
“La lección de la madre de Shimshón”.
por Seba Cabrera Koch.
Comentario a Haftará Nasó: Shoftim – Jueces 13:2-25
En la haftará de esta semana leeremos acerca del comienzo de la historia de uno de los personajes bíblicos más famosos.
Nos hallamos en la época de los Shoftím, los Jueces. El pueblo de Israel ya estaba asentado en la tierra prometida, pero habitaban todavía en medio de naciones paganas. Enfrentaban así el peligro militar que aquellos pueblos representaban, y el peligro de la asimilación a las ideas y costumbres imperantes.
En esta época tan azarosa para la supervivencia física y espiritual de los hijos de Israel, surge un Juez que luchará para defenderlos del enemigo de turno: los filisteos.
Shimshón (Sansón) es el nazir más famoso de la historia, y nuestra haftará cuenta la historia de su nacimiento. En este punto, resulta bastante clara la conexión entre Parashá Nasó y la Haftará que nos convoca: Shimshón es nazír, y la Parashá enuncia, entre otros temas, las leyes que regulan la vida del nazír.
Al comienzo del relato vemos cómo a la futura madre de Shimshón, que hasta ese momento no podía tener hijos, se le aparece un ángel para llevarle la feliz noticia. Tiempo después, nacería su bebé. El niño creceria, concluye la haftará con un tono de esperanza, con la bendición de D-s.
Este encuentro convierte a la esposa de Manoaj, cuyo nombre no se menciona en el texto, en una de las grandes figuras de todo el texto bíblico. Recordemos a Sara, Rivká, Rajel y Janá (la madre del profeta Shmuel): no es la primera vez que en el Tanaj, mujeres estériles dan a luz a personajes protagónicos de la historia de Israel.
Un ángel de D-s se le reveló precisamente a ella, aún cuando Manoaj rezó para que el Emisario volviera y así pedir instrucciones adicionales, este se le reveló a la mujer. La señora en su simpleza comprendió, aún antes de quedar embarazada, el destino de su hijo. Pero Manoaj no podía comprender la dimensión de este encuentro, necesitaba preguntar, corroborar, ver con sus propios ojos. Él se sobresalta ante esta experiencia y teme morir, pero ella le asegura que esa no es la intención de D-s.
Un versículo recalca que Manoaj “no sabía” (Jueces 13:16). Abarbanel, el gran exegeta sefaradi del siglo XV, insinúa que lo que le sucedía a este hombre era que no podía captar la grandiosidad del evento que estaba viviendo. Necesitaba los detalles. Ver el mapa completo.
La necesidad de querer encontrarle una explicación a todo, es parte de nuestra propia limitación humana, y no advertimos la importancia de sentirse bendecidos por el regalo de estar vivos.
Es el desafío de aprender a vivir con menos certidumbres. Coexistir con nuestras fragilidades. Y soltar un poco, diríamos hoy.
Se cuenta que al estallar la guerra de Iom Kipur (1973), el Rab. Iehudá Amital, va a visitar a un amigo que estaba casi quebrado emocionalmente por los difíciles acontecimientos: “está todo perdido”, le dijo. El Rab. lo animó, respondiéndole: “ven, estudiemos algo acerca de la fé de la esposa de Manoaj”.
Quizás no haya que racionalizar tanto las cosas. Tal vez la fé de la esposa de Manoaj, es la Confianza que beezrat Hashem nos debería guiar para ver las oportunidades del presente, animándonos a soñar con lo que podría ser. Ese es el instante en que la mujer deja de ser solo “la esposa de”, para convertirse también en “madre de”.
Cierta vez, el Rab. Menajem Mendel Morgensztern de Kotzk (1787-1859), un legendario líder de los judíos jasídicos polacos, desafió a un recién llegado a su corte. ¿Joven para qué has venido aquí?
-He venido aquí para descubrir a D-s, respondió el joven.
-Entonces, dijo el Rebe, has hecho un viaje innecesario. D-s está en todas partes, podrías haberlo descubierto en tu propia casa.
-¿Entonces para qué debería haber venido?, repreguntó el joven.
-Para descubrirte a ti mismo, respondió el Rebe, para descubrirte a ti mismo.
Descubrirse a uno mismo es aprender a detenernos un instante, ver la belleza que nos rodea, y sonreírle en la cara a la vida, cada día, reconectándonos con una fuente de inspiración inagotable.
El Rebe de Kotzk también decía: “Aquél que no ve a D-s en todos lados, no lo ve en ninguno”.
Reconocer esta bendición, es la lección de la madre de Shimshón.
Shabat Shalom umeboraj !
Dedicado especialmente a mi esposa Marianela, y a todas las madres de Am Israel.
A la bendita memoria de Ravid Haim Gez ZL y de su mamá Tzeela Gez ZL. Tzeela fue asesinada mientras se dirigía al hospital para dar a luz. Ravid nació por cesárea de emergencia. El bebé luchó por su vida, pero falleció el 29/05/25 tras dos semanas de agonía.
Seba Cabrera Koch
Fuentes
-Bin Nun, Y. Lo que nos enseñó la esposa de Manoaj. Consultado desde HaTanakh.com
-Cabrera Koch, S. El misterio detrás de la alegría. 2023 © Radio Jai.
-Jueces. Capítulo 13. Consultado desde HaTanakh.com.
-Jueces 13:2-25. Consultado desde Sefaria.org
-Toker, Eliahu. Iluminaciones del Rabí de Kotzk. Fundación Internacional Raoul Wallenberg.