Iejezkel 37 15 -28
Existe una interesante conexión entre los acontecimientos de la Parashá y la Haftara de esta semana. La Tora nos relata acerca de las trágicas consecuencias para la familia de Iaakov provocadas por el odio de los hermanos hacia Iosef. Asi también el profeta Ezequiel nos habla de la dolorosa división del pueblo de Israel, la pelea en el plano nacional y sus dramáticas consecuencias, la división de los Reinos de Juda e Israel.
Ambos textos son un llamado hacia la reflexión y el trabajo en el día a día para eliminar el odio y la enemistad , que nos llevan indefectiblemente hacia una dolorosa destrucción en todos los ámbitos de nuestra vida, personal, familiar y nacional.
En las palabras de D’s a Ezequiel:
Acércalos entre sí para que se conviertan en un solo palo, unidos en su mano
En su libro Iejezkel llama a la unión del pueblo de Israel, profetiza sobre la destrucción de Jerusalén y su posterior reconstrucción.
Que en estos tiempos difíciles para nuestra querida Medinat Israel, podamos ser receptores del legado de unión y reconstrucción nacional del profeta.
Shabat Shalom
Debi Fridman