Esta parasha nos habla de los cuarenta y dos viajes y campamentos de Israel a través del desierto, los cuales son listados, desde el Éxodo de Egipto hasta el establecimiento en las planicies de Moab, al otro lado del río, frente a la Tierra de Cnaan.
La Tora nos cuenta acerca de dos libros qué están caracterizados por viajes. Shemot y el libro qué estamos cerrando esta semana, Bamidbar.
Shemot trata sobre el viaje desde. Bamidbar es el viaje hacia. Shemot es la historia del escape de la esclavitud. Éxodo, el nombre en español para el libro, significa justamente eso: partida, retirada, destierro.
En contraste, en Bamidbar, la gente ya dejó Egipto detrás. La estadía en el desierto de Sinaí quedó atrás, recibieron la Torá y construyeron un Santuario. Ya están listos para seguir adelante. Esta vez miran hacia adelante, no hacia atrás.
No están pensando en el peligro de la huida, sino en los desafíos del nuevo destino al cual se dirigen.
Pero el libro Bamidbar es mucho más oscuro que el de Shemot. Las rebeliones son más serias. El liderazgo de Moshé es más complicado. Lo vemos ceder, a veces, al enojo y a la desesperación.
Por lo qué la Tora nos está diciendo algo importante; el viaje desde es siempre más fácil que el viaje hacia.
La vida es un viaje. De ahí la importancia de saber desde el principio a dónde viajamos y nunca olvidar, nunca rendirnos.
Partir es fácil, llegar es difícil.
Podamos esta semana animarnos a partir pero convencidos de a dónde queremos llegar, cuáles son los espacios qué queremos conquistar, las personas qué queremos atesorar en ese trayecto y por sobre todo aquellos valores y objetivos qué queremos cuidar.
Shabat Shalom
Sem Mati Bomse