Parasha Tazria

Estamos en el libro de Vaikra, libro que nos acerca a los rituales dentro del Mishkan. En esta parasha como en las siguientes, leeremos acerca de purezas e impureza físicas y espirituales.

En nuestra parasha Tazria abordamos el estado de impureza de un parturienta y su consecuente proceso de Mikve (inmersión). Luego la descripción de la enfermedad Tzaraat (psoriasis) que afecta también a la vestimenta, las casas y por último las impurezas causadas por fluidos corporales en general.

Nada más difícil de comprender y alejado de nuestra realidad. Lo puro y lo impuro tiene tanta mala fama …. Entonces la pregunta qué nos hacemos; ¿cuál es su mensaje?

Los sabios a través de sus textos encontraron también dificultades para comprenderlo y desarrollaron la interpretación de la Tzaraat, por ejemplo, a partir de decir que esa dolencia es producto de lashon hara, de la maledicencia, del chisme, la mentira, la injuria.

Pero ¿Por qué una mujer que acaba de dar a luz está en este listado? ¿Por qué la menstruación y la eyaculación pertenecen a esta lista?

Rab. Aron Soloveitchik su explicación. Él relaciona en concepto de impureza con del versículo del Salmo que dice: “Irhat Adonai tehora, omedet laad”. “el temor de Adonai es puro, dura para siempre”-

El rey David comprendió, en su libro de Salmos, que la pureza es eternidad. Por lo tanto lo impuro es aquello que se degrada, que muere, que se deteriora con el paso del tiempo. Es lógico, entonces comprender que el cuerpo de un fallecido impurifica; porque se descompone y de allí los rituales del lavado de manos a la salida del cementerio.

Volvamos a nuestras preguntas: ¿Por qué la menstruación y la eyaculación pertenecen a esta lista? Ambos representan la pérdida de un potencial de vida, lo que no fue y no tiene continuidad.

¿Por qué una mujer que acaba de dar a luz está en este listado? Porque ella perdió la vida que había en ella… y se siente vacía físicamente; su cuerpo siente la falta.

Todas estas revelaciones corpóreas se conectan con la dimensión espiritual. Intentan demostrarnos que hay emociones, relaciones, vínculos que se degradan y otros que debemos sostener y renovar para perpetuarlos. Ahora se entiende un poco más el ritual de purificación de la mikve, una inmersión en aguas vivientes, para recuperar la energía, el vigor, la intensidad de la vida.

Entonces podríamos agregar a la lista de estas situaciones muchos estadios de impureza; cuando dejamos morir relaciones de amistad o familiares por soberbia, cuando dejamos morir nuestra empatía, cuando dejamos morir nuestros valores. Hay tantas cosas importantes, que deberían perdurar y dejamos morir… Por eso nada mejor que concientizarnos y ser capaces de enfrentar nuestras impurezas, reconocerlas nos lleva a sumergirnos en la mikve y brindarnos una oportunidad de renovarnos y sanar. Hagamos el intento.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

Haftara Tazria

De la palabra a la acción

“En el octavo día, habrá de ser circuncidado…”
Vaikra 12:3

Y una vez más, vuelve aquel pacto que nace con Abraham e Itzjak. El Brit Milá, que generación tras generación sigue manteniendo vivas nuestras costumbres.

Esta vez propongo nos animemos a preguntarnos ¿para qué tenemos que hacer el Brit Mila? Si la respuesta fuese mantener vivo el pacto, podríamos pensar en el por qué hace falta el corte, ahora si cambiamos el por qué por un para que, nos preguntaríamos:

¿Para qué hacemos el corte en la piel?
La respuesta, como siempre, viene dentro de más preguntas.

¿Cuántas veces recibimos propuestas que nunca se llevan a cabo?
¿Cuántas veces hicimos promesas que nunca se hicieron realidad

El corte de piel es la marca que llevamos en el día a día, es aquello que hace que el pacto sea real. Que todas esas promesas se hagan realidad. Que todas las palabras tengan sentido y no hayan sido en vano.

Una vez más volvemos a hablar del día ocho, tal como lo hicimos la semana pasada donde buscamos ser nosotros quienes luego de 7 días de creación, 7 días de inauguración del templo y 7 días de vida, tomemos la posta y vayamos en búsqueda de construcción, haciéndonos cargo de cada promesa.

Deseo de corazón que todas aquellas palabras que aunque sea esta semana salieron de nuestros labios podamos trabajar para que tengan el valor que merecen y sean llevadas a la acción.

Shabat Shalom
Sem. Brian Bruh

Haftara Shemini

(IEJEZKEL 45:18 – 46:15)

La Haftará de esta semana, es la cuarta y última de las parashot especiales, que se leen en el mes de Adar, Parasha Hajodesh. Por eso, no leemos la Haftará semanal sino la que corresponde al Shabat Hajódesh, que está en el Libro del Profeta Iejezkel [45:18- 46:15].

El primer capítulo, nos enseña el profeta los ritos que deben cumplirse el primero del mes de Nisan. “…18. Así dice el Señor D’S: En el primer mes… tomarás un novillo sin defecto, y purificarás el santuario…”.

Lo que Iejezkel plantea, es que el pueblo exiliado en Babilonia, había sucumbido a sus costumbres, haciendo reverencias e incluso llegando a idolatrar el culto del lugar; por consiguiente se alejó de las enseñanzas escritas en la Torá.

Por esa razón, remarca todas las prescripciones dictadas por HaShem en lo referente a los sacrificios de Pesaj.

“…19. Y el sacerdote tomará de la sangre de la expiación y la pondrá en el marco de la puerta de la Casa, en las cuatro esquinas del borde del altar y en el marco de la puerta del atrio interior…”

Estas expiaciones, se debían hacer durante siete días “20…de los hombres equivocados e ingenuos y expiaréis la Casa…”.

Luego de ser realizarlas durante esos días para el altar, los hombres llevarián sus ofrendas “por el pecado” y “por la culpa”, alcanzando la expiación.

Sostiene el profeta que luego de esos primeros catorce días, “21…del mes, tendréis la Pascua, fiesta de siete días; Se comerá pan sin levadura…” o Matzá .

¿Estas dispuesto a festejar Pesaj los siete días, comiendo pan sin levadura?

A pocas semanas de recordar la salida de Egipto, es importante saber, qué debemos realizar en cada hogar.

Preparar y prepararnos, no sólo para las dos primeras noches, sino para los siete días de esa semana. Continuar con cada preceptos, enseñando a la nueva generación, como obtuvimos la libertad; dejando de ser esclavos; algo que no fue facil, ni de inmediato.

Cada acto que realicemos, nos hará rememorar cuanto nos ha costado la libertad a lo largo de la historia.

El pan sin levadura, fue hecho rapidamente, preparándose para el Éxodo.

Comer matzá o pan de la pobreza, nos hace pensar, que no siempre se tiene tiempo para dejar que un pan se eleve. Hay momentos, que solo podemos llevar lo puesto y ahí nos damos cuenta, que la vida es lo más importante que tenemos. Preservarla es primordial.

No dejemos que la levadura de la vida nos impida ver nuestra fuerza interior.

Mirar la levadura es observar tan solo el envase. Si nos mostramos frágiles volveremos a ser esclavos. En cambio, si somos conscientes de nuestro coraje, no podrán vencernos.

Está en cada uno, saber que todos los días son importantes. Recordardo la liberación del yugo opresor, nos hará mas libres siempre.

Te propongo este Shabat volver a sentir que esta en nuestro ser, la libertad y paz que todos necesitamos en Eretz Israel y el resto de la humanidad. Shabat Shalom.

Fdo. Susy Lapilover
🇮🇱 AM ISRAEL JAI🇮🇱
🇮🇱BRING THEM HOME NOW🇮🇱

Parasha Shemini

Vaikrah – 9 – 11

Esta semana leemos la PARASHÁH SHEMINI, la tercera del libro Vaikrah.
Por lo que significa que la energía disponible en estos días tendrá que ver con lo que sucede en nuestro texto, por supuesto no es literal, sino que habla de la fuerza, del enfoque, del rumbo en estos S I E T E días.

Algunos de los temas desarrollados son: la iniciación del servicio de los Kohanim, la muerte de Nadab y Abihú hijos de Aharon, MOshé enseña los Kohanim como comportarse durante el periodo de duelo, y les advierte acerca de que no tomar bebidas que embriaguen antes de servir en el Mishkán, intercambio de opiniones entre MOshé y Aharon, leyes de Kashrut aplicadas a los animales terrestres, a los peces, a los animales que vuelan y a los insectos, la impureza que representan los animales muertos y lo no apto o apropiado de comer cierto tipo de animales.

Esta porción tiene algo particular en el nombre… porque el nombre de esta parasha es
SHeMiNi, se llama OCtAVo. “y sucedió en el OCtAVo Día que Moshé”… así comienza.
Ya es particular que la Parasha tenga un numero por nombre, pero además, lo particular de este caso es que no lo ubica en un momento calendario, no ubica lo ”OCtAVo” en un mes ni en un periodo. No aclara el octavo día del mes tal o a los ocho días de tal episodio.
Sino que dice” y sucedió En El OCtAVo Día que Moshé… ” en el…”, qué significa eso?
en el OCTAVO día de qué? qué paso en ese tiempo “anterior” al octavo día?… lo que sucedió es que pasaron SIETE. Siete días… SIETE.

Denota que pasaron “siete algo”… antes del octavo…

Evidentemente como leemos la Torah, cada año, cada vez que leemos este versículo, (que esta separado de la porción anterior, donde hace referencia a un proceso de siete…)
Este es el octavo día DE ALGO… y como NO ACLARA el octavo día de qué, entonces asumimos que se trata de una ley universal… reconocemos que esta secuencia de SIETE, remata en OCHO que significa “algo…” queriendo decir que al octavo (día) (momento) de un proceso sucede algo específico.

Dias… días, son medida de algo… sí son 24hs, pero también son etapas en la evolución.

Entonces comenzamos a entender que El 7 (siete) define un proceso de completud, que son siete etapas las que conforman lo completo, lo pleno.
Cuando leemos que indica 7, habla de completar todos esos momentos del 1 al 7 para alcanzar determinada objetivo de evolución.
Siete días de la creación. Siete capas de atmósfera, Siete notas musicales, Siete colores, S I E T E… S I E T E… S I E T E…

Ahora bien… el OCtAVo!! es de esto de lo que queremos hablar, porque así se llama nuestra parashá. La energía disponible, la potencia que nos empuja y nos envuelve esta semana es de OCtAVo. es La fuerza de ShEMiNi…

Esta semana existe un balance perfecto de energías. Es decir que hay una desaparición de fuerzas opuestas. La energía está de alguna manera neutralizada, por lo que nuestras amarras están liberadas facilitándonos todo esto que es EL OCTAVO. La LIMITACION que el mundo físico ejerce sobre nosotros esta neutralizada. Y esto lo sabemos porque en en esta porción estamos parados exactamente en la mitad de la TOrah. Es decir, tenemos la misma cantidad de caracteres de un lado que del otro:
‎הַֽחַטָּ֗את דָּרֹ֥שׁ דָּרַ֛שׁ מֹשֶׁ֖ה
este espacio medio (exagerado en la muestra) entre las dos palabras es el punto medio de la Torah.
este espacio medio tiene dos palabras que se escriben exactamente igual, pero se pronuncian diferente.

Para poder pasar al OCTAVO, hay que atravesar ese proceso de SIETE, hay que elaborar y trascender esas SIETE etapas, ese ejercicio te llevara a ese punto medio donde las fuerzas opuestas se neutralizan y pasaras a ese OCTAVO, a ese OCTAVO ESTADIO, que es lo infinito

Los números en el saber judío aluden a una condición. Un número describe un contexto dentro de un proceso…y El OCHO, el OCTAVO, cuando sea que parece el OCHO, se refiere a lo que está por encima del mundo físico, a lo que trasciende las leyes de la naturaleza, alude a lo que supera lo conocido o natural. Porque lo natural es riguroso y predecible. Es imaginable y pronosticable.
El OCHO no.

El OCTAVO es ese estadío en el que trascendemos las leyes físicas y nos animamos a ser ilimitados.
El OCTAVO es ese momento en el que nos paramos por encima de lo natural, y logramos recuperar ese orden sobrenatural que era el Gran Eden.
El OCTAVO es ese momento en el que aparecen los milagros, justamente porque desafían y rompen lo natural, lo obvio, lo previsible.

Nos toca reparar ese universo sobrenatural que hemos roto.
Nos toca reconstruir ese mundo que va mas allá de lo siete colores del arco iris, que va mas allá de las siete notas musicales.
Nos toca devolverle a este mundo esa porción de luz que guarda escondida,
Nos toca restituir esa definición inicial que le devolverá a este universo su brillo original.

Estar en el OCTAVO DIA, estar en el OCTAVO NIVEL significa estar por encima de lo limitado. Es estar mas allá de lo restringido, de lo obvio, de lo predecible.
El OCtaVo día es salir de lo escaso, de lo pequeño, de lo insuficiente.
El OCTAVO día es encontrar ese lugar de quietud en donde la fuerzas se neutralizan. Es ese lugar donde el balance de energía es tal y es tan perfecto que no tengo que hacer algo para
que algo mejore en mi vida, simplemente tengo que poder ver cuán perfecta YA ES.

OCTAVO entonces, es un punto de vista.
OCTAVO, es una mirada.
OCTAVO, es poder ver lo que tenemos y eso es PERFECTO. Y comprender que esa LUZ o esa ENERGIa que tenemos es solo aquella que podemos ver. No es la que hay, sino es la que podemos dejar entrar,
Por eso para entrar al OCTAVO, limpiemos nuestro filtro. Ampliemos el lente.
Cambiemos nuestra percepción.
Porque TODA LA LUZ ESTA DISPONIBLE.

OCtAVo es ese día en el que uno alcanza lo infinito, alcanza ese momento sublime ilimitado e inagotable. Inmenso y perpetuo.
Y será después de SIETE. será después de haber completado los siete estadios anteriores.

El OCHO, el OCTAVO, EL INFINITO, no es ni mucho ni poco.
Es TODO ESO Y MAS.
Será lo que podamos percibir.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ.
Silvia Dvoskin

Parasha Tzav

Fuegos eternos

Parashat Tzav tiene a lo largo de sus palabras una dedicación especial a la importancia del fuego. “Y el fuego sobre el altar arderá en él, no habrá de apagarse, y quemará sobre él el sacerdote leños, mañana tras mañana… un fuego perpetuo habrá de arder sobre el altar, no habrá de apagarse” (Vaikrá 6:5-6).

El Mishkán, templo móvil en el desierto, nos invitaba a descubrir distintos fuego que debían ser parte del ritual y que no podían apagarse.

Uno de ellos, era el Ner Tamid, la lámpara perpetua ubicaba en el interior del Santuario.

Ese Ner Tamid era una de las siete luminarias que conformaban la Menorá. Hoy podemos ver en las sinagogas de todo el mundo, como sobre el Arón HaKodesh, hay una luz que siempre está encendida… esa luz recuerda el Ner Tamid del Mishkán.

Otro de los fuegos es el Esh Tamid, el fuego perpetuo que ardía sobre el altar, ubicado en el exterior del Mishkán. Este fuego servía como base para el fuego que quemaba los sacrificios. Debía arder siempre, por lo que los cohanim tenían la tarea de avivarlo y mantenerlos encendido con nueva madera cada día.

Dos fuegos, uno dentro y otro fuera. Uno que simboliza la Torá, como luz de vida, con sus enseñanzas iluminando el camino de nuestras vidas. Este fuego corre el riesgo de apagarse y al hacerlo, debía ser encendido con el fuego del exterior; aquel que nos vincula a las ofrendas, al esfuerzo, al trabajo cotidiano.

Fíjense la esencia del simbolismo: La luz de la Torá y su fuego solos no pueden sostenerse; necesitan de la acción de los hombres y mujeres, de nosotros, para ser alimentados día a día.

Y de eso se trata el mensaje de nuestra tradición, nada puede trascender si no hay vivencia, experiencia y dedicación. No se puede enseñar de un Seder de Pesaj; si no nos sentamos en una mesa leemos juntos, cantamos juntos y degustamos la matzá. No podemos enseñar sobre el concepto de Tefilá, si no participamos de una experiencia espiritual. Podemos sentirnos plenamente convencidos de nuestro “fuego identitario”; pero nos exige avivarlo cotidianamente en el exterior para fortalecerlo internamente.

Para que brille, ilumine, de calor.

Fuegos internos y fuegos externos, fuegos eternos que ardía en el Mishkán. Fuegos internos y fuegos externos de los cuales debemos ocuparnos. ¿Cómo? Cuestionando, estudiando, vivenciando, perteneciendo … dando sentido a cada ritual y encontrando el mensaje que nos transforme. Nada mejor que buscar en nuestras luces el mejor camino para transitar la vida. Nuestro pueblo por generaciones entendió que la Torá alberga toda esa sabiduría. Actuemos en consecuencia con nuestras decisiones y acciones alineadas a ella, para alimentar el fuego exterior y poder sentir internamente; que ambos fuegos son eternos y no se apagan.

Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas

Haftara Tzav

Esta semana leemos la haftará qué corresponde Shabat Parah.

Esta es la historia del profeta Iejezkel que tiene que marcarle los limites al pueblo por profanar la Casa de Israel y tomar el nombre de Dios en vano. El profeta venia a comunicarles que su falta de respeto a Dios provocó su exilio y dispersión.

Iejezkel dice que a Dios le preocupa la reputación de su nombre. Sólo por Su causa, Dios reunirá al pueblo y lo purificará. Les dará un corazón nuevo y les devolverá el espíritu sagrado para que el pueblo siga y ciude con fé las leyes de la Tora. Asi es que Dios también los purificará: “Os rociaré con agua limpia y seréis limpios” (36:25).

Cuando el pueblo se haya reunido en la Tierra de Israel, habrá abundantes cosechas de cereales y árboles llenos de frutos para que el pueblo nunca más sea humillado delante de las otras naciones. Los lugares en ruinas serán reconstruidos y los pequeños asentamientos se llenarán de gente.

Mi teologia personal esta un tanto distanciada de la idea de creer que por que no ciudamos ciertos mandamientos de la Tora entonces nos llegan maldades a nuestras vidas. Lo siento un tanto infantil ese espejo de Dios.

De lo que estoy seguro es que ante cada vicisitud que nos planteo la historia, las destrucciones a las que nos enfrentamos, los exilios la pérdida de nuestos lugares de estudio y vida judía, nos volvimos a levantar, volvimos a reconstruir sobre las ruinas y lo hicimos aun mejor.

Prefiero pensar que nuestra conexion es lo divino, y eso es lo que nos reune, desde donde sea, para fortalecidos en esa unidad, volver a pisar fuerte donde alguna vez habia cenizas, nos hacemos uno para enfrentar a quienes nos quieren ver derrocados y entonces salimos adelante.

Si tenemos Fe podemos sentir ese rocio de agua pura qué cae sobre nuestras cabezas y nos invita a seguir peleando por nuestra identidad cada dia.

Shabat Shalom
Sem Mati Bomse

Haftara Vaikra

En la Parashat Vaikrá, nos adentramos en el complejo mundo de los sacrificios, esos ritos que buscaban sostener o renovar la unión con lo Divino. Es una práctica que, a nuestros ojos modernos, puede parecer distante, pero que esconde una profunda búsqueda de conexión y redención.

La Haftará de esta semana, extraída del Libro de Isaías, se teje en el mismo telar de la búsqueda y el retorno. Nos sitúa en un escenario de exilio, donde la distancia física de Babilonia a Tzión se convierte en un espejo de la distancia espiritual entre el pueblo y su fe. Podríamos decir que aquí el exilio no es sólo geográfico, sino también del alma, un vagar por los desiertos de la identidad y la pertenencia.

Isaías, en su papel de mensajero, no sólo reprende, sino que también invita a la reflexión, creo que nos invita a ver en la historia no solo los hechos, sino también los sentimientos, las ausencias, lo que podría haber sido. La profecía de Isaías se convierte en una narrativa que apela a la introspección, a entender que la adoración perdida y los sacrificios olvidados son metáforas de una desconexión más profunda.

El diálogo de D´s con su pueblo sobre los ídolos es, en esencia, una reflexión sobre la autenticidad y la superficialidad. ¿Cómo podemos buscar la trascendencia en lo que es meramente transitorio? Creo que aquí el verdadero desafío de la fe es encontrar lo eterno en nuestras vidas cotidianas, transformar la madera, que podría convertirse en ídolo o en cenizas, en un puente hacia lo sagrado.

La Haftará nos recuerda que el regreso, tanto físico como espiritual, es un camino lleno de alegría y de reencuentro. No solo es volver a una tierra, sino volver a nosotros mismos, a nuestra esencia y a nuestra comunidad. La promesa de redención es, en realidad, una invitación a reconstruir nuestra relación con lo Divino, con los otros y con nuestro propio ser.

“¡Gritad de alegría, oh montañas, oh bosques con todos vuestros árboles!” no es solo un llamado a la naturaleza, sino a cada uno de nosotros, a celebrar la posibilidad del regreso, de la transformación y del renacimiento. Que este Shabat nos inspire a reflexionar sobre nuestras propias distancias y exilios, y sobre cómo podemos empezar el camino de vuelta a casa, a nuestro propio Tzión interior.

Shabat Shalom
Wally Liebhaber

Parasha Vaikra

El llamado

Desde el ultimo Simja Tora, fecha que jamás olvidaremos, recomenzamos a caminar por los libros de Bereshit y Shemot. Aprendimos sobre el origen de todo, Elohim, creando un mundo para que sus criaturas lo habiten y al Adam, su última obra maestra, llamado a ser Su socio en todo lo creado.

Leímos sobre muchos acontecimientos que entorpecieron esa sociedad, otros que permitieron esa conexión entre Creador y criatura, dando asi lugar al crecimiento y la expansión.

Estos dos libros, nos relataron la intención de Ashem, de seguir bajando luz al mundo a través de la humanidad. En innumerables ocasiones se revelo a nuestros patriarcas, en otras se oculto dando espacio al libre albedrio del hombre.

A lo largo de estos dos libros, Dios intervino directamente en la Creación de Hombre, en la Creación de una familia, en la Creación de un pueblo. y entendiendo la naturaleza humana, mejor que nadie, nos entrega la Tora, ese libro que sería nuestra guía en nuestro transitar por la vida.

Esta semana comenzamos un nuevo libro. Vaiykra: ¡y llamó!

Comienza una nueva etapa. Ashem ya hizo su parte, con lujo de detalles nos mostró cuales podrían ser las consecuencias de nuestros actos, a través de muchas historias con humanos como protagonistas. Nos lego un manual preciso de instrucciones de como construir un espacio sagrado y de cómo santificar nuestro tiempo.

A partir de Vaykra, somos llamados a cumplir nuestra parte en esa sociedad inicial.

Es nuestro turno de hacer la tarea. Dejar de esperar que alguien nos solucione nuestros problemas y ser nosotros los que buscamos elevarnos al encuentro de nuestra esencia, al encuentro con lo divino.
Vaykra, es el libro de los rituales. En el se detalla de manera precisa y minuciosa como activar el Mishcan, el tabernáculo.

Si nos atrevemos a mirar mas adentro de cada uno de esos rituales, y superar la primera idea de antiguo o inentendible para nuestra época, descubriremos la riqueza y la enorme información que tienen para ayudarnos en nuestro proceso de crecimiento personal.

Un ejemplo de esto, y asi empieza la parsahá, es contando la diferencia de los distintos “korvanot” o “sacrificios”. Esta es la traducción más común para esa palabra, y tal vez podemos comprenderla si tomamos en cuenta que significaban los sacrificios en esa época. En lo personal, prefiero traducirla como ese gesto que nos “acerca”. Karov en hebreo es estar cerca. ( Korvan y karov comparten su raíz).

Volviendo al detalle de los diferentes korvanot y tomándolos como eso gestos que nos acercan, me pregunte: ¿que nos acerca a quién?

La primera ofrenda que aparece se llama Ola, estos sacrificios de un animal especifico y con un procedimiento muy minucioso, debían consumirse por completo.

El fuego los quemaría y su humo se elevaría a lo mas alto. Por eso su nombre: Ola es elevación.

El segundo que aparece es una ofrenda vegetal: Menajot. Tiene un sentido más inclusivo ya que permite ofrendar a toda la gente sin importar su posición económica (los animales eran menos accesibles que la harina), y esta vez la ofrenda no era solo para Dios, sino que una parte era para Ashem y otra para los Sacerdotes.

El que sigue se llama Shlamim, para este sacrificio se flexibiliza un poco las características de los animales (puede ser ovino, vacuno, caprino, macho o hembra), y esta vez una parte de la ofrenda es para Dios, la otra para los Sacerdotes y la otra para la gente.

Continua… pero creo que para ejemplo sobra. Los korvanot son para acercarnos a la gente, a nuestros guías que en definitiva es a nuestra anterioridad y al Kadosh Baruj Hú.

Vaykra nos llama a acercarnos. A hacer lo que haya que hacer para buscar elevarnos, crecer espiritualmente. Nos muestra cómo. ¿Estas listo para responder al Llamado?

¡Shabat shalom a todos!
Grace Cobe

Haftara Pekudei

REYES 7:51-8:21

Es ésta la última de las cuatro haftarot donde nos encontramos con la descripción del primer Beit HaMikdash que se instaló en Ierushlaim ya bajo el reinado del rey Schlomó.

Era la idea del rey David erigir este mishkán, pero el rey David era un guerrero, había corrido mucha sangre en muchas luchas…y los tiempos que corrían eran difíciles económicamente también, con muy buen criterio y regido por los principios del judaísmo presentes hasta hoy, era importante que los más necesitados recibieran ayuda.

Orar…siempre se puede encontrar un buen lugar para orar, junto a amigos, en un campo, en un lugar apacible.

Ya habría tiempo para erigir un Beit Hamikdash, sin lugar a dudas, D’s reside más en los corazones que hacían tzedaká que en los que deseaban erigirle un lugar geográfico aunque este lugar sabemos que fue siempre, y siempre será Ierushalaim.

Así que desde el corazón de los hombres, betojam, entre ellos, D’s esperaría que llegara el momento en que Schlomó desplegara las tablas en la inauguración del Beit Hamikdash.

Nos dice Rashi que el día en que se erigió el Tabernáculo, Israel fue como una novia ingresando a la jupá.

PEKUDEI es ese día, ese encuentro.

Durante todos los años que duró nuestra travesía una nube era la que nos guiaba por el desierto, cuando la nube se posaba, parábamos, cuando emprendía nuevamente el camino, emprendíamos el nuestro.

La vida es un poco así, vamos andando, a veces nos toca una parada triste, otra una más alegre, pero siempre la nube divina nos acompaña.

Aunque el Beit Hamikdash esté en el lugar predestinado también está siempre dentro nuestro.

Shabat Shalom Umeboraj!
Am Israel Jai!
Norma Dembo

Parasha Pekudei

Parshat Pekudei da fin al segundo libro de la Torá, Shemot. Es la conclusión de una parte de la historia del pueblo judío en el desierto, el cierre de un proceso de liberación que comenzó en Egipto con la esclavitud y que culmina con la construcción de un lugar de culto propio, dando espacio a la liberación colectiva.

El Mishkan es el lugar donde la conexión directa con lo Divino se hace realidad, un templo móvil que albergaba la presencia de Dios a través de las personas que lo componían.

La Tora nos cuenta qué “la nube de Dios estaba sobre el Mishkan (Tabernáculo) de día y fuego había de noche en él” (Shemot 40:38)

La nube, dada su naturaleza, esconde y oculta las cosas, mientras que el fuego por el contrario, tiende a iluminarlas para que puedan ser vistas con claridad.

Hay veces que la vida misma nos nubla la vista, la mente, nuestras ideas. Hay días que sentimos qué llegan nubes que nos provocan ceguera y no permiten ver aquel tesoro oculto que se esconde la vida cada día.

Para otros, la vida es iluminada por el fuego, que viene a poner luz en aquellos lugares en donde aún reina el caos, viene a dar respuestas ante los misterios y vaivenes de nuestra vida.

Cada uno de nosotros es considerado como un santuario. Cuando sentimos que la luz nos ilumina como el fuego, y estamos convencidos que el camino que tomamos es el correcto, entonces la fortuna brilla sobre nosotros. Cuando solo vemos la nube sobre nuestras cabezas, la cual oscurece la vida, sentimos que el camino es incierto , y por ende la vida se nos hace cuesta arriba.

Nuestra parashá nos deja un poderoso mensaje, para poder abrir nuevos libros en nuestra vida, poder dejar atrás aquel pasado que nos nubla los días, debemos encontrar dentro de nosotros, en nuestro mishkan qué llamamos nuestra alma, el fuego que nos haga volver a levantarnos con fuerza todos los días, y de esa manera llenar de luz nuestros caminos, y especialmente el de quienes nos acompañan en cada paso que damos.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse