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Haftarat Naso

Shoftim (Profetas) 13: 2-25

Esta semana leemos la Parashat Naso, la segunda del libro Bamidbar.

Algunos de los temas desarrollados en esta parashá: censo de los Levitas, en esta oportunidad las familias Guershuni y Merari y la descripción de sus tareas referidas a transportar elementos del Tabernáculo; como proceder ante un robo; la mujer “sotah” (sospechada por su marido de ser infiel); las leyes que aplican al NaZIr quien hace votos de consagración Hashem -no beber vino, dejar crecer su cabello y no impurificarse ritualmente acercándose un muerto y las formas de proceder cuando accidentalmente se caía en impureza.- y el proceso de terminación del periodo de nazareno; las instrucciones a los Kohanim de como bendecir al pueblo de Israel – Birkat HaKOhanin Números 6:22-26-; la inauguración del Santuario y la descripción una a una de las exactamente iguales ofrendas traídas por los lideres de Israel cada día.

En esta oportunidad la Haftarat Naso, es el relato de una historia.

En esta Haftará la conexión con la parashá es muy claro y directo. La historia que aquí se relata es una de las muchas historia que confirman lo que describe la Parashá Naso.

La Haftara nos relata acerca Manoa y “su esposa“ (no dice su nombre) de vientre estéril.

Nos hallamos en la época de los Shoftím -Jueces – entre la muerte de Iehoshüah Bin-Nun y el nacimiento del profeta Shemuel. “En aquellos días no había rey en Israel, y cada hombre hacía lo correcto ante sus ojos”. (Jueces 21:25). Los shoftim eran los lideres espirituales y “militares” de ese momento. Los hijos de Israel ya estaban asentados en la tierra prometida; pero habitaban todavía en el seno de naciones paganas. La situación oscilaba entre el peligro militar que representaban aquellos pueblos para los hijos de Israel y el peligro de la asimilación a las ideas y costumbres idólatras imperantes. Así veremos que surgían situaciones de peligro militar y de opresión y sojuzgamiento. Frente a estas situaciones, los pedidos de los hijos de Israel ante Adonai, hacían surgir algún Shofét – juez – que era “con algunas excepciones” el conductor espiritual y jefe militar ocasional para enfrentar al enemigo de turno.

Pero estos jueces no eran los conductores de todas las tribus de Israel. Generalmente lograban reunir algunas de las tribus y enfrentaban el peligro.

En este contexto Manoah y “su esposa de vientre estéril”, fueron visitados por un Ángel cuyo mensaje era que darían a luz a un NaZIr, y que deberían criarlo según las especificaciones que están descriptas en nuestra Parashá.

En realidad, fue la esposa la primera que recibió la visita del Ángel y escucho el mensaje que traía. Cuando se lo comento a Manoah, su esposo dudó. Y aquí también se relaciona con la parashá. Un marido que duda, y cuya duda potencia la capacidad de su mujer de engendrar un Alma que será poderosa y cambiara el destino del pueblo. Una mujer estéril que engendra un hombre que sera poderoso.

Sarah, Rivka, Rahel, Hannah y la mujer de Manoah.

Así pues el vientre de una mujer estéril dio a luz al hombre más fuerte de la tierra y es su fuerza quien lo guía a su destino.

Y asi nace Shimshon.

Un niño que había sido destinado desde antes de ser engendrado, a ser NaZIr.

Hasta aquí la historia donde surge el juez Shimshón, quien luchará para defenderlos del enemigo de turno, los filisteos. Shimshón durante su vida, logrará victorias sobre los filisteos y conseguirá alguna salvación, aunque sea temporaria, para sus hermanos que estaban bajo el yugo enemigo. Shimshón había sido un hombre fuerte físicamente, pero tal vez con menor fuerza moral?

Shimshon no cuidó su punto débil, y fue conquistado por su propia fuerza?

Se descuidó. Se alejó de su eje y se dejó seducir por su propio poder?

Shimshón nació y vivió como NaZIr, pero murió no de muerte natural. Su vida trunca fue lo que puso fin a su condición de NaZIr. Los acontecimientos posteriores mostrarán que, cuando Shimshón dejó de ser NaZIr, fue capturado por los pelishtím y murió junto a ellos.

Si pensamos un poco en el desenlace de la historia de Shimshon podríamos encontrar la relación con Birkat HaKohanim, pensando que LaBendición no se completa con la obtención de lo deseado, sino con la capacidad de cuidarlo. La bendición no es llegar a la meta sino trabajar para sostenerla.

Deseo para este Shabat NAsO que vivamos La Bendición como una responsabilidad, que, una vez conseguida, quede en nuestras manos.

SHABAT SHALOM UMEBORAJ.
Silvia Dvoskin

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