El primer mandamiento y la fe judía
Infinidad de cuestiones hermenéuticas provoca la primera aparición de los 10 mandamientos en el libro del Éxodo: el contexto , la forma peculiar y casi inentendible a drede de como están narrados, etc. En este caso trataremos algunas implicancias de el primero de ellos: “Yo soy Adonai Tu D’s que te saco de la tierra de Egipto de la casa de la esclavitud”. Nuestros sabios se preguntaron: ¿existe aquí algún tipo de precepto práctico a cumplir? Es este versículo solo una presentación de D’s al pueblo de Israel es decir, no es realmente un mandamiento?
Llegamos aquí a una de las preguntas filosóficas mas profundas de la historia del pensamiento judío: ¿es posible ordenar creer en algo? En tal caso, como se cumpliría la orden? Es acaso medible esto de alguna manera? Supongamos que hay dos personas, la primera cree en un ser superior parecido a un anciano con barba y la segunda cree en un ser abstracto y dice que cualquier adjudicación de una cualidad humana a ese ser superior convierte a ese creencia en pagana. ¿Podríamos aseverar que la primara persona no cumple con los requisitos del primer mandamiento y la segunda si lo hace? ¿Según que criterio?
Posiblemente si hacemos un trabajo estadístico sobre la creencia de los judíos a través de la historia, el primer caso, al cual podríamos definir como un posible paganismo, haya sido bastante mas usual que la abstracción del segundo.
Es por ello que convienen aclarar algunas cuestiones históricas para dirigirnos a esta discusión de manera mas adecuada. La tradición judia enfatizó durante siglos su faceta practica antes que la teórica y esto ultimo incluye cuestiones de creencia. El mayor ejemplo creo es el concepto de fe. Esa palabra, posiblemente no traducible al lenguaje hebreo, se pueda asociar al concepto de “Emuná”, confianza en un camino o lealtad a una forma de ser. Es decir, la práctica que se desprenden de los principios y no los principios de creencia en si mismos. De hecho, todo sabio judío que intentó definir o resumir la tradición a través de principios de creencia fue condenado al fracaso en su época, incluyendo el mas grande los filósofos Moisés Maimónides (1135-1204) cuyos 13 principios de fe tomaron mas vigencia en la modernidad judia dentro del contexto de la lucha entre las corrientes del judaísmo que nacieron como consecuencia de la emancipación europea, que en las época del mismo Maimónides en donde sus principios fueron básicamente rechazados. Mas aún, si profundizamos en el pensamiento de Maimónides veremos claramente que su postura tenia mas que ver con el saber a D’s que con la creencia en D’s, cuestión representativa de su racionalismo medieval.
Los que gusten profundizar sobre conceptos que parecen obvios en el judaísmo histórico, también se sorprenderán descubrir que el concepto de dogma o incluso la definición del judaísmo como religión, es producto de la modernidad judia y están enmarcados bajo el intento de la lucha judía en Europa central de conseguir los mismo derechos que las demás “religiones” o presentarse como un sistema que posee dogmas al también al igual que los credos.
El primer mandamiento sea tal vez la presentación del principio al cual le debemos lealtad a través de la concreción de determinadas conductas que santifican ese principio, es decir “Kidush Hashem”. Una de las características mas importantes de esa lealtad practica es su dimensión de estar por sobre un espacio y un tiempo determinados, es decir, la lealtad es 24×7 y en cualquier lugar. Dicha lealtad no esta destinada solo a los templos, sino a los templos, a las casas, a la calle y a los negocios. No esta destinada a un día, como Iom Kipur o Shabat, sino a la cotidianeidad y a las vacaciones, a los momentos especiales y a los que no lo son tanto. El primer mandamiento, sin ser una orden determinada a cumplir, se termina convirtiendo en una orden general, reguladora de una forma de vida que refleja la lealtad a un pueblo y a su tradición.
Rabino Ari Bursztein