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Haftarat Beshalaj

Jueces 4-4:5-21

La Haftara de esta semana nos acerca la historia de la profetiza Dvorah. Tiene varios puntos en común con la parashá de hecho ambas protagonistas son mujeres, pero este año dado que este Shabat también lo denominamos ShabatShira nos vamos a introducir en el tema de la música. Claro que los que entienden el hebreo me pueden decir Sirah es canto y que música se dice Zimbra, entendemos que la música y la canción van de la mano.

Los que me conocen un poco saben que tengo cierta debilidad por los maestros Jasídicos, que nos han enseñado a vivir con la música y la alegría a flor de piel.

El Baal ShemTov demostraba un gran amor por el prójimo sin medir cuan cerca o lejos estaba en su cumplimiento de Torah y mitzvot. Tenía por costumbre llenar su mesa de shabat con muchos invitados. Donde se entonaban las brajot como correspondía, se comían exquisitos manjares, se escuchaban palabras de Torah, pero sobre todo se cantaba y con mucha alegría. Esto es lo que los invitados no podían olvidar y se encariñaban con el gran maestro. Y de esta manera lo comenzaban a frecuentar.

Los jasidim nos enseñan el concepto del Nigún.

El Nigún, además de ser la expresión musical cantada más profunda de la fe judía, destaca por tanto su total espontaneidad:cómo la fe se suscita en un transporte casi extático hacia Dios, ya sea motivada por la alegría, por necesidades de diversa índole o por necesidades de la ayuda divina, entonces el Nigún es ciertamente improvisado y ciertamente es la forma más fiel a las sonoridades de la música judía porque es precisamente la expresión interior más íntima de la espiritualidad litúrgica judía. 

Es una técnica de canto, a menudo con sonidos repetitivos como “bim-bum-bam” o “ai-ai-ai!” muchos no tienen letras y se hacen muy pegadizos y fáciles para poder cantar. De aquí y con posterioridad para seguir acercando gente al estudio los Jasídicos arman los famosos Farbrenguen. ¿Qué es un Farbrenguen?

En Yidish, la palabra farbrengen significa “pasar tiempo juntos”. Esta palabra viene a describir una reunión sincera y fraternal de jasidim, marcada por canciones y charlas. Cuando unRebe conduce un farbrengen, toma una atmósfera más formal cuando él se dirige a sus seguidores reunidos, comunicando sus pensamientos de Torá y sus mensajes para el mundo Judaico en amplitud.

Tengo la dicha de haber participado de muchos Farbrenguen, pero hay uno en especial que quedo en mi recuerdo en especial por que surgió de manera espontanea y llego a transmitir para todos los que estábamos esa tarde de Shabat en el templo de Jabad central en Nueva York. El rabino que lo condujo que obviamente no conocía, ni me acuerdo hoy su nombre, pero lo condujo de tal manera que quedamos todos los participantes como flotando sobre nubes de algodón.

Es por eso que con la filosofía de apertura que fomentamos en nuestra querida Amijai estamos pensando en programar nuestros primeros FarbrenguenAmijai. Hay un detalle más, que no les había revelados todavía, y es que las palabras de Torah y la alegría de los nigúnim se acompañan con bebidas espirituosas conocidas como Mashke y brindando con nuestro típico Lejaim.

Es por eso mis queridos amigos que en este ShabatShira podemos elevar nuestras almas empezando a entonar alegres nigúnim, acercarnos unas hermosas palabras de Torah, pero sobre todo viviendo esta vida que nos toca transitar con toda alegría como nos enseñó el Baal ShemTov.

Shabat shalom humeboraj.
Ari A. Alster.

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