Ieshahiau 51:12-52:12
Esta es la cuarta de las Haftarot de consuelo, todas brindadas por el mismo profeta.
Nos entrega las palabras de D’s sobre lo que sobrevino en Ierushalaim, pero también nos habla de su liberación y de la posibilidad de resurgir; de la injusticia que significa ser arrojados fuera de nuestra propia tierra.
Quisiera pensar el exilio como una metáfora, metáfora de estar fuera de nosotros mismos, no sólo de nuestra tierra. De estar por dar el paso que nos aleje de la esclavitud y no decidirnos a que las aguas se abran.
El consuelo se encuentra en seguir construyendo en comunidad, en mejorar cada día, en poner el acento en la educación.
Este Shabat nos encontramos con sentencias que siempre nos han acompañado: Tzedek, Tzedek tirdof: Justicia, justicia perseguirás.
Si de ella nos olvidamos perdemos la guerra en todas sus manifestaciones. Por supuesto. No es casual que la palabra Justicia esté repetida, también la justicia deberá ser perseguida por la justicia.
Una vez más nos toca vivir tiempos de guerra, de guerra para poder reconstruir la paz, una paz que parece imposible de lograr.
Cuenta una anécdota que Golda Meir Z’L había dado instrucciones de ser avisada personalmente cada vez que caía un soldado israelí, aún si esto ocurría durante la noche.
Son suyas las palabras:”Cuando el presidente Nasser dé instrucciones de ser despertado en la mitad de la noche cuando caiga un soldado egipcio, ese día llegará la paz.”
Y este es un abismo que todavía nos separa de nuestros enemigos, una vida es una vida. Así es para nosotros y para este Shabat en particular.
Shabat Shalom Umeboraj!
Am Israel Jai!
Norma Dembo