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Parasha Ajarei Mot-Kedoshim

Parshat Kedoshim comienza con una de las declaraciones más poderosas de toda la Torá:  קדושים תהיו כי קדוש אני ה’ אלוקיכם , “Santos serán, porque santo soy Yo, el Eterno su D’s” (Vayikrá 19:2).

La santidad, según nuestra tradición, no es una cualidad mística reservada para unos pocos. Es un llamado colectivo a construir una sociedad que refleje los valores de D’s en el mundo a través de su comportamiento ético.

Pero, ¿cómo se mantiene esa kedushá, esa santidad, en tiempos de dolor, miedo y guerra?

Estamos atravesando uno de los conflictos más largos de la historia del joven Estado de Israel. Son tiempos muy difíciles y desafiantes.

La sociedad israelí demuestra que, en su esencia, tiene una resiliencia física y emocional inmensa. Pero hay otra resiliencia, quizás menos visible y más difícil de sostener: la resiliencia ética.

Cuando la vida está en juego y la seguridad parece ser la prioridad absoluta, la tentación de perder los valores éticos puede ser muy fuerte. Puede que sea justo en esos momentos cuando las enseñanzas de la Torá se vuelven más vivas y significativas que nunca.

Kedoshim nos recuerda que la santidad se expresa en las relaciones humanas:
 “No odiarás a tu hermano en tu corazón”, “No te vengarás ni guardarás rencor”, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Estas mitzvot no son fáciles en tiempos de paz. En tiempos de guerra, parecen heroicas.

El Rabino Jonathan Sacks Z”l decía que la verdadera fortaleza de una sociedad se mide por su capacidad de mantener los valores incluso cuando parecen inconvenientes o costosos. Una sociedad que responde al odio con odio y al dolor con venganza termina perdiendo su esencia. Pero una sociedad que busca justicia con humanidad, y seguridad con ética, demuestra una santidad que trasciende cualquier circunstancia.

Hoy, Israel no solo lucha por su supervivencia en distintos frentes, ante la amenaza del terrorismo y el odio. Lucha por seguir siendo una sociedad que, pese a los desafíos, siga siendo una luz y modelo para las naciones.

Mantener la humanidad en el trato con el otro, tanto en el campo de batalla como en la vida civil, es el desafío más grande que enfrenta cualquier nación en tiempos de crisis. Trabajar el alma para que podamos amar en lugar de odiar, de construir en lugar de destruir.

El futuro no está escrito. Lo escribimos nosotros, con nuestras elecciones, nuestros actos de bondad y nuestra capacidad de mantenernos fieles a nuestros valores, incluso en los momentos más oscuros.

Que seamos dignos del llamado de Kedoshim a construir una sociedad que no solo resista las tormentas de la historia, sino que al atravesarlas, siga iluminando con la luz de la santidad, la ética y la esperanza.

Shabat Shalom
Sem. Mati Bomse

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Iamim Noraim
2022-5783

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