Vivir entre mundos
Ya en el desierto, el pueblo paso de venir desde para comenzar a ir hacia la tierra prometida. Fueron censados, distribuidos estratégicamente en el campamento, cada tribu con sus lideres y estandartes.
A los levitas se les asigno su tarea, la de ser los guardianes y ejecutores del Mishcan, el santuario. A lo largo de las parashiot anteriores se especificó muy bien su lugar y función. En esta parasha, se los consagra para dicha tarea.
Lo que resulta muy interesante, es que es el pueblo quien los unge: “Acercaras a los leviim delante del eterno y apoyaran los hijos de Israel sus manos sobre los leviim”.(8:10) Este gesto establece un nexo muy profundo entre el pueblo y los levitas quienes una vez consagrados, serían los encargados del trabajo sagrado.
Los levitas al no tener tierra propia, vivian entre mundos, conectando al pueblo con su Creador. Esta función medial me hace pensar en nuestra posición como judíos del siglo XXI. Por un lado,estar arraigado a nuestros valores, tradiciones y rituales como judíos y por el otro estar en contacto con el afuera, con nuestro trabajo cotidiano, viviendo en un mundo que a veces es muy hostil, pero que otras veces nos ofrece avances fascinantes y miles de oportunidades.
Vivir entre mundos en un gran desafío que nos toca asumir, reconociendo que soltar cualquiera de los dos extremos, nos puede hacer perder ese balance interior que necesitamos para transitar la vida.
La pregunta que siempre surge es ¿Cómo lograrlo? Poner en acción nuestro “ser levita”, dice el texto requiere de una purificación profunda: “Asi ha
Todas las reglas que nos autoimponemos, ser conscientes de nuestros
Siento que hoy mas que nunca estamos llamados a activar nuestro “ser levita”, afianzando fuertemente en nuestro interior nuestros valores judíos y continuar iluminando al mundo que parece estar muy oscuro…
Esa era la misión de Aaron en esta parasha, encender todos los días la Menora, y hacer que su luz se eleve desde el centro del Mishcane irradie en todas las direcciones.
Que seamos todos esa luz potente, que nos traiga Paz.
Shabat shalom
Grace Cobe