Parasha Shemot

Dedico este momento de respeto, de calma, de paz, de estudio de Torah a David Koner Z’L.

Completamos la semana pasada el Libro I de LaTorah, completado BeReiSHiT.
Esta semana inauguramos el Libro II de Latorah, SHeMoT.
SHeMoT, primera porción del libro II, el principio de una nueva etapa en estos “HIJOS”,
Tenemos entonces el segundo libro de la Torah y la primera porción del segundo libro, llamados “SHeMoT.” que significa Nombres.

SHeMoT que no significa Exodo (como suele estar traducido), SHeMoT significa Nombres.
El II libro de LATorah y la primera Parasha se llaman NOMBRES.

Ya hablamos de lo que es un NOMBRE
Sabemos que nombre es esa palabra que sintetiza y define la función de lo nombrado.
Sintetiza su capacidad, su misión. (habla de para que sirve, par que es útil, par qué inspira)
Nombre es la oportunidad de convocar “con intención” el poder de aquello que nombramos. Es la oportunidad de despertar LA CUALIDAD de eso que estamos llamando, atrayendo.

Nombrar algo o alguien es, ELEVAR SU FACULTAD, SU PROPOSITO, “eso” para la que fue creado.
Nombrar es la voz que suena cuando uno convoca la energía de eso que llama.
Y sabemos el poder que tiene la voz.
… “y dijo Ds haya Luz y hubo Luz”…
Convocar nombres es convocar poderes.
NOMBRAR ES CREAR.

Saber el nombre, conocer el nombre permite tener acceso a llamarlo, a traerlo, a acercarlo, a poder construir algo con eso que llamamos
Y eso sucederá en Sefer SHeMoT.

Ya pasamos la etapa de presentación de las herramientas de este juego.
En Sefer BeReiSHiT hemos conocido a los personajes, sabemos como se comportan, como actúan, como se desarrollan. Si acaso pudiéramos pensarlos como instrumentos o como mecanismos, podríamos rápidamente saber como funciona cada arquetipo. Podríamos de esta manera encontrar el núcleo de esa esencia. Podríamos rescatar la raíz de cada modelo.
Sefer BeReiSHiT es el libro que plantea las reglas de este juego.
Sefer BeReiSHiT formula las pautas de conexión y comportamiento de este sistema.

Sefer SHeMoT te pone a jugar.
Y ahora vendra la etapa de construcción, y la construcción se desarrollara conociendo poderes y atributos de la esencia de las herramientas y COMBINARLOS.
los NOMNBRES de Ds. en este libro se darán a conocer TODOS. Todos los atributos, poderes y energías Divinos se revelaran en Sefer SHeMoT.
Setenta y dos capacidades y facultades de Ds se manifestarán en Sefer SHeMoT

Conociendo EL NOMBRE, accederás al ALMA, (neshama -alma- shem -nombre-) ( נשמה ‫//‬ שם )

Parasha SHeMoT, Sefer SHeMoT nos da la bienvenida a la era en la que esta disponible la estructuración, la construcción, y todos los elementos para la creación.
Claro, hay que conocer EL NOMBRE. 🙂
Porque hay que saber como convocarlos, como llamarlos, como ATRAERLOs.
Y saber tendrá que ver con definirlo previamente, con armar un plan, con conocerlo.

Esta porción SHeMoT es COMO UN AñO NUEVO… ( sera casualidad???) este es el momento en el que “LOS HIJOS de Israel” van (o entran) a Egipto… GRAN OPORTUNIDAD.
y escrito en presente continuo, es decir que es algo que sucede todo el tiempo, es una constante esto de ENTRAR en una situación que esclaviza, que contrae, que ata.
Porque esa situación es a su vez LA QUE TE INCOMODA, TE SACA, y TE LIBERA.
Es la que te empuja, te ejecta, te lanza.
SIEMPRE claro, esto dependerá de tu predisposición, de tu evolución, de tu punto de vista, de la capacidad con la que puedas evaluar las situaciones.

El libro SHeMoT relata los episodios previos y los sucedidos durante el éxodo o salida de Egipto. Y también define el conjunto de LEYES UNIVERSALES que rigen sobre estos Hijos… porque cuando hablamos de HIJOS, podríamos estar hablando de los biológicamente concebidos o podríamos estar también hablando de todas aquellas CONSTRUCCIONES que somos capaces de desarrollar.
HIJO&CONSTRUCCION en hebreo constituyen la misma RAIZ :: BEN&BANUI
misma raíz etimológica mismo concepto espiritual.

El libro SHeMoT, estamos comenzando una etapa en la que recibimos toda la sabiduría de como construir un pueblo, como desarrollar un proyecto, como organizar y como alimentar un proceso para concretar un deseo.
Y se armará siempre, basado, apoyado y estructura a partir de las LEYES UNIVERSALES.

Deseo para todos, que esta sea la oportunidad.
Deseo que podamos ver que la la llave de la puerta de la esclavitud, queda puesta siempre, en la puerta.
Animate y GIRALA.
SABE de ese HOMbRE que es capaz de LIBERARSE A SI MISMO.
SE DUENO De TU PROPIA LIBERTAD.
SE ARTIFICE DE TU PROPIA VIDA.
SE RESPONSABLE de TU UNICA Y MARAVILLOSA FELICIDAD.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ
Silvia Dvoskin

Haftara Vaiejí

Shabat, 18 de Tevet, 5784
Sábado, 30 diciembre, 2023
Haftará: (Reyes I 2:1-12)
Melajim I (I Reyes) Capítulo 2

“…Y se acercaron los días de David en que moriría; y encargó a Salomón su hijo, diciendo: …” Todo padre siempre deja un legado. Un camino para que su descendencia lo continúe.

Es así, que esta Haftara nos relata que el Rey David le
encarga determinados senderos por los cuales su hijo Salomón, deberá continuar.

Al igual que David, nosotros como progenitores deseamos que nuestros hijos continúen por el camino correcto. Que sean personas de bien, que se conduzcan en la vida respetando a los demás. Que sean justos. Que continúen con las enseñanzas impartidas y nunca se desvien del camino de HaShem.

Tal cual como esta escrito en Reyes I 2:1-12 “…Si vuestros hijos guardan su camino, y andan delante de mí en verdad, con todo su corazón y con toda su alma, no les faltará…”

Es una gran misión la que les dejamos a nuestros hijos. Aunque así sea, debemos otorgarles las herramientas necesarias para que esto ocurra. Actuar con el ejemplo es una de ellas. Pero no sólo con esto es suficiente. Los debemos formar en consecuencia. Que aprendan a pensar y razonar por sí solos, de como deben actuar en determinadas circunstancias.

También guiarlos de no ser temerosos; que con fuerza de voluntad y sobre todos con esfuerzo y perseverancia todo se consigue.

Tal cual ahora, nuestros Jaialim lo hacen en Israel, defendiendo nuestra bendita tierra y buscando en cada rincón a los secuestrados para retornar a casa, poniendo toda su fuerza en pos de encontrar una paz para ahora y siempre.

Shabat Shalom
Am Israel Jai
Susy Lapilover

Parasha Vaiejí

¿Cómo vamos a recordar?

Llegamos a la última parashá de nuestro primer libro de Torá. En esta oportunidad nos encontramos nuevamente con Iaacov, padre de Iosef, protagonista del cual venimos hablando hace algunas semanas.

Al pensar en Iaacov, vuelve aquella historia donde compraba y tomaba la primogenitura de su hermano, aquella otra donde duerme sobre la piedra y sueña ver la escalera inmensa que conecta cielo y tierra. No me puedo olvidar tampoco de mencionar aquel esfuerzo que hace durante 14 años para perseguir y lograr casarse con aquella mujer que en solo una mirada, le prometió la vida entera.

Iaacov bendice a sus nietos, bendice a sus hijos y fallece.

La parasha continúa contándonos como Iosef lleva a su padre a la tierra de Cnaan para ser enterrado. Luego de esto Iosef vuelve a Egipto y fallece.

Y es ahí. Ahí donde aquel hijo, el que había sido vendido a egipto como esclavo, el hijo que tenía esa capacidad de interpretar los sueños, el que supo vivir su vida con la fe en su piel, aquel que sin nunca haber mantenido una conversación con Dios, sin haberlo visto, sin haberlo escuchado, confió ciegamente en él en cada una de sus historias, fallece también.

Antes de abrir el segundo libro, Shemot, hay preguntas que uno no puede dejar de hacerse.

¿Cómo los vamos a recordar?
¿Recordaremos a Iaacov como aquel que tomó la primogenitura?
¿Recordaremos a Iaacov como aquel que no se despidió sin antes regalar bendiciones?
¿Recordaremos a Iosef como aquel que puso una copa engañando a sus hermanos?
¿Recordaremos a Iosef como aquel que supo perdonar?

Cada historia cuenta. Por más duro que sea un final, un tropezón o un momento no podemos olvidar todo el resto de la historia.

Cuando un proyecto, una etapa, un libro o una compañía termina, tenemos que aprender a no quedarnos solo con el final. la Última parte fue solo eso, una parte.

Busquemos juntos el video completo, la historia entera y entonces así, que cada uno de esos dolores que tenemos guardados en algún lado, puedan transformarse en sonrisas del recuerdo.

Deseo de corazón podamos juntos abrir el segundo libro de la Torá, llevando con nosotros la historia completa, y así empezar otra etapa, llevando cada una de las sensaciones, aprendizajes y emociones que la anterior nos dejó.

Shabat Shalom
Brian Bruh

Haftarat Vaigash

¿La fiebre mundialista se puede comparar con los tiempos mesiánicos? Perdonen si estiro la analogía pero lo que hemos vivido en Argentina estos días se parece mucho a esa idea de unidad, que trasciende cualquier división. De eso habla la Haftará esta semana. Veamos: Comienza con D´s dando instrucciones al profeta Iejezkel para que tome dos trozos de madera y los inscriba con los nombres de los reinos judíos Iehuda y Iosef. D´s dijo: “Acércalos el uno al otro para que parezcan uno, y se unirán en tus manos”. El comentarista Radak interpreta esto en el sentido de que Iejezkel debe sostener las piezas una junto a la otra, y se unirán milagrosamente en una pieza sólida de madera. Explica que esto se refiere a la futura unificación milagrosa del reino judío. Las piezas individuales de madera representan los reinos separados de Israel.

Más allá de contar con la bendición a la dinastía de David Hamelej (rey David) el reino de Israel, esto no impidió la fragmentación. Poco después del fallecimiento de Shlomo Hamelej (rey Salomón), el imperio sufrió una grave división. Yeravam ben Nvat, descendiente de la tribu de Iosef, lideró una poderosa rebelión contra la dinastía de Judea y se hizo con el control de la mayor parte de la nación judía. La división fue tan intensa que el bando secesionista de Iosef cortó los vínculos con sus hermanos, para no volver jamás a ellos. Sin embargo, el profeta Iejezkel profetizó que estos reinos acabarían reuniéndose y formando una unidad inseparable. La unificación será tan perfecta que no dejará rastro de ningún debate anterior. El sentido de parentesco de la nación será tan grande que se comparará a una pieza sólida de madera, vacía de toda facción y fragmentación.

Casi siempre que leí o escuche algo sobre los tiempos mesiánicos (sino mal entendí) lo que más se destaca es la unidad, la común unidad. Sepan perdonarme queridos lectores , pero, todavía mi cabeza y cuerpo no salen de esa sensación mundialista (es más fuerte que yo). Creo que lo que mis ojos presenciaron era 1/10 de esos tiempos (saquémosle a aquellas personas que en vez de construir terminan destruyendo), personas abrazándose a desconocidos, sin preguntarle a quien votas o qué crees, chicos y chicas corriendo felices, gente ayudando a que otra persona logre algo, otros que le devuelven un celular robado al dueño, encontrando un documento y gritando para que el propietario aparezca, personas que se acercaron a un geriátrico para hacer felices a los abuelos y abuelas cantándoles! Había unidad, había cohesión social, había colores y una idea que estaba por encima de todo.

Iejezkel continúa y afirma: “Y Yo los purificaré, y serán una nación para Mí, y Yo seré Di-s para ellos… Mi Presencia Divina reposará sobre ellos… para siempre”. (37:23,28) Estos versículos predicen la fase final de la unidad: la unificación del pueblo. En la era mesiánica se cumplirán todos los aspectos del acuerdo.

Yo no sé en qué cree cada uno/a y hoy no se trata de debatir eso pero hoy después de todo lo vivido las palabras del profeta Iejezkel se volvieron posibles, lo vi y viví. Si lo logramos una vez estoy seguro que lo vamos a poder repetir. Elijo creer.

Shabat Shalom!
Wally Liebhaber

Parashat Vaigash

“El hombre de fé ve el mundo con asombro como un niño” Abraham Ioshúa Heschel.

Quien tiene fé entiende que a pesar del caos que ve alrededor existe un orden, confía en que cada ser humano tiene un destino, cada cual tiene un desafío y un por qué en este mundo.

Aquel que se sigue asombrando a pesar del paso del tiempo es quien tiene la capacidad de mirar la vida, la historia, y encontrarle un sentido.

Es aquel que encuentra a Dios donde otros no lo ven.

En esta Parashá el hombre de fé es Iosef, alguien que a pesar de todo lo difícil que tuvo que atravesar en su vida, renace, y se re piensa como ser humano, con ideas claras y firmes entendiendo que la vida sin fe es una vida vacía sin sentido.

“Por favor, acérquense a mí”, les dijo Iosef a sus hermanos. Cuando se acercaron, él dijo: “¡Yo soy Iosef su hermano! Ustedes me vendieron a Egipto.

Ahora, no se preocupen ni se sientan culpables por haberme vendido. ¡Dios me ha enviado delante de ustedes para salvar vidas!”

Fueron posiblemente muchos años para Iosef de procesar el dolor del rechazo familiar, de creer que su mismo padre lo entregó a sus hermanos, de tratar de no vivir enojado todos los días por lo que le hicieron, de no llevar una vida basada en el rencor y el odio.

Es desde este lugar que él reconstruye su relación con la vida misma, donde se sigue asombrando por su alrededor y donde él ayuda a otros también a asombrarse. Especialmente confiando que todo “malo” que le sucedió, tiene una respuesta en su vida y un para qué.

Que este anteúltimo Shabat de Bereshit nos encuentre atravesados por la fe, podamos trabajar la idea de que todo puede ser diferente si lo miramos con otros ojos. Donde hasta el peor de los dolores se puede convertir en un llanto que abrace el alma y nos haga entregarnos a una vida plagada de energía.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

Haftara Miketz

Melajim 3:15 – 4:1

Antes de comenzar con el comentario de nuestra Haftara de Miketz, quiero aprovechar para dar las gracias al Rab Avruj que hace seis años me convocó para sumarme al equipo de comentaristas y me dio el honor de poder compartir con todos ustedes mis pareceres y mis análisis. No quiero olvidarme de agradecer también a la querida
Norma Dembo, que tuvo que padecer mis errores de principiante. Este es el final de un hermoso ciclo.

Yendo directamente a nuestra Haftarah, me toca nuevamente abordar el tema de los sueños, pero esta vez el soñador es el Rey Shlomo. La sección que leemos esta semana comienza diciendo:
“.. וַיִּקַ֥ץ שְׁלֹמֹ֖ה וְהִנֵּ֣ה חֲל֑וֹם“ “Shlomo despertó, y resulta que fue un sueño”.

En un sueño, uno mismo puede ser el protagonista, de los sucesos que aconteces, o podría ser un mero espectador de tales sucesos. Verse protagonista es una imagen onírica que denota superación, sencillamente porque un protagonista tiende a proyectarse hacia un futuro activo, el espectador en cambio se entrega al devenir de los acontecimientos. Claramente el Rey Sholomo fue un protagonista comprometido con los sucesos. Tan compenetrado estaba que solo percibió que se trataba de un sueño recién cuando despertó.

Y luego se encuentra en vivo con la famosa historia de las dos madres que pelean por la tenencia de un hijo que ambas denuncian que les pertenecía. Aquí nomas el rey tiene la oportunidad de aplicar la sabiduría que le había sido otorgada como el protagonista de su propio sueño.

En su sueño el Rey no pidió nada para sí, sino tan solo sabiduría para gobernar al pueblo con justicia y equidad.

Seguramente si hubiera pensado en si mismo la situación hubiera sido diferente. Los sueños permiten conectarlo a uno mismo con su mundo interior, con la esencia donde las almas se aúnan, pues las diferencias entre los unos y los otros son a nivel externo, pero a nivel de la esencia se revela como la unión primordial, ya que la esencia no se presta a ningún tipo de división.

A través de su sueño el contacto con su esencia, le permite comprender que pensar solo en uno mismo no es la expresión del ser esencial, sino del superficial donde se establecen las diferencias entre unos y otros.

Para ilustrar un poco este concepto les voy a traer una pequeña historia.

Una vez, un maestro pidió a sus discípulos que explicasen la diferencia entre el Infierno y el Eden; cada uno trató de responder exponiendo sus teorías, las cuales el maestro rechazó, una por una. Hasta que el les confeso que la diferencia consistía en la “Actitud”.

Y les dijo: En el infierno los comensales tienen la mesa servida con los más exquisitos manjares, y para servirse de ellos cuentan con tenedores sumamente largos, por lo que es imposible llevárselos a su propia boca. En el Eden la mesa esta puesta de idéntica forma, pero la “Actitud” es completamente diferente. Cada comensal toma el tenedor y lo lleva a la boca de otro compañero, de esta manera todos puedes disfrutar del banquete. Debemos dejar de pensar continuamente en nosotros mismos.

Es por eso mis queridos amigos que el Rey Shlomo cuando pidió sabiduría estaba pensando en su pueblo no en él.

Vinimos a este mundo para Letaken Olam (corregir el mundo) no el propio, sino el nuestro, dónde nuestros compañeros deben estar considerados en nuestra conducta diaria. Seamos protagonistas de nuestros propios sueños y proyectemos nuestra vida hacia un futuro activo.

Shabat Shalom humeboraj.
Ari A. Alster.

Parasha Miketz Jánuca

Estamos viviendo la hermosa fiesta de las luces, conocida también como la fiesta del milagro. ¿Cuál fue el milagro verdadero?

Algunos dicen que el milagro fue que el aceite que encontraron luego de la destrucción del Templo, duro 8 días, otros que en realidad el milagro fue haber encontrado el aceite, y otros que el milagro fue que alguien, sabiendo que la destrucción terminaría, esconde un aceite apto para la Menora esperando que otro alguien lo encontrase.

Una mano para otra mano, sin ningún tipo de esperanza divina.

En Jánuca somos llamados a encender nuestra Janukia en la ventana que da a la calle, y el motivo de esto es que aquellos que estén del otro lado del vidrio, aquellos que no tengan a donde ir, se encuentren con nuestras luces y en ellas la esperanza de poder encontrar un norte.

En el paso del tiempo entendimos, que no hay posibilidad de esperar a que algo suceda, sino rezar con los pies y ser nosotros hacedores de grandes milagros.

Venimos estudiando la historia de Iosef, aquel gran Rey de los Sueños, quien tuvo la suerte o mala suerte de que todo, absolutamente todo le saliera mal.

Me explico:
– Nace siendo hijo preferido, sus hermanos lo odian.
– Crece solo y al querer juntarse con los hermanos, es tirado a un pozo y vendido a Egipto como esclavo.
– Crece en egipto hasta transformarse en alto jerarca del país entero y vuelve a ser arrojado a otro pozo con forma de carcel, donde pasa tiempo allí, volviendo a ser nadie, querido por nadie.
Pero Iosef, tiene algo que lo hace único. Iosef es un soñador.
Él nunca deja de soñar para volver una nueva vez a lograr sus sueños.

Todos en algún momento somos Iosef, sentimos que vamos de pozo en pozo, que todo sale mal, pero nunca debemos dejar de soñar para llegar alto.
Todos somos una vela de Jánuca en la ventana de nuestro hogar. Tenemos la oportunidad de ser luz y milagro para los nuestros, y los que están afuera.

Sepamos todos, que los milagros no caen del cielo. Los verdaderos milagros, salen de tus manos y tus pies.

¡Shabat Shalom Amijai!
¡Jag Sameaj!
Sem. Brian Bruh

Haftara Vaieshev

AMOS 2:6-3:8

Esta es la Haftará que acompaña a la parashá de los sueños de Iosef.

Amós vivió en el siglo VIII aec no se consideraba a sí mismo como un profeta sino más bien como un criador de ganado y un dueño de sicomoros.
Su amplia profecía lo muestra muy sensible a cualquier tipo de crueldad, poniendo el acento en las transgresiones y en el maltrato del hombre por el hombre y antepone a esto los preceptos de la Torá en nombre de D’s.

“ Si Israel no vive de acuerdo a la Torá no es mejor pueblo que los etíopes o los filisteos”.
“ Su libro termina con el vaticinio de días de hambre y sed en la tierra: más no hambre de pan ni sed de agua, sino para escuchar las palabras de A’d”. ( Rab Edery, z’l)

Es en este punto donde encontramos una referencia a la parashá ( 2:6 ), cuando refiriéndose a la historia de Iosef y sus hermanos nos recuerda que “…porque ellos han vendido por plata al justo”.
El justo, Iosef hatzadik, como lo conoce nuestra tradición.
Justo porque supo revertir dentro de él lo que había ocurrido, porque pudo volver hacia D’s y reconocer que su “ profecía”, aquella que le traían sus sueños y le decían que todos iban a reverenciarlos debía tener otra comprensión y su ego debía reconocer un valor mucho más importante y fundamental que él mismo.

Tal como nos recuerda nuestro profeta, D’s nos invita permanentemente a hacer Teshuvá, a mirar dentro nuestro, a tener el beneficio de comprender que los preceptos que el judaísmo llama ben adam la javeró, o sea el cuidado entre el hombre y su prójimo, son los que verdaderamente convocan a D’s para acompañarnos en nuestro camino.

Quizás lo más fundamental sea poder pensar que cuando nos colocamos en el centro de nuestras necesidades y deseos, sin mirar a nuestro alrededor nos vemos investidos de la túnica de Iosef y corremos el riesgo de creernos los mejores ante los que todos se inclinarán.
Esto es la idolatría misma, nosotros nos ofrecemos como ídolos y perdemos de vista que tenemos semejantes.

Si esta Haftará y su relación con la parashá nos llevaran a reveer dentro de nosotros mismos a qué ídolos adoramos, tendríamos la posibilidad de hacer Teshuvá como el profeta nos propone, como Iosef lo logró y el mundo se nos ampliaría maravillosamente.
Evitaríamos que todo quede encerrado dentro del marco del nitrato de plata que es el espejo.
Ese que nos muestra los engaños si sabemos verlos y que conducen a historias donde buscando justicia se cometen incestos, tal como la historia de Iehudá y Tamar que nos relata la parashá y a la que de alguna manera hace alusión Amós.
Nuestros sabios nos enseñan que ningún poder tiene la fuerza para evadir la profecía ya que …” las palabras de los profetas nos conmueven e inspiran a través de milenios y centurias”.
Nunca son casuales los hechos que nos acompañan y que luego los vemos como históricos.
No fue casual el desmoronamiento de aquella época, de su sociedad desgarrada.
Tampoco son casuales los hechos con los que convivimos.
Si D’s, tal como el profeta nos recuerda, destruyó a los emoritas que eran el pueblo más fuerte y soberbio de los siete pueblos de esa época, ya sabemos que no debemos imitarlos porque ese destino ya estaría escrito.
La Torá nos ofrece un sistema de bienestar, nos invita a encontrar en cada prójimo algo de nosotros mismos, de nuestros defectos y virtudes.
Ayudarnos a ser mejores los unos con los otros pareciera ser el camino para poder asentarnos en nuestra tierra.

Shabat Shalom uMeboraj
Am Israel Jai!

Norma Dembo

Parasha Vaieshev

Esta semana leemos parashá Vaieshev, esta es la historia de un hombre llamado Iosef, amado por su padre y odiado por sus diez hermanos. Iosef era de lo más simpático pero, al parecer, no era muy consciente de lo que generaba cuando compartía sus sueños con el resto de su familia. Sus relatos eran más o menos así: “tuve un sueño donde todos ustedes se van a arrodillar frente a mí”. Nada en contra de los sueños (porque, como dice Kevin Johansen, “Qué lindo que es soñar”). Pero Iosef, al parecer, no tenía ese tacto para contar un sueño sin que los hermanos se lo quieran comer en un pan. A tal punto que, una vez, planean matarlo. Rubén, el hermano mayor, plantea que le parece algo exagerado matar a un hermano, por lo que deciden realizarle un castigo menor: tirarlo a un pozo, y luego venderlo.

Iosef llega a Egipto, trabaja para Potifar y tiene tan buena suerte que su mujer lo quiere seducir. Iosef se niega, pero la mujer lo denuncia y lo condenan a prisión. En la cárcel, conoce a dos personas: al escanciador y al panadero (ninguna relación con el de Boca). Ambas personas tienen un sueño que los perturbaba y Iosef, de manera muy amable, los atiende interpretando cada sueño. Al Panadero le dice: “En tres días, el rey te va a llamar y te va a matar” . Pero al escanciador le dice “En tres días, el rey te buscará y volverás a tu trabajo”.

De manera muy interesante, el texto nos regala esta perla que Iosef le dice al escanciador: “Mencióname ante Parho y sácame de esta casa” (Bereshit 40:14).

Iosef pide una mención, tal vez sea el primer pedido de mención pre era de redes sociales, donde todos/as piden una mención. Pero, pensando un poco más profundo, yo entiendo que el pedido es un mecanismo para mirar atrás en la historia de cada uno de nosotros, en modo de agradecimiento.

Lo que el escanciador no debe de olvidar es que, gracias a quien está donde está, como el recibió esa ayuda, que la pueda devolver. A veces, no somos muy conscientes de todos los procesos que conllevan algunas situaciones. Como alguien bien me supo contar, cuando compramos una botella de vino y le agradecemos al vendedor/a que nos atendió, en verdad esa persona le debe de agradecer o mencionar al que produce el vino, el que produce el vino, a aquel que lo embotelló, luego al que preparó y lo estacionó, ellos/as a los que recogieron el fruto, los otros a los que lo plantaron y así sucesivamente.

En la mención tenemos un desafío con la memoria, de no olvidar gracias a quienes estamos donde estamos.

Shabat Shalom
Wally Liebhaber

Parasha Vaishlaj

EL QUE LUCHA NUNCA PIERDE

Era Iaakov un hombre práctico. Y tomó medidas para el encuentro con su hermano Esav, para encontrar “gracia” ante sus ojos…para no ser atacado.
Nunca parecen ser fáciles las relaciones con nuestros familiares como nos recuerda Rambán y nos invita a tomar esta situación como ejemplo de algo a ser aplicado a generaciones futuras…las nuestras por ejemplo.
Cómo continuará la lucha con los Esav que Israel encuentre en su camino?

Como temió Iaakov por su familia la puso en resguardo todo lo que pudo, estratégicamente.
Y hecho esto se quedó solo aquella noche, y nos cuenta la Torá que un hombre luchó con él hasta despuntar el alba y al no poder ganarle éste torció la articulación del muslo de Iaakov en su lucha.
El ángel lo da por vencedor.
Luchó Iaakov por una bendición, seguramente aquella que alguna vez usurpó, y ahora la consiguió genuinamente, sin bajar los brazos, sin disfrazarse de otro, sin tener que escapar.
“No más Iaacov será llamado tu nombre, sino Israel…”
No más “retorcido”, ambiguo, sino recto.

Quién podría decirse a sí mismo que siempre es Israel o siempre es Iaacov?!
Nuestro Libro nos habla de nuestra vida, de cómo somos, y nos lo muestra a través de nuestros patriarcas.

Y se reencontraron en paz, pero Esav no quiso tomar lo que Iaacov le ofrecía, él dijo que también tenía mucho.
Más allá de pensar que verdaderamente los dos habían logrado su riqueza material hay una especie de desprecio en la conducta de Esav. Podemos leerla como un mensaje a Iaakov de que no necesita aplacar su ira porque ya dejó de lado su encono.
Pero también podemos escuchar “ De vos no quiero nada”
Hay un algo enojoso en eso de no aceptar un regalo, en un”no es necesario”, no necesito lo que me ofrecés.
Y se separaron los dos, sus posesiones eran muchas y necesitaba cada uno su espacio.
Inevitablemente nos trae el recuerdo de Abraham y Labán y las elecciones de cada uno en la vida.

Y ganó Iaakov la partida, porque luchó, esa fue su gran victoria, no bajó los brazos durante toda la pelea.
El ángel le dice “ Ki Sarita “, no porque venciste sino porque luchaste.
Y luchó más allá del miedo y la angustia que tuvo.
Tuvo miedo de morir pero también seguramente tuvo miedo de matar.
Que podamos en este Shabat Vaishlaj encontrarnos con nuestras ambigüedades y podamos luchar y entonces vencer.
Tendremos a D’s siempre a nuestro lado si no bajamos los brazos y luchamos cotidianamente por un mundo mejor para todos.
Recordemos que Israel es
“ …un hombre lapidado, incendiado
y ahogado en cámaras letales,
un hombre que se obstina en ser inmortal
y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,
hermoso como un león al mediodía”

Jorge Luis Borges

Am Israel Jai!
Shabat Shalom Umeboraj!
Norma Dembo