¿Qué necesitas para emprender el viaje?
Esta semana comenzamos un nuevo-viejo libro. Me resulta interesante pensar que el mismo Bamidbar que leemos hace mas de 3000 años, hoy puede ser nuevo.
Empieza ubicándonos en tiempo y espacio y con la orden de hacer un censo. Este comienzo nos da la idea de que algo está por cambiar. Iniciar una nueva etapa, muchas veces nos pide tomar conciencia del lugar del que partimos y saber con lo que contamos para afrontarla.
Nos dice el texto que era el primer día del segundo mes del segundo año. Habían pasado un año y un mes aprendiendo a ser un pueblo. La salida de Egipto que los transformó de Bnei (hijos) a Am (pueblo) Israel, la monumental entrega de la Tora, y la elaboración del Mishcan (tabernáculo) fueron los pasos necesarios que ahora los ubican frente a un nuevo desafío que se abre en este libro.
Todo ese largo año y un mes, estuvieron “detenidos”, en el Sinai, frente al Ar (monte). Allí, la atmosfera divina que irradiaba ese lugar los protegía, ningún pueblo los atacó, todas sus necesidades estaban cubiertas, y destinaban toda la energía a construir un espacio sagrado.
A partir de ahora el Sinai ya no sería la montaña inmóvil que los cuidaba, ahora sería el desierto del Sinai, aquel que deberían atravesar para llegar a la tierra prometida. Cambiaba la perspectiva. De mirar hacia arriba a mirar hacia adelante….
Habían pasado todo ese año construyendo lo mas importante que debían llevar para la travesía que les esperaba. Tal vez, por eso el Hoel Moed. (la tienda del encuentro), aparece como uno de los lugares de referencia en el primer versículo de esta parashá. Ese era el lugar sagrado donde D-s se comunicaba a través de Moshe con todo el pueblo.
Todos tenemos una tarea que realizar, un desierto que atravesar, una tierra que conquistar. No podemos quedarnos para siempre inmóviles en el lugar donde nos sentimos protegidos, seguros. Tampoco se nos pide irnos asi, sin más. Hay un tiempo donde nos preparamos, aprendemos, recibimos los cuidados y las herramientas necesarias para llevar a cabo nuestro propósito. Y hay un tiempo donde “plegamos” (como hicieron con el Hoel Moed) en nuestro interior todo lo aprendido y emprendemos el viaje.
Todo el libro de Bamidbar, nos relata cómo es tener una vida religiosa en un mundo que a veces es hostil, lleno de desafíos, por momentos peligroso, con muchas pruebas que afrontar, peleas internas y externas, incertidumbres.
Este libro nos lleva a pensar como es vivir y continuar ligado a D-s aun cuando su presencia no sea tan obvia como en el Ar Sinai. Nos invita a expandir nuestra percepción hacia una presencia menos evidente, más sutil, como una pequeña carpa que tenemos que cargar por el desierto y proteger. Y que a su vez es la fuente que nos nutre y nos permite seguir caminando.
En cada paso por el desierto de nuestra vida, contamos con esta herramienta valiosa, depende de nosotros desplegar el santuario divino en el centro de nuestras vidas y avanzar sabiendo y sintiendo que no estamos solos.
¡Shabat Shalom!
Grace Cobe