La haftará de esta semana nos cuenta sobre el final de la vida del rey David. Es un momento de transición: un líder está por irse, y otro, su hijo Shlomó, está por comenzar.
Pero más allá de la historia política, hay algo muy humano: la preocupación de David por dejar todo en orden antes de partir. Querer que lo que uno construyó siga creciendo, que el esfuerzo de toda una vida no se pierda.
Todos, de alguna manera, vivimos algo parecido. En algún punto queremos dejar algo que trascienda: valores, recuerdos, amor, un ejemplo. No importa si somos reyes o personas comunes lo importante es lo que dejamos en los demás.
La haftará nos recuerda que el verdadero legado no está en el poder ni en las riquezas, sino en la forma en que logramos inspirar y cuidar a quienes siguen nuestro camino.
Shabat Shalom!
Sem. Martín Smith
