En Haftara Lej-Leja, el profeta Isaías ofrece al pueblo de Israel un mensaje de tranquilidad. ¿Por qué? Porque para el siglo VI a.e.c, Israel había estado en el exilio durante décadas, pero Isaías le dice al pueblo que D´s no los ha abandonado y que todavía está preocupado por su bienestar.
Alguna vez les dijeron “no es el qué, es el cómo” bueno…eso le pasa a Isaias. Él transmite un mensaje de apoyo y atención por lo divino, pero en un tono no muy simpático. La Haftará comienza con una reprimenda: “¿Por qué dices, oh Jacob , por qué declaras, oh Israel, ‘Mi camino está escondido del Señor, mi causa es ignorada por mi Dios’? ¿No sabes? ¿No has oído? El Señor es Dios eterno”.
Isaías le recuerda sin demasiadas vueltas a la gente que D´s todavía está involucrado en sus vidas y que sigue siendo todopoderoso (que suerte la nuestra). Al parecer D´s no nos abandono pero la gente se ha alejado un poco de su senda y han perdido la fé dejandose seducir por los idolos y dioses de otros pueblos. Isaías crítica esta elección, comparando los ídolos, que ni siquiera pueden sostenerse, con D´s, que es poderoso y fuerte. O sea, en criollo, les dice: ¿en serio vas a elegir y comparar a ese idolo vs el N°1 del Universo?
En Lej-Lejá, se le promete a Abraham que su descendencia será una gran nación, más numerosa que todo el polvo de la tierra. Para realizar este destino, Abraham tiene que soportar muchos desafíos y tentaciones. Así también, en la Haftará se le recuerda al pueblo de Israel que tendrán buena fortuna y grandes cosas en el futuro, si tan solo pueden ser como Abraham, siguiendo los mandamientos proscritos de D´s y resistiendo la tentación de los ídolos.
Shabat Shalom
Wally Liebhaber