָׂמַח לִבִּי וַיָּגֶל כְּבוֹדִי
אַף־בְּשָׂרִי יִשְׁכֹּן לָבֶטַח
כִּי לֹא־תַעֲזֹב נַפְשִׁי לִשְׁאוֹל
לֹא־תִתֵּן חֲסִידְךָ לִרְאוֹת שָׁחַת
תּוֹדִיעֵנִי אֹרַח חַיִּים
שֹׂבַע שְׂמָחוֹת אֶת־פָּנֶיךָ נְעִמוֹת בִּימִינְךָ נֶצַח

Tehilim
Salmo 16:8 -11

Shiviti Adonai lenegdi tamid,
Ki mimini bal emot.
Lajen samaj livi vaiaguel kevodi,
Af besari ishkon labetaj.
Ki lo taazov nafshi lisheol,
Lo titen jasideja lirot shajat.
Todieni oraj jaim, Sobea smajot et paneja, Neimot bimineja netzaj.

Reflexión al encender una luz

En este sagrado momento juntamos nuestras manos y corazones en amor y en recuerdo. Lloramos porque se rompió un eslabón en la cadena del amor que nos unía, pero como el amor es superior a la muerte, Te agradecemos por las bendiciones de la vida junto al ser que hemos amado, por los momentos pasados y vividos en intensidad, por la fe que nos sostuvo en la hora del dolor, y por la esperanza de este ser, que no tenemos físicamente, pero que permanece en nuestros corazones como presencia viviente.

Al encender esta luz, símbolo de la eternidad del espíritu, que no desaparece, y se encuentra bajo las seguras alas de la Presencia Divina, sentimos que nuestras almas se iluminan para proclamar con fe:

Bendícenos, Adonai, a la luz de Tu rostro, en Tu luz encontremos la luz.

A la bendita memoria de (…..) encendemos esta luz.

נֵר יְהוָה נִשְׁמַת אָדָם

Ner Adonai, Nishmat Adam.

El espíritu del hombre es la Luz de Adonai.

בָּרוּךְ אַתָּה יְהוָה, נוֹטֵעַ בְּתוֹכֵנוּ חַיֵּי עוֹלָם

Baruj ata Adonai, notea betojeinu jaiei olam

Bendito seas, Adonai, que implantaste dentro nuestro la Vida Eterna.

Haftará Vaierá

La fuerza de la fe produce milagros

En la haftará de Parashat Vaiera (Reyes II Capitulo 4) encontramos dos historias de “milagros” realizadas por el profeta Elisha. La primera es el milagro del aceite, donde una viuda se acerca desesperada al profeta porque sus acreedores están a punto de llevarse a sus hijos como esclavos. Elisha le indica que recoja vasijas vacías de sus vecinos y que vierta el poco aceite que le queda. Para su sorpresa, el aceite no deja de fluir hasta llenar todas las vasijas, y con ello paga sus deudas.

La segunda historia nos relata, el encuentro de Elisha con una mujer de Shunem, quien, al hospedar generosamente al profeta, y él conociendo su dolor por no tener hijos, la bendice en su agradecimiento. Y ella es recompensada con un hijo. Años después, el niño se enferma gravemente y Elisha con su tefilá lo sana.

En ambas historias, la fuerza de la Emuna es inquebrantable. Ninguna de las mujeres manifiesta resentimiento y se desentiende de su alrededor, pese a sus pesares. Es indudable que ambas en su angustia, se aferraron al no perder las esperanzas, saber que sólo si se actúa pensando en un futuro prometedor, saldrán adelante. La apertura a lo inesperado se manifiesta cuando menos lo pensamos.

Un detalle que a menudo se pasa por alto es que la viuda debe pedir vasijas a sus vecinos. Y que la mujer Shunamita es recompensada por su Hajnasat Orjim, ser anfitriona, generosa. Estas situaciones nos recuerda el poder del minian, de la comunidad en cooperación constante y mutua. Quizás el mensaje pueda entenderse como que “los milagros” no son actos solitarios, sino que se construyen en comunidad, cuando nos tendemos la mano unos a otros.

Hoy en día, vivimos tiempos donde muchas personas se encuentran en situación de dificultad y desesperanza. Estas historias pueden ser las nuestras.. Los milagros que necesitamos no viene del cielo, sino de la solidaridad de quienes nos rodean. ¿Estamos dispuestos a ser “vasijas” abiertas, listas para recibir y también para dar? ¿Podemos ser esa mano amiga que permita que el “aceite” de la bondad fluya en momentos de necesidad?

Espero que este shabat aprendamos de estas mujeres a tener fe, a actuar con generosidad y a construir una comunidad donde los milagros sean posibles.

Rab. Sarina Vitas

Parasha Lej Leja

“BIRAH DOLEKET: UN VIAJE, DOS MUNDOS”. 

Parasha Lej Lejá: Comentario a Génesis 12:1

Esta semana, centramos nuestra atención en una de las porciones más famosas y más inspiradoras de la Torá. Esta es la historia de un viaje desde UrKasdim, cerca de lo que hoy es Irak, rumbo a la Tierra Prometida.

Abram era llamado el “ivri”, el hebreo, porque provenía “desde el otro lado” del río Éufrates. Hay una explicación más cercana a su misión: todo el mundo estaba del lado del politeísmo y la idolatría y Abram estaba, solo, en el otro lado, el de la creencia en un D-s único.

¿Qué fue lo que lo inspiró a salir y dejar lo conocido, para buscar una visión más profunda de las cosas?. Hay un indicio en las primeras palabras de D-s al patriarca: “Lejlejámeártzejaumimoládetejáumibeitavija el haaretzasherareka”. Vete de tu tierra, de tu lugar de nacimiento y de la casa de tus padres, hacia la tierra que yo te indicaré. Génesis 12:1

La historia del viaje físico de Abram para entrar en Canaán y su viaje espiritual para convertirse en Abraham avinu plantea algunas incógnitas sobre su vida. El texto que leemos de la Torá no explica por qué D-s lo eligió específicamente, sin embargo, el Midrash enriquece lo que no está explícito. Aquí es, por ejemplo, donde encontramos la historia de un joven destruyendo los ídolos de su padre y culpando al ídolo más grande, exponiendo la hipocresía del paganismo circundante.

Pero es otro conocido Midrash (Bereshit Raba 39:1), el que narra una historia que explicaría cómo y por qué Abram responde a un llamado repentino de D-s:

“Rabí Itzjak dijo: Esto puede compararse con un hombre que viajaba de un lugar a otro cuando vio un birahdoleket. “¿Es posible que este palacio carezca de un cuidador?” se preguntó.

El dueño del palacio miró hacia afuera y dijo: “Soy el dueño del palacio”.

De manera similar, debido a que nuestro antepasado Abraham dijo: “¿Es posible que el mundo carezca de un cuidador?”, el Santo Bendito Sea miró hacia afuera y le dijo: “Soy el Soberano del Universo”.

El significado de este Midrash depende de un término ambiguo, birahdoleket, que describe aquello que captaría la atención de Abram. En ese sentido, Rab. Abraham Joshua Heschel (1907-1972),  en su obra maestra “D-s en busca del hombre”, analiza el contraste entre las dos traducciones de birahdoleket: “un palacio lleno de luz” y “un palacio en llamas”.

¿Qué vio exactamente Abram? Tal vez un palacio que irradiaba una luz brillante, o quizás un palacio que estaba ardiendo, envuelto en llamas. Estas dos lecturas de la palabra doleketexponen perspectivas diferentes: una enfatiza la belleza del mundo en el que vivimos, y la otra resalta su potencial para la destrucción.

Al imaginar el mundo como “un palacio lleno de luz”, Heschel ve a Abram conectado con su entorno como nadie lo había hecho antes que él, y que se dijo a sí mismo: “un mundo de belleza, orden y luz no podría haber surgido por sí solo”. Así descubre, maravillado, que debía haber un Creador.

Por otro lado, Heschel postula un enfoque completamente diferente: afirma que, así como muchos “sienten las preguntas fundamentales en momentos de horror”, tal vez Abram miró a su alrededor y vio “un palacio en llamas”, un mundo envuelto en un infierno de caos y maldad.

Según esta interpretación, Abram se da cuenta de que un mundo creado perfecto estaba siendo destrozado por la violencia y el caos humanos, y encuentra razones para creer en D-s, a pesar de la evidencia aparentemente abrumadora de lo contrario. Porque D-s es el dueño del palacio, y nos mira a través de una ventana abierta esperando que actuemos.

Abram se convirtió en Abraham cuando vio ambos palacios, un mundo en llamas y un mundo resplandeciente, y asumió que su misión era tender un puente entre esos dos mundos.

Y esa es también nuestra misión: asumir que tenemos una responsabilidad ya sea para traer belleza a la Creación, como para apagar las llamas que la ponen en peligro.

Volver a recorrer las historias de Génesis es volver a conectar con la naturaleza de la Creación, que nos recuerda de dónde venimos y nos conecta eternamente. Para el hombre de fé, la búsqueda de bienestar espiritual en tiempos de crisis es una declaración y también un destino: no estamos solos. Porque, en palabras de Abraham Joshua Heschel, “D-s está buscando al hombre”.

Esta es justamente la idea central que refleja el pensamiento de Heschel: La obligación del hombre de ser un testigo de D-s.  En su prolífica obra (17 libros, más de 60 ensayos y artículos traducidos a varios idiomas), Heschel lucha contra la deshumanización del hombre moderno, contra la alienación y la indiferencia, y nos pide que enaltezcamos nuestras vidas, que le demos más sentido, más sensibilidad y más significado.

Por eso, entender en profundidad el viaje de Abram, es comprender que cada uno de nosotros heredamos el “Lej Leja”. Y nosotros, como sus descendientes, tenemos la posibilidad de rubricar esa misma misión: dondequiera que nos encontremos, habrá una oportunidad y un momento para expresar algo esencial, algo que solo tú puedes hacer, para hacer de este mundo un lugar mejor.

Este mandato puede ser abrumador. Podemos sentir que es mucho, porque al fin y al cabo, ¿quiénes somos? Nadie levantaría la mano. No damos la talla. No somos Abram. Solo somos personas comunes, con familias, trabajo y vidas ordinarias. Sin embargo, D-s vé el individuo, vé su potencial, sus valores. Abram no era perfecto, pero al iniciar su viaje encarnó todo lo que es heroico en una persona.

Parafraseando a Heschel, Abram es el primer monoteísta porque entendió que si seríaun testigo de D-s debía tomar partido: si el mundo es maravilloso, debemos celebrarlo. Si el mundo es terrible, debemos repararlo.

Es entender que no es un llamado, es una decisión.
Para iniciar el viaje, solo debemos dar el primer paso.

¡Shabat Shalom umeboraj!
Seba Cabrera Koch

 

Fuentes:

  • Coffman, Aryeh. Tora con comentario de Rashi, tomo 1 Bereshit. 2001. Editorial Jerusalén.
  • Heschel, Abraham Joshua. Democracia y otros ensayos. 1987. Buenos Aires. Ediciones Seminario Rabínico Latinoamericano.
  • Heschel, Abraham Joshua. D-s en busca del hombre. Una filosofía de la religión. 1984. Buenos Aires. Ediciones Seminario Rabínico Latinoamericano.
  • Midrash. Bereshit Rabá 39. Consultado desde Sefaria.org
  • Parasha Lej-Lejá. Génesis 12:1-17:27 Consultado desde Sefaria.org

Haftará Lej Lejá

Esta semana leemos la tercera Parashiot de Bereshit, Lej-Lejá (Sal o Vete). Vemos 12:1 como HaShem le ordena a Abram (antes de cambiarle su nombre), que deje “…de tu tierra, de donde naciste y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré…”

En determinadas circuntancias podemos cambiar nuestro destino, ya sea dando Tzedaká o sea brindando caridad; Tefilá que significa rezando; Teshuvá mejorando nuestras acciones; Shinuir shem siendo renombrado; Shinuir hamakom, cambiado nuestra residencia, saliendo de nuestra zona de confort.

Todo esto le sucedió a Abram. Salió de la casa de su padre con su mujer Sarai, su sobrino Lot y otra gente que lo seguía. Emprendiendo un viaje que cambiaría su historia. Llegando a Canaán la tierra que sería declarada por HaShem para su descendencia. En esta travesía estuvo plagada de pruebas, que tuvo que sortear para poder llegar a ser el Primer Patriarca, transformando a Sara como nuestra Primera Matriarca. Pero ¿por qué razón el KaDosh Barjú puso a prueba la férrea voluntad de Abram? ¿Cómo impactó en él cambiar de nombre, cambiar de rumbo?

La vida en general, sería muy monótona si todo fuera lineal, armado, siempre lo mismo. Todo puede ser cambiado en un abrir y cerrar de ojos.

La verdad tenemos opciones que debemos utilizar.

Ahora si nos quedamos atrapados en nuestra comodidad de un sillón, sentados sin hacer nada, mirando la vida pasar, ya sea por miedo o indiferencia de lo que pasa a los demás, estas malgastando tu tiempo. Dirigiéndote por el camino equivocado. No irás a ningún lado.

Pero si en cambio, te paras y luchas en defensa de la libertad, de la justicia, del honor, estas caminando por el camino de la rectitud.

Si bien Abraham salió de su casa en busca de nuevos horizontes, también lo hizo para buscar en el mundo exterior la bondad, la rectitud, en un mundo lleno de caos, como era Sodoma.

Hoy nuestro planeta está en caos, vivimos acosados, por una guerra sin cuartel, que es el odio generalizado por ser, pensar y creer diferente.

Lamentablemente estamos acostumbrados a lo largo de los siglos a superar todas las batallas. Somos resilentes en cada momento que nos ha tocado vivir en la humanidad. Descendemosde Abraham, por eso sabemos que no nos quedaremos sentados de brazos cruzados. Nos levantaremos siempre.

Seguiremos buscando a los secuestrados, pediremos que nuestros jaialim regresen pronto sanos y salvos y que por fin llegue la paz a Eretz Israel. Shabat Shalom.

Susy Lapilover
Am Israel Jai
BRING THEM HOME NOW

Parasha Noaj

Querido Noaj:

Hace años ansío escribirte estas palabras, pero siempre encontré una excusa perfecta para postergarlo.

Sobreviví al diluvio, a tu diluvio, pero nunca nada pudo volver a ser igual.

La ultima vez que te sentí pleno fue esa noche, donde el mundo era mundo, donde Dios era Dios y no había ninguna misión divina. Fuiste un tipo Justo, Integro, con los pies en la tierra, tan justo que hasta el mismísimo Dios te puso por encima de todos los demás.

Fuiste llamado a hacer un Arca en la cima del monte, aun sabiendo que todo seria destruido, que nada seria como antes. Fijate la ironía divina, te pidieron un arca de madera en lo alto de un monte. En lo alto, ahí arriba, donde podías verlo todo. Donde solo con desviar la mirada en algunos de los mas de 100 años donde subiste y bajaste en cada mañana y en cada noche, podías ver la mirada de tus pares, de tus amigos, de tus vecinos y aunque sea preguntar, si en verdad destruirlo todo era la respuesta correcta.

Me llevo años y años poder entenderte, encontrar el por qué. Sentí que solo podría perdonarte si encontraba esa respuesta.

Hillel decía: “Im Ein Ani LI, ¿Mi Li?, Ujsheani leatzmi, ¿ma ani?” “si yo no pienso en mi quien pensará en mí, pero si solo pienso en mi, ¿quien soy?”

Sin duda faltó hacer la segunda pregunta, la que podía salvarte y salvarlos.

Salvarte de olvidarte quien eras, de transformar tu ser justo que te caracterizaba en ser igual a los otros, hiciste un pacto a espaldas de todos los que te rodeaban y solo lo usaste para vos.

Salvarlos, al poder darles una nueva oportunidad, al hablar a ellos, transformándote en no solo el salvador sino en el lider de todo ese pueblo. Salvarlos buscando en Dios su espíritu de creación, y no de destrucción.

No deje de preguntarme: “Eija, como puede ser?”

Fuiste el hombre que todos queríamos ser, pero te concentraste tanto en el arca, que todo lo demás desapareció. Es el ejemplo mas real de la historia de la creación. Tan metido en tu arca, Noaj Querido, que todo lo que podía llegar a ser quedo del otro lado de la madera.

Recuerdo bien que tu arca llevaba una ventana, pero a quien le gustaría estar ahí, viendo desde la ventana como todo se destruye? pero claro, la ventana era la clave de todo.

Esa ventana en el arca, servia no solo para ver lo que había del otro lado e intentar hacer algo al respecto, sino para enseñarnos en el hoy, a no quedarnos de brazos cruzados cuando vemos que del otro lado de nuestra ventana el mundo esta mal.

La paloma voló, el agua bajo y fue tan grande tu tristeza y tu soledad que solo buscaste un pedazo de tierra para plantar una viña y emborracharte.

Noaj Noaj Noaj, Todo tu mundo había desaparecido, hasta quizás vos habías desaparecido. Tu esencia, tu Neshama, tu forma de ser y entender el mundo.

Aprendí con el tiempo a perdonar, pero así como Dios prometió nunca mas hacer un diluvio yo me prometí nunca mas olvidarme de mirar por la ventana.

Miles de años mas tarde Martin Luther King dijo: “Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos.”

No hizo falta ser un malvado, porque hasta podías ser Justo en tus generaciones, pero el error fue ser indiferente.

¿Cómo sería todo si el diluvio fuese hoy, en este mundo, en este país con tanta corrupción, violencia y falta de empatía? ¿Cómo seria ese diluvio? ¿Cómo serias vos en el diluvio?

Sin duda el pasado nos cambio, pero depende de nosotros sanar para curar y curar para perdonar.

Yo curé y entonces de alguna manera, vos también.

Hasta Siempre,

Noaj.

Su yo del presente, que busca frenar para sanar.

Su yo del pasado, que dejo una huella imborrable, pero no incurable.

Sin duda en la historia de cada uno de nosotros hay algo, un momento, un lugar, un recuerdo que preferimos olvidar, pero dicen que “Aprendemos mucho de las cosas que detestamos” y entonces, quizás aprender sea la mejor oportunidad de sanar, curar, perdonar y mejorar.

Podamos todos sentirnos en la cima del monte, pero no olvidemos que estamos ahí, no para sentirnos mas sino para ser mas persona. para mirarlo todo a través de nuestra ventana y decidir cual será nuestro próximo paso para salvarnos a nosotros y a todo y todos los que nos rodean.

Shabat Shalom
Sem. Brian Bruh

Haftará Noaj

La promesa de un futuro de paz

Isaías 54:1-55:5

Desde el capítulo 40 de su libro, Isaías, nuestro profeta, se ha caracterizado por sus profecías de nejamá, consuelo.
En los peores momentos, donde todo parece perdido Isaías rescata desde lo más profundo esa especial unión de D’s con nuestro pueblo, esa pareja amorosa que constituimos los bnei Israel con D’s.
Unión tan divina como humana, con sus desavenencias y sus reencuentros.

Esta Haftará marca una bisagra fundamental, un antes y después.
Las “aguas de Noaj” marcan una profunda diferencia.
D’s nos promete nunca más un diluvio.

Como nos dice el Salmo 30:6 se trató de un momento de furia…
“Su furor, más toda la vida Su benevolencia. Al anochecer se pernocta con llanto, más al amanecer se percibe la alegría.”
Un antes y un después, no más diluvio…
A partir del momento donde las aguas bajan nos dice Isaías que hay un pacto eterno con D’s, la idea de un nuevo mundo de amor y misericordia que sea tan natural como el orden cósmico.
Ni diluvios …ni ocultamiento del rostro de D’s.

Esta hermosa Haftará, tan actual, nos lleva con sus palabras a rescatar que es el conocimiento el que puesto al servicio de la justicia logrará un mundo de paz y bienestar.
La promesa “Todos tus hijos serán estudiosos” si bien se refiere al conocimiento y la palabra de D’s desde la Torá, la extendemos a todo conocimiento que abarque la posibilidad de una vida mejor, más justa y pacífica, más armoniosa.

Que el estudio de la Torá, el poder encontrar en el texto la sabiduría y sus secretos sea el modelo para aprehender el mundo entero en sus complejidades y maravillas.

Que estudiar, educar, transmitir sean los pilares del nuevo mundo que emerge de tantas inundaciones, de tantos diluvios.

Que sea justicia también que esta educación pueda abarcar a la humanidad entera y lograr de esta manera un mundo más equitativo.

Que con la justicia llegue la Paz, sabemos que sin justicia no la tendremos.

Shabat Shalom uMeboraj!
Am Israel Jai!
Norma Dembo

Parasha Bereshit

“El asesinato fragmenta el alma”
(J.K.Rowling, Harry Potter)

Bereshit, el comienzo, y en el comienzo mismo de todo… el primer asesinato. Nuestra historia, la de cada ser humano. La que pone la marca de Caín sobre nosotros y nos envía al este del paraíso. Todos descendemos de Caín; en todos nosotros habita un pequeño gen que está conformado por celos, un gran ego, envidia. Matamos así muchas veces a lo más preciado, lo más querido, lo que podría hacer que nuestra vida transitara mucho más pacíficamente. ¿A quién asesina Caín sino a una parte de sí mismo? Un trozo de su misma alma parte con él y seguramente en su interior la hará existir de alguna manera, no la perderá del todo.

Ocurre así con aquello que asesinamos: nunca lo perdemos. Caín seguramente en su alma fragmentada llevará a su hermano, no sólo en el recuerdo sino en el resonar de las palabras de D’s: “maldito seas tú” ( Bereshit 4:10-13).  Su vida ya no es suya, la muerte del hermano se lleva una parte de ella. Nunca más Caín será libre sino presa de una sentencia que siempre lo está esperando.

Si todos somos Caín, ¿cómo hacemos para aliviar esta situación? ¿Tenemos alguna salida? Nos cuenta el Midrash que al admitir la gravedad de la culpa y hacer profundamente Teshuvá después del juicio de D’s, Caín se sintió transformado y se lo relató a su padre, Adam. Y éste le dijo: “tan grande es el poder de la Teshuvá y yo no lo sabía”(Rambám).

Hace tan poquito que hemos pasado por nuestros Iamim Noraim que, claro, esto pareciera venir a continuación. Existe un poder transformador en el verdadero arrepentimiento. Pero queda claro que es fundamental pensar antes de actuar, darle siete vueltas a la lengua antes de hablar, y si se quiere, egoístamente, pensar qué daño quizás irreparable estoy haciéndome a mí mismo cuando llevo a cabo una acción que no tiene vuelta atrás. Porque en la vida, por más Teshuvá y sincero arrepentimiento que tengamos, tenemos que saber que hay acciones que son irreparables, que se llevan parte de nuestra alma y de aquellos a quienes afectamos.

Por eso, en este Bereshit, intentemos tener un nuevo y refrescado comienzo. El mundo es nuestro para cuidarlo y disfrutarlo, para amarlo y embellecerlo… Y lo mismo para todos los que lo habitamos con nuestras bajezas y grandezas. Intentemos que nuestra alma no se separe en partes. No nos asesinemos a nosotros mismos.

El primer hombre culpó a su mujer, y su mujer culpó a la serpiente. Pensemos esto llevado al conjunto entero de las comunidades que habitan nuestro bendito país, a las luchas que vergonzosamente nos desgarran. La política, al ser protagonizada por seres humanos, también está hecha de esta naturaleza.

Es hora de que nos hagamos responsables de nosotros mismos y nuestros actos.

¡Shabat Shalom uMeboraj!
Am Israel Jai!
Norma Dembo

Bereshit – La eliminación de Sinwar y el comienzo del todo

“Bereshit – La eliminación de Sinwar y el comienzo del todo.”
Por Sem. Brian Bruh

Hace algunos días las Fuerzas de Defensa de Israel eliminó al monstruo de Yahya Sinwar, líder máximo del grupo terrorista Hamas, quien pensó, planeo, ejecuto y celebró el 7 de octubre, desde su refugio en el túnel, con ventiladores, sillón, televisión y heladera, mientras sus soldados y aliados del terror estaban en las calles.

La cantidad enorme de violaciones, abusos, secuestros, incendios, asesinatos, fueron pensadas y celebradas por este ser del mal, quien dedicó cada minuto de su vida en generar sufrimiento especialmente para nuestro pueblo, pero en su pueblo también.

Jamás le tembló el pulso para disparar cohetes, armas de guerra, explosivos, desde abajo de las escuelas, hospitales ni jardines. Tampoco le tembló el pulso para usar niños de escudo humano en sus traslados por los túneles.

Desde ese día hasta hoy, han salido por diferentes medios, por redes sociales, grupos de Whatsapp, una enorme cantidad de memes y fotos de este ser despreciable luego de su asesinato.

De ninguna manera, nosotros como pueblo podemos celebrar una muerte. Nosotros solamente celebramos la vida. Festejamos por la vida, pedimos por la vida.

A pesar del dolor nosotros celebramos el seguir casandonos bajo una jupá, cada bar o bat mitzva, cada nacimiento. Porque eso somos. La elección constante del querer vivir.

Tanto el asesinato del lider de Hamas, como el de sus colegas, sin duda son motivo de celebración pura y exclusivamente militar. La desaparición de estos generadores de terror, dolor y sufrimiento para Israel, para gaza y para el mundo, sin duda nos invitan a aplaudir a nuestras Fuerzas de Defensa que trabajan cada minuto de sus vidas para hacer un mundo mejor y cuidar a los suyos.

Luego de eliminar el objetivo, el líder máximo de Hamas, salió en una bolsa fúnebre, tapado, con los Jaialim que lo llevaban con el respeto que una vida humana merece.

Los asesinados del otro lado del muro, son paseados, violados y colgados por la ciudad.

El respeto por la vida humana, hace la diferencia en quienes somos.
Nos encantaría no tener que estar luchando esta guerra. Nos encantaría no tener que perseguir terroristas disfrazados de ratas corriendo por los tuneles.

Nos encantaría que nuestros soldados y reservistas estuvieran en sus casas. Nos encantaría no tener que eliminar a nadie, pero no proteger a los nuestros no es opción.

“Anajnu beMiljama”, estamos en guerra y el Estado de Israel, va a defenderse.

Aún quedan 101 secuestrados, y los que elegimos la vida, ponemos todas nuestras fuerzas y energías en seguirlos esperando, y rezamos por cada uno de ellos.

Esta semana volvemos a cerrar y abrir nuestro Sefer Tora. Cerramos el quinto libro, y tan solo minutos despues, abrimos el primero. “Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz…” Bereshit 1:3.

La palabra es la herramienta maestra de la creación. A través de la misma podemos crear un mundo, o destruirlo.

La eliminacion de Sinwar y el comienzo del todo, nos llaman a decidir que vamos a decir, que vamos a enviar y compartir para empezar a reconstruir una sociedad mejor, mas justa, con mas paz.

Defendamos lo nuestro y a los nuestros, recordando siempre quienes somos, y de que lado de la historia estamos.

Gaza, Gaza, Gaza: Hamas será vencido.

Am Israel Jai.
Shabat Shalom.
Sem. Brian Bruh