Parasha Vaera

En el comienzo de la Parashá de esta semana, Moshé experimenta la desilusión que luego será recurrente en los líderes; el pueblo no lo escucha. La frustración del trabajo del profeta, sabiendo que su mensaje es altamente impopular y la gente no quiere oír.

Lo que se viene a exponer no es ‘bonito’, no es atractivo, no es un mensaje reconfortante sino precisamente todo lo contrario: incomoda, saca a la sociedad de su zona de confort y agudiza la angustia. Son varios los ejemplos en el Tanaj; Iona huye ante el llamado divino y se esconce. Eliahu, Elisha serán perseguidos y finalmente asesinados.

Aquí Moshé, como era de esperar, no encuentra una respuesta positiva en el pueblo de Israel: “Y no oyeron a Moshé por ‘kotzer ruaj’ y trabajo duro”. Intentemos definir el término: Rashi entiende que es una dificultad física para respirar. De hecho, ruaj significa aire en movimiento. Cuando alguien está oprimido, su respiración se hace más acelerada y cada inspiración es más corta. Y le cuesta respirar.

Rafael Hirsch, lo define como ‘impaciencia’ y Ramban, como miedo, terror al Faraón.

Estaban en riesgo sus vidas. Este ‘obstáculo’ les impide comprender lo que desearían, están obnubilados. En palabras de Jeremías: ‘sus oídos están incircuncisos’, esta limitación no los deja oír a Moshé.

La Torá no ve esto como ‘malo’ por parte del pueblo, sino como un desafío para Moshé.

No son castigados ni reprendidos, porque se entiende que son víctimas. No son ni serán juzgados por ello.

Es tarea de Moshé insistir hasta que lo oigan. Porque la responsabilidad del líder no es decir lo que el pueblo quiere oír, sino lo que el pueblo debe oír. Los profetas del pueblo de Israel, no bajan los brazos por temor al enojo. La virtud del líder no está en moldear un discurso en función de la demanda, sino de los valores y principios que representa.

Muchas veces, nos cuesta decir ‘no’, ser duros con un mensaje: porque sabemos que no es lo que quieren oír y se van a enojar con nosotros. En ocasiones al estar del otro lado de la conversación, elegimos ‘matar al mensajero’.

Estos son síntomas de ‘kotzer ruaj’. El temor, la impaciencia y el dolor recurrente, provocan la estrechez de espíritu, que nos somete a situaciones deplorables pero que preferimos por ser conocidas.

Sin lugar a dudas, es un mensaje aleccionar para nuestros días. Nos invita a sostener las opiniones que tenemos cuando estamos convencidos de lo que decimos, cuando hay argumento en aquello que aportamos; incluso aún cuando nadie nos quiera escuchar. Y por supuesto también dejar penetrar en nosotros los mensajes de críticas constructivas, que aunque duelan… serán un paso para la liberación.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

Haftara Vaera

Haftará Vaerá: El monstruo del Nilo y la sangre que brama clamando justicia
Yejezkel 28:25 – 29:21

Hacia el tercer milenio antes de la era común, el Alto Egipto se enmarcaba en un entorno excepcional: producía excedentes alimenticios, tenían yacimientos donde extraían metales y piedras preciosas, y mano de obra (asalariados o esclavos) para construir los caprichos de los monarcas. La prosperidad atraía más y más riquezas, transformando a Egipto en un punto ineludible de las rutas comerciales de la antigüedad.

El secreto de esta civilización, es aun hoy, el milagro natural más asombroso: el ciclo creciente del Nilo, con la predecible y muy esperada inundación anual.

El Rio Nilo, en su curso vivificante recorre una distancia de mil kilómetros. Es alimentado por grandes afluentes en lo profundo del continente africano: en su punto más bajo, el río desnuda un suelo seco y agrietado. Pero ni bien se sienten los efectos rejuvenecedores de las lluvias subtropicales, el nivel del agua comienza a subir, y una ola verde desciende por el curso del río desde el corazón del África, cargada de nutrientes vitales.

El agua satura el suelo con tal fertilidad que se pueden cultivar y cosechar tres o cuatro cultivos al año. Estas corrientes dadoras de vida desbordan de exuberancia solo unos meses, y deben resguardarse mediante canales y embalses artificiales, hasta un nuevo ciclo.

Los antiguos egipcios sabían que la lluvia era una rareza, por lo que dependían, exclusivamente, de la generosidad del río. El hito fue, entonces, cuando los primeros reyes del Alto Egipto lograron legitimar su poder persuadiendo a sus súbditos que los dioses los favorecían: el rey, en tanto divino, era el causante de las crecidas del río.

No debe sorprendernos, por lo tanto, que el Nilo fuera adorado por los antiguos egipcios como un “dios”. Como concisamente señala el gran exegeta Rashi (Rabi Shlomo Itzjak, siglo XI, Francia): “Debido a que la lluvia no cae en Egipto pero el Nilo crece y riega la tierra, los egipcios por esta razón adoraron al Nilo. Por lo tanto D-s primero hirió a su deidad y luego los hirió a ellos”. (comentario a Éxodo 7:17).

Por eso se entiende que la primera de las diez plagas, la plaga de sangre, tenía como objetivo dejar muy claro que había un D-s aún más poderoso y más confiable que el Nilo mismo.

Así, Rashi aborda la cuestión fundamental de porqué el río fue atacado al comienzo del proceso, pero no aclara por qué el Nilo se transformó en sangre para hacer sus aguas imbebibles.

La Haftará de Vaerá puede ayudarnos a responder este dilema. El Profeta Yejezkel nos trae una profecía de destrucción y posterior caída de Egipto, con el Nilo como motivo central. Yejezkel predice que D-s castigará al faraón, a quien describe como un “poderoso monstruo que se extiende en los canales del Nilo” (Ezequiel 29:3).

El Faraón es el monstruo del Nilo, explica Yejezkel, y D-s lo arrastrará con ganchos afilados, arrojándolo al desierto, con los peces del Nilo pegados a sus escamas. Abandonado, el monstruo se convertirá en alimento para las bestias de la tierra y las aves del cielo (Ezequiel 29:4-5).

Yejezkel profetiza un castigo terrible para Faraón, a quien compara con un “poderoso monstruo”: la soberbia lo corrompió, perdiendo lo poco que le queda de humanidad el día que estuvo dispuesto a sacrificar incluso a su propio pueblo por mantenerse en su trono. Por eso, ante las aguas transformadas en sangre, se escucha el eco de los crímenes perpetrados a orillas del río, ordenado por el rey tiránico reverenciado como a una deidad.

Ante el más cruel de los decretos: “todos los varones recién nacidos sean arrojados al Nilo, para que sólo vivan las hembras!” (Éxodo 1:22), quizás la plaga de sangre, estaba destinada a servir como un recordatorio de la sangre de los niños muertos en las turbias profundidades del Nilo.

Esas profundidades ahora, son las que exponen esa sangre inocente y revelan el infanticidio que ya no puede permanecer impune.

La era de opresión y la esclavitud, la subordinación total a la voluntad del faraón, en boca del Profeta, serian castigadas reduciendo “la tierra de Egipto a completa ruina y desolación” (Ezequiel 29:10).

Pero más que intimidar y castigar al monarca y a su autoridad, el poder del D-s de Israel deja de manifiesto su preocupación por la justicia, porque a diferencia de los “dioses de Egipto”, el D-s de Israel interpela acerca de la responsabilidad del Hombre, sin ambigüedades morales.

La abstracción hasta entonces incomprensible de un D-s invisible, incorpóreo, absoluto, era un concepto sumamente inusual en ese entonces. Un D-s que tenía el control total de las fuerzas de la naturaleza, las dimensiones del tiempo y el espacio, y los destinos de todos los hombres.

Un D-s que no se desentiende de la realidad que nos circunda, que oye el sufrimiento de su Pueblo e interviene en la Historia humana.
El Faraón finalmente enfrentaría sus propias limitaciones, e Israel comenzaría poco a poco a darse cuenta de que la liberación de la esclavitud no significa nada si no va acompañada de un sentido de misión y propósito.

Que D-s nos ayude a encontrar dentro nuestro ese poder inclaudicable para no callar ante la injusticia, fortaleciéndonos, para superar las adversidades y desafíos al hacer lo correcto.

Dijeron nuestros Sabios de Bendita Memoria:
“No estás obligado a concluir la tarea,
ni tampoco puedes desentenderte completamente de ella”
(Pirkei Avot, capítulo 2, Mishná 16).

¡Shabat Shalom!
Seba Cabrera Koch

Haftara Shemot

(Isaías 27:6 – 28:13; 29:22-23)
Shabat, 25 de Tevet, 5784.
Sábado,06 de Enero, 2024.

La Haftará de esta semana, la encontramos en el inicio del 2° Libro “Shemot” “Éxodo”.

Es el Profeta Isaías quien nos revela en el Cap 27:7 “…Como la herida que le hirió, lo hirió; como la matanza de sus muertos, ¿fue él muerto?…”

Van hacer 90 días, que una apacible mañana de Shabat, transformó el hermoso celeste cielo en rojo sangre.
Horas interminables de olor a muerte, cambiaron la fragancia de la tierra de Israel.

Todo quedo paralizado. Solo se escuchaban gritos pidiendo auxilio, a una fuerza superior para que hiciera, tan sólo un milagro.

Arrastrando tanto a vivos como algunos muertos, hordas de terroristas llevaban su botín de guerra devuelta a sus madrigueras. Esos túneles oscuros, donde el aire que corre y la luz son ficticios.

Pasado el primer impacto, Israel volvió a nacer. Revivió con mas fuerza. Surgió de sus cenizas. No murió como ellos deseaban. Muy por el contrario.

Se han metido con la generación equivocada. Con un pueblo más unido. No seremos nunca más judíos desterrados de nuestro suelo ancestral.

“…12 Y acontecerá en aquel día, que el Señor recogerá desde la inundación del río hasta la corriente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno por uno, oh hijos de Israel…”

Es así como nuestro pueblo, en todos los rincones del planeta dijo “ineni”.

“…13 …que se tocará un gran shofar, y vendrán los perdidos en la tierra de Asiria y los desterrados en la tierra de Egipto, y se postrarán delante de Jehová en el monte santo en Jerusalén…”

Los Jaialim, con una fe inquebrantable, al sonido de un Shofar invisible, van recuperando terreno, buscando casa por casa, túnel por túnel a cada secuestrado, sin dejar a nadie atrás. Todos cuentan. Son todos importantes.

Nuestros valores son defender la presencia divina que habita en cada individuo.

No buscamos la guerra, sólo queremos paz. Una paz que nos permita vivir tranquilos sin sobresaltos.
La lucha es larga y larga es la espera de tener a los secuestrados en casa.

Esperemos cuando comience este Shabat podamos pedir que el milagro de tener a los secuestrados y a los Jaialim nuevamente en paz en nuestra bendita Eretz Israel.
Shabat Shalom Umevoraj.
Fdo. Susy Lapilover
Am Israel Jai
#Bringthemhome

Parasha Shemot

Dedico este momento de respeto, de calma, de paz, de estudio de Torah a David Koner Z’L.

Completamos la semana pasada el Libro I de LaTorah, completado BeReiSHiT.
Esta semana inauguramos el Libro II de Latorah, SHeMoT.
SHeMoT, primera porción del libro II, el principio de una nueva etapa en estos “HIJOS”,
Tenemos entonces el segundo libro de la Torah y la primera porción del segundo libro, llamados “SHeMoT.” que significa Nombres.

SHeMoT que no significa Exodo (como suele estar traducido), SHeMoT significa Nombres.
El II libro de LATorah y la primera Parasha se llaman NOMBRES.

Ya hablamos de lo que es un NOMBRE
Sabemos que nombre es esa palabra que sintetiza y define la función de lo nombrado.
Sintetiza su capacidad, su misión. (habla de para que sirve, par que es útil, par qué inspira)
Nombre es la oportunidad de convocar “con intención” el poder de aquello que nombramos. Es la oportunidad de despertar LA CUALIDAD de eso que estamos llamando, atrayendo.

Nombrar algo o alguien es, ELEVAR SU FACULTAD, SU PROPOSITO, “eso” para la que fue creado.
Nombrar es la voz que suena cuando uno convoca la energía de eso que llama.
Y sabemos el poder que tiene la voz.
… “y dijo Ds haya Luz y hubo Luz”…
Convocar nombres es convocar poderes.
NOMBRAR ES CREAR.

Saber el nombre, conocer el nombre permite tener acceso a llamarlo, a traerlo, a acercarlo, a poder construir algo con eso que llamamos
Y eso sucederá en Sefer SHeMoT.

Ya pasamos la etapa de presentación de las herramientas de este juego.
En Sefer BeReiSHiT hemos conocido a los personajes, sabemos como se comportan, como actúan, como se desarrollan. Si acaso pudiéramos pensarlos como instrumentos o como mecanismos, podríamos rápidamente saber como funciona cada arquetipo. Podríamos de esta manera encontrar el núcleo de esa esencia. Podríamos rescatar la raíz de cada modelo.
Sefer BeReiSHiT es el libro que plantea las reglas de este juego.
Sefer BeReiSHiT formula las pautas de conexión y comportamiento de este sistema.

Sefer SHeMoT te pone a jugar.
Y ahora vendra la etapa de construcción, y la construcción se desarrollara conociendo poderes y atributos de la esencia de las herramientas y COMBINARLOS.
los NOMNBRES de Ds. en este libro se darán a conocer TODOS. Todos los atributos, poderes y energías Divinos se revelaran en Sefer SHeMoT.
Setenta y dos capacidades y facultades de Ds se manifestarán en Sefer SHeMoT

Conociendo EL NOMBRE, accederás al ALMA, (neshama -alma- shem -nombre-) ( נשמה ‫//‬ שם )

Parasha SHeMoT, Sefer SHeMoT nos da la bienvenida a la era en la que esta disponible la estructuración, la construcción, y todos los elementos para la creación.
Claro, hay que conocer EL NOMBRE. 🙂
Porque hay que saber como convocarlos, como llamarlos, como ATRAERLOs.
Y saber tendrá que ver con definirlo previamente, con armar un plan, con conocerlo.

Esta porción SHeMoT es COMO UN AñO NUEVO… ( sera casualidad???) este es el momento en el que “LOS HIJOS de Israel” van (o entran) a Egipto… GRAN OPORTUNIDAD.
y escrito en presente continuo, es decir que es algo que sucede todo el tiempo, es una constante esto de ENTRAR en una situación que esclaviza, que contrae, que ata.
Porque esa situación es a su vez LA QUE TE INCOMODA, TE SACA, y TE LIBERA.
Es la que te empuja, te ejecta, te lanza.
SIEMPRE claro, esto dependerá de tu predisposición, de tu evolución, de tu punto de vista, de la capacidad con la que puedas evaluar las situaciones.

El libro SHeMoT relata los episodios previos y los sucedidos durante el éxodo o salida de Egipto. Y también define el conjunto de LEYES UNIVERSALES que rigen sobre estos Hijos… porque cuando hablamos de HIJOS, podríamos estar hablando de los biológicamente concebidos o podríamos estar también hablando de todas aquellas CONSTRUCCIONES que somos capaces de desarrollar.
HIJO&CONSTRUCCION en hebreo constituyen la misma RAIZ :: BEN&BANUI
misma raíz etimológica mismo concepto espiritual.

El libro SHeMoT, estamos comenzando una etapa en la que recibimos toda la sabiduría de como construir un pueblo, como desarrollar un proyecto, como organizar y como alimentar un proceso para concretar un deseo.
Y se armará siempre, basado, apoyado y estructura a partir de las LEYES UNIVERSALES.

Deseo para todos, que esta sea la oportunidad.
Deseo que podamos ver que la la llave de la puerta de la esclavitud, queda puesta siempre, en la puerta.
Animate y GIRALA.
SABE de ese HOMbRE que es capaz de LIBERARSE A SI MISMO.
SE DUENO De TU PROPIA LIBERTAD.
SE ARTIFICE DE TU PROPIA VIDA.
SE RESPONSABLE de TU UNICA Y MARAVILLOSA FELICIDAD.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ
Silvia Dvoskin

Haftara Vaiejí

Shabat, 18 de Tevet, 5784
Sábado, 30 diciembre, 2023
Haftará: (Reyes I 2:1-12)
Melajim I (I Reyes) Capítulo 2

“…Y se acercaron los días de David en que moriría; y encargó a Salomón su hijo, diciendo: …” Todo padre siempre deja un legado. Un camino para que su descendencia lo continúe.

Es así, que esta Haftara nos relata que el Rey David le
encarga determinados senderos por los cuales su hijo Salomón, deberá continuar.

Al igual que David, nosotros como progenitores deseamos que nuestros hijos continúen por el camino correcto. Que sean personas de bien, que se conduzcan en la vida respetando a los demás. Que sean justos. Que continúen con las enseñanzas impartidas y nunca se desvien del camino de HaShem.

Tal cual como esta escrito en Reyes I 2:1-12 “…Si vuestros hijos guardan su camino, y andan delante de mí en verdad, con todo su corazón y con toda su alma, no les faltará…”

Es una gran misión la que les dejamos a nuestros hijos. Aunque así sea, debemos otorgarles las herramientas necesarias para que esto ocurra. Actuar con el ejemplo es una de ellas. Pero no sólo con esto es suficiente. Los debemos formar en consecuencia. Que aprendan a pensar y razonar por sí solos, de como deben actuar en determinadas circunstancias.

También guiarlos de no ser temerosos; que con fuerza de voluntad y sobre todos con esfuerzo y perseverancia todo se consigue.

Tal cual ahora, nuestros Jaialim lo hacen en Israel, defendiendo nuestra bendita tierra y buscando en cada rincón a los secuestrados para retornar a casa, poniendo toda su fuerza en pos de encontrar una paz para ahora y siempre.

Shabat Shalom
Am Israel Jai
Susy Lapilover

Parasha Vaiejí

¿Cómo vamos a recordar?

Llegamos a la última parashá de nuestro primer libro de Torá. En esta oportunidad nos encontramos nuevamente con Iaacov, padre de Iosef, protagonista del cual venimos hablando hace algunas semanas.

Al pensar en Iaacov, vuelve aquella historia donde compraba y tomaba la primogenitura de su hermano, aquella otra donde duerme sobre la piedra y sueña ver la escalera inmensa que conecta cielo y tierra. No me puedo olvidar tampoco de mencionar aquel esfuerzo que hace durante 14 años para perseguir y lograr casarse con aquella mujer que en solo una mirada, le prometió la vida entera.

Iaacov bendice a sus nietos, bendice a sus hijos y fallece.

La parasha continúa contándonos como Iosef lleva a su padre a la tierra de Cnaan para ser enterrado. Luego de esto Iosef vuelve a Egipto y fallece.

Y es ahí. Ahí donde aquel hijo, el que había sido vendido a egipto como esclavo, el hijo que tenía esa capacidad de interpretar los sueños, el que supo vivir su vida con la fe en su piel, aquel que sin nunca haber mantenido una conversación con Dios, sin haberlo visto, sin haberlo escuchado, confió ciegamente en él en cada una de sus historias, fallece también.

Antes de abrir el segundo libro, Shemot, hay preguntas que uno no puede dejar de hacerse.

¿Cómo los vamos a recordar?
¿Recordaremos a Iaacov como aquel que tomó la primogenitura?
¿Recordaremos a Iaacov como aquel que no se despidió sin antes regalar bendiciones?
¿Recordaremos a Iosef como aquel que puso una copa engañando a sus hermanos?
¿Recordaremos a Iosef como aquel que supo perdonar?

Cada historia cuenta. Por más duro que sea un final, un tropezón o un momento no podemos olvidar todo el resto de la historia.

Cuando un proyecto, una etapa, un libro o una compañía termina, tenemos que aprender a no quedarnos solo con el final. la Última parte fue solo eso, una parte.

Busquemos juntos el video completo, la historia entera y entonces así, que cada uno de esos dolores que tenemos guardados en algún lado, puedan transformarse en sonrisas del recuerdo.

Deseo de corazón podamos juntos abrir el segundo libro de la Torá, llevando con nosotros la historia completa, y así empezar otra etapa, llevando cada una de las sensaciones, aprendizajes y emociones que la anterior nos dejó.

Shabat Shalom
Brian Bruh

Haftarat Vaigash

¿La fiebre mundialista se puede comparar con los tiempos mesiánicos? Perdonen si estiro la analogía pero lo que hemos vivido en Argentina estos días se parece mucho a esa idea de unidad, que trasciende cualquier división. De eso habla la Haftará esta semana. Veamos: Comienza con D´s dando instrucciones al profeta Iejezkel para que tome dos trozos de madera y los inscriba con los nombres de los reinos judíos Iehuda y Iosef. D´s dijo: “Acércalos el uno al otro para que parezcan uno, y se unirán en tus manos”. El comentarista Radak interpreta esto en el sentido de que Iejezkel debe sostener las piezas una junto a la otra, y se unirán milagrosamente en una pieza sólida de madera. Explica que esto se refiere a la futura unificación milagrosa del reino judío. Las piezas individuales de madera representan los reinos separados de Israel.

Más allá de contar con la bendición a la dinastía de David Hamelej (rey David) el reino de Israel, esto no impidió la fragmentación. Poco después del fallecimiento de Shlomo Hamelej (rey Salomón), el imperio sufrió una grave división. Yeravam ben Nvat, descendiente de la tribu de Iosef, lideró una poderosa rebelión contra la dinastía de Judea y se hizo con el control de la mayor parte de la nación judía. La división fue tan intensa que el bando secesionista de Iosef cortó los vínculos con sus hermanos, para no volver jamás a ellos. Sin embargo, el profeta Iejezkel profetizó que estos reinos acabarían reuniéndose y formando una unidad inseparable. La unificación será tan perfecta que no dejará rastro de ningún debate anterior. El sentido de parentesco de la nación será tan grande que se comparará a una pieza sólida de madera, vacía de toda facción y fragmentación.

Casi siempre que leí o escuche algo sobre los tiempos mesiánicos (sino mal entendí) lo que más se destaca es la unidad, la común unidad. Sepan perdonarme queridos lectores , pero, todavía mi cabeza y cuerpo no salen de esa sensación mundialista (es más fuerte que yo). Creo que lo que mis ojos presenciaron era 1/10 de esos tiempos (saquémosle a aquellas personas que en vez de construir terminan destruyendo), personas abrazándose a desconocidos, sin preguntarle a quien votas o qué crees, chicos y chicas corriendo felices, gente ayudando a que otra persona logre algo, otros que le devuelven un celular robado al dueño, encontrando un documento y gritando para que el propietario aparezca, personas que se acercaron a un geriátrico para hacer felices a los abuelos y abuelas cantándoles! Había unidad, había cohesión social, había colores y una idea que estaba por encima de todo.

Iejezkel continúa y afirma: “Y Yo los purificaré, y serán una nación para Mí, y Yo seré Di-s para ellos… Mi Presencia Divina reposará sobre ellos… para siempre”. (37:23,28) Estos versículos predicen la fase final de la unidad: la unificación del pueblo. En la era mesiánica se cumplirán todos los aspectos del acuerdo.

Yo no sé en qué cree cada uno/a y hoy no se trata de debatir eso pero hoy después de todo lo vivido las palabras del profeta Iejezkel se volvieron posibles, lo vi y viví. Si lo logramos una vez estoy seguro que lo vamos a poder repetir. Elijo creer.

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Parashat Vaigash

“El hombre de fé ve el mundo con asombro como un niño” Abraham Ioshúa Heschel.

Quien tiene fé entiende que a pesar del caos que ve alrededor existe un orden, confía en que cada ser humano tiene un destino, cada cual tiene un desafío y un por qué en este mundo.

Aquel que se sigue asombrando a pesar del paso del tiempo es quien tiene la capacidad de mirar la vida, la historia, y encontrarle un sentido.

Es aquel que encuentra a Dios donde otros no lo ven.

En esta Parashá el hombre de fé es Iosef, alguien que a pesar de todo lo difícil que tuvo que atravesar en su vida, renace, y se re piensa como ser humano, con ideas claras y firmes entendiendo que la vida sin fe es una vida vacía sin sentido.

“Por favor, acérquense a mí”, les dijo Iosef a sus hermanos. Cuando se acercaron, él dijo: “¡Yo soy Iosef su hermano! Ustedes me vendieron a Egipto.

Ahora, no se preocupen ni se sientan culpables por haberme vendido. ¡Dios me ha enviado delante de ustedes para salvar vidas!”

Fueron posiblemente muchos años para Iosef de procesar el dolor del rechazo familiar, de creer que su mismo padre lo entregó a sus hermanos, de tratar de no vivir enojado todos los días por lo que le hicieron, de no llevar una vida basada en el rencor y el odio.

Es desde este lugar que él reconstruye su relación con la vida misma, donde se sigue asombrando por su alrededor y donde él ayuda a otros también a asombrarse. Especialmente confiando que todo “malo” que le sucedió, tiene una respuesta en su vida y un para qué.

Que este anteúltimo Shabat de Bereshit nos encuentre atravesados por la fe, podamos trabajar la idea de que todo puede ser diferente si lo miramos con otros ojos. Donde hasta el peor de los dolores se puede convertir en un llanto que abrace el alma y nos haga entregarnos a una vida plagada de energía.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftara Miketz

Melajim 3:15 – 4:1

Antes de comenzar con el comentario de nuestra Haftara de Miketz, quiero aprovechar para dar las gracias al Rab Avruj que hace seis años me convocó para sumarme al equipo de comentaristas y me dio el honor de poder compartir con todos ustedes mis pareceres y mis análisis. No quiero olvidarme de agradecer también a la querida
Norma Dembo, que tuvo que padecer mis errores de principiante. Este es el final de un hermoso ciclo.

Yendo directamente a nuestra Haftarah, me toca nuevamente abordar el tema de los sueños, pero esta vez el soñador es el Rey Shlomo. La sección que leemos esta semana comienza diciendo:
“.. וַיִּקַ֥ץ שְׁלֹמֹ֖ה וְהִנֵּ֣ה חֲל֑וֹם“ “Shlomo despertó, y resulta que fue un sueño”.

En un sueño, uno mismo puede ser el protagonista, de los sucesos que aconteces, o podría ser un mero espectador de tales sucesos. Verse protagonista es una imagen onírica que denota superación, sencillamente porque un protagonista tiende a proyectarse hacia un futuro activo, el espectador en cambio se entrega al devenir de los acontecimientos. Claramente el Rey Sholomo fue un protagonista comprometido con los sucesos. Tan compenetrado estaba que solo percibió que se trataba de un sueño recién cuando despertó.

Y luego se encuentra en vivo con la famosa historia de las dos madres que pelean por la tenencia de un hijo que ambas denuncian que les pertenecía. Aquí nomas el rey tiene la oportunidad de aplicar la sabiduría que le había sido otorgada como el protagonista de su propio sueño.

En su sueño el Rey no pidió nada para sí, sino tan solo sabiduría para gobernar al pueblo con justicia y equidad.

Seguramente si hubiera pensado en si mismo la situación hubiera sido diferente. Los sueños permiten conectarlo a uno mismo con su mundo interior, con la esencia donde las almas se aúnan, pues las diferencias entre los unos y los otros son a nivel externo, pero a nivel de la esencia se revela como la unión primordial, ya que la esencia no se presta a ningún tipo de división.

A través de su sueño el contacto con su esencia, le permite comprender que pensar solo en uno mismo no es la expresión del ser esencial, sino del superficial donde se establecen las diferencias entre unos y otros.

Para ilustrar un poco este concepto les voy a traer una pequeña historia.

Una vez, un maestro pidió a sus discípulos que explicasen la diferencia entre el Infierno y el Eden; cada uno trató de responder exponiendo sus teorías, las cuales el maestro rechazó, una por una. Hasta que el les confeso que la diferencia consistía en la “Actitud”.

Y les dijo: En el infierno los comensales tienen la mesa servida con los más exquisitos manjares, y para servirse de ellos cuentan con tenedores sumamente largos, por lo que es imposible llevárselos a su propia boca. En el Eden la mesa esta puesta de idéntica forma, pero la “Actitud” es completamente diferente. Cada comensal toma el tenedor y lo lleva a la boca de otro compañero, de esta manera todos puedes disfrutar del banquete. Debemos dejar de pensar continuamente en nosotros mismos.

Es por eso mis queridos amigos que el Rey Shlomo cuando pidió sabiduría estaba pensando en su pueblo no en él.

Vinimos a este mundo para Letaken Olam (corregir el mundo) no el propio, sino el nuestro, dónde nuestros compañeros deben estar considerados en nuestra conducta diaria. Seamos protagonistas de nuestros propios sueños y proyectemos nuestra vida hacia un futuro activo.

Shabat Shalom humeboraj.
Ari A. Alster.