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Haftara Ekev

“Una promesa grabada en nuestras manos”.
por Seba Cabrera Koch.

Comentario a Haftará Ekev: Yeshayahu (Isaías) 49:14 – 51:3

Se dice que el tzadik Rabí Menajem Mendl de Rimanov, interrumpió en una ocasión la lectura de la Torá ante un pasuk que mencionaba los males y aflicciones que caerían sobre el Pueblo de Israel; levantó sus manos al cielo diciendo: “¡Dueño del mundo, no nos amargues más de la cuenta! Sabes que demasiada sal echa a perder la carne; demasiados tormentos no nos mejorarán. Apiádate, D-s, de tu pueblo Israel, y no nos amargues más de la cuenta”. 1

Vivimos días en que la realidad nos abruma. Mientras escribo estas líneas, las noticias alertan que Irán intenta reorganizar a sus aliados en Medio Oriente y promete reactivar su programa nuclear, volviendo a situar a Israel en el centro de una creciente tensión regional.

Como si fuera poco, los medios de comunicación globales centran su miopía en la situación humanitaria en Gaza, pero las portadas de los diarios se olvidan de los secuestrados que resisten desde hace casi 700 días en condiciones inadmisibles.

El 7 de octubre de 2023 reveló la doble vara con la que se juzga a Israel, en una narrativa donde la realidad esta distorsionada, y a los ojos del mundo víctima y victimario intercambiaron roles.

Si esto no bastara, muchos no salimos de nuestro asombro e indignación al ver familiares, amigos, judíos, enarbolando consignas antisemitas con el rótulo de “crítica legítima”: no cabe en ninguno el espanto al verlos atentar contra sus propios hermanos en nombre de una ideología política, llevando la ruptura a extremos inconcebibles.

Nos estamos desangrando. Y esto ya pasó antes.

El Rabino Marshall T. Meyer decía que “el pasado está presente aquí y ahora. ¿Sabés por qué? Porque tus antecesores supieron hablar al futuro, a nosotros. Si ellos hubieran vivido sólo para su momento, (…) no podríamos escuchar los ecos de la historia”. 2

Esta semana leemos la segunda de las Sheva D’Nejamta, las siete haftarot con las que el profeta Yeshayahu consuela al Pueblo de Israel después de la destrucción del primer Templo de Jerusalem. 3

En Tishá beAv, leemos cómo la destrucción del Beit HaMikdash hizo que el Pueblo judío se sintiera abandonado. Pero en nuestra haftará, Yeshayahu insufla esperanza en el futuro: “Se apresurarán tus hijos (en retornar), (y entonces) tus demoledores y tus destructores, de ti habrán de alejarse” 4

Los Sabios del Talmud nos enseñan que no leamos banaij / tus hijos, sino más bien bonaij / tus constructores 5 : “Cuando “tus hijos”, es decir tus constructores, se apresuren en retornar, entonces “tus demoledores y tus destructores” se alejarán de ti”.

El profeta Yeshayahu profetiza ante una nación dispersa, que se siente abandonada y desamparada. Eretz Israel está desolada, sin habitantes y completamente destruida; las casas están en ruinas y los campos secos. Cuando se sienten sin esperanza alguna, D-s les dice que Él nunca los ha olvidado: “He aquí que sobre las palmas (de Mis manos) Te he grabado” 6

El Talmud 7 interpreta que así como las palmas de las manos están siempre expuestas, del mismo modo un grabado es como un sello imborrable, un recordatorio constante del pueblo de Israel para D-s.

Por eso, tras la gran destrucción que experimentaron los reinos de Israel y Iehudá, D-s consuela a Tzión y sus ruinas, prometiendo que convertirá “su desierto en paraíso, y su yermo en jardín” 8

Las profecías quizás hablen del florecimiento de una tierra enferma por el terror, el fanatismo, el odio y la injusticia, y que en los días de la Redención, volverá a convertirse en un Edén.

Aunque las noticias se empecinen en transformarlo todo en un desierto, seremos nosotros y nuestros hijos una nueva generación de constructores que trabajará para reverdecerlo y llenarlo de vida nuevamente.

Me detuve un minuto a releer el pasuk, y abrí mis manos: vi la reminiscencia de una promesa que tenían grabadas nuestros padres y nuestros abuelos en las suyas, y que un día legaron en nosotros esa responsabilidad de seguir construyendo, a pesar de todo.

“Serás un constructor. Soñarás; pero tus manos podrán hacer realidad lo que otros solo pueden imaginar. Ten confianza. Aunque estés lejos, tu corazón siempre estará aquí. Pase lo que pase, nunca, jamás, pierdas la esperanza de ser un pueblo libre en tu Tierra: Eretz Tzion Yerushalaim”. 9

Shabat Shalom umeboraj !
Seba Cabrera Koch

1 Parperaot latorá, vol. 5, p. 235. (Adaptación). Surazski, G. (2021). Fragmentos de cielo: perlas y comentarios a
los cinco libros de la Torá. Pág. 538. Buenos Aires. Ediciones Sem. Rabínico Latinoam. Marshall T. Meyer
2 Joveret: Movimiento masortí. Cita Marshall T. Mayer © 2025 Jinuj Noam.org.ar
3 Levi, Y. Haftara Ekev © 2025 Judaísmo hoy
4 Isaías 49:17
5 Berajot 64a
6 Isaías 49:16
7 Taanit 4a
8 Isaías 51:3
9 Versión libre, inspirado en el Hatikva

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