Esta haftará se lee cada vez que Shabat coincide con Rosh Jodesh (un nuevo mes del calendario Hebreo). Esta semana termina el mes de Sivan, asociado a la capacidad de poder caminar, y comienza el mes de Tamuz, vinculado con la visión.
En el texto de la Haftará encontramos la profecía del profeta Yeshayahu. Nos habla acerca de cómo en la era mesiánica, cada Shabat y cada Rosh Jodesh todos vendrían al Templo a pie, para conectarse con D-s.
Estamos llamados a caminar hacia el encuentro de lo divino, pensar en un tiempo ideal, anhelado y mágico. La tradición nos llama a imaginar un tiempo perfecto, donde quisiéramos estar, pero por sobre todas las cosas nos pide caminar hacia ese lugar para que todo suceda.
El profeta continúa prediciendo lo que vendrá sobre Ierushalaim y el pueblo judío en el futuro, y cómo incluso las otras personas llegarán a reconocer al Kadosh Baruj Hu, ayudarán a restaurar a Am Israel en su tierra y en su Templo.
Rashi, el gran comentarista de la Torá, hace énfasis en que los ojos son los espías del cuerpo. Depende de como nos veamos a nosotros mismos es cómo podremos ser hacia el afuera. Depende cómo nos miremos al espejo del alma es qué podremos tener un futuro donde D-s , Am Israel y nuestra tierra sagrada sean una única unidad, fortalecida a pesar de tantos golpes.
La semana pasada leímos acerca de los espías en la parshá de Shlaj y cómo ellos ven una tierra imposible de atravesar. Depende de cómo miremos la vida es que vamos a caminar hacia el mejor de los futuros o nos quedaremos anclados en el tiempo.
Qué este nuevo mes de Tamuz nos llame a buscar nuestro propio destino, para tener la visión clara de dónde queremos estar, cuál será el lugar de Dios para el mundo qué nos rodea, nuestro lugar como pueblo de Israel y nuestros espacios sagrados donde poder expresar libremente quienes somos.
Sem Matías Bomse.