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Haftará Lej Lejá

Esta semana leemos la tercera Parashiot de Bereshit, Lej-Lejá (Sal o Vete). Vemos 12:1 como HaShem le ordena a Abram (antes de cambiarle su nombre), que deje “…de tu tierra, de donde naciste y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré…”

En determinadas circuntancias podemos cambiar nuestro destino, ya sea dando Tzedaká o sea brindando caridad; Tefilá que significa rezando; Teshuvá mejorando nuestras acciones; Shinuir shem siendo renombrado; Shinuir hamakom, cambiado nuestra residencia, saliendo de nuestra zona de confort.

Todo esto le sucedió a Abram. Salió de la casa de su padre con su mujer Sarai, su sobrino Lot y otra gente que lo seguía. Emprendiendo un viaje que cambiaría su historia. Llegando a Canaán la tierra que sería declarada por HaShem para su descendencia. En esta travesía estuvo plagada de pruebas, que tuvo que sortear para poder llegar a ser el Primer Patriarca, transformando a Sara como nuestra Primera Matriarca. Pero ¿por qué razón el KaDosh Barjú puso a prueba la férrea voluntad de Abram? ¿Cómo impactó en él cambiar de nombre, cambiar de rumbo?

La vida en general, sería muy monótona si todo fuera lineal, armado, siempre lo mismo. Todo puede ser cambiado en un abrir y cerrar de ojos.

La verdad tenemos opciones que debemos utilizar.

Ahora si nos quedamos atrapados en nuestra comodidad de un sillón, sentados sin hacer nada, mirando la vida pasar, ya sea por miedo o indiferencia de lo que pasa a los demás, estas malgastando tu tiempo. Dirigiéndote por el camino equivocado. No irás a ningún lado.

Pero si en cambio, te paras y luchas en defensa de la libertad, de la justicia, del honor, estas caminando por el camino de la rectitud.

Si bien Abraham salió de su casa en busca de nuevos horizontes, también lo hizo para buscar en el mundo exterior la bondad, la rectitud, en un mundo lleno de caos, como era Sodoma.

Hoy nuestro planeta está en caos, vivimos acosados, por una guerra sin cuartel, que es el odio generalizado por ser, pensar y creer diferente.

Lamentablemente estamos acostumbrados a lo largo de los siglos a superar todas las batallas. Somos resilentes en cada momento que nos ha tocado vivir en la humanidad. Descendemosde Abraham, por eso sabemos que no nos quedaremos sentados de brazos cruzados. Nos levantaremos siempre.

Seguiremos buscando a los secuestrados, pediremos que nuestros jaialim regresen pronto sanos y salvos y que por fin llegue la paz a Eretz Israel. Shabat Shalom.

Susy Lapilover
Am Israel Jai
BRING THEM HOME NOW

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