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Parashat Ki Tetze

Dvarim 21:10-25:19

Nuestra Parashá nos ubica de pleno en el mes de Elul que estamos transcurriendo, donde nos vamos preparando individual y comunitariamente para un nuevo año desde la introspección de nosotros mismos.

Contiene casi un octavo de todas nuestras 613 mitzvot. ¿Por qué tantas en una misma Parashá?
Ki-Tetzé es en verdad una prolongación de la parashá anterior: Shoftim, que nos hablaba de lo colectivo, vamos ahora hacia lo individual.

Es como si se unieran las dos parashiot, se complementaran una a la otra.
Leíamos la semana pasada sobre nombrar a un rey, jueces, guardianes y hoy nos hablan que debemos poner la piedra justa para no alterar el peso de una mercancía (Devarim: 25-15), no oprimir al jornalero y al menesteroso de nuestros hermanos.
Es la justicia ejercida por cada uno en nuestra vida social y cotidiana. No aquella que se ejerce desde arriba como en Shoftim.

Entonces pensamos que el cambio debiera surgir desde abajo, desde nuestra conducta con nuestros semejantes todos los días. Esto es lo que podría realmente salvar a la sociedad.
Aquella famosa frase de “Educar al soberano”, al verdadero soberano, al pueblo.

Ki-Tetzé comienza con la halajá de la Iefat Toar, aquella mujer bonita tomada como prisionera.
Nos relatan que aquel que la tomara y la llevara a su tienda, debía darle 30 días para llorar a sus padres, debía afeitarse la cabeza ( símbolo de dejar atrás toda idolatría ), no cortarse las uñas, sacarse su vestido de cautiverio y usar otra ropa, se la “invitaba”, de alguna manera, a hacer introspección y sanar sus heridas, un tiempo de duelo.

Nuestros sabios del Zohar, relacionan este precepto con el mes de Elul, donde cada uno de nosotros debemos prepararnos, mirar en nuestro interior, descubrir nuestras idolatrías, reflexionar sobre nuestros actos, cómo afecta el estar o no estar para otros…Es un tiempo de examen.

Para construir una sociedad justa, equitativa, es necesario que veamos en nuestro prójimo el rostro de un hermano. Sólo así podremos salir a la guerra para ganar terreno, educación, bienestar para todos.

Me recuerda lo que el Talmud nos enseña, el día empieza cuando la luz nos permite ver el rostro del prójimo, sólo a partir de ese momento podemos decir el Shemá: Escuchá!
Fíjate qué necesita cada uno.

Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo

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Iamim Noraim
2022-5783

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