En esta parashá se relata el cuestionamiento de la autoridad de Moshé y Aarón. Se produce aquello que llamamos, una crisis institucional. Koraj y doscientos cincuenta seguidores, desatan una revolución.
La Torá no explica detalladamente los argumentos de tal cuestionamiento, los psukim sólo testimonian que Koraj le dijo a Moshé y a Aarón; “Mucho poder tienen Ustedes!. En la comunidad todos son consagrados (todos somos iguales) y en su seno está Dios, ¿Por qué que se creen más que nosotros?”
Surge la pregunta obvia, ¿Por qué aparece este planteo, de repente? Si hasta el momento nadie se quejó.
Son muchas las posibilidades que se presentan: La primera: que Koraj supuso que sus primos (Moshé y Aarón) le darían un cargo importante; sin embargo, éste le fue otorgado a otra persona.
- De acuerdo con esta postura, a Koraj, le interesa el poder, por el lugar que el poder brinda y no por los méritos que hay que ganarse para acceder a él.
La segunda posibilidad: Es que el pueblo se acaba de enterar que vagará por el desierto durante 40 años.
- En esta postura, Koraj porque elige el momento de mayor dolor y angustia del pueblo, para alzarse contra Moshé. Pretende desestimar toda la tarea realizada.
- Koraj se convierte en los políticos; que conocemos de sobra… que aprovechan el malestar generalizado, para generar mayor desconfianza, mas bronca. Sin importar las consecuencias de sus actos.
En las palabras de Koraj no hallamos ninguna crítica profunda a la labor de sus primos. Sólo demagogia. Koraj deseaba el poder, que tenían otros, por lo que implica ser poderoso. Pero se olvida que el poder encierra un juego contradictorio, es el ser admirado, el tener la decisión, el ser querido (en algunos casos), el ser celado (en otros); como el ser cuestionado, criticado, expuesto y vapuleado.
Sin embargo, si somos capaces de abstraernos del análisis conocido de la historia, me queda la sensación de que: No todo lo que Koraj dijo, era totalmente incorrecto. No todo el planteo de Koraj es falso.
- Acaso está mal, preguntar o sugerir, ¿por qué no hay elecciones para la adjudicación de algún cargo?
- Acaso está mal, pelear por lo que él creía, una causa justa?
- Acaso está mal, criticar la gestión de los funcionarios?
- Acaso está mal, querer ser querido “un poquito más”?
Estos son planteos, que surgen constantemente en nuestras vidas; con amigos, con hermanos, con nuestros padres, con nuestros hijos, en nuestros trabajos.
Y estoy segura que si escuchamos el pensar de Moshé y Aarón, hubiesen dicho: OK! Vengan también ustedes a trabajar… No se sienten únicamente con el dedo acusador… sean ustedes los que ponen el cuerpo, el tiempo y el esfuerzo para liderar al pueblo…
En una Torá que está llena de valores éticos, morales y justos; a simple vista hay algo que no cierra, si se calla la manifestación de desacuerdo.
El planteo de Koraj tiene una arista de verdad, pero su bronca le impide ver un paso más allá. Le impide pensar cuál será su propuesta, qué es lo que él viene a ofrecer. Las polémicas y la divergencia, aparecen constantemente, el tema es saber aprehender de ellas y capitalizarlas.
Koraj no supo explotar la capacidad que tenía como hombre sabio. Koraj no tuvo confianza en sí mismo, al tener que valerse de sus bajos instintos para desestimar a Moshé; Koraj no se conformó con las tareas que le fueron asignadas, pero tampoco supo, buscar el espacio correcto para proponer aquellas que deseaba.
Quiera Dios darnos la sabiduría para que cuando luchemos por nuestros ideales, sepamos defenderlos con la convicción que nos caracteriza; pero haciéndolo por los medios adecuados y midiendo las posibles consecuencias… seguramente si es así, encontraremos eco en otros, que ayudaran a la causa y seremos capaces de aportar un granito de credibilidad y coherencia a este mundo, que tanto pero tanto lo necesita.
Shabat Shalom
Rab Sarina Vitas