Por la Rab Sarina Vitas
Si algún ser humano hubiera sido encargado de su confección, las hubiera hecho de mármol, bronce, quizás de oro, de algún elemento que pudiera ser mostrado o coleccionado en vitrinas. En el margen hubieran llevado firma o quizás una placa para eternizar el momento y a su autor. Pero, las tablas de la ley eran de piedra.
Los Diez Mandamientos nos presenta una serie de sentencias que cualquier ser educado hubiera podido declarar en igual forma. Enumeran normas y principios que ya eran conocidos y aceptados en gran medida. Son normas del sentido común.
Si todo fuera tan simple, ¿por qué razón Moshé debió permanecer 40 días y 40 noches en el monte Sinaí, para poder recibirlas y permanecer allí dos veces?
La respuesta es porque el secreto estaba no sólo en las letras externas y en el material, sino en lo que esas “arenillas” pueden ocultar. Letras que contienen en sí los secretos y la tradición oral, también recibida allí. Para entender sus secretos y poder transmitirlos, Moshé debió aislarse en las alturas y dilucidarlos. ¿Cuánto de ellos podemos aprender nosotros?
La palabra even-piedra en hebreo se escribe con las letras alef, bet, nun. Ello permite que pueda leerse av, y ben – padre e hijo, y ben es raíz de binian- construcción.
Las letras de las tablas de piedra nos invitan a unirnos, padres e hijos, cantidad de generaciones que construyen el destino de nuestro pueblo. Las tablas siguen hablándonos, a cada uno de nosotros, ya sea como padre, ya sea como hijo. No delega la tarea en otros, sino que nos invita a hacer y ser parte protagonistas. No hay justificación para dejar que otros hagan por nosotros cuando ello es bueno y nos da satisfacción.
Este Shavuot nos invita a desaprender los errores cometidos al no haber entendido la simplicidad del mensaje de las tablas de piedra. A reconocer es sus enseñanzas un aprendizaje de buen vivir. Y tomar conciencia de la importancia de nuestro rol activo en la construcción del futuro, siendo protagonistas en el tiempo que vivimos de transmitir el legado más preciado que hemos recibido. De eso se trata Shavuot, el túnel del tiempo que te brinda la oportunidad de decir HINENI. AQUÍ ESTOY!
¡Jag Shavuot Sameaj ve Shabat Shalom!
Rab. Sarina Vitas