Haftara Ki Tavo

IESHAIAHU 60:1-22

Esta haftará es la sexta de la siete de nejamá ( consuelo), todas ellas pertenecientes a este profeta.

Vamos así haciendo nuestro camino hacia Iamim Noraim.
Unida a la Parashá nos habla de nuestro camino en el desierto, de esos cuarenta años producto de la actitud de los merraglim, de los que fueron a explorar la Tierra Prometida y sólo dos fueron capaces de ver lo que D’s nos había prometido, una tierra que mana leche y miel por la que, como todo lo que consideramos valioso, hay luchar para conseguirlo.

El profeta nos habla de salir de las oscuridades, de buscar la luz, el regocijo y el bien.
Entendemos que nos habla de los vaivenes del mundo, de poder cambiar nuestra forma de pensar.

Reparar sería la palabra justa, reparar el pecado del becerro de oro, que expiamos cada Iom Kipur.
Hacer teshuvá, poder volver dentro de nosotros, hacer introspección y encontrar la manera de ir hacia la luminosidad de Israel, en forma concreta o metafóricamente, así se encuentra la Tierra dulce y abundante.

Somos seres que podemos modificar la historia a nuestro paso, somos capaces de realizar profundos cambios. Para eso tenemos que proponérnoslo y trabajar en ello.

Pobres las naciones que no tienen arreglo! Nos dice el profeta, de aquellas que no se unen para cambiar la historia.

“Un arameo errante era mi padre”, leemos en la parashá y la haftará nos muestra el camino y nos da la esperanza de poder lograr cambios positivos.

Por toda nuestra historia, por no poder haber visto la Tierra Prometida como un lugar con leche y miel es que la mitzvá de los bikurim debemos llevar a cabo.

Es tiempo de reflexión, de mirar dentro nuestro y hacer nuestra ofrenda.
De abrir nuestras manos y dar, reparar.

Shabat Shalom Umeboraj!
Am Israel Jai
Norma Dembo

Parasha Ki Tavo

Al Eterno elegiste hoy para ser para vos, Dios… Y el Eterno te eligió para ser para Él su pueblo como un tesoro qué posee. (Devarim 26:17-18)

En nuestra Parashá, el pueblo de Israel se encuentra en la tierra de Moab preparado para la conquista de la tierra de Israel. Es ahí mismo frente al río Jordán, que el pueblo vuelve a hacer un pacto con Dios, similar al que sucedió en el desierto del Sinaí con la generación anterior, cuando recibieron la Torá en manos de Moshe.

¿Pero por qué volver a hacer un segundo pacto?

En el desierto a pesar del contexto adverso, todo era más “sencillo”, más cómodo. La conducción del pueblo un milagrosa y sobrenatural. Se alimentaban con alimentos que caían del cielo (el man y las codornices), y tomaban agua de un pozo que los acompañó siempre. La defensa frente a los peligros cómo los animales salvajes y los enemigos, estaban en manos de las columnas de fuego y de nube que los custodiaban.

(Rafi Albaz, Iunei Shabat, 1990)

Ahora a punto de ingresar a la tierra prometida, vemos al pueblo de Israel necesitando la ayuda de una conducción natural y terrenal.

El segundo pacto es necesario para entender que ahora son ellos los qué tendrán qué trabajar para comer y deberán luchar con su espada para defenderse.

Nosotros podemos vernos como aquel pueblo, a punto de ingresar en un espacio sagrado cómo Rosh Hashana y Iom Kipur. Frente a nosotros está el enorme desafío de cerrar una etapa, un ciclo, y entonces comenzar un nuevo año renovados.

Para poder llegar preparados a nuestros Iamim Noraim, en donde lo que venimos a buscar es la conducción de lo espiritual, a Dios en nuestras vidas. No nos podemos olvidar de aquella conducción natural y terrenal antes de encontrarnos con lo divino.

Qué este tiempo de Teshuva, de introspección personal, nos llene de coraje para poder perdonar y buscar el perdón de aquellos qué lastimamos, retornar a aquellos que tengamos lejos, enmendar nuestros errores, agradecer a aquellos que nos sostienen, valorar a quienes nos hacen ser quienes somos y por sobre todas las cosas trabajar como un solo pueblo, sabiéndonos bendecidos por el solo hecho de tenernos cerca y ser parte de una misma historia.

¡Shabat Shalom!
¡Shana tova!
Sem Mati Bomse

Haftara Ki Tetze

Haftará Isaías 54:1-10

La Haftará que leemos esta semana corresponde a la Parashá Ki Teitzei, del Libro Debarim -Deuteronomio-, que siempre cae durante el mes de Elul.

Esta Haftará Ki Teitzei, es la quinta de las serie de siete de “Lamentaciones”, que figuran en el libro del Profeta Isaías; que se lee cinco semanas después del 9 de Av. Las dos restantes, se leerán hasta Rosh Hashaná.

Es en el Libro de Lamentaciones, donde el Profeta Isaias, (Nebiím Ajaronim -Profetas Posteriores-), nacido en el siglo VIII (antes de la era común), expone sus profecías.

En ellas, expresa su preocupación porque tanto el Rey, como el pueblo, pecaban alejandose de los mandamientos de la Torá. Su sincera preocupación, no solo era prevenir las desgracias si no cambiaban la conducta; también daba esperanza al pueblo, que en el futuro llegarían tiempos de paz.

En su primer pasuk -versículo- “54:1 … Canta, oh estéril, que no había dado a luz; entona un canto y grita de júbilo la que no tuvo parto; porque serán muchos los hijos de la desolada que los hijos de la casada, dice Adonai…” La alegoría, expresada acá por el profeta, hace referencia “a una mujer que no tuvo hijos”, comparándola a una Yerushalaim vacía, destruida, con todos sus hijos afuera, en el exilio.

Si bien el rosto Divino no puede verse, a pesar de la oscuridad, la esperanza aparece en su penúltimo versículo haciendo mención a Noah y el Diluvio “54:9 …Como las aguas de Noah esto es para Mí, así juré que no habrían de pasar más aguas…. sobre la tierra, así he jurado no endurecerse contigo ni reprenderte…”; el Profeta, hace referencia que luego del Diluvio, todo cambió para bien.

Podríamos decir entonces, que se refiere a la restauración de Yerushalaim y la reunificación de todos los que están en el exilio.

Teniendo en cuenta la situación en que se encuentra actualmente en Israel, vemos un país cruzado por una grieta política y todos gritando por la vuelta de los secuestrados.

El caos causado por las protestas reiteradas, hace reflexionar que al igual que la advertencia referida por el profeta, es aquí y ahora.

Cuando en su libro en el versículo 54:2 “…¡Ensancha el emplazamiento de tu tienda, las lonas de tus moradas despliega! No te absténgas. ¡Prolonga tus cuerdas, y tus estacas refuerzas!…” La tienda es sin duda Israel, que espera ansioso el retorno de sus hijos. Los brazos están desplegados; las cuerdas ya las hemos tendido. A pesar que tenemos estacas clavadas en el corazón y en el alma, no nos importa cuanta oscuridad estemos viendo en estos momentos, sabemos que siempre habrá una luz al final del túnel.

Que este Shabat todos puedan ser la luz, que nos enseñe, que incluso ante la adversidad, el regreso de los secuestrados y nuestros jaialim nos traerán la paz tan anhelada.

Shabat Shalom.
Susy Lapilover.

AM ISRAEL JAI
BRING THEM HOME NOW

Parasha Ki Tetze

“Un corazón para saber, ojos para ver y oídos para escuchar”

¿Cuántas cosas necesitas para ser vos?
De verdad te pregunto, ¿tanto necesitas?
Estamos tan acostumbrados a tanta cosa, tanta agenda, tantas idas y vueltas, y en fin, hasta quizás somos poco nosotros…

Creo que no nos damos cuenta, de lo mucho que tenemos, o quizás peor, nos acostumbramos a lo que tenemos y todo eso salio de nuestro radar. Quizás tenemos demasiada cosa frente a nuestras narices que no vemos.

Esta semana la parasha nos invita a agradecer, en la Tora, trayendo los primeros frutos del cultivo al templo. En el hoy, siendo conscientes de nuestro alrededor.

Muchas veces agradecemos cosas grandes, especiales, el tenernos, la llegada de un nuevo integrante a la familia, el haber vivido tanto con los que hoy ya no estan, una nueva posibilidad laboral, y tantas cosas que sentimos la necesidad de agradecer.

Agradecer bien, es especialmente agradecer lo chico, lo de siempre, lo común, que dejame decirte que no es ni chico, ni estará siempre, ni es común.

Me explico…

¿Alguna vez agradeciste tener una frazada para abrigarte en estos días tan fríos?

Una frazada, una de esas tantas que tenes ahí en el placard, para muchos no son ni chicas, ni estan siempre, ni son comunes. Esa frazada, es mucho mas de lo que vos pensas.

Vuelvo a mi pregunta inicial, ¿Cuántas cosas necesitas para ser vos?

Dice la parasha: “Un corazón para saber, ojos para ver y oídos para escuchar”.

Con el corazon, sepamos encontrar lo que nos hacer nosotros.
Con los ojos, podamos ver y mirar bien, encontrar y buscar mejor.
Con los oídos, sepamos que hasta en el mas profundo de los silencios, siempre hay algo que escuchar.

Shabat Shalom Amijai
Sem. Brian Bruh

Haftara Shoftim

Ieshahiau 51:12-52:12

Esta es la cuarta de las Haftarot de consuelo, todas brindadas por el mismo profeta.

Nos entrega las palabras de D’s sobre lo que sobrevino en Ierushalaim, pero también nos habla de su liberación y de la posibilidad de resurgir; de la injusticia que significa ser arrojados fuera de nuestra propia tierra.

Quisiera pensar el exilio como una metáfora, metáfora de estar fuera de nosotros mismos, no sólo de nuestra tierra. De estar por dar el paso que nos aleje de la esclavitud y no decidirnos a que las aguas se abran.

El consuelo se encuentra en seguir construyendo en comunidad, en mejorar cada día, en poner el acento en la educación.

Este Shabat nos encontramos con sentencias que siempre nos han acompañado: Tzedek, Tzedek tirdof: Justicia, justicia perseguirás.

Si de ella nos olvidamos perdemos la guerra en todas sus manifestaciones. Por supuesto. No es casual que la palabra Justicia esté repetida, también la justicia deberá ser perseguida por la justicia.
Una vez más nos toca vivir tiempos de guerra, de guerra para poder reconstruir la paz, una paz que parece imposible de lograr.

Cuenta una anécdota que Golda Meir Z’L había dado instrucciones de ser avisada personalmente cada vez que caía un soldado israelí, aún si esto ocurría durante la noche.

Son suyas las palabras:”Cuando el presidente Nasser dé instrucciones de ser despertado en la mitad de la noche cuando caiga un soldado egipcio, ese día llegará la paz.”

Y este es un abismo que todavía nos separa de nuestros enemigos, una vida es una vida. Así es para nosotros y para este Shabat en particular.

Shabat Shalom Umeboraj!
Am Israel Jai!
Norma Dembo

Parasha Shoftim

El ser humano es comparado a un árbol en nuestra tradición.

En la parashá de Shoftim, jueces, esta escrito: “Cuando sities una ciudad por muchos días, para pelear contra ella y tomarla, no destruyas su árbol metiendo hacha en él, porque de él comerás; y no lo cortarás, porque árbol del campo es el ser humano, para venir contra vosotros en asedio.” Deuteronomio 20:19

El gran Rey David, en el primer capítulo de los Salmos, compara al justo con un árbol: “Es como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo, y su hoja nunca se marchita; todo lo que hace prospera”.

A veces hay árboles mas frágiles, que necesitan de otros para que los cuiden.

Hay momentos donde el ser humano sin darse cuenta, en vez de poder aprovechar el fruto que tiene en sus manos, la fragancia del árbol que tiene enfrente, lo destruye sin pensarlo, y pierde todo lo que podría haber tenido, asi como lo hicieron aquellos primeros humanos en el Jardín del Edén.

Hay arboles de los que hace falta tomar su fruto y aprovechar su sombra porque nos enriquecen de maneras increíbles, a ellos los llamamos arboles justos y sabios.

También existen arboles que están solos en el campo, con ramas largas y colgantes que dan sombra a quienes se sientan bajo él. Así también puedo imaginar a personas, que en la historia de la humanidad se mantuvieron apartadas o fueron incomprendidas, pero que brindaron refugio físico o espiritual a tantos otros.

Estamos comenzando Elul, el ultimo mes del año hebreo y con este, el comienzo de la cuenta regresiva para llegar a Rosh Hashaná y Iom Kipur. Es el tiempo para terminar de echar raíces profundas y estar bien plantados para enfrentar un nuevo año, nuevos proyectos y desafíos.

Es tiempo de volver a nosotros, ver cuales son los valores, las ideas que nos hacen fuertes, los vínculos que tenemos que cuidar para poder construir un bosque lleno de otros arboles, cada uno con su propia fragancia y su fruto único para regalarle al mundo que lo rodea.

Los sabios nos dicen que hay una conexión mas profunda todavía entre las personas y los árboles, y es a través de la Torá, que es comparada con un árbol, el árbol de la vida; “Etz Jaim hi ”.

Que podamos este año sabernos personas justas y trabajar para serlo, caminar hacia aquellos manantiales de agua que nos den la energía que necesitamos para estar fuertes, firmes en nuestro camino de vida, rodeados de aquellos que amamos y nos potencian. Pensar a que árbol sabio nos vamos a aferrar para aprender de sus historias, y poder nosotros este nuevo año sentirnos llenos de vida, de potencia creadora y transformadora para hacer de este un mundo con mas justicia, mas paz y mas amor.

Shabat Shalom
Sem. Matias Bomse

Amijai en la UBA

Un grupo de voluntarias del Área de Personas Mayores están participando del primer Observatorio Latinoamericano de Medios sobre la Vejez, el Envejecimiento y las Personas Mayores, impulsado por la Cátedra de la Tercera Edad y Vejez, de la Facultad de Psicología, de la UBA.

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