Esta semana leemos y estudiamos las Parashot Jukat y Balak.
La parashá Jukat comienza con las leyes relacionadas con la “vaca roja”, un ritual especial para purificar a aquellos que en el desierto se habían “impurificado”. Aunque este mandamiento puede parecer extraño o difícil de comprender, nos habla de la importancia del sentirnos y estar “puros”, limpios, por fuera de cualquier mal.
Uno de los momentos más conocidos de la parashá Jukat es cuando Moshe, debido a su frustración con el pueblo, golpea la roca para hacer que fluya agua en lugar de hablarle, como Dios le había indicado. El pegar en lugar del hablar, la violencia en lugar de la palabra, es lo que tanto nos daña. Por que saben, el agua sale igual. El resultado esta, el problema es que quizas en el como, perdiste tu norte, tu eje, y a los tuyos.
La parashá Balak por otro lado, presenta un relato tambien muy conocido donde Balak, rey de Moab, teme la fuerza del pueblo judío que se venia hacia el y envía a Bilaam para maldecirlos. Contrario a la parashá anterior, la palabra se torna en lo esencial. En lo que puede contra todo. Sin embargo, en lugar de maldecir al pueblo, Bilaam es guiado por Dios para pronunciar bendiciones sobre ellos. Cuando usas la palabra, algo se transforma. Podemos ser mas creyentes, menos creyentes, mas practicantes o menos, pero miren: Una sola oración, puede construir y levantar a quien está caído. Puede transformar las peores de las maldiciones en las mejores de las bendiciones, pero tengamos cuidado, porque la palabra también, puede ser la espada mas filosa y poderosa, para destruir a quien estaba de pie.
Bilaam dice “Ma Tovu Ohaleja Iaakov, Mishkenoteja Israel”, la frase que usamos cada vez que pasamos o entramos a un Shill o una casa de estudios. La frase que estamos llamados a actuar. A pararnos frente a ese lugar, y poder decir “Qué buenas son tus tiendas, Oh Iaakov, tus moradas, Israel! Frenar para admirar, observar y entonces reconocer y agradecer los lugares que tenemos, y que nos hacen ser el pueblo que somos.
Deseo que esta semana, habiendo estudiado ambas porciones, podamos decidir usar la palabra, pero siempre, recordando su doble filo.
Construyamos juntos.
Usemos nuestras palabras para avanzar y llegar a un lugar mejor.
Shabat Shalom
Sem. Brian Bruh